El anti-ídolo. Ensayo y crítica sobre los ídolos contemporáneos.
Final y conclusiones. Notas
"En tiempos no muy lejanos, el éxito se fundaba sobre la entereza, la
audacia y aun la exageración en la defensa de las ideas. Hoy se
concede el aplauso a las cualidades opuestas, las tendencias
indefinidas y acomodaticias, las formas suaves y templadas, una
transformación que parece señalar un gran progreso, pero que en
realidad significa un gran mal. "
Ángel Ganivet.
"Uno
de los defectos de la educación superior moderna es conceder
demasiada importancia al entrenamiento para la adquisición de
determinadas aptitudes y poca al perfeccionamiento sentimental y
cerebral, merced a una amplia visión del mundo. "
Bertrand Russell
"Con
el fin de la historia no terminan los discursos sobre el hombre,
pero todo queda claro, el amor, el apoyo mutuo, los objetivos
comunes, la competitividad, también la lucha por el reconocimiento,
por ser el mejor, pero será ésta una lucha leal, que no infringe las
reglas elementales de convivencia, que no se opone a los derechos y
las libertades de las personas. Una superior ideología es la que
produce un aumento de felicidad y de fortaleza interior en los
miembros de la comunidad humana. La que logra convencer a las
mayorías para que sigan los caminos de la virtud.
"
Francis Fukuyama, “El Fin de la Historia”
"Un
movimiento de masas en ascenso atrae y mantiene a los seguidores por
su doctrina y sus promesas, sino por el refugio que ofrece ante las
ansiedades, el vacío y la falta de significado de una existencia
individual. A los movimientos de masas se les suele acusar de
dopar a sus seguidores con esperanzas de futuro mientras les engañan
respecto al disfrute del presente. Ahora bien, para el frustrado, el
presente está irremediablemente echado a perder. Las comodidades y
los placeres no pueden llegarle. Ningún contenido o bienestar
auténtico puede surgir de sus mentes, a no ser de la esperanza.
“El verdadero creyente”, Eric Hoffer
"Durante el siglo XX
la sociedad occidental ha culminado su viaje al país de los sueños
del vendedor, un lugar donde toda emoción tiene su correlato en el
consumo. Del concepto de ciudadanía se ha ido pasando de forma casi
imperceptible al de clientela y audiencia, una actitud social que
conlleva un abandono del sentido crítico y de la reflexión
individual. La sociedad de consumo invita a tener sin necesidad de
conocer, pues aunque el conocimiento ofrece la indudable ventaja de
ayudar al ser humano a discernir los fenómenos que le rodean,
también plantea el inconveniente comercial de ser intrínsecamente
conflictivo con la necesidad de incrementar diariamente el número de
ventas. La complejidad que toda información debe contener para
animar al espíritu humano en su búsqueda inteligente es un camino
loable, pero demasiado lento para un sistema económico que exige
ante todo una velocidad siempre mayor. El mundo del dinero fluye
mucho más rápido, ágil y libre por la autopista acelerada de lo
emocional, lo superficial y lo fácilmente digerible. El territorio
emocional es el campo apropiado para que crezcan exuberantes todo
tipo de pulsiones; y sin duda entre todas las pasiones desatadas,
dentro del agitado territorio de la actualidad, el vehemente anhelo
de ‘tener éxito’ es la reina de corazones en cualquier baraja."
Extracto del libro “El factor fama”, de Mercedes Odina y Gabriel
Halevi.
"El hombre que no se haya enajenado por completo, que siga siendo
sensible y capaz de sentir, que no haya perdido el sentido de la
dignidad, que no se haya ‘vendido todavía’, que aún pueda sufrir al
ver sufrir a los demás, que no haya adoptado enteramente el modo
existencial del tener; en suma, el hombre que sigue siendo hombre,
que no se ha convertido en cosa, no puede por menos que sentirse
solo, impotente, aislado, en la sociedad de hoy; no puede evitar
dudar de sí mismo y de sus convicciones, si no de su cordura; no
tiene más remedio que sufrir, aun si puede vivir unos momentos de
gozo y lucidez desconocidos por sus coetáneos ‘normales’. No será
raro que padezca una neurosis derivada de su situación de hombre
cuerdo en una sociedad loca, una neurosis distinta a la más
corriente del hombre enfermo que quiere adaptarse mejor a una
sociedad enferma.
"
Extracto del libro, “Del tener al ser”, de Erich Fromm.
"Tan sólo si el hombre logra dominar la
sociedad y subordinar el mecanismo económico a los propósitos de la
felicidad humana, si llega a participar activamente en el proceso
social, podrá superar aquello que hoy lo arrastra hacia la
desesperación: su soledad y su sentimiento de impotencia.
Actualmente el hombre no sufre tanto por la pobreza como por el
hecho de haberse vuelto un engranaje dentro de una máquina inmensa,
de haberse transformado en un autómata, de haber vaciado su vida y
haberle hecho perder todo su sentido. La victoria sobre todas las
formas de sistemas autoritarios será únicamente posible si la
democracia no retrocede, asume la ofensiva y avanza para realizar su
propio fin, tal como lo concibieron aquellos que lucharon por la
libertad durante los últimos siglos. Triunfará sobre las fuerzas del
nihilismo tan sólo si logra infundir en los hombres aquella fe que
es la más fuerte de las que sea capaz el espíritu humano, la fe en
la vida y en la verdad, la fe en la libertad, como realización
activa y espontánea del yo individual."
Extracto del libro, “El miedo a la libertad”, de Erich Fromm.
"[..]Al mismo tiempo se ha ido produciendo una ingente información,
minuciosa y prolija, que nos llega de aquí y de allá; pero esa
información no es formativa, no construye, no edifica un hombre
mejor, más rico interiormente, que apunta hacia el humanismo y los
valores. Antes, al contrario, va gestando un individuo frío,
desconcertado, abrumado por tanta noticia negativa, incapaz de hacer
la síntesis de todo lo que le llega. Se entra así en una forma
especial de masificación, gregarismo: todos dicen lo mismo, los
tópicos y lugares comunes se repiten de boca en boca. Se alcanza así
una cima desoladora y terrible: la socialización de la inmadurez,
que se va a definir por tres ingredientes: desorientación (no saber
a qué atenerse, carecer de criterios firmes, flotar sin brújula, ir
poco a poco a la deriva), inversión de los valores (como una nueva
fórmula de vida, con esquemas descomprometidos) y un gran vacío
espiritual pero que no comporta ni tragedia ni apocalipsis. Así las
cosas, ya casi nadie cree en el futuro. Se ha disuelto la confianza
en el porvenir ante el espectáculo que tenemos delante. Ya no hay
casi heroísmos ni entusiasmos en los que se arriesgue la vida. Nos
vemos frente a frente con un hombre cada vez más endeble,
indiferente y permisivo, que navega sin rumbo, perdido el objetivo
de mira y los grandes ideales. "
Extracto del libro “El hombre light”, Enrique Rojas Marcos
"De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda,
el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el
telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de
la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo.
Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria
y la imaginación."
Borges.
"La educación humanista no sólo consiste en “enseñar a aprender”, en
fomentar la “espontaneidad creadora del alumno”, ni mucho menos en
preparar técnicamente, sino también en transmitir contenidos
fraguados en la dialéctica de los siglos y en desarrollar la memoria
de un legado pasado que da sentido al presente y abre el paso al
futuro."
Fernando Savater.
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