El anti-ídolo. Ensayo y crítica sobre los ídolos contemporáneos.
Sociedad capitalistas. Crítica a los ídolos.
Segunda parte.
Es
preferible compartir y defender una gran mentira aclamada por las multitudes,
que proclamar tu discrepancia delante de todos.
Corres el riesgo de ser aplastado por la masa ignorante... pero también de ser
aclamado como a un héroe.
Dosifique su condición de individuo secundario;
practique varios deportes tanto individuales como de equipo, lea
libros de temática diversa (le aconsejo los de mi bibliografía), apúntese a yoga, a cursos de baile,
viaje, reflexione
sobre la vida, visualice documentales que versen sobre diferentes
culturas o sobre problemas sociales. Otra opción pasa por aficionarse a escuchar
o visualizar debates
con contertulios de relevante currículum; relaciónese con todo tipo de gente,
preferiblemente con aquellos que mantienen hábitos constructivos, etc. El objetivo se centra en recopilar el mayor tipo de experiencias y
conocimientos para obtener una panorámica de la vida más
enriquecedora. A medida que se incrementen sus experiencias vitales
también aumentará de manera proporcional su libertad de elegir qué
es aquello que le hace sentir mejor, a lo que quiere dedicar su
tiempo tanto laboral como de ocio. Luego podrá compartir todo ese acervo
de conocimientos
con sus coetáneos,
amigos, descendientes. Al menos, las opciones de no manifestar su estatus de
víctima, de tipo apocado y de miras estrechas se verán
reducidas notablemente.
Otro útil consejo le voy a dar: léase de cuando en cuando un libro, de esos de pensar.
Hágalo, más que nada para que no se le olvide este estimulante ejercicio de
introspección y a la vez de apertura mental. De esta suerte, aprenderá usted a
recapacitar sobre los acontecimientos mundiales, nacionales o locales, averiguar
por qué las cosas suceden, desentrañar en pocas palabras los porqués del mundo,
que es tarea equivalente a reflexionar sobre el amor, la justicia y sobre los
misterios de la existencia. Que es lo mismo que indagar en su más íntima
naturaleza, hasta llegar a lo más profundo de su ser.
Comprenderá que el largo y proceso de explorar y desentrañar la
verdad sobre por qué ocurren las cosas le acercará a una mejor
comprensión de su propia identidad como individuo. Luego cuando analice su
propia existencia, trate de integrarse de manera coherente en el sistema de
valores que crea más justo. Yo, ya mismo, le doy las gracias de “antebrazo”.
Pensar y pelear
¿Que no le apetece aprender a pensar con
claridad e ilustrarse para dominar semejante tarea? ¿Acaso
siente un penetrante dolor de cabeza cuando lo intenta? ¿No se ve con las agallas ni
las energías
suficientes para derrotarse a sí mismo o alterar el rumbo de los
acontecimientos? Oh, vaya.
Pues debería. Porque la vida le obliga constantemente a ello. A
tomar decisiones. A levantarse cada mañana, luzca el sol, llueva a
cántaros o sople un viento huracanado, ya sea para acudir a su lugar
de trabajo, al colegio, al instituto, a la universidad, al gimnasio o a realizar
las compras semanales. En
suma, la vida se compone de una serie interminable de escollos que
sortear. En otras palabras, va usted a pensar y a luchar lo quiera o
no. No hay posibilidad alguna de escaquearse de estas
estimulantes labores. Ninguna. Vivir implica pensar. Vivir implica pelear al
igual que vivir implica relacionarse con otras personas. Su
felicidad, su éxito futuro dependen de tales premisas. En caso
contrario puede que usted nunca llegue a percibir la vida como una experiencia
intensa sino como un diario y duro ejercicio de supervivencia.
Quien
no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota;
quien no osa pensar es un cobarde.
Francis Bacon
Si
estás dispuesto a hacer sólo lo que sea fácil, la vida será dura. Pero si estás
dispuesto a hacer lo que sea duro, la vida será fácil.
T. Harv Eker
Si
usted es duro consigo mismo, la vida será blanda con usted, pero si insiste en
ser blando consigo mismo, entonces la vida va a ser muy dura con usted.
Zig Ziglar
'La
vida es dura', afirman convencidos algunos después de sufrir diferentes
percances.
Si quiere refutar esta afirmación le conviene construir una personalidad a
prueba de golpes y adquirir los recursos necesarios para comprenderla y así
domarla, someterla, amansarla. Al final, como incluso el más feroz
de los animales, esta cederá, le tenderá la mano y le ofrecerá su cara más
amistosa. Enfréntese a ella con desprecio, ingratitud o con la fragilidad
de un pusilánime... y le arrinconará sin remisión. Con suerte, acabará reducido
a una celda exigua sin apenas escapatoria. Sin fortuna, le consumirá y le hará pedazos.
El retrato de
nuestra vida se plasma sobre un lienzo a partir de las miles de
pinceladas que como decisiones tomamos cada día. Podemos guiarnos
por nuestros instinto más básicos y primitivos, dejarnos llevar por la inercia o adjudicarle la suerte nuestro
destino al azar caprichoso que gusta de repartir los boletos
premiados al tun-tun. O también podemos asistir a cursos de
pintura para aprender a manejarnos más diestramente con el pincel. La
experiencia es un grado, dice el conocido refrán. Obtengamos la experiencia
convirtiéndonos en tipos activos, dinámicos;a partir de la
observación de nuestro entorno, o a partir del análisis de las
aventuras y desventuras de otras personas. Y también, cómo no, a partir de la
lectura de libros inspiradores, los que nos revelan los cómos
y los porqués acerca de la vida y la sociedad en que vivimos.
Recuerden esta frase:
El
individuo inteligente aprende de sus propios errores. El más inteligente,
sin embargo,
aprende de las experiencias y errores de los demás.
-Míralas...
¡para qué preocuparse tanto! ¡No son más que simples personas,
irracionales, egoístas e
insensatas!
-No, no son sólo personas. Toda persona es un milagro en sí misma. Cada una de
ellas constituye un fragmento de
Esperanza para la constitución de un mundo mejor, de una sociedad más
evolucionada. Una sola persona, créelo, entraña el secreto de
todo el universo conocido. Y sí, una sola persona, una persona excepcional
cargada de un argumento poderoso puede detener guerras y cambiar el rumbo de la
historia.
No, no son sólo personas, son seres provistos de un potencial
infinito cuando se les conecta a la corriente de una gran idea. La fe y la
motivación son herramientas más poderosas que la estática inteligencia o la
acumulación de capital.
Otra tarea fundamental consiste en elegir referentes positivos y
estimulantes, de que pueda aplicar sus los conocimientos
adquiridos para vadear los escollos, y además que haya hecho acopio
de suficiente valor, carácter y energías para enfrentarse a ellos.
Con energía y buena formación, con ilusión, con una ejercitada
voluntad(1) puede usted conseguir
casi cualquier cosa que se proponga. Esa es una de las máximas que
no debe usted de olvidar jamás. Repito: jamás.
Con la mentalidad adecuada, el impulso de una poderosa motivación y
manteniendo un objetivo concreto en mente seremos capaces de escalar las montañas más altas
o someter a los enemigos más poderosos. Si carecemos de estímulos,
si estos no aparecen, debemos entonces ir a buscarlos. No debemos
en modo alguno esperar al maná caído del cielo. El destino le pertenece al
individuo dinámico que nunca deja de pelear, le pertenece al que la busca con
paciencia, al curioso que nunca ceja de hacerse preguntas y pugna con valentía
por encontrar las respuestas, le pertenece en suma
al que cree merecerla. Aquel que espere que la inspiración le llegue
como por arte de un conjuro mágico, puede esperar sentado durante años... y acabar
maldiciendo su suerte. El éxito procede de una desequilibrada y
controvertida fórmula: un poco de inspiración (talento) y un mucho de
transpiración (trabajo duro).
(1)
Hablando de voluntad, le aconsejo la lectura "La conquista de la
voluntad" de Enrique Rojas. Otro consejo igual de bueno: cuando
termine de leerlo, empiécelo de nuevo.
Si
deseas algo con toda el alma y durante el suficiente tiempo, llega un
momento en que el universo entero se confabula para ayudarte.
Paulo Coehlo.
Llámalo Dios
o llámalo Educación.
Invierta tiempo, recursos y dinero en sí mismo. No contribuya a esta
separación de capital entre potentados y humildes. A los ídolos no
se les idolatra, eso sólo lo hacen los tontos, los muy poco
ambiciosos o los de miras estrechas. Quédese con esta frase, porque en parte resume la
mentalidad que mantiene la “cultura del enfrentamiento”:
Utilice a sus ídolos para convertirse en un tipo con más personalidad
y carácter, con una actitud positiva ante la vida, más grande, más
fuerte, más inteligente, más rico, más optimista, más cultivado, más... todo lo que
pueda. En caso de que no se presten a colaborar en lograr tales objetivos,
quíteselos de en medio (metafóricamente hablando) como válidas referencias,
reléguelos a simples
esparcimientos, necesarios para disolver tensiones. Búsquese otros. Repito:
utilícelos en su propio beneficio, no deje que sean ellos que tomen el mando,
que le arrastren hacia el cadalso de la sumisión, no consienta convertirse en
una vulgar copia de baratillo, carente de ideas originales. ¡No se lo permita!
¡Hágame caso que para eso me he pasado cientos de horas escribiendo este ensayo! ¡Déle un mayor sentido a su vida y también
se la dará a la mía! ¡No me haga quedar mal! ¡Salgamos ahí fuera y demostrémosle
a todos esos peloteros y demás personajes que somos iguales o mejores que ellos! ¡Yo ya lo
estoy haciendo! ¡Únase a este proyecto y déle una nueva vuelta de tuerca a su
vida!
El auténtico
héroe no tiene miedo de sobresalir sobre la vulgaridad, no desdeña
la idea de desafiar modernas o antediluvianas costumbres,
tradiciones o a la sabiduría popular. No duda en rebatir los
postulados de los dioses reinantes si los considera caducos. No tiene miedo de
formularse cada
día preguntas existenciales con el fin de hallar aquellas respuestas que lo lleven lo más alto
posible. En suma, un auténtico héroe no tiene miedo de rebuscar en su interior para extraer el
máximo de sí, de descubrir su personal Santo Grial.
Y usted, ¿qué haría usted
si no se sintiera atenazado por el miedo?
Alimentad
el espíritu con grandes pensamientos. La fe en el heroísmo hace los
héroes.
Benjamin Disraeli
Antes
mi mente era tan pequeña que apenas podía comprender lo que ocurría
a mi alrededor. Ahora es ella la que teme que el mundo no sea lo
suficientemente grande para autosatisfacerse.
Una
gran inteligencia con falta de recursos y un entorno desfavorecido jamás
destacará. Una inteligencia corriente con fuertes estímulos y un
motivador entorno logrará un nivel de excelencia extraordinarios.
Todos
tenemos potencias para alcanzar el éxito... sólo necesitamos averiguar en
qué y cómo. Tal posibilidad de grandeza
implica una búsqueda constante de la verdad acerca de quiénes somos.
Un
ser humano o un potencial infinito de energía por explotar. La
dificultad estriba en saber canalizar esa energía interior hacia un
objetivo.
Recuerde, que también le necesitamos en otros ámbitos, donde somos
tan pocos que quizás una sola presencia más se nota sobremanera.
No busque un títere de feria que únicamente le entretenga y llene sus
frecuentes ratos
de ocio. Ponga a prueba a todas sus referentes, paladéelos todos como si fueran platos de un menú
gastronómico, utilícelos para construir una identidad propia,
exíjales al máximo, formúleles preguntas difíciles y espere respuestas
convincentes, estrújelos, exprímalos, sáqueles el jugo hasta que no
quede ni una sola gota. Y cuando ya no les quede más que ofrecer,
cuando haya absorbido toda su sabiduría búsquese otros referentes con los que juguetear.
Lógicamente debe hacerlo con corrección y sin
acritud. En caso de no notar progreso alguno en ningún
aspecto
de su personalidad, cambie unos cromos por
otros hasta encontrar el más provechoso que le motive a alcanzar sus
nuevas y originales metas. Una
vez convertido en sibarita, experto conocedor de las influencias que
emana de
cada uno de ellos, exhíbalos en su tablero de la vida como piezas de
ajedrez e invente las reglas de juego de su nueva existencia.
Elija
nuevas piezas, referencias y modelos. “Este sí, este no, este de
reserva, este no va ni convocado, este me cae mal, este me cae bien,
este es un 'matao' que no sabe ni expresarse, este me extraña que
tenga más de dos fans, este es un fabuloso psicólogo, este otro me
parece un excelente
motivador, este escritor posee una prosa magnífica, etc”.
Viva su vida como actor de una película, de protagonista, no de
cómplice, soplón, o supletorio. Véase, contémplese como un gran
hombre, como una gran mujer. No lo dude, yo lo sé, usted puede
conseguir triunfos increíbles que dejarían anonadados a la mayoría de
sus familiares y conocidos. Sólo necesita un cambio de mentalidad, en suma: creer
en sí mismo y asimilar las enseñanzas de los mejores maestros
y educadores.
Si
quiere ser un gran ser humano, absorba y asimile las
cualidades más sobresalientes de cada individuo al que se encuentre
en su camino.
Usted a partir de ahora
debe considerarse como un personaje decidido a encontrar el éxito en cualquiera de sus
múltiples formas. Observarse a sí mismo con un líder, desterrando de su
mente esa actitud condescendiente y sumisa.
El tiempo es
nuestro valor más preciado, no permitamos que se nos escurra entre los
dedos. Si es necesario desechar o descartar nuestras anteriores
creencias, si las circunstancias nos obligan a desligarnos de cualquiera de los ídolos de segunda fila lo
haremos sin dudarlo. A partir de ahora, ¡actuaremos como unos
revolucionarios! Pero unos revolucionarios racionales. Se debe actuar de
manera sensata, con un criterio predefinido, meditado, anticipando el resultado
de nuestras acciones, valorando los pros y contras de dar un paso al
frente. Es necesario conocer bien el nuevo enclave a ser conquistado.
Recuerde que, aunque el conocimiento implica asunción de poder, sin un desarrollado juicio, sin
una mínima comprensión de las
reglas del juego, el fracaso está asegurado. Sólo el tonto, el
individuo poco preparado puede apostar su destino a la contingencia
de un resultado azaroso.
Y, por cierto, yo nunca juego a la lotería.
Será quizás que he llegado a la conclusión de que prefiero que
todos mis logros provengan del esfuerzo y la aplicación del
conocimiento adquirido. Ganar a la lotería no me proporcionaría
esa tremenda satisfacción. Además, no pienso supeditar mi
felicidad futura al mero azar. Sé que tengo las de perder.
Le aconsejo memorice esta frase auténticamente demoledora:
A
todos los ídolos del mundo os digo: ayudadme
a convertirme en un gran ser humano o yo os pondré en el lugar que
os merecéis, es decir, a mi misma altura, o por debajo de mí.
Si no le importa que le mejore como persona (lo cual es triste),
pídale que le ayude a ser más rico o más feliz y no sólo durante un
rato. Su felicidad, su entusiasmo debe permanecer latente y debe
incrementarse gradualmente. Si no lo hace, lo dicho, él no se
preocupa por usted, se preocupa por sí mismo. Deséchelo, y cuanto
antes mejor. Todo el tiempo que dilapide arremolinado en su presencia es
tiempo que no volverá jamás (desafortunadamente lo sé por propia
experiencia). Déle la vuelta a la tortilla. Empiece a
pensar a lo grande. Visualícese como un gran hombre (o mujer). Repito,
visualícese como un triunfador, como un individuo de éxito.
Luego si advierte alguna queja de su ex (ídolo), precisamente porque
dejó de profesarle tanta admiración, no se enfade, sea amable y
benevolente con él, déle cita para una consulta personal al año
siguiente... si es que dispone de algún rato libre para esos menesteres. A
partir de ahora, que un presunto ídolo proteste o se le agrie el
carácter, ya no debe incumbirle,
ni para bien ni para mal. Debemos dedicar más tiempo en crearnos un
futuro a nuestra medida, y que sean los demás los que nos sirvan de
peldaños hacia la cima. No al revés. Entiéndaseme cuando
hablo de "peldaños", no se debe pisotear ni utilizar a nadie
de una manera deshonesta con el único fin de conseguir
objetivos personales, recordemos a Kant cuando decía:
Obra
de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la
persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca
solamente como un medio.
Hablo de buscar relaciones sinérgicas (de colaboración)
para alcanzar un progresivo perfeccionamiento de nuestras
capacidades.
Ejemplo: para mí un nuevo libro de ciencia o ensayo es otro peldaño
o agarradera que me permite seguir escalando la montaña del
conocimiento. Por cierto, desde aquí "arriba" se ve todo con una
perspectiva muy diferente.
Así un día llegará en que serán los demás los que acudan a usted, a
agasajarle o pedirle consejo.
Recuerde siempre la diferencia entre ídolo provechoso e ídolo
divertido.
Dé un paso firme adelante, apueste por la persona más importante del
mundo: usted mismo. Una parte del
pastel de todos lo que ellos ganan le pertenece. ¿No cree que son ya
suficientemente ricos? ¡Nivele la balanza! ¡A su favor! ¡Aprenda
cómo hacerlo!
No persevere eternizando esa tendencia acomodaticia si no quizás el
futuro cercano (si no explota la burbuja del deporte profesional, lo
cual no sería de extrañar) estos “superhéroes” obtengan todavía más
recursos y millones mientras que usted o algunos de sus vástagos ya
no podrán soñar siquiera con tener una vivienda propia con su sueldo
submileurista. Ni aun con la licenciatura
en arquitectura o ingeniería superior tendrá el futuro asegurado.
Podría acabar trabajando en un bar bandeja en mano
atendiendo a clientes, tanto simpáticos como desaboridos. Y no es que
camarero deba considerarse como un oficio deshonroso, ni mucho menos, pero
lógicamente no se halla al nivel de quien durante
al menos tres (o más) años se ha estrujado la mollera con el
fin de ocupar
un empleo acorde a su preparación académica.(2)
(2) No
es raro comprobar hoy en día cómo individuos con un currículum
prestigioso se presentan como aspirantes a empleos de bajo
nivel intelectual porque no encuentran acomodo en otros lugares más
relacionados con los estudios realizados. Algunos de ellos,
sorprendentemente, abrevian
sus currículums para no parecer "demasiado preparados".
Otro dato terrible a tener
en cuenta: las próximas generaciones de jóvenes van a tener unas
expectativas de vida peores que las de sus progenitores. Eso no
pasaba desde hacía muchas décadas.
¿No le parece este resultado una especie
de broma maquiavélica? Tanto para unos tan poco para otros ¿Cuándo
piensa alterar la dirección a la que apunta la veleta con esas
directrices inscritas? ¿No le parece que ya es un buen momento? Usted debería ser
el viento que cambie las tornas. No la pared que recibe los
golpes.
Piense en las recompensas que usted merece. Yo sí me lo planteé hace
años… y ahora he invertido esa maliciosa tendencia: trabajo en lo
que me gusta dentro de un horario absolutamente flexible (ej: me
levanto y me acuesto cuando me da la real gana), gano
varios sueldos trabajando para mí mismo unas pocas horas al día (uno
de ellos sin hacer prácticamente nada gracias a mi amigo Google) y
además me sobra tiempo para tener varias aficiones que me llenan
tanto o más, como escribir este ensayo. Eso y mucho más que ya
desvelaré más adelante. Con todo, ese pequeño resumen no es ¡nada! en comparación
de lo que hubiera podido obtener si hubiera arrojado a
la basura muchos de los preceptos que se nos encajan en nuestro
cerebro como inviolables. ¡Si no me hubiera dejado atrapar! ¡He
perdido un tiempo precioso, irrecuperable! En cualquier caso y a
pesar de todo, yo no estoy sufriendo la
crisis: me aprovecho de ella.
Recuerde: los ídolos juegan o actúan para que usted se divierta, no
para que se enoje, sufra o se deprima. Debe encontrar usted la
diferencia entre pasatiempo ocasional y afición obsesiva y
enfermiza. Usted es a partir de hoy el que manda. ¡No se va a
deprimir usted por la derrota o la desventura del ídolo cuando
seguro que él no siente la misma afectación! ¡Qué absurdo! Usted merece mucho más de lo que tiene, no se deje engañar por
tanta parafernalia sin contenido. ¡Deje de pensar como un
pardillo, como un perdedor!
Nuestros pensamientos representan la antesala de las circunstancias
venideras.
Ley de atracción.
Aquello que visualizas es aquello que atraes, aquello que
imaginas es aquello que pergeña tu futuro, aquello que sueñas es aquello que
acercas a una nueva realidad.
Usted también merece el éxito, pero
abrazando la voluntad de subrogación no alcanzará jamás metas
más elevadas. Si aún así prefiere no hacer caso a lo que le digo, al menos luego
por dios, no se queje a la diosa fortuna o al vecino de enfrente, no
airee sus desavenencias con los políticos del partido rival, eche
balones fuera o busque culpables reales o imaginarios, porque en
usted y solo en usted está el germen del fracaso o del triunfo. Y si
no quiere o no puede creerlo, lo entiendo: deficiente educación es
la que recibió. Ya me lo imagino esgrimiendo las oraciones típicas
del fracasado, del perdedor: “yo soy así y no puedo cambiar”, “no puedo hacer
más”, “las cosas son como son”, “la vida es dura”,
"no he tenido suerte, las cosas siempre me han salido
torcidas".
Tristes frases, muy típicas del que ha carecido de un auténtico modelo de
comportamiento, uno (o varios) que le haya instruido adecuadamente.
O es que quizás tuvo varios excelentes y otros miles nefastos,
además de un entorno poco conveniente.
También es posible que haya dilapidado media vida atendiendo pasatiempos tontos y
persiguiendo a ídolos de pacotilla. Condenado de antemano. Condenado por “bueno y obediente”, condenado
por no rebelarse, por ingenuo, por tonto.
No, la vida no es tan dura, lo que ocurre es que usted, por el
motivo que sea, ha sido engendrado con materiales de muy baja calidad: es
usted sustancia frágil. Pero esta desagradable pauta no tiene por
qué continuar para siempre. Usted sí puede hacer
más y debemos trabajar para que el futuro (las cosas) sean como
nosotros queramos.
Contemplo la humanidad desde este
humilde rincón y siento vergüenza de de pertenecer al género humano.
Si quieres cambiar el mundo, primero cámbiate a ti mismo. No
exijas a los demás lo que no te hayas exigido a ti antes.
La cultura capitalista: un tablero, cuatro reyes,
un par de
damas,
cuarenta torres, cuarenta alfiles... y cientos de millones de
peones esperando órdenes para avanzar.
Los
grandes parecen grandes porque se les mira de rodillas.
La presencia de una sola persona
podría
constituir un punto de inflexión en su vida. Aquella que le mire
directamente a
los ojos y le convenza de que usted
es mucho más de lo que imagina, que
usted posee un poder oculto, enorme, que espera poder salir a la luz. Un
pequeño paso hacia un lado, separándonos de la plebe hipnotizada,
significa una distancia kilométrica de diferencia entre ambas rutas
recorridas a lo
largo de los años. Diferencia que puede estribar entre ser un tipo
normal y un gran hombre, aquel que pueda relatar “Un día me di
cuenta de que había una posibilidad para mí, una oportunidad para
abordar retos extraordinarios y esa no pasaba por babear ante la presencia
de aquellas rutilantes estrellas de televisión”.
Para el crecimiento personal un minuto de
reflexión, un minuto de esfuerzo mental o físico siempre es
preferible a 10 horas de prácticas fetichistas. Y una gran
referencia, un gran modelo de comportamiento puede ser la esperanza
o la defunción para millones de individuos.
Una referencia adecuada, un modelo de persona, puede marcar un antes
o un después en el devenir de su vida. Necesita encontrar ese
estímulo adicional. Yo fui a buscarlo y establecí sabias conexiones,
fundamentalmente con reputados escritores, en los que incluyo a
pensadores, científicos o ensayistas, pero también recibí
interesantes lecciones de muchas personas normales y corrientes con
algún rasgo personal destacado. Eso aparte del cariño incondicional
de mi familia.
Y mi tarea nunca
finalizará, sigo buscando el significado de la vida en cada lugar,
en cada momento, en cada persona con la que me encuentro.
Para mí , darle sentido a la vida implica aprender cada día un
poco más sobre uno mismo, seguir hollando en las profundidades de
mi naturaleza, la naturaleza humana, para seguir descubriendo nuevos
talentos ocultos. Recuerde que "El conocimiento de uno
mismo nunca finaliza."
Cada paso dado me ayuda a madurar
y a entablar nuevas relaciones con lo aprendido. El sedentarismo y
la rigidez de ideas no fomentan la generación de individuos
creativos, si no más bien de tipos aburridos, gordos y de discurso
monotemático.
Unos pocos años no invertidos en idolatrar y en desarrollarse como
persona podrían haberle otorgado tanta fuerza y confianza en sí
mismo como
para que usted jamás de los jamases volviera a tener un solo
disgusto por la pérdida de un encuentro de su equipo favorito. O porque el cantante tal no
contesta a sus emails. ¡Que le den! Disfrute con el ídolo, pero redúzcalo,
minimícelo a la categoría de entretenimiento. Ningún humano es
perfecto. Nadie merece ser idolatrado. La admiración es sana, la
idolatría es patológica, malsana.
Incluso tal confianza y carácter como para decir “no tengo nada
que envidiar a ninguno de ellos”
¿Acaso ellos se han entristecido cuando ha sufrido algún
descalabro? ¿Recuerda alguno de
ellos su nombre o su profesión? ¿Tan superiores a usted les
considera? ¿Y no será que usted se siente esa insignificancia
precisamente porque siempre tuvo "modelos de telenovela", aquellos
que no fortalecen sino que enganchan y consumen nuestro tiempo? Le
aconsejo que piense seriamente en estas palabras.
Un ser humano con una fe
inquebrantable en cualquier idea es como una roca indestructible,
hay que forzarlo hasta el extremo para acabar con su empaque, con su
fortaleza. Ten fe en ti mismo y aprovisiónate de conocimientos y te convertirás
en un ejemplo para la humanidad. No tengas miedo: enfréntate a ti mismo.
No lo dude, sólo que nos pasamos media vida acudiendo a visitar a
tipos que no son mejores que nosotros. No, no lo son. No sólo eso,
sino que atropellamos y lanzamos nuestro dedo acusador a quienes nos podrían ayudar a dar
un paso al frente con firmeza, sólo porque hemos perdido las ganas
de progresar, de escuchar, de aprender, nuestro espíritu que antes
albergaba el afán por conocer cosas, esa curiosidad que lleva de
serie cualquier niño, ahora muere por falta de estímulos, ya no nos apetece enfrentarnos a las disonancias u
opiniones divergentes.
No somos adultos si no viejos con bastón
recorriendo lentamente el mismo circuito vital una y otra vez, reprochando a todo
personaje crítico que nos brinde consejos tales como abrirnos a nuevas formas de entender la
vida para obtener
diferentes perspectivas de la realidad. En tal contexto, ya no nos interesa más mundo que
ese que el podemos contener y manejar. Los destellos de la luz
exterior nos ciegan, preferimos
aferrarnos y defender las pocas posesiones adquiridas por temor a la pobreza,
a la soledad, al desamparo, al qué dirán. Anteponemos
contemplar la circunstancias desde un agujero tallado en la pared antes que
cargarnos de valor y asomarnos a la Gran Ventana. De vértigo es de
lo que sufrimos. De miedo, de pavor. Miedo a contemplar la inmensidad de posibilidades a nuestro
alcance. El miedo es lo que nos atenaza, el miedo a demostrarnos a
nosotros mismos que no somos inferiores a nada ni a nadie. Miedo de
emprender grandes retos. Miedo de ser únicos e irrepetibles. Miedo a las
consecuencias de un futuro fracaso del que no podamos recuperarnos. Miedo al qué dirán. Miedo a
diferenciarnos del resto. Miedo a emanciparnos como tipos originales,
a que nos contemplen como diferentes. Miedo a
rebelarnos contra nuestros referentes, ídolos religiosos o humanos.
Miedo de despegarnos del engrudo que nos une a la masa idiotizada. Miedo de dar un paso en falso
y quedarnos enclavados en un callejón sin salida. Tenemos miedo a
demasiadas cosas como para emprender retos hercúleos. Es necesario desembarazarnos
del miedo a las exigencias que impone la vida, reconocer las enormes
posibilidades de luchar por la libertad, el placer infinito de
abrazar un gran amor.
El que teme sufrir ya sufre de temor. El que teme
fracasar no arriesga, y quien no arriesga no saboreará jamás las
mieles de una victoria de consideración.
Las grandes ideas, entiéndalo, son las más difíciles de asumir y
defender pero también las que más vigor proporcionan, nos permiten
avanzar a grandes zancadas como provistos de las extremidades de un
gigante. No ha existido jamás un ser humano con mayúsculas que no
haya apuntalado su preponderancia con los pilares de una gran idea.
Y créame cuando le digo que la gran mayoría de esos a los que usted
rinde pleitesía no son dignos de ser distinguidos con semejantes
apelativos: contienen demasiados aditivos nocivos para la salud como
para ejercer tamaña preponderancia.
La cultura del enfrentamiento es la respuesta a todos estos dilemas.
Y también para desprenderse de la mayoría de sus miedos.
Moriré
cuando mi curiosidad, cuando mi deseo de seguir aprendiendo cosas,
se extinga.
Sepa que sólo se crece a base de exponerse a sus defectos y
debilidades. Su tarea es reconocerlos y fortalecerlos. Y por
supuesto, advertir sus puntos fuertes y desarrollarlos al máximo.
Divertirse es necesario, divertirse y aprender al mismo tiempo es
preferible.
Dime a quién admiras y te diré quién eres.
La vida es suya, le pertenece, puede jugar sus cartas como más le
plazca pero no venga luego a justificar sus fracasos por factores
y acontecimientos externos. Todos hemos tenido que vadear baches y superar desgracias.
Así es la vida. La vida puede comportarse con usted de manera
rastrera, pero
recuerde que después de toda tormenta
el sol luce con un vigor nunca antes visto.
Desgraciado
el hombre que no ha conocido la desdicha: jamás alcanzará una gran
felicidad.
Es
precisamente una situación extrema excepcionalmente difícil lo que
da al hombre la oportunidad de crecer espiritualmente más allá de sí
mismo.
Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra austriaco, superviviente en
campos de concentración nazis.
¿Han leído bien la frase anterior? ¿No les parece pues una crisis
social o mundial una oportunidad excepcional para intentar cambiar
las cosas? ¿Me creen un
optimista? No en absoluto, soy mas bien tipo que se ha empapado de
realidad, un tipo con los pies en la tierra que ha aprendido a
vislumbrar oportunidades donde otros no ven más que sombras y
desdicha, que ha comprendido que sólo en uno mismo residen las
respuestas más profundas al significado de la existencia. Guarde en
su mente esta frase milenaria: "La
respuesta reside en nuestro interior."
Los obstáculos y las dificultades son precisamente las
oportunidades que la vida nos presenta para ponernos a prueba con el
fin de crecer y desarrollar
nuestra fuerza interior. El éxito, la autoestima y buena parte de
nuestra felicidad proceden de la comprensión de estas palabras. Nadie
se ha convertido en alguien importante después de recorrer caminos
llanos, rectos e iluminados.
Un
error común del individuo corriente es esperar algo de la vida. Se
equivoca. Es en realidad la propia vida la
que espera todo de nosotros. Satisfagámosla.
El
individuo pasivo maldice su suerte. El activo y dinámico crea la suya propia
día tras día.
Este aforismo compele a todo individuo a la acción: si
quiere algo, trabajo, amor, libertad, dinero, suerte, merézcaselo.
Merécetelo.
Si prefiere huir o escaquearse, si prefiere negar la evidencia de
que que la formación de un carácter rocoso constituye la mitad del éxito, no lo dude, la propia vida le pondrá en el
sitio que te corresponde. Usted es la respuesta. Tú eres la
respuesta. Sólo tú. No huyas de esa verdad, no huyas de ti mismo,
detente y enfréntate a lo que eres. Por insignificante que te
consideras, detenerte y empezar a aceptarte, es el primer paso en la
construcción de un individuo íntegro y realizado.
Si
tú no crees en ti mismo, ¿quién más habrá de hacerlo? Hoy
empiezas tu carrera hacia el éxito. Sin excusas.
Creo y no se me enfade, que es usted bastante pardillo. Si quiere
éxitos a usted le toca afrontar sus debilidades, sus miedos. A nadie
más. Y si no sabe como convertirse en un gran tipo, busque ayuda. Si
pone el suficiente empeño, como yo, la encontrará. Tarde o temprano. Y cambiará su
vida para siempre.
Todos
podemos ser grandes, si nos lo proponemos...
Dedique unos momentos no sólo hoy, sino regularmente, a decidir cuál
es la imagen de sí mismo que le gustaría contemplar
en los próximos meses o años, decida con detalle cómo quiere
que sea su vida y enfoque su mente hacia
ese objetivo. Y no sea melindroso, escriba en un papel las
características de personalidad o los objetivos profesionales o
emocionales a corto y largo plazo que le resulten interesantes.
Luego esfuércese,
afánese en materializarlos. En unos años aquellas palabras en esa
papel puede que no constituyan más que un 10% de sus actuales
pretensiones. No es tan difícil si se lo propone. Todo largo camino
comienza con un simple paso. Toda redacción de un texto parte de la
concepción de una idea,
de un par de líneas escritas. Comprobará además como muchos de sus
iniciales apetencias se ven desbancadas por otras, precisamente
porque usted se encontrar en un permanente estado de transformación
que le permitirá contemplar el mundo desde diversas perspectivas
(aunque esta afirmación sólo se cumpliría en el caso de que los
dardos de sus apetencias no se centraran en una sola diana).
Debe dar usted ese paso. Con firmeza. El éxito , créame,
le está esperando con los brazos abiertos. Imagínelo como una bella mujer (o un gran
hombre). Se lo pondrá
difícil, no lo dude. Corra hacia ella y no la haga esperar. Si
decide desperdiciar su tiempo en tonterías esa puerta se cerrará y quizás ya
jamás se vuelva a abrir. Habrá desperdiciado usted una oportunidad
única. Sí, seguramente se le presentarán algunas más,
¿pero acaso se cree que es usted ese tipo de persona que puede ir dejando
escapar el tren una y otra vez?
Sólo si decide poner pie en ese vagón del tren tren merecerá la
posibilidad de contemplar otros paisajes, asumir otras realidades,
abrirse a nuevas y sugerentes posibilidades, y en suma descubrir de
qué pasta está hecho.
Memorice esta frase sencilla: "ídolo que no te ha de fortalecer, déjalo correr".
La
vida es un como un largo trayecto con múltiples paradas... pero hay
quien prefiere observar el mundo acomodando su trasero en el mismo
banco situado en el mismo andén de la misma estación, día tras día.
Lo peor es que el pobre ignorante asume que la misma y repetitiva
realidad que se le presenta ante sus ojos es la única posible, la
verdad absoluta.
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