El anti-ídolo. Ensayo y crítica sobre los ídolos contemporáneos.
Los ídolos merecen todo tipo de halagos,
títulos y galardones.
Al entrenador Vicente del Bosque por el hito de obtener el
campeonato mundial de fútbol en Sudáfrica ha sido
alabado hasta el aburrimiento durante un año entero. Sólo le ha
faltado bailar en público en taparrabos con la camisola roja
adornada con la prestigiosa estrella FIFA. Incluso a principios de
2011,
¡fue nombrado marqués de nosequécosa! El otro premio sonado, el
de la entrega del ejem nabo (enorme por cierto), debe tener alguna connotación
religiosa o místico significado que se me escapa. Como ven, un
entrenador o jugador por sus méritos se le puede elevar de status
social, agregándole a la lista de señores honorables (nobles) del
país. Y, cuidado, un cargo nobiliario no se consigue así, la sangre
azul sólo corre por las venas de aquellos personajes de rancio
abolengo gracias a cuestiones de histórica herencia familiar. Este
modo de proceder radica, humorísticamente hablando, de la envida
profesada a la cultura británica, más ducha en en lidiar con temas
aristocráticos. En esas latitudes el nombramiento que se otorga es
el de “Sir”, como “Sir” Alex Ferguson, hasta
hace poco entrenador sempiterno del
Manchester United. Nosotros no podíamos ser menos.
Fama, dinero, éxito, reputación, honor, reconocimientos y premios
varios, millones de
fans aclamándole, una calle con su nombre en su lugar de nacimiento,
cargos nobiliarios, protagonismo en anuncios publicitarios
defendiendo los "valores" de grandes marcas internacional, el recuerdo de una imagen que se prolonga
durante décadas. No acaba ahí la lista, en abril de 2011 Del Bosque fue investido
como doctor honoris causa(1) por la Universidad de Castilla-La Mancha
(UCLM), por su “conocimiento y valía personal y deportiva”.
No es el único genio cultivado y doctorado, lean la nota en la parte inferior y
lo comprobarán.
Por si esto no fuera más que suficiente, las empresas
transnacionales se rifan a los ídolos, calificados como semidioses, para
sus spots publicitarios, incluso los persiguen para ficharlos aunque apenas
tengan un año y medio de edad según hemos podido comprobar en
una sección anterior; los niños atosigan a sus padres para que les
consigan una camiseta del ídolo, a poder ser firmada, los adolescentes babean
contemplando los pósters en las paredes de sus habitaciones o
berrean al contemplar sus agraciadas efigies una vez salen del
estadio. Los padres no son ajenos a este entusiasmo y los acosan con
el fin de poder fotografiarse con ellos o con sus hijos. Incluso los
presidentes del gobierno se posicionan a su favor (foto incluida) si
con ello obtienen unos cuantos votos más para sus campañas. ¡Todo el mundo les adora!
En todo el lugar conocido de la corteza
terrestre: estados e islas, desiertos, lagos, mares y océanos, la
salva amazónica, la Antártida y los polos; en las teles, en las
radios, en las calles y en las plazas o en las mismas copas de los
árboles se escucha un murmullo, un mismo y repetido estribillo de
la misma pegadiza canción, ese que nos cuenta “¡Cómo mola jugar con
un balón!" (o "¡Cómo mola cantar esa canción!”)
¿Hay algo, alguna cosa que no se pueda conseguir jugando a este
noble deporte? Ya que hablamos de Del Bosque, ¿por qué no le
regalamos como ofrenda de buena voluntad un planeta entero para que
lo acondicione a su gusto? No, ¡una constelación de estrellas
mejor!. ¡La constelación de Del Bosque! ¿Qué les parece? Se podría
unir a la lista de ya existentes: La Osa Mayor o Menor, Andrómeda,
Pegaso, Aries, Vicentín… ¿Secunda usted la moción? ¿Demasiado poco?
¿Sí? Vaya, pensaba que el premio era bastante suculento. Una
galaxia, en un principio me parecía excesiva recompensa. Quizás si reeditamos el triunfo
en el mundial de Brasil, se pueda
discutir el asunto con la autoridades competentes (un comité de
Elfos quizás, o no sé, se le podría mandar una plegaria a Darth
Vader en una nave de taquiones a ver si le dispone de alguna
simpática nebulosa de rebajas).
Ya saben, los más insignes defensores del deporte y el espectáculo
son merecedores de todo tipo de halagos, reconocimientos y premios. ¡Incluso un
"señor" nabo se merecen! ¡Es de justicia!
Yo, por mi
parte, me conformo con 20 euritos, así me compro un libro,
preferiblemente un ensayo (o dos si son de bolsillo), que las novelas tampoco me ofrecen las
respuestas que busco (hace siglos que no me leo ninguna). O me
suscribo a un portal como 24symbols donde por un poco más tengo acceso a miles
de documentos interesantes durante un año.
También soy socio del Fnac pues me hacen descuento y 2 horas de aparcamiento
gratis. Por
cierto, si me hago famoso me aparezco allí con un carrito de
supermercado y empiezo a cargar libros y más libros, “ale tos’ pa'
mí”. Ya me imagino la instantánea. En fin, si en España no quiere leer
ni pensar, intentaré yo compensar esa tremendo
vacío cultural. Todos para mí, sí señor.
Si apoya usted mi causa y me ofrece un halago o palabra de ánimo yo le doy mil o
dos mil gracias por email, un abrazo virtual y una foto de Ciudad Real.
Nota sin importancia:
Y por cierto, hay otro tipo de personas (pocas, muy pocas eso
sí) que dispusieran de la mitad de la mitad (...etc) de los recursos
de que disfrutan estos caballeros andantes apuesto a que se estrujarían sus
millones de neuronas (1011 aproximadamente) con el fin de
invertir ese dinero en causas que no sólo le beneficiaran a sí
mismos si no también a la gente de a pie.
Invertirían entre otras muchas cosas, en fomentar
una más fructífera educación, en solucionar problemas sociales, en
impartir charlas o escribir párrafos para repartir entusiasmo,
felicidad y esperanza a la gente y un larguísimo e inacabable
etcétera (tenemos mucha imaginación nosotros). Además lo harían con gusto aunque sólo
fuera para dar un espaldarazo a este tipo de creencias y actitudes
solidarias menos utilitaristas y también por supuesto para dejar en el más
espantoso de los ridículos a todo esta panda de ídolos de pacotilla
que exhiben principios de tercera regional, y así crear una
nueva escuela de pensamiento (y de sentimiento, valga la expresión).
Esta última frase me hace especial ilusión :). Además lo veo
factible, entre otras cosas, porque cuando uno se encuentra con una
situación tan desastrosa, patética y caótica a nivel social poner un poco de orden no
es tan difícil. :). ¿Debería darles las gracias? Cierto es que yo pongo el listón muy alto, de
ahí la demoledora crítica.
Quizás por esas razones hablamos de gente anónima y con méritos poco
reconocidos. Reflexiones usted, apreciado lector, sobre cuáles pueden
ser las razones. ¿Igual miento y realmente no existen tipos como los
descritos arriba?
Y, por cierto, yo no he necesitado a ningún dios religioso o
inventado y ni mucho menos a ningún ídolo de esta índole para llegar a
semejante conclusión. Es más, me ha facilitado el camino liberarme de la
pringosa influencia de todos y cada uno de ellos. En soledad, nada ni
nadie me ha impedido pensar con total y absoluta libertad. De hecho,
espero reunir el valor y las fuerzas suficientes para que jamás
nada ni nadie me impida acometer semejante labor.
De hecho, con o sin recursos, ya estamos intentando cambiar el
mundo, el problema, grave por cierto, es que es complicado convencer
con grandes ideas a los acostumbrados a escuchar sandeces y pamplinas
o
escribir frases elocuentes para atraer a personas que detestan las lecturas
críticas e intensas, alentar a la acción a holgazanes y
perezosos o invitar a la reflexión a quienes temen abandonar la
cálida dependencia de las multitudes y sólo buscan transitar por
caminos trillados. Es más sencillo
y menos trabajoso vivir como un autómata con ideas y sensaciones
prestadas... y luego quejarse como si uno no tuviera culpa de nada.
¡Bendita ignorancia!
Y, créanlo o no, ese reducto reducido de personas no nacieron con
ninguna malformación genética, ni mucho menos deben considerarse
como tipos raros, sí es cierto que poseen un corazón (y en afortunadas
ocasiones también con un cerebro) de unas dimensiones
inadmisibles según los cánones establecidos. Por otra parte,
tampoco me parece justo que sean ignorados y condenados al
ostracismo. Entiendo que es comprensible echar a los leones a quienes nos
ofrecen mejores propuestas de crecimiento individual y social
en todos los órdenes y a quienes sólo nos divierten los idolatremos.
Sí, es perfectamente lógico y comprensible... gracias a esa
retrógrada, sectaria y poco eficaz instrucción que recibimos. Sólo faltaría
para rematar la faena de esta espeluznante instrucción materialista que
atentáramos contra nuestro propio organismo dándonos con un palo en
la cabeza. Oh, bueno, el tabaco o las drogas creo que podrían
utilizarse como analogía. !Ah, no, que hay que pagar por ellas! ¡No
es válida pues! ¿No ha entendido la analogía? Es que darse con un palo en la
cabeza es gratis, las otras modalidades son de pago. ¿Ya lo pilla?
Otro tema controvertido parte de la idea que que sólo puedo entender
como inconcebible que para llegar a albergar en mi mente todas estas
ideas (convertidas en párrafos y
palabras) haya tenido que sortear, en solitario claro
está, todos tipo de obstáculos, como si algún tipo de mecanismo o
estrategia o sistemática conflagración oculta porfiara por
convencerme de que este proyecto debía considerarse erróneo o descabellado, que
no debía en modo alguno aspirar a mayores gracias que las que se me
ofrecían como plausibles y convencionales alternativas. La educación
emocional no es una opción, es mas bien un atentado contra el
dogma materialista. No hay problema: afortunadamente yo soy Ateo.
Ateo de todos los ídolos y dioses planetarios. Quizás no tanto
como el señor Ricardo Dawkins pero por ahí andará la cosa.
¡Espero sobrepasarte algún día Ricardito! Antes de confiar en
las enseñanzas de tanto ridículo dogma prefiero poner mis
esperanzas en el potencial infinito que alberga la condición humana. No sé si a
la larga saldré ganando... conforme está la cosa. Quizás hubiera
sido mejor opción reverenciar a una pelota de golf. O ponerme a cantar. Tendría que quitarme a las
fans de encima.
La conclusión positiva que saco (soy un optimista convencido) es que
emprender esta tarea de constante enfrentamiento tiene
connotaciones muy emocionantes. Rebatir los cientos de estúpidos
axiomas o derribar a base de golpes argumentales a la mayoría de
paradigmas sólidamente establecidas me está resultando una labor
intelectual muy instructiva.
En
cualquier caso, yo que me considero más que inteligente seguiré
viviendo de cine, con unas sensaciones de ensueño, tanto si alguien
le da por leer mis palabras o no. No pienso sulfurarme lo más
mínimo. Yo mismo me seguiré planteando dudas y existenciales y me
las iré resolviendo. ¡Mi mayor infortunio es no poder vivir durante
mil años! ¡Aún así, sé que no me aburriría nunca!
Dado este segundo y citado caso
me llevaré ese poderoso conocimiento conmigo y vaya donde vaya me
sentiré como en casa, y disfrutaré de la vida como un don
maravilloso. ¡Me lo he ganado!
Como yo (me) digo en múltiples ocasiones: el mundo (la gente) puede decidir
cambiar o no hacerlo, si no lo hace, peor para él, seguirá
sufriendo por las repercusiones de montones y variadísimos desastres, e incluso
apuesto a que los más afortunados de
sus constituyentes sólo gozarán de una suerte de felicidad de cuatro
pesetas. Sí, incluso la felicidad (con minúsculas) emana como efecto
secundario de este retrógrado sistema.
Algún día explicaré lo que para mí significa la Felicidad...
En fin, yo ya hace mucho que me siento un ganador.
Y además me alegra saber que he vivido lo suficiente para contarlo.
Notas:
(1)
Entre los deportistas galardonados con el doctorado honoris causa
podemos citar al jugador extremeño de baloncesto José Manuel Calderón, al piloto
italiano de Moto
GP Valentino Rossi, al golfista cántabro Severiano Ballesteros, al ex-entrenador del
Valencia Rafa Benítez. Acerca de cantantes galardonados con este diploma
honorífico podemos citar a
Bono de U2, Bruce Dickinson de Iron Maiden, Bob Dylan, los Bee Gees, Kylie
Minogue, Steven Tyler cantante de Aerosmith (sí, el mismo que se fumó 20
millones de dólares en droga), Bon Jovi, Billy Joel, Jarvis Cocker, el ex-Beatle
Paul McCartney y los tres miembros de Muse. A Justin Bieber y a Miley Cyrus creo
que todavía no les han concedido semejante galardón. De momento. Esperen a que
en el futuro algún agilipollado intelectual rector de
universidad se le encienda la bombilla,
y con tal de situar su universidad en el mapa de la popularidad
atraiga la atención de estos pimpollos y les conceda la medalla al
mérito. Por cierto, mientras escribía estos párrafos acabo de cerciorarme que a
finales de marzo de 2014 Nadal rechazaba su ¿merecido? doctorado por parte de la
Universidad de las Islas Baleares (UIB). Más noticias en el próximo libro. No se
lo pierdan :)
Pueden revisar las fuentes abajo:
http://digitalextremadura.com/not/40125/calderon__investido__doctor_honoris_causa_por_la_universidd_de_extremadura/
Calderón, el bas de Dallas Mavericks afirmaba al respecto: "La primera
reacción fue pensar ¿Por qué yo? Yo no tengo ningún título académico, ni soy
investigador, ni soy estadista ni un representante de la cultura ni tampoco un
venerable anciano con una trayectoria a mis espaldas"
http://iphone.diezminutos.es/famosos-corazon/famosos-espanoles/severiano-ballesteros-la-triste-muerte-del-golfista/seve11
http://www.marca.com/2011/03/31/futbol/seleccion/1301582447.html
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/06/04/valencia/1212576821.html
http://www.elmundo.es/cultura/2013/11/07/527b8c570ab740c5608b456b.html
http://alo.co/actualidad-y-entretenimiento/kylie-minogue-doctora-honoris-causa-universidad-inglesa
http://www.taringa.net/posts/info/11914788/10-cantantes-que-tienen-doctorado-en-musica.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Valentino_Rossi
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