El anti-ídolo. Ensayo y crítica sobre los ídolos contemporáneos.
Ídolos. Héroes por el talento.
Otro detalle sin “importancia” viene
relacionado con el talento del sujeto. Si este ha nacido bendecido
con una destreza especial va a necesitar mucho menos empeño que
cualquier otro para quemar las mismas etapas. Bajo este punto de
vista, parte del mérito de su triunfo vendría delimitado más por su
dotación genética que por el esfuerzo añadido. En cualquier
caso, se premiaría más el talento que la voluntad de superación.
Desafortunadamente para la mayoría de la población, un talento desarrollado hasta
el infinito se premia muy por encima que varias potencias trabajadas hasta
alcanzar un nivel elevado, pero no magnífico. Más aún, es la calidad
y la necesidad de ese talento la que cotizan en el mercado de
valores. No tiene el mismo reconocimiento un púgil imbatible dentro
de cualquier categoría de full contact que un campeón mundial boxeo
en la categoría de pesos pesados, este último, hablando en términos
de fama, ganaría por knock out al primer combatiente antes siquiera
de que empezaran las hostilidades.
Los héroes por el talento obviamente se verán beneficiados, una por
la suerte de poseer tal cualidad y dos por la benevolencia de
colectivo de individuos que favorece a especialistas de actividades
mundanas, o sea aquellas relacionados con juegos o el espectáculo.
Se puede adorar a alguien por talentoso, tanto como se puede admirar
a una persona bella, de hecho se puede admirar cualquier cosa,
pero a fuer de ser justos, la cualidad de bello o talentoso se
desliga de un mérito personal a priori, ya que esta marca viene
de fábrica (de nacimiento), como la altura o el color del pelo.
Si lo piensan bien, es absurdo contemplar como heroico un talento
exquisito, esto sería comparable como venerar a un individuo porque
le ha tocado la lotería. La consideración de admirable recaería en
el esfuerzo posterior continuado para traducir ese don en
excelencia, ya que nacer con cierto talento o belleza física es
cuestión de suerte.
Peor
todavía, hoy en
día cualquier habilidad innata se toma como un talento "divino" y a
sus poseedores se les presta una atención inusitada. Ejemplos:
aptitud para golpear o manejar una pelota con los pies, manos o con
algún artilugio como palo o bate. Por otra parte, tenemos "artistas"
talentosos encajados en proyectos de marketing de dudosa calidad
(música repetitiva o bum-bum), no hay pocos que se muestran en
programas de bajo nivel, que pululan por las revistas del corazón
hablando de temas banales, etc. ¿Tales cualidades deberían
considerarse
como convenientes y valiosas? ¿No se presta este argumento a
discusión? Hoy en día se considera talento a cualidades arbitrarias
que no se relacionan en modo alguno ni con la sabiduría, la
justicia, la moderación, la sensibilidad, la honestidad, el respeto,
la empatía o el estudio científico, etc. Resumiendo, todas las
cualidades calificadas esenciales para construir un mundo más
saludable se toman por irrelevantes y otras pueriles y caprichosas
se tornan como ejemplarizantes.
Quizás sería más correcto, hablar de "héroes por chiripa" o "héroes
por la suerte", la suerte... de vivir en una sociedad tan
infernalmente frívola y superficial como para que se les tome en
cuenta más allá de un rato un par de veces por semana.
Contacto y comentarios
Puedes comentar este texto aquí: Comentarios
También puedes contactar con el administrador en este enlace: Contacto