Crítica a los ídolos contemporáneos. Resumen. Parte VI
150 puntos contra los ídolos contemporáneos
Resumen del Anti-ídolo
Después de reflexionar sobre los anteriores secciones podemos concluir de manera
resumida con los siguientes puntos:
Esquema:
• Héroes por el enfrentamiento social
Los héroes por enfrentamiento social constituyen ese grupo de individuos que
porfían por encontrar las fallas del sistema y los cataclismos en los que
derivan la aplicaciones de políticas irracionales y
se esmeran en aportar soluciones factibles y regeneradoras. Hablamos de “enfrentamiento social” porque
su tarea implica
enfrentarse a los orígenes de los problemas, en suma, “al mal en el mundo”. etc.
Son investigadores, pensadores, científicos, políticos, periodistas, activistas,
los que, teóricamente al menos, podrían cambiar el rumbo de la
sociedad. Es quizás por ese motivo que a la mayoría de ellos se les relega al
banquillo. Es más, muchos de ellos tienen que sortear cientos de obstáculos para
alcanzar el clímax de un razonamiento sin interferencias. Algunos
desafortunadamente “mueren” en el intento debido a la falta de estímulos y a las
oleadas de tóxicas corrientes que les anegan. Recuerden, un cuerdo en un mundo
de locos es considerado el más loco de todos, y
en este mundo de nimias concepciones resulta prácticamente imposible desgajarse
de todo ese lodo oscurantista sin revolverse contra el alud de informaciones
sesgada que eyecta la parafernalia mediática. Avanzar con un viento huracanado de frente es
ciertamente difícil. Avanzar cuando una fuerte corriente te impulsa es
ciertamente sencillo. No les sorprenda que me descojone ría cuando
afirman que alcanzar la cima en un deporte como el fútbol constituye una hazaña.
Hay logros mucho más difíciles. Sé muy bien lo que digo, conozco perfectamente
ambos mundos.
• Héroes por la solidaridad.
Los ídolos en absoluto alcanzaron su posición de tronío por hacer gala de comportamientos más
solidarios que la media de ciudadanos, de hecho podrían no destinar ni un solo
euro a causas benéficas, no tienen obligación alguna de esforzarse en semejante labor.
Dada tal contingencia, ¿acaso su popularidad se vería menoscabada? Ni mucho menos. La
solidaridad no es una etiqueta identificativa que se tenga en cuenta para reconocer
o encumbrar a cualquier
aspirante a figura destacada, más bien accesorio. Moción desestimada por irrelevante.
• Héroes por la solidaridad (2).
Tampoco destacan por su generosidad o altruismo salvo en momentos puntuales
(spots, viajes relámpago a países pobres, eventos sociales, partidos benéficos,
etc.) y teniendo en cuenta del gran poder e influencia del que disponen no es
esta cualidad digna de aplauso, mas bien habría que exigirles mucho más en este
aspecto.
• Héroes por la solidaridad (3).
Si se diera el caso anterior, probablemente la cantidad entregada
a obras benéficas fuera una mínima parte del sueldo obtenido, lo cual no
amenazaría en modo alguno su boyante economía. Quizás si usted entregara 100
euros a cualquier causa realizaría un sacrificio mayor. Apúntese otro tanto a su
favor. Y ni mucho menos esa aportación se vería sustentada por una comprensión
de los problemas subyacentes a dicha causa. Su cultura al respecto tiende a ser
escasa o nula. En pocas palabras, que quizás aporte para una causa determinada
pero dudo que se muestre competente para ilustrarnos con una simple definición o
con una lista de síntomas que genera tal enfermedad o trastorno. Nadie le exige
tales "quebraderos de cabeza".
• Héroes por la solidaridad (4).
Continuando con puntos anteriores, se puede considerar a un ídolo como
"solidario" por el mero hecho de mostrar su “cara bonita” en un evento
relacionado, mientras que otras, personas de cualquier condición o estirpe, que han bregando durante años superando grandes dificultades (e
incluso poniendo su integridad en riesgo) a veces ni se les invita y ni mucho
menos se les menciona ya que lo atrae a las masas es la representación de una
sugerente imagen no la verdad. La imagen seduce, la verdad irrita (aunque la
imagen subyuga y la verdad libera). Por tanto, postularse como solidarios no les
cuesta mucho trabajo, tienen las puertas abiertas de par en par. Más aún cuando
millones de personas han sido "entrenados" para aplaudir sus actuaciones
independientemente de su idiosincrasia, creencias o deontología moral. Resumiendo: una imagen
cautivadora constituye la reina del marketing en este mundo. Así, nuestros
héroes logran matar dos pájaros de un tiro: se se les bendice con el apelativo
de grandes personas y además reciben la etiqueta de solidarios. Por el
contrario, los verdaderos, los auténticos solidarios y grandes personas,
despojados de recursos, acabarán recluidos en pequeños círculos y, aún así,
llevarán a cabo una labor inestimable. Es obvio, si crearán escuela destruirían este
capitalismo de ficción. Por tanto deben ser reemplazados por los "solidarios de
mentira". Menuda tomadura de pelo.
• Héroes por la solidaridad (5).
El esfuerzo realizado por demostrarse como solidarios o aportando a causas
sociales puede ser tanto como dejarse ver en un evento benéfico, aportar una
milésima parte de su sueldo o participar en algún partido para recaudar dinero
para alguna causa. ¿Se imaginan que se les pidieran los mismos galones que
aquellos demostrados para alcanzar el trono en su disciplina artística o
deportiva? No me los imagino preparándose duramente durante más de 15 años
(con el añadido de la competencia de millones de motivados aspirantes) para
alcanzar ese objetivo. Dado tal escenario ni siquiera década y media de brega constante les aseguraría,
¡ni mucho menos!, un puesto de privilegio. ¿Ustedes creen que se presentaría
alguno como voluntario? Saldrían pitando. Mejor ir al pueblo cercano a echar un
partidito y repartir abrazos y autógrafos. Dicha tarea resulta más agradable y mucho menos
trabajosa. ¿Se imaginan a un ídolo del basket cuyo currículum revele que sólo ha
participado en
10 ó 20 partidos? No participaría ni como reserva en la última liga regional. Y si tuviera la
osadía de compararse con el mejor en esta disciplina todo el mundo se reiría de él. Sin embargo sí se acepta
a un ídolo como solidario (o "ejemplo para la humanidad") por haber dedicado cuatro ratos o
dado una mínima parte de sus posesiones, obtenidas por cierto por cauces
absolutamente divergentes, a alguna causa. Menuda idiotez. Desde
ese punto de vista, podrían contratarme a mí como figura representativa de la ACB. Total, yo jugué diez o quince partidos de baloncesto cuando era niño o
adolescente. ¡Más que suficiente!
• Héroes por la solidaridad (6).
Al final el efecto es siempre negativo puesto que, aunque el ídolo se muestre
como un tipo solidario, eso sólo permitirá que su estatus se eleve y atraiga a
más personas hacia la profesión que defiende. Acumula pues más méritos para
ser admirado. Sin embargo los verdaderos solidarios, aquellos que luchan por causas
humanitarias se ven de nuevo relegados a un segundo plano. Ninguneados mas bien.
Así, si hablamos de un jugador de basket, sus seguidores hallarán todavía más si
cabe motivos para imitarlo. Resumiendo: les damos todos los
privilegios a unos cuantos bufones y a los verdaderos aspirantes a "grandes
personas"… no les damos ni las gracias. Por supuesto, toda la
parafernalia mediática le servirá de respaldo. Medios que no dudarán en
manipular o denigrar a Pensadores o Rebeldes
(sí, con mayúsculas) para que se sometan a las "bondades" del sistema. Ante tal coyuntura,
preferimos “meternos en un armario” y así poder reflexionar con claridad
y sin injerencias.
A nosotros no nos duelen prendas en derribar a todo ídolo, dios divino o humano, a base
de esgrimir argumentos sólidos y poderosos. Pensar (con mayúsculas, no como
especialista) hoy en día es un acto de rebeldía y desobediencia civil. Le invito
a sublevarse conmigo.
• Héroes por la solidaridad (7).
¿Y todo esto cómo es posible? La respuesta es simple,
la industria del espectáculo es mucho más importante y poderosa que aquella que
defiende la solidaridad y los derechos humanos más fundamentales o se relaciona
con la investigación científica o el fomento de la cultura no recreativa. La primera
juega en "división de honor" y sus componentes reciben sueldos y acogidas
millonarias, la segunda juega en regional, en campos de tierra, con recursos
mucho más escasos. Por si fuera poco el árbitro de la contienda y el público han
sido educados cuidadosamente para beneficiar a la primera. No existe el juego
democrático: la victoria está escrita de antemano. En resumidas cuentas, los adalides de las primeras tienen carta blanca
para representar a las segundas. La suposición inversa es inviable y además
resulta estúpida e inaudita. ¿Alguien consideraría a Noam Chomsky o Jose
Antonio Marina un candidato idóneo para representar a la liga
de fútbol? ¡Suena ridículo! Sin embargo, un deportista o artista reconocido sin
duda podría posar como imagen representativa de algún evento solidario. Que haya
hecho méritos o no, da exactamente lo mismo. "Tú sal ahí, sonríe y léete los
dos párrafos de este folio y no hace falta que hagas nada más.". Por
cierto, en España (y más que probablemente en el resto de países desarrollados),
la mayoría de gente es incapaz de pronunciar el nombre de cuatro reputados
científicos, ahora, pregúntenles a la gente sobre cantantes, deportistas, etc.
Apuesto a que emitirán de carrerilla cientos de nombres.
• Héroes por la solidaridad (8).
Al final, las consecuencias del "esfuerzo" del ídolo solidario resulta
mas bien escaso cuando no fraudulento. La
razón es sencilla, puesto que la mentalidad reinante beneficia el consumo de
eventos "espectaculares", el dinero "invertido" en causas solidarias tarde o
temprano volverá a manos de la industria benefactora. El tinglado como pueden
imaginar fue pergeñado para favorecer a corto o largo plazo al más rico.
Nuestra sociedad es como un enorme casino: se nos educa para jugar a las
máquinas tragaperras, los mayores jugadores crean escuela, ofrecen sus migajas a
causas solidarias, pero como el mundo está globalizado, la mentalidad reinante
afecta (o afectará) cada día a más individuos, lo cual implica que el día de
mañana el número de ciudadanos-jugadores aumentará. La moraleja es obvia:
el dinero finalmente será devuelto a la empresa que parece "cuidar" de
todos nosotros: el casino. Y, al igual, que ocurre nuestros queridos
benefactores,
quedará retratada como solidaria. Y, por supuesto, no se escuchará a nadie
levantar la voz en forma de protesta. Al haber sido adiestrados como
ciudadanos-jugadores, no contemplarán otra perspectiva ajena a esos principios. Háganme un favor, cuando contemplen a
alguno de estos intento-de-tipos-solidarios, pídanles que les enseñen el
currículum.
• Héroes y reflejo social.
Los dioses que nos alumbran y a los que veneramos dicen mucho sobre quiénes somos, son el reflejo de
nuestra idiosincrasia. Les invito a recapacitar sobre las actitudes y creencias
de aquellos a quienes admiran, examinen cuáles son los valores que defienden.
Más les vale hacerlo, pues a partir de la comprensión de estas premisas y la
toma de decisiones subsiguiente se constituirá
la base moral de la sociedad futura. Un tipo íntegro, bien educado, polifacético y con
amplitud de miras debería tener como referencia a cientos de individuos (no sólo
uno o varios) y no será con toda probabilidad un tipo pegado a un balón, un
cantante adscrito al consumo de estupefacientes o a una "supermujer" de la cual
sólo reconoce sus curvas a quien profese su mayor admiración. “Dime a quién
admiras y te diré quién eres”. Recuerden esta frase "Todo lo que germinará en
este mundo con profusión será aquello por lo que sintamos devoción".
Piénselo detenidamente, ¿por qué siente devoción usted?
• Héroes de la industria del espectáculo.
Nuestros camaradas predilectos son engendrados y alimentados por los mismos sistemas
que detestan el cambio y se defienden a sí mismas promocionando la hegemonía del
culto al entretenimiento. Con ellos el mundo difícilmente puede evolucionar por
los mismos cauces y derroteros: frivolidad, consumo irresponsable, decadencia de
valores, y un largo etcétera. Podemos apuntarles, en parte, como grandes
responsables de esta sociedad hedonista, ignorante, vanidosa, insolidaria e
infantil.
• Héroes de la industria del espectáculo (2)
Esta mentalidad de tintes
sectarios resulta monstruosamente efectiva ya que se vale de millones de medios
(y a tiempo-completo además) para imponen sus cánticos pseudorreligiosos propiciando una
"homogeneización de cerebros". De hecho hoy día, gracias al incesante aluvión mediático y al proceso de globalización que
empapa todo el planeta, es posible “engañar a
todos todo el tiempo”. Una de las consecuencias directas de tal monstruoso
"logro" es la destrucción
del pensamiento razonado y crítico. En consecuencia, cada vez quedan menos pensadores y la
finalidad de los mass-media pasa por sobornarlos a todos hasta que los manipuladores de
objetos (empresarios), los peloteros o toca-pelotas (deportistas) y mujeres y
hombres-objeto reinen en el mundo y aniquilen cualquier voz disidente. Ya queda
menos, vamos por buen camino. De nuevo les pregunto, ¿están ustedes todavía
convencidos de que sus ídolos merecen semejante status?
• Héroes, publicidad y empresas.
Recuerden que para las grandes empresas resulta más fácil publicitar sus
artículos a millones de individuos que sustenten la misma mentalidad y que dispongan del
menor tiempo (y cultura) posible para razonar con independencia De ese modo, serán
fácilmente captados, atrapados en la tela de araña. Persuadir a un tonto
o a un ignorante
es mucho más simple que a un tipo inteligente, con gran carácter y
conocedor de todos estos tejemanejes. El resumen es claro: cuanto más idiotas e
incultos más fáciles seremos de adiestrar.
Y no, el hecho de ser licenciado universitario o ingeniero no le eliminaría de la lista. En realidad,
les "habla" un ingeniero y prácticamente NADA de lo que escribo en este
blog lo aprendí en las aulas. Nada, cero, rien de rien. Resumiendo:
yo no aprendí a Pensar ni en las escuela, ni en el instituto, ni observando a
los ídolos televisivos, ni leyendo novelas ni viendo programas, series o películas de amplia
audiencia ni mucho menos asistiendo unos cuantos años al colegio universitario. Aprendí solo, en silencio,
con la única compañía de unos cuantos buenos libros.
• Héroes como empresas.
Las empresas, aparte de ofrecer un servicio necesitan por definición obtener
un beneficio económico (salvo quizás las ONGS). No necesariamente buscan lo mejor para
sus
empleado. De hecho, si pueden escamotearle una peseta, o si ven la posibilidad
de emplear a un millón de
individuos por un sueldo misérrimo sometiéndoles en un estado de semiesclavitud
y negándoles los servicios mínimos, generar controversias políticas, arrasar
ecosistemas, participar en guerras con tal de aprovecharse de los recursos de un
país o amenazar a gobiernos lo harán si no se les
ofrece oposición. Si revisan el pasado de buena parte de las empresas punteras
en la actualidad comprobarán con estupefacción decenas de oscuros episodios de
sufrimiento, robos, injusticias y sangre. La pela es la pela. La sensibilidad es
enemiga acérrima del beneficio económico, por tanto, es preferible arrancársela
de cuajo. Afortunadamente existen muchas excepciones pero por otra parte
encontramos demasiados ejemplos desoladores que dan veracidad a este párrafo.
• Héroes como bancos o empresas de inversión.
¿Qué puedo decirles que no sepan ya después de estar
sufriendo los achaques de una crisis global generada por bancos y empresas de
inversión? ¿Hablamos de hipotecas subprime? ¿De millones de
desahucios
y familias arruinadas? ¿Del hundimiento de Grecia? ¿Del caso islandés? ¿De la
crisis del euro? ¿De las manifestaciones multitudinarias? ¿Hablamos de la estafa
de las participaciones preferentes? ¿De la Nueva Rumasa, Gescartera o Fórum
Filatélico? ¿Hablamos de que los causantes jamás pagarán por sus delitos en
su justa medida? ¿Hablamos de que muchos de ellos se retiran con sueldos
o jubilaciones millonarios mientras los pilares de nuestra
sociedad se vienen abajo? ¿Hablamos del rescate a los bancos como Bankia
o del desamparo que sentimos los
ciudadanos? Quizás deberíamos hablar de socialismo para los ricos (rescates y
solidaridad) y capitalismo para los pobres (¡pagad por las abusos y
atropellos causados por los ricos!). Si algunos consideran héroes a estos señores ya pueden haber
advertido que su afán desmedido de riqueza nos ha sumido en un caos absoluto y
un clima de miseria y desesperanza, del cual nos será muy difícil recuperarnos.
Pagaremos por sus errores durante años y años. ¡Viva la diosa
Economía y todos sus adláteres!
• Héroes y percepción de la realidad.
Otro efecto subsidiario de permitir su reinado es el hecho de provocar una
distorsión de la realidad tal que induce a millones de individuos creer a pies
juntillas que un juego de reglas arbitrarias, la representación falaz de una
historia (película, serie de TV), una melodía o unas piernas o trasero bien formado o si la
Maruja tal sale con el torero cual son asuntos más relevantes y dignos a tratar
que otros temas de actualidad más acuciante. Es decir, nuestros ídolos son
co-responsables de una gradual inversión de la pirámide de valores. Aquellos
arbitrarios e insustanciales se toman hoy día como esenciales y los esenciales como
etéreos. Y es que, cuando uno forma parte de alguna organización como cabeza
visible, debe ser consciente no sólo de sus efectos positivos sino también de
las consecuencias negativas que
desde esa organización, empresa o deporte se proyecta al orbe. No se preocupen,
ustedes escucharán únicamente la parte de verdad que a los medios les interese
difundir. Y, por supuesto, se la creerán sin presentar objeciones.
• Héroes y percepción de la realidad. (2)
Continuando con el punto anterior: así se cumple que la gente se pase millones
de horas hablando del partido del domingo, del penalty injusto o las salidas de
tono del entrenador de turno (haciendo gala además de una cultura histórica
impresionante) y no se disponga ni de un momento para analizar por qué acontecen
otros sucesos que nos azotan diariamente. ¿A quién le importa? Esa falta de
conocimiento es absolutamente contraproducente, catastrófico para el desarrollo
de una sociedad más evolucionada, equitativa y saludable. Lo peor, también es
perjudicial para el individuo seguidor, que de recibir una mejor formación se
beneficiaría en notable grado. Este, extrañamente, prefiere seguir en la más
profunda ignorancia. No es que sea tonto, es que así se le ha educado. Sólo un
dato: si sólo la décima parte del tiempo que nos pasamos debatiendo sobre asunto
de poca monta la dedicáramos a reflexionar o leer sobre cómo resolver
conflictos o problemas en nuestro entorno, otro gallo nos cantaría. Pero no,
este planteamiento en la sociedad consumista parece una petición utópica. Nadie
está por la labor. Luego, como era de esperar, vienen los lloros y las catástrofes.
• Héroes y percepción de la realidad. (3)
Esa falta de conocimiento íntimo produce un menoscabo de la personalidad de los
individuos, que ni siquiera son conscientes de que con otro tipo de instrucción podrían aspirar a triunfos
mucho mayores que un simple trabajo o una “bonita” relación de pareja. No
lograrán escapar más allá del pequeño cubículo al cual se destina a todo
individuo sumiso y obediente que sigue y obedece los dogmas que gravitan en el
ambiente. En
general, la preparación y el valor necesario para asimilar grandes ideas y
abordar retos de envergadura tiende a cero.
En las sociedades regidas por el dinero se minimiza el significado y el alcance
de palabras como amor, libertad, justicia, solidaridad o inteligencia emocional
y social, etc. Son conceptos
ciertamente "molestos" que no se incluyen como relevantes en el menú
"filosófico" diario que se basa en deglutir lo más rápido posible todo tipo de
artículos de consumo. Siguiendo esa alienante rutina, los constituyentes
acaban reducidos a lo que yo llamo hombres-tornillo, ataviados con mentes-guisante y
corazones-lenteja. Es un castigo autoimpuesto y merecido, por no querer
sublevarse, por no querer satisfacer una curiosidad innata, por cerrar los ojos
a otros realidades, por no querer, en fin, preguntarse "por qué". La cultura y
educación capitalista se podría redefinir como la "cultura del constreñimiento":
reduce a sus acólitos en tipos tan pequeños, insignificantes y con un
espectro de ideas tan reducido como para acabar idolatrando a cualquier gilipollas, y además lo considerarán un dios.
Tremebundo. E hilarante al mismo tiempo.
• Héroes y percepción de la realidad. (4)
Finalmente esta distorsión causa estragos: con cientos de millones de
aficionados obnubilados ante la presencia de estos ídolos de baja estopa no habrá
posibilidad alguna de constituir una nueva realidad, menos orientada a recopilar
trastos, a
“pasárselo bien”, a sobrevalorar a la imagen externa o a promocionar la
generación de pautas que redunden en prestigiar el estatus de unos pocos. La suerte está echada. La única opción pasa por derribarlos de
sus pedestales a base de irradiar luz sobre sus presuntas “heroicas acciones”.
Demostradas que no son tales esas estatuas gigantescas se vendrán abajo sin
remisión.
• Héroes y percepción de la realidad. (5)
Sólo con emprender la tarea de ilustrarse con algunos de los libros contenidos
en mi bibliografía obtendrá una "visión de
mundo" mucho más amplia que con la contemplación de tanto protagonista de
telenovela barata. Hágame caso, no desperdicie más que el tiempo justo honrando
su presencia. Su tiempo y su existencia es igual o más valiosa que la suya,
sólo que quizás aún no lo sabe. Exíjales que le hagan grande o deséchelos, trátelos como lo que son: un pasatiempo. En otro
caso, no se queje de su mediocridad o de su sueldo mileurista, es usted es
quien propicia tal diferencia de riqueza. En mi caso, cuando empecé a darme
cuenta de los intríngulis de este "tramposo y maquiavélico juego" fue
realmente cuando mi vida empezó
a dar un vuelco. Sólo lamento no haberlo sabido muchos antes. Todavía,
muchos años después, tengo la sensación de haber sido estafado.
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