Aprendí y decidí
Aprendí y decidí
Después de esperar tanto, un día como cualquier
otro decidí triunfar.
Decidí no esperar las oportunidades, sino
buscarlas.
Decidí ver cada problema como la oportunidad
de encontrar una solución.
Decidí ver cada desierto como la oportunidad
de encontrar un oasis.
Decidí ver cada noche como un misterio a
resolver.
Decidí ver cada día como una nueva oportunidad
de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival son
mis propias debilidades, y que en ellas se
encuentra la mejor forma de superarme. Dejé
de temer perder, y empecé a temer no ganar.
Descubrí que no era el mejor, y que quizás
nunca lo fui.
Me dejó de importar quién ganara o perdiera;
ahora me importa simplemente saberme mejor
que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima,
sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo es tener el
derecho de llamar a alguien “amigo”.
Descubrí que el amor es más que un simple
estado de enamoramiento, es una filosofía de
vida.
Dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos
pasados y empecé a ser mi tenue luz de este
presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a
iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar muchas cosas, y
aprendí que los sueños son solamente para
hacerse realidad. Desde entonces no duermo
para descansar, sino para soñar.
Fuente: Extraído del libro "La culpa es de la vaca"
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