20 sabios consejos para convertirse en un fracasado
20 sabios consejos para convertirse en un fracasado.
Existen múltiples y variadas maneras de convertirse en un perfecto y
auténtico fracasado. En este artículo se reúne un compendio de pasos sencillos
(llamémosles "sabios" consejos) para alcanzar esa anhelada y prestigiosa meta
que comparten millones de personas: reducirse a un simple "mindundi", un
ser sin voz ni voto, sin ideas propias ni originales, recluido en una pequeña
celda de cuatros metros cuadrados, sustentando con denuedo la brava tarea de
idolatrar regularmente a los mismos cuatro ridículos ídolos, que son los que,
curiosamente, le han ayudado a licenciarse con honores en la universidad de la
incongruencia y la necedad.
1- Sigue las modas, no pienses por ti mismo, no despliegues ninguna idea
original salvo que se relacione con algo frívolo o con artículos
de consumo; no te hagas preguntas existenciales, sonríe y di a todo que sí;
no dudes en seguir al rebaño hasta las últimas consecuencias;
obedece de forma sumisa lo que vomitan los medios audiovisuales sin someterlo a reflexión.
2- No te preocupes por el mal ajeno, tampoco te sulfures por ningún problema
social que no te afecte directamente. No adquieras
ningún libro que te facilite la comprensión del mundo que te rodea. Somete tu
curiosidad al campo específico de tu especialidad profesional. Huye del
altruismo, de la solidaridad, de la generosidad con el prójimo. Tú no tienes
ni ganas ni tiempo para tales memeces. Tú no has robado ni matado a nadie,
ya eres por tanto una "gran persona", no necesitas esforzarte más.
3- Toma como a referentes aquellos de índole recreativa e idolátralos sin preguntarte si
en realidad son buenos ejemplos para ti y para el buen funcionamiento de la
sociedad. No te dejes
convencer por quienes te aseguran que ellos se harán ricos a tu costa, que
no te permitirán crecer como individuo y que sólo te devolverán las migajas
de sus éxitos. No prestes atención a aquellos que te
ayuden a observar las inconsistencias del sistema y te ayuden a progresar
como persona o en tu oficio. Menos todavía los que te hagan reflexionar
sobre la vida o sobre grandes conceptos como el amor, la justicia o la libertad, ¡esos
moralistas son lo peor!
¡seguro que su intención es hacerte sentir mal!
4- Busca satisfacciones rápidas e inmediatas, desecha planes de vida a largo
plazo. Tienes que vivir el ahora de manera más intensa posible. ¡Al futuro
que le den! Con el fin de obtener satisfacciones rápidas, adhiérete a todos los vicios destructivos
a tu alcance: drogas
duras, alcohol, tabaco, porros, tranquilizantes; recurre al sexo sin sentimientos,
al amor
por la velocidad, por la belleza sin consistencia u otros como los denominados opios del pueblo como la telebasura o partiditos de fútbol, etc. Hábitos ideales para convertirte,
a la larga, en
un tipo subordinado, irreflexivo y sin fortaleza interior, que es justo lo
que inconscientemente anhelas.
5- Intenta despilfarrar todo el tiempo posible en discusiones banales y frívolas, ej: conversa sobre las tetas de la presentadora tal, clama contra el árbitro
que señaló aquel penalty injusto, medita si hacerte mechas o la permanente,
averigua si Juanito sale con Marujita, o visualiza cuántos
cubatas te tomarás el sábado, etc. Debes desperdiciar literalmente media
vida en gilipolleces que no permitan desplegar tu inmenso potencial ni
tampoco te faciliten una mejor comprensión del entorno que te rodea y cuyo fin
sería aprovechar mejor tus opciones de alcanzar grandes metas. Es esencial
dedicar tu tiempo en elevar a la categoría de dioses a tipos de baja estopa
y someterte a su supremacía. Esa debe ser tu grandiosa contribución al
progreso de la sociedad.
6- Agénciate un dios, no importa su origen o naturaleza, lo esencial es que te ofrezca
protección, compañía y rellene tu inmenso vacío espiritual. Él te evitará el
doloroso proceso de encontrar la Libertad por ti mismo, ese largo
proceso de reflexión de construir el original edificio que constituye tu
imagen vital. Mejor recibir una tablilla con unas cuantas normas fáciles de
entender y que sean irrebatibles. Puedes elegir un dios
religioso, un dios-pelotero u otro cantante o actor. Cualquiera sirve. Si no sabes
a cual agarrarte, haz como todos, acude al centro comercial más cercano y
adquiere una tele de 40 pulgadas. El Dios Capitalista retransmite sus sermones
diarios
por sus canales digitales. No lo dudes, ¡se te quedarán grabados a fuego!
7- Orienta tu vida al tener no al ser. Puedes empezar por negar que tienes
corazón o un alma sensible; luego, y desde muy pequeño, comenzarás tu
proceso de iniciación a ciudadano-consumista, el cual durará toda la vida.
Así, porfiarás por adquirir todo tipo de trastos o ropa de diferentes marcas
de manera desmesurada, deseando cada día más y más modernos y actualizados.
Luego, por supuesto, no
olvides presumir de todas tus posesiones como buen hijo de vecino. El
objetivo del capitalista campeón: amar más a los trastos o al dinero
que a las propias personas. Vamos, lo "normal".
8- Siguiendo con el punto anterior, debes reflejarte en aquellos ídolos
amantes de los objetos tales como empresarios (trafican con objetos), peloteros
(deportistas que juegan con objetos tales como pelotas), mujeres (u
hombres)-objeto, etc. Son ellos los considerados líderes de nuestro tiempo,
los que más fama, popularidad, dinero y amor reciben de parte de las masas,
así que es de cajón rendirles pleitesía: ¡son los mejores! Lo importante es
entretener a la gente no hacerla reflexionar (semejante disparate sólo es
propio de algún Noam Chomsky o cuatro locos antisistema). Tú como fiel
borrego feligrés seguirás
al pie de la letra las
indicaciones de tus amados dioses.
9- Tu obligación como sectario capitalista consiste en mantener la mente lo más
cerrada posible albergando activas únicamente cuatro ideas. Ej: ganar dinero,
mantener relaciones sexuales, escuchar música y, en general,
divertirte lo máximo posible. Añadir alguna más no te producirá más que estrés y
ansiedad. Para ello, reúnete con gente de tu misma condición y mentalidad y forma un
grupo bien cohesionado. Esto te facilitará sobremanera el camino hacia el
"éxito": convertirte en un gregario aspirante a una minúscula felicidad.
También, como remate final, te servirá para evitar contemplar otras maneras de
entender y vivir la vida.
10- En caso (inaudito) de acudir a la lectura, esta tiene que referirse a la
literatura de usar y tirar tal como periódicos deportivos, revistas de
cotilleos o literatura light. Como excepción, las materias de tus estudios
especializados, ¡pero no más!.
Desecha todo aquello que te haga discurrir como si se tratara de la peste.
Recuerda que tu misión en la vida es reducir tu potencialidad a un simple
punto en el espacio, conducirte como un esclavo sin voz ni voto en el mundo y
con una percepción de la realidad de cuatro metros cuadrados. Leer y reflexionar podría
ampliar tu cosmovisión de manera notable aniquilando pues este "maravilloso
sueño" de marioneta al que aspiras.
11- Acostúmbrate a alimentarte de comida basura. Recuerda la frase "somos lo
que comemos". Creo que no tengo que explicarte nada más. Consejo de consumo:
una hamburguesa triple (o una ración enorme de pizza cuatro quesos),
aderezada con 200 gramos de salsa grasosa, una fuente enorme
de patatas fritas, un
vaso de refresco de cola de medio litro y un postre con abundantes grasas saturadas.
A poder ser, ¡trágalo sin masticar! En España ya tenemos los
adolescentes más gordos del mundo, ¡debemos perpetuar nuestra condición de
líderes! Cumpliendo a rajatabla este punto y el número cuatro con "suerte" no llegas a
viejo.
12- La educación planteada en esta sociedad nos orienta mayoritariamente
hacia la obtención
de un simple empleo y en modo alguno logra extraer lo mejor de cada uno de
nosotros. Nunca te preguntes si esa instrucción es la más adecuada para ti.
Rechaza la
formación autodidacta y sométete a las "bondades" del sistema lo máximo posible: recuerda que
debes vivir de ideas prestadas. El destino guarda para ti un "hermoso" cubículo cerrado, sin vistas y con
la retribución de un sueldo de mierda. Y, debido a la crisis galopante actual,
todavía deberás sentirte agradecido y dar
gracias al cielo mientras trabajas horas extras no remuneradas. No importa, siempre te
quedarán visualizar en la gran o pequeña pantalla los triunfos y andanzas de
otros, hablo de deportes, series, conciertos, películas o telenovelas. Magníficos
instrumentos para olvidarte de los
problemas... y no resolver ninguno, que es justo para lo que sirven.
13- Gástate miles de euros en decorar tu imagen externa. Cualquier cosa
vale: adornos, ropa de marca, pulseras, trastos a motor, maquillaje,
gimnasio, etc. Por otra parte, debes reducir al mínimo el presupuesto
orientado en averiguar y desarrollar tus fortalezas o tu
belleza interior (sí, esa "cosa" existe, no es una entelequia), ej: cultura
no recreativa como libros de psicología,
autoayuda o ciencia; razonamiento crítico, altruismo o labores sociales, creatividad,
deportes, cursos formativos, etc. Debes ser un consumista convencido. Aquello de la
"belleza interior", del "conócete a ti mismo" e idioteces semejantes
no son
más que argumentos propios de otras épocas o de tipos frikis. Tú eres más chulo y moderno y
demasiado inteligente como dejarte convencer por conceptos propios de gilipollas. Lo
que cuenta hoy día es la imagen, ¡está bastante claro! ¡Si eres feo,
muérete o métete un quirófano!
14- La auténtica misión del peón materialista satisfecho de sí mismo consta en enriquecer
siempre al más rico sin recibir a cambio más que unos momentos de diversión.
Recuerda buscar a todos aquellos ídolos guapos y ricos para hacer cola y
entregarles tu tiempo, tu dinero, tu corazón y tu alma si es necesario. Fiel a la filosofía capitalista, ellos
acabarán engrosando su billetera y su fama cada vez más, mientras que tú, por supuesto y como debe ser, te
volverás más pobre, dependiente, ignorante y agilipollado. ¡La pobreza y el
infortunio ama acoger en su seno a tipos como tú! ¡No eres más que un títere
satisfecho de ser manejado por los hilos del poder!
15- Cuando las cosas no salgan como esperas, nunca aceptes la
responsabilidad de tu fracaso. Culpa a la vida, a la mala suerte, a la
sociedad, a la religión, a los partidos políticos o a la vecina del quinto. Ahora, cuando consigas
un triunfo por nimio que sea, todos sabrán sin ápice de duda que el mérito
fue enteramente tuyo, ¡sí señor!
16- Mantén una relación de pareja lo más frívola posible. Tu historia de amor
debe resumirse en una encuentro casual sin demasiadas luces, quizás un pitillo
compartido, una noche de borrachera o unas cuantas citas virtuales con final
feliz. Lo máximo que se
te permite es regalar flores u otro detalle menor. Los romanticismos más
elaborados resultan vomitivos (el dios
dinero te reprendería duramente por desafiar su absoluta hegemonía: la
frialdad, la insensibilidad debe ser la única moneda común). Jamás
debes encarar la idea de una relación que trascienda sobre tu mediocridad.
Un mindundi como tú se conforma con cuatro ratos de sexo, algunos viajecitos y
una relación de lo más rutinaria. No debes aspirar a más. Tal "monstruosa
idea" junto con la de hacer algo por los demás podría destruir el
capitalismo tal como lo entendemos... ¡y tú eres un fiel valedor de sus
ideas!
17. Una vez conseguida esta espectacular idiosincrasia regada por un montón
de problemas y trastornos y salpicada por una ignorancia morrocotuda de tu
propia naturaleza, cuando observes que tu mundo se cae a pedazos, sal
a manifestarte a la calle, a vociferar contra los políticos o los
empresarios, a los cuales, por cierto, tú mismo has engordado con esa indolente forma de ser.
Manifiéstate con viveza para que los ricos te observen y se rían de ti o las
fuerzas del orden te muelan a palos. Luego vuelve a casa, frustrado y
depauperado, y continúa tus rutinarios quehaceres: el mundo va a seguir
igual de mal con o sin ti. Es más, tú mera presencia justifica las fallas de sus
concepción. ¿Qué esperabas? ¿Cuándo acaso te detuviste y pugnaste por
concebir una sola idea que ayudara a disipar alguno de los males que asolan esta sociedad?
¡Más bien te pasaste media vida acumulando trastos y adorando a
personajes de lo más estúpidos! Esos a quienes ahora gritas son también
resultado de tus actos irreflexivos, tu pasividad ante la
injusticia y tu ignorancia para reconocer la maldad más allá los actos
flagrante. Son como tú, pero "a lo
grande". Recuerda: "Todo lo que ha germinado en este mundo con
profusión fue aquello por lo que el ciudadano-medio o individuo-masa ha
sentido devoción".
18- Jamás escuches a quien te asegure que "para
cambiar el mundo debes primero asumir las transformaciones que pretendes
como una seña de identidad y propagarlas hacia el orbe". Para pedir
responsabilidades, para intentar modificar el comportamiento de otras
personas, primero debes tú iniciar un período de reflexión y transformación
interior que implica visualizar y corregir tus propios defectos y
debilidades. Pero ignorante de ti, nunca entenderás tales argumentaciones
porque te resulta tan difícil abrir tu mente a nuevas ideas como doloroso
contemplarte en el espejo. La cruda realidad demuestra que careces del valor
necesario para enfrentarte a tu
yo-interior. Pero si tú no eres capaz de emanciparte cómo un individuo con
carácter, ¡cómo osas exigir a los demás una tarea que tú has fracasado en
consumar!
19- Transmite y proclama las bondades de tu verdad (que son las mismas que
ha incrustado el sistema en tu poco agraciado cerebro) a tus descendientes y
allá donde vayas. Y por supuesto cuando alguien se te acerque y te hable de
temas complicados o de cualidades o hábitos que pueden servir para regenerar
el aspecto del entorno en que vives, ignórale o espétale en su cara "las
cosas son como son y el mundo no se puede cambiar" (para eso estás tú para
impedirlo a toda costa). Luego, ríete de su ingenuidad mientras apuras tu
quinta cerveza. Tú sabes muy bien lo que haces... ¡campeón!
¡Cualquier cosa menos
"calentarte la cabeza"! Con tu influencia
ten por seguro que el rumbo de la historia no se modificará lo más mínimo.
Tú, lo creas o no, formas parte del muro de contención que impide la circulación de ideas
regeneradoras.
20- Y si algún día aparece algún individuo avezado que refute mucho
de los postulados de la educación en el sistema
capitalista el cual, entre otras cosas, distribuye de forma pésima los recursos y
sólo pretende la generación de ciudadanos consumistas y con falta de
escrúpulos; si ese "extravagante" individuo porfía otorgar más poder
al ciudadano medio (date por señalado), lo cual implica digerir una
imponente crítica, y a la vez menoscabar el predominio de muchos de tus patéticos ídolos, ese día, el día que alguien que
en realidad realmente se preocupe por ti, te pondrás en pie de guerra, te
agarrarás
a la foto de tus amados dioses-bufones del espectáculo prometiéndoles
fidelidad eterna. Así, jurarás por lo más sagrado defender a muerte tu
idiosincrasia de gregario y lucharás contra ese maldito disidente que
pretende obligarte a levantar tu culo gordo de la silla y de una maldita de
vez ayudar a transformarte en un ciudadano responsable y en un pensador
crítico. Tú adoras la figura de fracasado, detestas cualquier verdad que
atente contra tu estado de abotargamiento. Fuiste programado para ello: para
ser un mero tornillo encajado en la gran maquinaria. Tu
destino estaba escrito de antemano.
Contacto y comentarios
Puedes comentar este texto aquí: Comentarios
También puedes contactar con el administrador en este enlace: Contacto