20 sabios consejos para convertirse en un fracasado

Creado: 18/9/2012 | Modificado: 18/9/2012 8078 visitas | Ver todas Añadir comentario



20 sabios consejos para convertirse en un fracasado.
 
Existen múltiples y variadas maneras de convertirse en un perfecto y auténtico fracasado. En este artículo se reúne un compendio de pasos sencillos (llamémosles "sabios" consejos) para alcanzar esa anhelada y prestigiosa meta que comparten  millones de personas: reducirse a un simple "mindundi", un ser sin voz ni voto, sin ideas propias ni originales, recluido en una pequeña celda de cuatros metros cuadrados, sustentando con denuedo la brava tarea de idolatrar regularmente a los mismos cuatro ridículos ídolos, que son los que, curiosamente, le han ayudado a licenciarse con honores en la universidad de la incongruencia y la necedad.


1- Sigue las modas, no pienses por ti mismo, no despliegues ninguna idea original salvo que se relacione con algo frívolo o con artículos de consumo; no te hagas preguntas existenciales, sonríe y di a todo que sí; no dudes en seguir al  rebaño hasta las últimas consecuencias; obedece de forma sumisa lo que vomitan los medios audiovisuales sin someterlo a reflexión.

2- No te preocupes por el mal ajeno, tampoco te sulfures por ningún problema social que no te afecte directamente. No adquieras ningún libro que te facilite la comprensión del mundo que te rodea. Somete tu curiosidad al campo específico de tu especialidad profesional. Huye del altruismo, de la solidaridad, de la generosidad con el prójimo. Tú no tienes ni ganas ni tiempo para tales memeces. Tú no has robado ni matado a nadie, ya eres por tanto una "gran persona", no necesitas esforzarte más.

3- Toma como a referentes aquellos de índole recreativa e idolátralos sin preguntarte si en realidad son buenos ejemplos para ti y para el buen funcionamiento de la sociedad. No te dejes convencer por quienes te aseguran que ellos se harán ricos a tu costa, que no te permitirán crecer como individuo y que sólo te devolverán las migajas de sus éxitos. No prestes atención a aquellos que te ayuden a observar las inconsistencias del sistema y te ayuden a progresar como persona o en tu oficio. Menos todavía los que te hagan reflexionar sobre la vida o sobre grandes conceptos como el amor, la justicia o la libertad, ¡esos moralistas son lo peor! ¡seguro que su intención es hacerte sentir mal!

4- Busca satisfacciones rápidas e inmediatas, desecha planes de vida a largo plazo. Tienes que vivir el ahora de manera más intensa posible. ¡Al futuro que le den! Con el fin de obtener satisfacciones rápidas, adhiérete a todos los vicios destructivos a tu alcance: drogas duras, alcohol, tabaco, porros, tranquilizantes; recurre al sexo sin sentimientos, al amor por la velocidad, por la belleza sin consistencia u otros como los denominados opios del pueblo como la telebasura o partiditos de fútbol, etc. Hábitos ideales para convertirte, a la larga, en un tipo subordinado, irreflexivo y sin fortaleza interior, que es justo lo que inconscientemente anhelas.

5- Intenta despilfarrar todo el tiempo posible en discusiones banales y frívolas, ej: conversa sobre las tetas de la presentadora tal, clama contra el árbitro que señaló aquel penalty injusto, medita si hacerte mechas o la permanente, averigua si Juanito sale con Marujita, o visualiza cuántos cubatas te tomarás el sábado, etc. Debes desperdiciar literalmente media vida en gilipolleces que no permitan desplegar tu inmenso potencial ni tampoco te faciliten una mejor comprensión del entorno que te rodea y cuyo fin sería aprovechar mejor tus opciones de alcanzar grandes metas. Es esencial dedicar tu tiempo en elevar a la categoría de dioses a tipos de baja estopa y someterte a su supremacía. Esa debe ser tu grandiosa contribución al progreso de la sociedad.

6- Agénciate un dios, no importa su origen o naturaleza, lo esencial es que te ofrezca protección, compañía y rellene tu inmenso vacío espiritual. Él te evitará el doloroso proceso de encontrar la Libertad por ti mismo, ese largo proceso de reflexión de construir el original edificio que constituye tu imagen vital. Mejor recibir una tablilla con unas cuantas normas fáciles de entender y que sean irrebatibles. Puedes elegir un dios religioso, un dios-pelotero u otro cantante o actor. Cualquiera sirve. Si no sabes a cual agarrarte, haz como todos, acude al centro comercial más cercano y adquiere una tele de 40 pulgadas. El Dios Capitalista retransmite sus sermones diarios por sus canales digitales. No lo dudes, ¡se te quedarán grabados a fuego!

7- Orienta tu vida al tener no al ser. Puedes empezar por negar que tienes corazón o un alma sensible; luego, y desde muy pequeño, comenzarás tu proceso de iniciación a ciudadano-consumista, el cual durará toda la vida. Así, porfiarás por adquirir todo tipo de trastos o ropa de diferentes marcas de manera desmesurada, deseando cada día más y más modernos y actualizados. Luego, por supuesto, no olvides presumir de todas tus posesiones como buen hijo de vecino. El objetivo del capitalista campeón: amar más a los trastos o al dinero que a las propias personas. Vamos, lo "normal".

8- Siguiendo con el punto anterior, debes reflejarte en aquellos ídolos amantes de los objetos tales como empresarios (trafican con objetos), peloteros (deportistas que juegan con objetos tales como pelotas), mujeres (u hombres)-objeto, etc. Son ellos los considerados líderes de nuestro tiempo, los que más fama, popularidad, dinero y amor reciben de parte de las masas, así que es de cajón rendirles pleitesía: ¡son los mejores! Lo importante es entretener a la gente no hacerla reflexionar (semejante disparate sólo es propio de algún Noam Chomsky o cuatro locos antisistema). Tú como fiel borrego feligrés  seguirás al pie de la letra las indicaciones de tus amados dioses.

9- Tu obligación como sectario capitalista consiste en mantener la mente lo más cerrada posible albergando activas únicamente cuatro ideas. Ej: ganar dinero, mantener relaciones sexuales, escuchar música y, en general, divertirte lo máximo posible. Añadir alguna más no te producirá más que estrés y ansiedad. Para ello, reúnete con gente de tu misma condición y mentalidad y forma un grupo bien cohesionado. Esto te facilitará sobremanera el camino hacia el "éxito": convertirte en un gregario aspirante a una minúscula felicidad. También, como remate final, te servirá para evitar contemplar otras maneras de entender y vivir la vida.

10- En caso (inaudito) de acudir a la lectura, esta tiene que referirse a la literatura de usar y tirar tal como periódicos deportivos, revistas de cotilleos o literatura light. Como excepción, las materias de tus estudios especializados, ¡pero no más!. Desecha todo aquello que te haga discurrir como si se tratara de la peste. Recuerda que tu misión en la vida es reducir tu potencialidad a un simple punto en el espacio, conducirte como un esclavo sin voz ni voto en el mundo y con una percepción de la realidad de cuatro metros cuadrados. Leer y reflexionar podría ampliar tu cosmovisión de manera notable aniquilando pues este "maravilloso sueño" de marioneta al que aspiras.

11- Acostúmbrate a alimentarte de comida basura. Recuerda la frase "somos lo que comemos". Creo que no tengo que explicarte nada más. Consejo de consumo: una hamburguesa triple (o una ración enorme de pizza cuatro quesos), aderezada con 200 gramos de salsa grasosa, una fuente enorme de patatas fritas, un vaso de refresco de cola de medio litro y un postre  con abundantes grasas saturadas. A poder ser, ¡trágalo sin masticar! En España ya tenemos los adolescentes más gordos del mundo, ¡debemos perpetuar nuestra condición de líderes! Cumpliendo a rajatabla este punto y el número cuatro con "suerte" no llegas a viejo.

12- La educación planteada en esta sociedad nos orienta mayoritariamente hacia la obtención de un simple empleo y en modo alguno logra extraer lo mejor de cada uno de nosotros. Nunca te preguntes si esa instrucción es la más adecuada para ti. Rechaza la formación autodidacta y sométete a las "bondades" del sistema lo máximo posible: recuerda que debes vivir de ideas prestadas. El destino guarda para ti un "hermoso" cubículo cerrado, sin vistas y con la retribución de un sueldo de mierda. Y, debido a la crisis galopante actual, todavía deberás sentirte agradecido y dar gracias al cielo mientras trabajas horas extras no remuneradas. No importa, siempre te quedarán visualizar en la gran o pequeña pantalla los triunfos y andanzas de otros, hablo de deportes, series, conciertos, películas o telenovelas. Magníficos instrumentos para olvidarte de los problemas... y no resolver ninguno, que es justo para lo que sirven.

13- Gástate miles de euros en decorar tu imagen externa. Cualquier cosa vale: adornos, ropa de marca, pulseras, trastos a motor, maquillaje, gimnasio, etc. Por otra parte, debes reducir al mínimo el presupuesto orientado en averiguar y desarrollar tus fortalezas o tu belleza interior (sí, esa "cosa" existe, no es una entelequia), ej: cultura no recreativa como libros de psicología, autoayuda o ciencia; razonamiento crítico, altruismo o labores sociales, creatividad, deportes, cursos formativos, etc. Debes ser un consumista convencido. Aquello de la "belleza interior", del "conócete a ti mismo" e idioteces semejantes no son más que argumentos propios de otras épocas o de tipos frikis. Tú eres más chulo y moderno y demasiado inteligente como dejarte convencer por conceptos propios de gilipollas. Lo que cuenta hoy día es la imagen, ¡está bastante claro! ¡Si eres feo, muérete o métete un quirófano!

14- La auténtica misión del peón materialista satisfecho de sí mismo consta en enriquecer siempre al más rico sin recibir a cambio más que unos momentos de diversión. Recuerda buscar a todos aquellos ídolos guapos y ricos para hacer cola y entregarles tu tiempo, tu dinero, tu corazón y tu alma si es necesario. Fiel a la filosofía capitalista, ellos acabarán engrosando su billetera y su fama cada vez más, mientras que tú, por supuesto y como debe ser, te volverás más pobre, dependiente, ignorante y agilipollado. ¡La pobreza y el infortunio ama acoger en su seno a tipos como tú! ¡No eres más que un títere satisfecho de ser manejado por los hilos del poder!

15- Cuando las cosas no salgan como esperas, nunca aceptes la responsabilidad de tu fracaso. Culpa a la vida, a la mala suerte, a la sociedad, a la religión, a los partidos políticos o a la vecina del quinto. Ahora, cuando consigas un triunfo por nimio que sea, todos sabrán sin ápice de duda que el mérito fue enteramente tuyo, ¡sí señor!

16- Mantén una relación de pareja lo más frívola posible. Tu historia de amor debe resumirse en una encuentro casual sin demasiadas luces, quizás un pitillo compartido, una noche de borrachera o unas cuantas citas virtuales con final feliz. Lo máximo que se te permite es regalar flores u otro detalle menor. Los romanticismos más elaborados resultan vomitivos (el dios dinero te reprendería duramente por desafiar su absoluta hegemonía: la frialdad, la insensibilidad debe ser la única moneda común). Jamás debes encarar la idea de una relación que trascienda sobre tu mediocridad. Un mindundi como tú se conforma con cuatro ratos de sexo, algunos viajecitos y una relación de lo más rutinaria. No debes aspirar a más. Tal "monstruosa idea" junto con la de hacer algo por los demás podría destruir el capitalismo tal como lo entendemos... ¡y tú eres un fiel valedor de sus ideas!

17. Una vez conseguida esta espectacular idiosincrasia regada por un montón de problemas y trastornos y salpicada por una ignorancia morrocotuda de tu propia naturaleza, cuando observes que tu mundo se cae a pedazos, sal  a manifestarte a la calle, a vociferar contra los políticos o los empresarios, a los cuales, por cierto, tú mismo has engordado con esa indolente forma de ser. Manifiéstate con viveza para que los ricos te observen y se rían de ti o las fuerzas del orden te muelan a palos. Luego vuelve a casa, frustrado y depauperado, y continúa tus rutinarios quehaceres: el mundo va a seguir igual de mal con o sin ti. Es más, tú mera presencia justifica las fallas de sus concepción. ¿Qué esperabas? ¿Cuándo acaso te detuviste y pugnaste por concebir una sola idea que ayudara a disipar alguno de los males que asolan esta sociedad? ¡Más bien te pasaste media vida acumulando trastos y adorando a personajes de lo más estúpidos! Esos a quienes ahora gritas son también resultado de tus actos irreflexivos, tu pasividad ante la injusticia y tu ignorancia para reconocer la maldad más allá los actos flagrante. Son como tú, pero "a lo grande". Recuerda: "Todo lo que ha germinado en este mundo con profusión fue aquello por lo que el ciudadano-medio o individuo-masa ha sentido devoción".

18- Jamás escuches a quien te asegure que "para cambiar el mundo debes primero asumir las transformaciones que pretendes como una seña de identidad y propagarlas hacia el orbe". Para pedir responsabilidades, para intentar modificar el comportamiento de otras personas, primero debes tú iniciar un período de reflexión y transformación interior que implica visualizar y corregir tus propios defectos y debilidades. Pero ignorante de ti, nunca entenderás tales argumentaciones porque te resulta tan difícil abrir tu mente a nuevas ideas como doloroso contemplarte en el espejo. La cruda realidad demuestra que careces del valor necesario para enfrentarte a tu yo-interior. Pero si tú no eres capaz de emanciparte cómo un individuo con carácter, ¡cómo osas exigir a los demás una tarea que tú has fracasado en consumar!

19- Transmite y proclama las bondades de tu verdad (que son las mismas que ha incrustado el sistema en tu poco agraciado cerebro) a tus descendientes y allá donde vayas. Y por supuesto cuando alguien se te acerque y te hable de temas complicados o de cualidades o hábitos que pueden servir para regenerar el aspecto del entorno en que vives, ignórale o espétale en su cara "las cosas son como son y el mundo no se puede cambiar" (para eso estás tú para impedirlo a toda costa). Luego, ríete de su ingenuidad mientras apuras tu quinta cerveza. Tú sabes muy bien lo que haces... ¡campeón! ¡Cualquier cosa menos "calentarte la cabeza"! Con tu influencia ten por seguro que el rumbo de la historia no se modificará lo más mínimo. Tú, lo creas o no, formas parte del muro de contención que impide la circulación de ideas regeneradoras.

20- Y si algún día aparece algún individuo avezado que refute mucho de los postulados de la  educación en el sistema capitalista el cual, entre otras cosas, distribuye de forma pésima los recursos y sólo pretende la generación de ciudadanos consumistas y con falta de escrúpulos; si ese "extravagante" individuo porfía otorgar más poder al ciudadano medio (date por señalado), lo cual implica digerir una imponente crítica, y a la vez menoscabar el predominio de muchos de tus patéticos ídolos, ese día, el día que alguien que en realidad realmente se preocupe por ti, te pondrás en pie de guerra, te agarrarás a la foto de tus amados dioses-bufones del espectáculo prometiéndoles fidelidad eterna. Así, jurarás por lo más sagrado defender a muerte tu idiosincrasia de gregario y lucharás contra ese maldito disidente que pretende obligarte a levantar tu culo gordo de la silla y de una maldita de vez ayudar a transformarte en un ciudadano responsable y en un pensador crítico. Tú adoras la figura de fracasado, detestas cualquier verdad que atente contra tu estado de abotargamiento. Fuiste programado para ello: para ser un mero tornillo encajado en la gran maquinaria. Tu destino estaba escrito de antemano.




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