El adolescente y el ídolo
El adolescente y el ídolo. Parte segunda.
Consejos.
Ya seas adolescente, joven o adulto, hazme caso, si te ves con capacidad y
suficiencia
para reflexionar sobre la vida, el amor o sobre problemas humanos probablemente ya
estés en condiciones de desprenderte de la negativa influencia de la mayoría de tipos que salen por la
tele. Para
ello te aconsejo le eches un vistazo a los libros de mi bibliografía. Te
serán de gran ayuda. Eso sí, no esperes al menos al principio, que nadie
te reconozca ese talento. Eres demasiado valioso y afortunado para que feliciten por ello. Es
más seguramente, notes que si empieces a "pensar demasiado" y defender ideas
divergentes, te hagan bastante la puñeta y te lancen una ráfaga de
"no-se-puedes" que lapiden tus iniciativas por escapar del "redil", por
diferenciarte de la media. Te lo digo yo.
A mí nadie NUNCA me advirtió que
yo podía aspirar a muchísimo más que a un simple trabajo y una vida normal y
corriente. Todo y todos parecían encauzarme por el mismo camino: el de la
formación especialista para encontrar un empleo y poco más. Nadie y nunca son las
palabras que mejor describen la ayuda que he recibido para quebrantar ese
fatídico círculo vicioso. Quédate con estas palabras: NADIE y NUNCA. Pero ahora,
superados esos escollos, ya no me importa: ya he
conseguido vomitar buena parte de las enseñanzas digeridas con los años(4). Y ni un trillón de euros invertidos en
deseducarme (televisión, ídolos...) podrán hacerme mella de nuevo. Y ni hace falta decir que mi autoestima y mi carácter se ha multiplicado en
un factor impresionante. La consecuencia es más que obvia, aparte de confiar
en las enseñanzas de grandes profesores (véase mi bibliografía), he dejado
de dilapidar mi precioso tiempo en actividades inútiles o que no me sirven
para crecer ya sea económica, física o espiritualmente.
¿Tienes más de 18 años? ¿Te consideras ya una persona adulta y que pretende valerse por sí misma? Entonces un consejo te voy a dar: no esperes gran cosa de esta sociedad en cuanto a su programa de estudios. Como te he dicho, la instrucción regulada sólo pretende la generación de lo que yo llamo individuos-tornillo, tipos que ocupan un pequeñisimo espacio en la maquinaria social que adolecen de una precaria inteligencia emocional. A partir de hoy la parte de tu cometido vital será emprender la tarea de autoeducarte. Debes ser autodidacta, empezar a formularte preguntas existenciales y tratar de resolverlas (te aconsejo los libros de mi bibliografía como estímulo y guía). Tú eres la respuesta a tu futuro y al dilema de tu propia vida. No esperes que los demás realicen el trabajo de motivarte o empujarte a la acción. Eres tú el que debes aprender a sacarte las castañas del fuego. Es tu vida la que está en juego. Si así lo haces, un futuro inmenso te espera por delante. ¿Estás dispuesto a reflexionar, pensar y luchar por grandes ideales o eres un pobre, miedoso y timorato sujeto que todavía se alimenta de triunfos prestados? ¿Quién eres en realidad? Yo te lo diré, eres un ser humano con un enorme poder interior. ¡Aprende a desatar esa fuerza descomunal y supera a todos tus ídolos!
No te dejes embaucar por esta cultura para mentecatos, no te otorgará el
valor como individuo que mereces y además te escamoteará la posibilidad de
hacerte partícipe de pensamientos asombrosos. Protégete de esa incesante
"radiación homogeneizadora de cerebros". Tú eres un tipo especial,
único e irrepetible, reclama el infinito como un regalo para ti e interroga
a todo el mundo para que te acerque a sus orillas.
Repito, si te consideras un joven medianamente inteligente y con un mínimo
ápice de rebeldía, no te dejes enredar por esta maquinaria soez que pretende
forjar individuos con pensamientos uniformes para que se postren ante el poder
establecido sin ofrecer resistencia. Rebélate. Hazlo pacíficamente, con
inteligencia, pero rebélate.
La libertad es más que una simple
concepto filosófico y el éxito va más allá de amasar capital o coleccionar parejas
sexuales, abarcar ideas de esa magnitud te llevará a alcanzar un elevado
estado de la conciencia,
y tamaño reto supone una legítima aspiración propia de
individuos extraordinarios... aquellos que no se dejan someter y analizan la veracidad de toda creencia o la legitimidad de
cualquier ídolo,
divino o humano. Y, sinceramente, teniendo en cuenta el hilarante nivel
ético e intelectual de
los que nos reinan, más te vale, no hacer ni puto caso de
las tonterías que escucharás noche y día en los medios audiovisuales, corres el
riesgo de acabar "agilipollado".
Sé partícipe de las enseñanzas de la cultura del enfrentamiento y
jamás te sentirás empequeñecido por ninguno de los ídolos televisivos.
Son ellos, los ídolos, los que deben situarse en un nivel inferior. Léete unos pocos libros de los de mi bibliografía
y lo entenderás.
Tú, chaval(a), siguiendo los dictámenes de la cultura del enfrentamiento
adquirirás ideas más elevadas que aquellas que toman como centro neurálgico
a una pelota (y similares). Quizás debería ser ese al que admiras el que se pusiera a
la cola para pedirte un autógrafo
a ti. No dejes que te tomen el pelo. Hay valores y creencias con tanto peso
específico como para reducir a tanto famoso de medio pelo a LA NADA. Y
como parece que nadie se atreve a decírtelo, pues habré de hacerlo
yo. Es (medianamente) admirable luchar por alcanzar el nivel y el
prestigio de un Nadal, un Gasol o un Jorge Lorenzo (5) pero in-fi-ni-ta-men-te
más loable tener la intención de poner en entredicho esa ridícula supremacía. En otras
palabras, porfiar por ser más grande que
ellos. Y la única manera de acometer esta ambiciosa conspiración pasa por profesar, luchar y defender ideales con mil veces más envergadura y valor
específico, lo cual, aunque parezca mentira, dados los ejemplos mencionados no es excesivamente
complicado. Nada complicado. Otra cosa es ser digno
garante, portador y defensor de esos valores que nos elevan como seres
humanos de la más noble condición y que garantizan una larga existencia de
nuestra especie. Esa es otra historia.
(5) Aunque incluso esto lo pongo
en seria duda ya que ellos parte esencial de ese colosal entramado mediático
desestabilizador cuyo fin es desviar las miradas de millones de personas
hacia los juegos y el espectáculo, permitiendo su gigantesco crecimiento y
continua retroalimentación y preponderancia a base de denigrar otros
pensamientos e ideas de mayor calado. Lógicamente para que ellos sean tan
ampulosamente recompensados otros deben ser denostados o ignorados de un
modo inversamente proporcional aun a pesar de defender ideales con más
sustancia. Es decir, en modo alguno propician un cambio de mentalidad ni por
tanto una mejora de la salud emocional del individuo medio que seguirá
regocijándose de manera fugaz con los triunfos de otros, triunfos que a la
largan no propician una mejora global de la sociedad ni mayor crecimiento en
la idiosincrasia del individuo seguidor. Obviamente si así fuera, los
últimos e impresionantes éxitos de deportistas españoles deberían reflejarse
en la vida y la lucidez de todos sus acólitos. No es este el caso en
absoluto. Nuestra sociedad hoy en día no sólo no se ha beneficiado de tales
hazañas de estas supuestas "grandes personas" si no que presenta un estado
desolador en múltiples aspectos: económico, educacional, científico, de
relaciones sociales, inteligencia emocional, y un tremebundo y larguísimo
etc. Esto es, en parte debido a otorgarle tantísima importancia a asuntos
que no la tienen y desprenderse de la tarea de defender valores humanos más
básicos y fundamentales. Caso sangrante es el de la educación en España, en
mínimos históricos. Nuestra ignorancia para ciertos temas elementales
relativos a ciencia y psicología es infinita. No, señores, manejar una
pelota, preocuparse en exceso de tu imagen exterior o poner tu coche "a mil
por hora" no va a cambiar el mundo para mejor, más bien al contrario. Dicho
esto, ¿qué sentido tiene a seguir con el mismo "régimen alimenticio"?
Con 15 años ya deberías tener una idea de lo que propongo. Con 20 años,
podrías sentirte más fuerte y poderoso como para abordar grandes retos. Y si no es el caso, entonces es que has fracasado en
aplicarte con
solvencia el régimen vitamínico que procede de nutrirse de los preparados
diarios de esta filosofía. Lo entiendo, vas a sentir una férrea oposición de
buena
parte de los miembros de la sociedad. Sólo te pido que no te dejes vencer
tan fácilmente y que no permitas que te atiborren de comida (ídolos) basura.
Final.
Ya está bien de destrozar talentos y elevar a otros de
poca monta al Olimpo de los Dioses Ridículos. Ya está bien de declarar a unos
personajes de dudosa reputación como Patrimonio de la Humanidad,
reverenciarles con miles de premios, halagos y riquezas, y a otros de una
inteligencia y una preparación más estimable enterrarlos en la arena, despojarles de recursos,
contemplarles como si fueran "tipos raros" y
aniquilar sus esperanzas. Estamos pagando un precio carísimo.
CARÍSIMO. Esta infame sociedad es un triste y fiel reflejo de ello. Pero
lo peor es que sólo un porcentaje ínfimo de personas es completamente
consciente de las consecuencias de tragar con tanto tóxico postulado que
circula sin oposición por el orbe.
Puede uno dedicar la mayor parte de su tiempo satisfaciendo día tras día su
curiosidad, sus ansias de aprender, congratulándose de construir una vida de
aventura... o puede pasarse el tiempo entreteniéndose con tareas light o de
exudación de pocas calorías y sin adquirir la clarividencia necesaria para acomodar los detalles de
un impresionante futuro. Yo, lo tengo claro, prefiero matar
todos los pájaros que pueda de un mismo tiro.
Y un consejo importante te voy a dar, si para desarrollarte como persona has
de "pasar por encima" de muchos de los intocables ídolos, que no te duelan
prendas. Ídolo que no te ayude a progresar, ídolo que deberías desechar.
No te permitas que te releguen a la condición de individuo sumiso, tú chico o chica con corazón, tengas
una inteligencia normal o
privilegiada no debes esperar a que los demás se encarguen de la tarea de
dirigir tu formación, parte de esa responsabilidad recae en tu persona, deberás empezar hoy mismo a autoeducarte,
a potenciar tu individualidad de manera autónoma e independiente, y si para
ello es necesario cambiar de referentes, no dudes un instante en hacerlo.
Sé que es una difícil misión la que te encomiendo pero espero prestarte toda
la ayuda que esté en mi mano para que esta tarea te resulte mucho más fácil
y llevadera.
Vivirás en una dimensión desconocida para la
mayoría, donde palabras como felicidad,
madurez, relaciones, libertad, éxito o autoestima tomarán un nuevo cariz completamente
distinto. Te habrás creado un
universo a tu antojo (gracias a la cultura del enfrentamiento y a tu valor
de desafiar a todo regla y dogma), donde el amor, el entendimiento y tus relaciones serán de otro orden. Así
como tus pensamientos. Para ese instante ya sólo te quedará contemplar el
infinito y sentir ese "don de eternidad". Un don del cual muy pocos seres
humanos tiene el privilegio de gozar: sentir lo más hondo que la vida simboliza una experiencia irrepetible y maravillosa.
Y en cuanto a los autógrafos...
Al final, quizás deberían ser ellos los que deberían pedírtelos a ti. Y tú deberías
rechazar dárselos.
Porque nadie es perfecto, y ni tú ni yo ni nadie merece ser idolatrado.
Notas:
(4) Y, oigan, me siento más ligero y liviano, creo firmemente que podría
ejecutar alguna figura de ballet clásico, de esas que te suspendes un "rato"
por el aire.
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