Puntos en el mapa

Creado: 13/4/2012 | Modificado: 15/5/2012 4477 visitas | Ver todas Añadir comentario



Puntos en el mapa
 

Primera parte.

¿Quién no ha anhelado alguna vez disponer de poderes mágicos, de albergar facultades que transciendan sus propias limitaciones? Aunque no he encontrado encuesta o estudio que me ofrezca un poco de luz acerca de por cuál súperfacultad se decantaría la gente de a pie, imagino que muchos elegirían la habilidad de volverse invisible, ¿quizás con la intención de escudriñar los secretos de los demás?; un buen puñado apuesto que se imagina surcando los cielos, posiblemente para no tener que soportar los males de la gran ciudad, o quizás para poder contener la infinitud entre los brazos, experimentando un sentimiento de total libertad nunca antes percibida;  otros ejem disfrutar de sexo todos los días de su vida con mujeres muy bellas, otro porcentaje nada minúsculo no dudo que escogería una vida eterna en plenas facultades físicas, otros preferirán acumular riquezas ilimitadas para comprar todos los trastos que les venga en gana; leer la mente de los demás o teletransportarse a otro lugar de forma instantánea (más todavía en el 2012 teniendo en cuenta el brutal aumento del precio del combustible) son otras seductoras posibilidades que se me ocurren. Dicho esto, albergo la esperanza (¿quimera?) también que un un conjunto nada despreciable de personas no sólo elegiría deseos para satisfacer su propio ego si no también aquellos útiles para reparar desperfectos en la vida de sus semejantes (esto es sólo propio de tipos despojados de egoísmo y dotados de una desarrollada empatía, ¿es ese su caso?). Deseos entre los que se incluye una paz mundial duradera, un reparto más equitativo de recursos o el milagro de una una cura para las enfermedades más terribles.

Si me preguntaran acerca de cuál sería mi elección, probablemente me costaría dios y ayuda ofrecer una respuesta definitiva, pero después de mucho reflexionar (mi deporte favorito) quizás me inclinaría por los siguientes dos deseos: el primero, vivir eternamente, joven y en perfecta forma física y mental (¡la de cosas que podría aprender!), y el segundo ostentar el poder de transmutar las cosas negativas en positivas, tener la gracia de incrementar el potencial de cada individuo en un amplio espectro, pues eso es lo que veo cuando contemplo un ser humano: un terrible y enorme potencial. De este modo, el hecho de propiciar una mejora en la autoestima de cada individuo con el que me encontrara también  permitiría a su vez incrementar la mía un punto más, y también en consecuencia el sentimiento de autosatisfacción o valoración personal, en suma, de felicidad. Recuerden que autoestima y felicidad son sensaciones que vienen cogidas de la mano.

Si lo piensan un poco, para materializar el segundo deseo no me hace falta la ayuda de poderes mágicos ni brebajes inverosímiles o conjuros abracadabrágicos. Tampoco me  supondrá una ventaja poseer varitas chachis pirulis para reproducir hechizos Potteriles. Se pueden pedir deseos al cielo y esperar que se cumplan sin la vana necesidad de despertar el altruismo de un bondadoso genio que dormite dentro de alguna lámpara grasienta. Sí me haría falta la colaboración de mis lectores, entusiasmo y una buena carga de poderosos razonamientos. De lo primero todavía no puedo hablar, de lo segundo y tercero voy más que sobrado.

Obrando de tal modo consumaría el objetivo de hacer algo no sólo por mí sino también por los demás. Podría, en definitiva, influir de forma positiva en la Humanidad y dejar de este modo una huella de mi presencia en la historia. ¡Que para eso he estudiado y me he preparado durante todos estos años! Prefiero abordar ese impresionante objetivo, que ejem surcar los cielos sin alas.

Y sobre curar enfermedades o disolver trastornos dudo en principio esté habilitado para tales cometidos, entre otras cosas porque ni ejerzo como profesional de la medicina ni tampoco puedo mostrar titulación alguna en la rama de  psicología (aunque libros relacionados sobre esta última materia me he empollado unos cuantos). No obstante, piénsenlo detenidamente, la adopción de una nueva mentalidad que permita aumentar el caudal positivo de pensamientos, que fomente el razonamiento crítico constructivo, que otorgue más fuerza y entusiasmo produciría, sin duda alguna, una disminución de muchas de los trastornos y enfermedades psicosomáticas o que se originan a partir de la adopción reiterada de hábitos nocivos y la opresión de someterse a pensamientos tóxicos recurrentes. Si además, esta nueva forma de entender el mundo implica reducir el consumo de los estupefacientes,  potenciar el aspecto físico, alimentarse de forma más saludable, cuidar en mayor medida las relaciones sociales, ocupar una parte del tiempo en reflexionar sobre asuntos trascendentes o cooperar con otras personas en mejorar el estado de la nación, etc, los efectos secundarios beneficiosos se me antojan incalculables. Repito: incalculables. Así que ejem aún no estando facultado como psicólogo o licenciado en la disciplina hipocrática sí creo que podría prevenir múltiples enfermedades e incluso sanar cierto tipo de trastornos. Eso también lo propicia, ¡cómo no!, una extraordinaria educación.

Sí, créanme cuando les digo que las consecuencias positivas de una gran Educación son incalculables. A tal efecto inventé esta sencilla y demoledora frase que pueden guardar en su memoria: "Llámalo Dios o llámalo Educación".

Estas reflexiones me llevan a un segundo punto.

Segunda parte. Puntos en el mapa.

A veces contemplo el mapa de España (ej: http://viajespain.es/wp-content/mapa-politico-espana1.jpg ) y observo miles de puntos de colores que representan capitales de provincia, grandes ciudades o localidades con con una población más modesta. Me imagino entonces seleccionando puntos en el mapa siguiendo un criterio no definido, al azar, aleatorio. Un día quizás me entretenga con Tordesillas, otro con Azuqueca de Henares, al siguiente Molins del Rei,  otros me decante quizás por Don Benito, Daimiel, Torrelavega o Torrevieja.

Una vez puesto en situación, me imagino cómo sería vivir durante un período más o menos largo en ese entorno, pasear por las calles de las mencionadas localidades, imagino qué monumentos, qué gente, que clima, qué acento es el que les habita. Qué pena no poder visitar todos los lugares y así poder registrar en mi memoria la historia e idiosincrasia de cada  monumento, o respirar el aroma liberado por los campos en flor; paladear los productos típicos cultivados en las tierras autóctonas por esforzados trabajadores, degustar con la paciencia de un sibarita los platos más característicos, asistir a las fiestas y tradiciones de cada pueblo, aprender las frases y expresiones más utilizadas, el humor característico o los motes más graciosos; comprender la historia reciente, los traumas pasados, las glorias recientes, la situación laboral, etc. La conjetura de viajar y conocer tantos lugares y personas permite que mi imaginación se desborde, y así me veo conversando con gente de diferente edad y condición social para llegar a comprender qué es lo que sienten, cuáles son sus aspiraciones, qué significado le dan a la vida, en qué ideales depositan sus esperanzas o cuáles son sus deseos para el futuro.

Me imagino saludando a la gente autóctona y les digo convencido con el acento marcado de mi región "¡Desde hoy todo va a ir mejor!" con el poder de la ciencia y el entusiasmo, "¡Ya lo creo que podemos hacerlo! ¡Somos grandes si nos lo proponemos!". Y aunque sólo unos pocos siguieran mis consejos creo que el esfuerzo dedicado a consumar este blog habría valido la pena. En el peor de los casos, al menos aumentarán las posibilidades de reunirme con gente motivada, con gente con ganas de aprender cosas y mejorar su status. Eso sí, lo que no pienso hacer es conversar de chismorreos y temas faranduleros, pues aparte de que me considero un soberano ignorante en esas lides, ¡no me interesan nada!

Qué pena no poder vivir mil años para poder retener un millón de sentimientos, emociones, de encontrarme y conversar con miles de personas de toda condición. ¡Cuán larga mi lista de deseos y cuán corta esta vida para satisfacerlos!

Y también fantaseo con la idea de encarnarme en una persona distinta, en un adolescente rebelde con fuertes deseos de derribar muros y emanciparse sobre sus debilidades, en un físico nuclear buscando la elaboración de una nueva teoría que explique el origen del universo o combine la acción de las cuatro fuerzas fundamentales, en un vendedor de zapatos recluido en una tienda modesta, en una sonriente y amable cajera de supermercado, en una prostituta ofreciendo sus servicios en una esquina nocturna en un barrio marginal, en un delincuente menor o en un mafioso sin escrúpulos, en un deportista protagonizando hazañas olímpicas, en un viajero o nómada o quizás personificado como un aventurero como Jesús Calleja, soportando el dolor de una madre dando a luz a su retoño... pues para comprender las motivaciones de cada persona debes aprender a ponerte en sus zapatos, ya sean nacidos de familia de alta alcurnia, criados en la más absoluta miseria, investidos con un corazón bondadoso o desplegada su personalidad en un ambiente hostil. Sólo de este modo se te concederá el don de adquirir una panorámica individual más rica de qué somos, de cómo somos y cuáles son los incentivos y motivaciones que nos impulsan a la acción, a construir ese templo personal que llamamos personalidad, a resolver con solvencia el puzzle que simboliza la condición humana.

Albergar esa perspectiva te la permite el hecho de viajar y conocer gente de cualquier estrato social, aunque información mucho más reveladora nos la ofrecen libros, documentales, etc, porque en ellos encuentras la explicación detallada de los orígenes y consecuencias de adoptar cierto tipo de actitudes y  creencias, elevados conocimientos que la gente corriente difícilmente sería capaz de desvelarte.

Por esas razones, y muchas otras que me dejo en el tintero, leo tantos libros. El objetivo: escapar mi propia celda personal y aumentar el número de conexiones neuronales para asimilar otras realidades, otras maneras de entender el mundo, para teletransportarme por el espacio y llegar a los confines del universo, para poder abarcar en la medida de lo posible todo el espectro de emociones,  para saber que es lo que se siente cuando se ama, cuando lames las hieles del fracaso o quizás cuando traes un hijo el mundo o lo pierdes en un trágico accidente, cómo se siente siendo discriminado y vilipendiando por las masas o al contrario ensalzado y vitoreado por millones de personas...

De nuevo contemplo el mapa de nuestro país, quizás un día viaje, quizás un día me inviten, quizás un día se alegren de verme y me digan "Eh, yo te conozco, tú eres el anti-ídolo, ¿no? ¡Tú eres el crítico optimista!". "¡Sí!, ¿Cómo lo sabes?" "¡Porque lo pone en tu camiseta!" "Ah, esta que me han producido para promocionar mi página, claro, claro".

¡E igual tengo la millonésima parte de aceptación que un famoso de estos del mundo de la farándula! ¿¡No sería maravilloso!? ¡E igual me invitan a una fanta y todo! ¡Sí! ¡O a unas gominolas! ¡Me emociono! Total a mí por el valor de mis sentimientos y pensamientos (los plasmados en este blog) no sólo nunca me han dado nada, mas bien al contrario, así que yo creo que ya va siendo hora. Y es que claro, uno no ha tenido la "inmensa suerte" de nacer con el talento de un gran futbolista. Aunque sinceramente, a fecha de hoy puedo afirmar con una rotundidad aplastante: ¡no saben cuanto me alegro! Sí, hoy día puedo constatar sin titubeos que antes prefiero la soledad compartida con pensamientos que millones de vítores por la hazaña de meter un gol en la portería del equipo contrario. Sí, yo sí siento que he madurado, he relegado los temas superficiales a un lugar secundario y ahora me ocupo de asuntos más trascendentes, que por supuesto, me llenan infinitamente más.

Quizás un día todo esta abundancia de conocimientos, este caudal de sentimientos repercutan en un bien social, en un bien para el individuo en general. Yo, al menos me esmeraré en convertir ese sueño en realidad.

Todavía sigo imaginándome que viajo a todos los puntos del mapa de este país, y les digo a la gente "¡Podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos! ¡Con una gran educación todo es posible!" Y es posible incluso que no me atropellen si me pongo en medio de su trayectoria para ver a la belén Esteban de turno. Supongo.

La educación es el único genio de la lámpara del que disponemos. Un genio sabio y con un ingente compendio de recursos y conocimientos disponibles de miles de años de de antigüedad  al que podemos acudir para pedirles cientos de deseos y consejos pero que sin embargo permitimos que siga dormitando en el interior de una lámpara, la cual hemos guardado en un cajón  perdido en una buhardilla polvorienta.

Algún día en un futuro, la gente entenderá el verdadero poder de una educación a medida y aplicará el conocimiento más avanzado en convertir los niños en Personas (con mayúsculas), no en simple técnicos especialistas, no en simples, aunque les suene absurdo, héroes cotidianos con dos virtudes y doscientas taras de fabricación. Ese día albergaremos mayores aspiraciones que sostener una rutina diaria con pocos alicientes exclamando día sí día también "la vida es dura". Ese afortunado día la sociedad sin duda presentará un aspecto infinitamente más satisfactorio y saludable y los seres humanos nos sentiremos orgullosos de pertenecer a la especie homo sapiens. Al final, habremos aprendido la lección.

FINAL:

El problema no es la vida, no es la suerte, no son los demás, no, el problema somos nosotros.
Nosotros que no queremos enfrentarnos a nuestra propia naturaleza.
Nosotros que nos conformamos con tan poco y que nunca aprendimos a reconocernos como algo más que tristes individuos con pocas expectativas.
La solución no está ahí fuera, se encuentra en tu interior, ¿cuántas veces te lo habremos de decir?


El Amor (el Entusiasmo) es la Respuesta
La Razón (el Conocimiento, la Educación) es el Camino.
Sólo el ser humano provisto de estas Armas transformará este mundo.




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