Un libro a la semana

Creado: 22/3/2012 | Modificado: 3/3/2021 4695 visitas | Ver todas Añadir comentario



Un libro a la semana. Leer un libro a la semana puede cambiar tu vida.

Ophra Winfrey(1), conocídisima, archimillonaria y filántropa presentadora estadounidense afirmaba que una de las tareas más útiles, que mejor recuerda y que le permitió escapar de su precaria situación fue "leerse dos libros a la semana".

Vamos a analizar someramente las consecuencias de tomar una decisión similar e imaginando que los libros escogidos son de temática similar a los contenidos en mi bibliografía.

Primera parte

La lectura de un libro de 300 páginas a la semana durante un año (asumamos 2 de descanso), constituye un total asimilado de 15.000 páginas al año. 300 páginas a la semana son aproximadamente 43 páginas al día. Para un lector habitual eso significa dedicar entre 30 - 60 minutos de trabajo diario dependiendo de la velocidad de lectura. Dedicar un tiempo de, digamos 30 minutos al día, puede constituir un cambio radical en su manera de percibir su entorno. Y también un aumento notable en su autoestima y autopercepción. Sé muy bien lo que digo, hablo por experiencia.

5 años empleados a leer a semejante ritmo libros como los existentes en la bibliografía de este blog constituyen un total de 75.000 páginas de excelentes aportaciones de grandes autores, que incluyen cientos de valiosísimos y estimulantes consejos.

Si hubiésemos sido instruidos en el hábito de leer un libro a la semana desde una edad temprana, digamos desde los 14 años, a los 20 ya habríamos devorado 90.000 páginas de información relevante sobre la vida, sobre psicología y técnicas de automotivación, relaciones sociales, ciencia en general y otros muchísimos temas que, bien escogidos, nos aportarían una extraordinaria ventaja sobre cualquier otro individuo, sea cual sea su condición ¡A eso lo llamo yo una fabulosa inversión! La ventaja comparativa sería mucho más notable si nos atenemos al pobre nivel educativo de la población española debido sobre todo a la coyuntura social reinante (laxitud moral, hedonismo, crisis económica y decadencia de los valores, frivolidad,  ídolos que generan controvertidas influencias, etc).

Incluso un reto tan sencillo como leer 10 páginas al día implica finalizar un libro al mes. Finiquitar una docena nos da un resultado anual de 3.600 páginas. Si ni siquiera se siente capacitado para acometer ese pequeño esfuerzo... Recuerde que la vida de especialista representa la vida de un individuo de miras estrechas y constreñido a un pequeño rincón, con modestas expectativas de futuro, con limitada capacidad de decisión, y ni siquiera poseer el currículum de gran empresario conlleva gozar de un status vital ampliamente satisfactorio (puede experimentar mucho estrés, no necesariamente los ricos aprecian más lo que tienen, su vida emocional puede ser un caldo de conflictos y un largo etcétera). ¡Me río yo de la mayoría de ricos pertenecientes a la sociedad capitalista! ¡Algunos, y lo digo muy en serio, son tan pobres que no poseen más que dinero! (2) (3)

Veamos la tabla de abajo:

TABLA DE ANÁLISIS LECTIVO
Libros* x mes
(libro=300 pág.)
Total Pág x año*
*consideramos un año de 50 semanas
2 años 3 años 4 años 5 años 10 años Tiempo aprox. x día
*contando con leer
1 pag. cada 2 minuto
/ 1 pág. por minuto
1 3.600  7.200 10.800 14.400 18.000 36.000 20 min / 10 min
2 7.200 14.400 21.600 28.800 36.000 72.000 40 min / 20 min
3 10.800    21.600 32.400 43.200 54.000 108.000 60 min / 30 min
4 14.400    28.800 43.200 57.600 72.000 144.000 80 min / 40 min
5 18.000   36.000 54.000 72.000 90.000 180.000 100 min / 50 min
6 21.600   43.200 64.800 86.400 108.000 216.000 120 min / 60 min
7 25.200   50.400 75.600 100.800 126.000 252.000 140 min / 70 min
8 28.800   57.600 86.400 115.200 144.000 288.000 160 min / 80 min
9 32.400   64.800 97.200 129.600 162.000 324.000 180 min / 90 min
10 36.000   72.000 108.000 144.000 180.000 360.000 200 min / 100 min


Imagínese leyendo un solo libro mensualmente durante un período de 3 años. Haciendo un cálculo rápido nos sale un total de 10.800 páginas de poderosa información para cuyo abordaje sólo le haría falta disponer de unos 20 minutos libres al día leyendo a
un ritmo de una página cada dos minutos. 10 si es capaz de leer a un ritmo rápido (una página por minuto). Eso sin contar que podemos permitirnos un descanso de dos semanas de vacaciones al año. Si empezara con 15 años, sólo 5 años después y aplicándose en la lectura de un solo un libro a la semana, o sea 20 minutos al día, llegaría a las 18.000 páginas de información sustancial. Si fueran dos, el total ascendería a unas 36.000 páginas de reveladoras confidencias de escritores altamente instruidos. Obviamente, no hablamos de memorizar algunos datos y hechos relevantes (al igual que se hace en las escuelas o institutos), sino de un proceso de síntesis y extracción de ideas útiles para la vida "ahí fuera". El conocimiento debe ser sabiamente aplicado para poder obtener la merecida recompensa.

Eso sin contar que si usted se decidiera por asimilar periódicamente conocimientos sobre un tema concreto, ej: el funcionamiento del cerebro, causas de la infelicidad en las sociedades capitalistas, los efectos de la globalización, etc., en poco tiempo se empaparía de suficiente información como para merecer el grado de experto. E incluso, por qué no, podría desgranar sus conocimientos en las páginas de un texto rubricado con su firma.

Este proceso de autoeducación sólo implica dedicar 20 minutos al día para desarrollar sus facultades intelectuales y también emocionales (10 minutos a doble velocidad). Las consecuencias de tal pequeño sacrifico diario podrían ser, a la larga, notables e incluso asombrosas. Los principios quizás le resultarían un tanto complicados y farragosos debido a la falta de costumbre, a la necesidad de encontrar un guía que le orientara en saber como empezar, qué leer, cómo aprender a automotivarse, realizar síntesis de contenido, aplicar la información adquirida en su vida diaria, etc. Porque no sólo se trata de leer pasivamente, uno tiene que poner de su parte. Debería inmiscuirse en los contenidos de cada libro y tratar de asimilarlos como si su vida dependiera de ello. ¿Le resulta chocante esta contundente afirmación? ¿Acaso los niños cuando empiezan a practicar algún deporte no se visualizan como campeones jugando en equipos de élite y  llegando a lo más alto? ¿Por qué no puede uno emprender la lectura de un libro como si este fuera a transformar su vida?

Defendiendo semejante planteamiento, si elige usted bien los autores y referencias, obtendrá un visible crecimiento de su personalidad a corto o medio plazo. Recuerde, cada vez que piensa acerca de una meta, ese pensamiento le acerca un poco hacia su consecución. Recuerde también que fue el atrevimiento de perseguir grandes ideales, que nacen del pensamiento sin restricciones, lo que concretó los logros de los más destacados protagonista de la historia. Uno acaba siendo como máximo aquello que espera de sí mismo, lo que piensa que puede llegar a ser. ¿Qué espera usted de sí mismo? Pretenda lo inalcanzable, lo que ahora considera imposible y quizás algún día se sorprenda a sí mismo culminando grandes gestas. Con fe, carácter, motivación y conocimiento hasta el deseo de cambiar el mundo se vuelve accesible.

Y no es tan difícil. Puedo asegurar que una de mis mayores frustraciones estriba en no haber comenzado obrar del modo descrito muchos años antes y que las circunstancias de la vida (y esa fuerte corriente de superficialidad actuando en mi contra) no hayan permitido desarrollar mis múltiples facultades (muchas de las cuales desconocía) con anterioridad. Sí, créanme cuando les digo que la educación en esta sociedad es una auténtica tomadura de pelo. No ayuda a extraer ni un 20% de todo nuestras capacidades y talentos, brutos o innatos.

Segunda parte.

La otra opción, magnífica si la idea es suicidarse intelectualmente, pasa por apalancarse delante de la caja boba durante 90.000 minutos abstraídos y embelesados (por no decir abducidos) contemplando a los ídolos deportivos o a los galanes de película, o personajes de la farándula. Usted sabrá. Quizás crea que se divertirá mucho eligiendo la segunda opción. Se equivoca de pe a pa. Esa es la primera impresión que la mayoría suele tener. Mi contrastada y experimentada impresión es que el hecho de adoptar la segunda alternativa me ha dado una fuerza y una vitalidad tan impresionante y descomunal que todo el tiempo anterior al estudio y análisis de tales textos inspiradores la defino como un estado de "letargo" o "inconsciencia". En palabras coloquiales, yo antes de decidir detenerme, reflexionar y asimilar las ideas de estos grandes pensadores no tenía ni puñetera idea de nada. Y por aquella época (pre-lectura de libros) ya me encontraba en la universidad, practicaba regularmente varios deportes, dominaba 3 idiomas, no fumaba ni tomaba drogas y bebía de forma muy moderada  por tanto no se me podía considerar un tipo dejado, con poca cabeza o baja instrucción. Dicho esto, y adaptado mi cerebro y organismo a labores creativas, ¿creen ustedes que ahora se me pasa por la mente dedicar mi precioso tiempo en contemplar programas de baja estopa o entablar conversaciones que no llevan a nada? Pueden ustedes figurarse que no.

La aplicación de las enseñanzas de estos extraordinarios eruditos ha provocado, aparte de un crecimiento a nivel interior notable, que las sensaciones perduren cuando no crezcan día tras día, y no hablamos de simples estados de excitación pasajera. Albergar tal vigor, tal fuerza vital es mucho ¡pero mucho!, más divertido que encajarse en un sofá contemplando de forma pasiva las actuaciones de otros sin obtener ningún rédito a cambio. Tal actividad es sinónima de arrojar a la basura nuestro potencial físico e intelectual. Un auténtico despilfarro. Y no, me temo que no disponemos de una vida de prueba como para actuar de manera irracional o merodear por callejones oscuros ya que las consecuencias de nuestras desatinadas actitudes puede terminar siendo irreversibles. No, no deberíamos desperdiciar demasiado tiempo en pasatiempos que no nos ofrecen respuestas a los dilemas de la vida, porque de eso se trata de obtener
suficiente amalgama de recursos  para incrementar las opciones de llegar nuestra vida a buen puerto. En otro caso, nos conduciremos como tipos ciegos, carentes de manual de bitácora, navegando a la deriva exponiéndonos a los caprichos de la fortuna y a las inclemencias del tiempo. Gregarios de las reglas y los poderes reinantes, peones en un tablero de ajedrez esperando órdenes, sirvientes con una jurisdicción aplicable a un reino de pocos metros cuadrados. Y nos lo habremos merecido. No quisimos ilustrarnos, no quisimos pensar, sólo divertirnos y acabaremos como la cigarra del cuento: helada del frío y reclamando auxilio.

Sumergido en las profundidades de tales reveladores textos, apartado de los barullos exteriores que nunca cesan, de ese tam-tam mediático ensordecedor y narcotizante, uno tiene la impresión de verse transportado hacia cálidas  latitudes donde el tiempo es cómplice y no ejecutor, salpicado por las heridas de sangre de los desafortunados, ajusticiado por los reveses de la caprichosa fortuna, embelesado por la belleza de ideales que proclaman los héroes de cada época, excitado y anonadado por las palabras grandilocuentes de literatos y ensayistas, propulsado por sus sabios consejos, pero también horrorizado ante la contemplación de esa ente manipulador que es la televisión. Asombrado por la singularidad de cada individuo, contemplando con ahínco cómo se constituye el rompecabezas que constituye nuestra naturaleza.

Uno tiene la sensación de  de vivir y compartir las vidas y experiencias de miles otros seres humanos, pequeños y grandes hombres con grandes o pequeñas virtudes, y qué mejor que aprender sobre uno mismo, sobre cómo funciona el mundo que bebiendo de la influencia de textos inspiradores que contienen tantos párrafos y palabras que te empujan hacia cimas nunca antes siquiera imaginadas. La mente se expande más allá de las fronteras físicas, el corazón se dilata, la vida toma un especial cariz, adquieres una especial consciencia de lo que te rodea. Ya nada vuelve a ser lo mismo.


Tercera parte.


Las aportaciones de un buen libro de autoayuda, divulgación científica o de psicología quizás no afecte a su rutina diaria y su forma de actuar o pensar más que de manera superficial, es posible incluso que muchos de ellos no le resulten de gran utilidad, pero por cada uno que no le aporte encontrará otro que sí le ofrecerá un par de buenos consejos, unas cuantas ideas útiles o  un par de historias de éxito que actúen como un resorte que le permita despertar de su estado letárgico.

Quizás un solo libro no tenga tanto poder coercitivo como para representar un punto inflexión en su vida, pero una serie de obras inteligentemente escogidas sí puede catapultarle hacia un nuevo status mucho más favorable. Al final, al cabo de los años, un grano de arena tras otro grano de arena al final forman una gran montaña. Y cuanto más alta su montaña, con mayor perspectiva podrá observar lo que acontece a su alrededor (cosmovisión) y por ende tomar decisiones con un criterio mucho más coherente.

Cultive el espíritu adquiriendo la rutina de leer un buen libro como por ejemplo aquellos incluidos en mi bibliografía. Recluirse en una estancia silenciosa y abstraerse en la lectura de semejantes textos constituye una actividad tan provechosa como a asistir a la ponencia de insignes profesores y eruditos de universidades prestigiosas. Como yo digo a veces, si tu nivel económico no alcanza para matricularte en alguna universidad prestigiosa como la de Harvard,  Oxford o la Complutense de Madrid, permite que sus profesores vengan a ti. Adquiere sus manuscritos. Ahí los tendrá siempre a su lado para resolver sus dudas existenciales, para plantearle otras, en suma para formarle como persona o para asimilar su exitosa didáctica. Subidos a los hombros de grandes hombres y mujeres, el panorama de nuestro futuro toma un nuevo cariz, ampliándose de forma significativa. Con la cobertura y apoyo de grandes referencias humanas, uno puede sentir cómo se desplaza llevado en volandas por por un fuerte viento favorable, dando pasos de gigante cuando antes se movía en círculos.

Todos estos autores le encauzarán por el camino más apropiado, le demostrarán sin lugar a dudas que usted puede concretar la fórmula de sus sueños, le indicarán los pasos a seguir, le presentarán ejemplos vivificantes, le repetirán hasta la extenuación que usted es la respuesta al dilema de su vida, que posee usted un enorme poder interior para derribar cualquier barrera que se interponga en su camino, que su cerebro es una máquina con un potencial infinito para elaborar ideas y pensamientos tan potentes como para transformar su idiosincrasia en poco tiempo, que engarzando adecuadamente mente y cuerpo usted adquirirá tal poder como para cumplimentar las hazañas más extraordinarias, que aun mermadas sus facultades físicas sus posibilidades de despuntar sobre millones de otras personas físicamente privilegiadas es mayor de lo que supone, o que es una falacia ampliamente extendida que se requiere mucha suerte o una gran inteligencia para erigirse como un individuo de éxito. Paso a paso le conducirán en el camino hacia el éxito personal. Y quizás algún día, como yo intento en este blog, ¡usted mismo se ponga a escribir artículos de desarrollo personal!

¡Al final, uno después de digerir tanta frase motivadora acaba creyéndose incluso que puede cambiar el mundo! ¡Sí señor! Pueden hacerme caso o... ¡dejarme las ideas grandes a mí y ustedes amargarse por la pérdida de un partido de su equipo de turno! ¡Quédense con todos sus ídolos, no se los cambio por uno solo de mis libros!

Invertir en educación es lo mismo que invertir en uno mismo, en su propia formación, en construir una personalidad más flexible, culta y rocosa, encender una mecha que procure la efervescencia de sus facultades más ocultas. Cuanto más desperdicie su tiempo en conversaciones baladíes y en entronar a campeones sin sustancia menos tiempo le quedará para construir una vida de aventura, una vida intensa, ejemplar, admirable, original, única. Una vida de la cual sentirse orgulloso. Hágame caso, no permita que la sociedad le reduzca a la de simple pasajero de tercera clase, espectador de las andanzas ajenos. Debe animarse a sí mismo más de lo que lo hace con los demás. Demasiadas horas regaladas al ídolo de turno puede representar media vida entregada a cambio de poco o nada... comparado con lo que podría obtener si sus referentes fueran realmente dignas de ese honorable apelativo. Apuesto que ninguno de ellos se presentará en su casa para darle las gracias por los "servicios prestados".

Por otra parte, el pensamiento colectivo reinante, tan restringido y especializado, causa verdaderos estragos impidiendo a las mentes individuales abrirse a otras actividades más estimulantes ya sea por falta de tiempo, por temor a separarse del rebaño, etc. De hecho, los casos de estrés, depresión, problemas de pareja, de consumo abusivo de alcohol o dependencia de drogas y de sensación de vacío interior se cuentan por millones. Trastornos que podrían haberlos anticipado con una adecuada preparación cultural. De hecho estas historias se repiten día tras día, año tras año, pero el individuo acogido a la doctrina consumista prefiere afrontar el trabajo de diseñar una obra, la de su propia existencia, siguiendo los consejos de tipos ignorantes (ídolos incluidos), utilizando herramientas oxidadas y pincelando el lienzo al tun-tun, sin aprendizaje previo, esperando que la casualidad o algún extraño dios les devuelva un talento que ellos no han sabido desarrollar. Al final, el resultado final refleja una marcada mediocridad y también una apabullante falta de originalidad. Sí, siento decirlo, pero damos pena.

Luego, los afectados, decaídos y escocidos, acuden a psicólogos o lecturas de autoayuda esperando ilusionados que unos y otros les resuelvan sus problemas en el acto. Esto, en la mayoría de casos no es posible. No es viable labrar una actitud incoherente e irreflexiva durante años para luego un día determinado detenerse a reflexionar, dedicar varias horas en tratar de enfocarse en el sentido opuesto y esperar restañar las heridas en un breve lapso de tiempo. No es concebible tratar de desandar miles de pasos y luego emprender la ruta que creemos correcta a partir de un mínimo esfuerzo y siguiendo unas simples indicaciones. Revertir el daño sufrido, a veces entraña desligarse de hábitos y creencias nocivas. Tal tarea entraña una completa (o parcial) restructuración del carácter y una reformulación de nuestros ideales, de nuestras aficiones e incluso de nuestros referentes más queridos. La tarea de reformar un edificio en ruinas no es labor que se finiquite en dos días. ¿Acaso no cuesta un largo y farragoso proceso pasar de una dieta de grasas y calorías a otra más saludable después de años de mantener esos malos hábitos? ¿Acaso no cuesta un denodado esfuerzo abandonar el hábito de fumar?

En otros casos, algunas de estas lecturas necesitan un tiempo de maduración e incubación, otras no "entran" a la primera y hay que tener un poco de paciencia para que se asienten en nuestra entramado mental, para que forman parte de la construcción de nuestra nueva idiosincrasia. Pero con el paso de los meses y después de una actividad continuada de lecturas y ejercicios, al final los resultados no se harán esperar. Más aún si se reúne con otras personas con los mismos intereses con la que pueda establecer sinergias, multiplicando la efectividad de los conocimientos adquiridos, al igual que cuando uno forma parte de un equipo cuyos componentes se animan mutuamente,  todos y cada uno de ellos desarrollan sus habilidades y corrigen sus defectos con mayor rapidez. Recuerden, el factor entorno es fundamental para lograr el desarrollo saludable del individuo.

Una idea o un consejo es una semilla que germina con el tiempo si se la riega con frecuencia.

Es más, me alegro que este tipo de libros cueste un poco al principio de digerir. ¿Por qué? Porque no todo el mundo merece obtener el privilegio de poseer semejantes conocimientos. Debe uno tener fe, paciencia y pelear por ello. Y sólo quienes desdeñan tales informaciones por irrelevantes no se beneficiarán de su enorme poder. Bien está, que al principio cueste empezar a pensar en propiedad después de años gestando y acumulando negativas inercias. Los primeros pasos suelen ser los más difíciles, pero todo largo camino comienza con un solo paso. ¡Decida dar ese paso!

Los mejores guías y los conocimientos de más alta generación te permitirían aprender a sortear los posibles baches en el camino mucho antes de que estos se presentaran.

Enrique Rojas en su libro "Quién eres" afirmaba:
"La cultura es un elemento muy valioso en la configuración de la autoestima. Significa conocimiento teórico y práctico para no perecer en la espesa selva de informaciones que hoy nos llegan, ni en el infierno de hecho, comentarios, sucesos y cosas. La cultura es un salvavidas para no hundirse en el mar de la confusión que nos rodea. La cultura es la apologética de los grandes valores eternos, que nos ayuda saber a qué atenernos. La cultura es la memoria subliminal de todo lo vivido, el subsuelo de lo que sabemos."



Cuarta parte.
 

La pregunta clave, y si todo parece tan obvio ¿cómo es posible que tan poca gente adquiera los libros de los cuales nos hablan y que brindan esa información teóricamente "tan  relevante"?

Las respuestas son múltiples:

- No existe un entorno que fomente una preparación cultural más allá de la emancipación como técnico especialista. Es decir la sociedad favorece a aquél que presuma de un rendimiento mayor en una única disciplina independiente del resto de su bagaje cultural o su deontología moral (aspectos considerados "poco relevantes"). Por tanto los individuos polifacéticos incentivados para incluir en su personalidad este tipo de cultura son muy pocos.
- La vida marcha demasiado rápido, apenas tenemos tiempo para detenernos a reflexionar, menos todavía a emprender lecturas que no se relacionen con nuestra actividad laboral salvo que nos permitan evadirnos de la realidad y pasar un rato entretenido. En general, después del trabajo no nos apetece "calentarnos la cabeza".
-A las empresas y poderes fácticos no les conviene que proliferen los individuos rebeldes, tipos que se hagan preguntas existenciales, prefieren que teman alejarse del rebaño consumista. Inocular ese miedo constituye uno de sus métodos más eficaces. En realidad, los instrumentos de poder ejercen presión para difundir ideas sin sustancia, generando individuos conformistas y con miras estrechas. Así resultan más fáciles de manejar. Y también por extensión, de manipular y engañar.
- No disponemos de guías para explicarnos qué leer, cómo leer y cómo realizar labores de síntesis de la información aprehendida. Es decir ni sabemos qué leer, ni tampoco aprovechar de manera eficaz los conocimientos adquiridos.
- Ni siquiera en los institutos o universidades he recibido tal información (de hecho a mí nunca nadie me lo ha sabido explicar de manera convincente(4)). Suena ridículo pero así es: muy poca gente es capaz de explicarnos de manera eficiente cuáles son las razones por las cuales deberíamos leer libros y además de qué tipo (puede revisar mi sección: "La gente no debería leer", ahí tiene unas buenas razones para ojear este tipo de textos).
- La sociedad nos inculca desde pequeños el hábito de comprar, de poseer cosas, nos orienta hacia "tener", en vez de a formarnos como Personas, no se nos orienta hacia el "ser". Leer libros, más todavía los que yo defiendo, forma parte más bien de la segunda opción. Denostada queda pues.
- En la mayoría de casos es más que posible que ni amigos, ni familiares nos ayuden al respecto. ¡Tantas veces los consejos de tus allegados pueden llegar a ser contraproducentes!
- La gran mayoría de ídolos y referencias en modo alguno nos proponen la lectura y el razonamiento crítico como una didáctica de éxito.
- Por tanto, tenemos a la sociedad en contra y por ende debemos remar contracorriente: hay que especializarse, consumir de manera irracional, vivir deprisa, actuar como un autómata, fijar nuestras miradas más en el aspecto físico  que el espiritual. Y sobre todo no hacerse demasiadas preguntas... no vaya a resultar que hallemos respuestas solventes, o que es lo mismo divergentes con las tendencias reinantes.
- Es bien sabido que la cultura que no se oriente a la obtención de un beneficio económico o al puro entretenimiento es considerada superflua o meramente "recreativa". De hecho, la mayoría de gente opta por las novelas, no aquellas que nos instruyen en los porqués del mundo y nos desvelan los misterios de la la naturaleza humana. Piénsenlo, ¿cuántos como yo se les ocurre la "loca idea" de leerse un libro con el objetivo de transformar su vida, como si fueran a cambiar el mundo con la aplicación de tales competencias?
- Y si alguien opina que la razón por la cual no se lean libros de este tipo (ensayos, psicología, autoayuda, ciencia) se basa en su dificultad o a la necesidad de poseer una inteligencia superior a la media, destierren ese razonamiento. Muchas materias que se imparten en el instituto son bastante más complicadas de entender (aparte de aburridas) que la mayoría de libros incluidos en la bibliografía de este blog.

Además:
- Quien lee sobre ciencia en general no suele explotar debidamente tales conocimientos. Muchos no saben cómo incorporarlos a sus rutinas diarias. No saben, en suma, sacarle verdadero provecho. No saben hacerse las preguntas pertinentes para hallar las respuestas adecuadas. Conocimiento sin objetivos concretos, es un conocimiento al que no se le extrae el rendimiento debido.
- En general, no sabemos sintetizar la enorme información que recibimos de todas partes. Ni tampoco, una vez asimilada, orientarla para consumar un objetivo concreto, así es que es posible que los que mucho saben no sepan como rentabilizar adecuadamente ese caudal de conocimientos. Recuerden la frase que acuñó el periodista argentino Ezequiel Fernández Moores: "Vivimos en una sociedad donde estamos informados de todo y no nos enteramos de nada".


Final:

Ya sabe, si quiere ser grande, invierta en sí mismo.
Invierta en sí mismo y, créame, llegará un día en que los demás invertirán en usted.

¡Optar por leer un libro a la semana (o al menos uno al mes) es una excelente y acertadísima decisión!
¿Que cuántos leo yo?
Esa es una buena pregunta...


Notas al margen:

(1) Su abuela la cuidó hasta que cumplió los 6 años, cuando fue a vivir con su madre. En ese momento se inició una de las peores épocas de su vida. Sufrió abusos físicos y psicológicos que convirtieron su vida en un caos.

Vida: Ophra Winfrey. Fue varias veces ganadora del Premio Emmy por su show The Oprah Winfrey Show, el talk show más visto en la historia de la televisión. Según la revista Forbes, fue la persona afroamericana más rica del siglo XX y la única de origen negro en poseer, en el mundo, más de mil millones de dólares durante tres años consecutivos. También se dice que fue la mujer más poderosa del año 2005 según Forbes. La revista Life la ha clasificado como la mujer más influyente de su generación y la revista Time la ha nombrado una de las cuatro personas que han dado forma al siglo XX y al inicio del siglo XXI. En el 2005, la revista Business Week la clasificó como la más grande filántropa de origen negro en la historia de los Estados Unidos. En el 2010 la revista Forbes la estimó como la famosa más influyente del mundo. (fuente: wikipedia)

(2) Esta frase era de esperar, total si ya me río de la mayoría de ídolos del espectáculo...

(3) La gente se mueve en un reducto tan pequeño y con unas expectativas de vida tan modestas que la única manera que se le ocurre de saltar hacia una estado más reconfortante es... ganar más dinero. Parece que el dinero es la única y mejor respuesta para millones de individuos que desean incrementar su autoestima y felicidad. ¡Qué falta de imaginación y qué poca originalidad! Quien esa postura defiende, créame, no ha dedicado mucho tiempo en aprender el arte de vivir la vida. ¿Por qué entonces debería merecer tamaña recompensa? La respuesta es obvia y abrumadora, muchos no la consiguen, o sólo una parte insignificante.

Lógicamente no hablamos de gente en condiciones tan precarias cuyo única vía de escape pasa por obtener unos mínimos recursos económicos que le otorguen la llave para liberarse del yugo de la pobreza. Pero como revelan decenas de estudios contrastados, una vez satisfechas las necesidades más básicas, obtener más dinero no necesariamente produce un incremento de la felicidad, esta depende de muchos otros factores tan o igual de relevantes. Es más, el dinero y la acumulación no sólo no otorga una felicidad permanente (más bien pasajera) si no que también incide de manera demoledora en que el individuo medio a largo plazo no se sienta más satisfecho consigo mismo (lo que gana por su obtención lo pierde de otras maneras). Es decir, en otras palabras, el dinero tomado como un ideal es un extraordinario portador de infelicidad. Y un enorme porcentaje de individuos de esta sociedad compran su adquisición a un precio exorbitante. Lo peor es que la mayoría de veces, sólo se dan cuenta cuando es demasiado tarde.


(4) Uno podría pasarse la vida entera en una sociedad como esta y no obtener jamás respuestas clarificadoras a preguntas tales como "¿por qué leerse un libro?", "¿por qué es útil el pensamiento crítico?". Ahora, "cuestiones trascendentales" relativas al deporte o a la moda o al chismorreo más burdo circulan por millones día tras día por todos los medios de comunicación. Así es imposible alcanzar una mínima congruencia intelectual y una mínima estabilidad emocional. Los medios, en otras palabras, nos lanzan tanta información irrelevante que nos es imposible separar lo útil de la basura. "Nos vuelven locos". Acabamos teniendo un "cacao mental" de no te menees.

La cultura, en efecto, puede proporcionarle la ventaja de ver más allá, de atisbar cosas y situaciones que los demás son incapaces de percibir, de preveer acontecimientos futuros, de abrirle los ojos y hacerle más consciente de sus posibilidades. Le proporcionará clarividencia, recursos, en pocas palabras, poder para construir una cotidianeidad a la carta. A su antojo. Entienda la asimilación de conocimientos como aquel escalador que, asentado en la parte alta de una montaña, disfruta de unas vistas excepcionales sobre lo que ocurre "abajo" en la sociedad, e incluso con la ayuda de unos potentes prismáticos atisbar y comprender las situaciones que llevan al éxito o al fracaso a los individuos. Un tipo con una educación integral es un individuo con dominio de sí mismo, un visionario, una persona que puede anticiparse a los acontecimientos o transformar estos en su propio beneficio.






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