Patada en los huevos
Patada en los huevos.
Imaginemos que soy un profesor
en un aula con jóvenes estudiantes.
- Pepito, ¿qué pensarías si te preguntara: "Te apetece que te dé
una patada en los huevos"?
- Pensaría que estás fumado o mal de la olla.
- Si además te dijera que "no lo voy a hacer gratis, si no que me
vas a pagar por ello"
- Pensaría que realmente estás mal de la cabeza.
- Y si además te propusiera propinarte una patada todos los días de
la semana y que además te cobraría repetidamente ya que tal acción
me cuesta un esfuerzo y por supuesto no pienso ejecutarla
gratuitamente.
- Propondría que visitaras a un
psicólogo o un psiquiatra.
- ¿Y si decidiera montar una empresa y enriquecerme con "tales
actividades"?
- No se te debería de permitir en ningún caso.
- Pues hay culturas donde semejantes "actividades" ocurren.
- Te lo has inventado con seguridad.
- MM, es posible, pero si existiera tal cultura, ¿qué pensarías
si
sus componentes pagaran y enriquecieran a alguien cuyo empresa o
actos cotidianos consistieran en aplastarles los
cataplines regularmente?
- Quizás que es una cultura plagado de idiotas. Como para cachondearse
de ellos.
- Y los demás, ¿qué pensáis al respecto?
- Lo mismo, pensaríamos que son una panda de gilipollas o algo por el estilo,
¡sólo
un pringado puede admitir que le peguen sin quejarse y más aún
enriqueciendo al que le pega! Lo normal sería devolverle la patada
más fuerte, ¡no hacerle rico! ¡Hay que ser pringado! ¡Tendríamos que
ir nosotros a hacerles entender!
- ¿Y si en esa supuesta cultura los afectados mostraran una pose de
satisfacción y no atendieran a razones y que afirmaran que son muy
sabios, que saben perfectamente lo que hacen y que quieren que les
dejen en paz?
- Allá ellos. ¡Podríamos visitar esa supuesta sociedad y reírnos de
ellos! ¡Ja, por dios, qué mataos!
- O sea que pensáis que son gilipollas y masoquistas, que deberían
aprender a devolver los
golpes, y que es de locos además enriquecer al agresor, ¿verdad?
- ¡¡Así es!!
- Parece que hay unanimidad en esta conclusión.
- Claro, es obvio, ¿es que acaso puede haber otra respuesta sensata?
Es de una lógica aplastante, no hace falta ser muy listo para verlo.
¡No sé ni cómo demonios nos planteas este debate! ¡Es ridículo!
- Yo también estoy de acuerdo.
- En serio, ¿a qué viene hablar de este tema?... ¿qué
estás tramando?
30 segundos de silencio. De nuevo, formulo una pregunta...
- ¿Alguien fuma?
- Pues... yo... sí. Yo... también... No, yo no... Ni yo...
Más silencio. Caras de reflexión, incredulidad y asombro.
- Eh.... ¡¡No es lo mismo!!
- ¿No lo es? Probablemente no, los efectos nocivos del tabaco
son casi con seguridad mucho más mortíferos, además con
unos
componentes ciertamente dañinos si no letales a largo plazo. Más aún, no sólo
permites
que los cigarriollos te dañen las entrañas, si no que desembolsas dinero para
satisfacer un hábito que sólo muestra tu falta de seguridad en ti
mismo, tu inmadurez y
dependencia psicológica. Luego te autoengañas para no admitir tal ruinoso
negocio, que además repites periódicamente. Es decir, enriqueces a la
industria que agrede tu organismo,
luego, probablemente no
atiendes a quienes te ofrece argumentos racionales para dejarlo y
por si esto no fuera suficiente tienes las agallas de declarar que "no tiene tanta importancia","de algo hay que
morirse" y millones de otras excusas que demuestra un
pensamiento masoquista e irreflexivo. No, no
es lo mismo, es peor. Lo más hilarante, y que es para morirse de
risa, es creerte que por empezar tal denigrante hábito tienes que
ser "un valiente". Se puede ser ingenuo y tonto, ¡pero no
tanto por dios!
- Pero... joer...
- ¿Cómo llamabais a los habitantes de aquél mundo inventado?
- ¡Gilipollas!
- Ahora después de esta lección ya conocéis un poco más el
significado e influencia que puede tener la cultura y el entorno, en
este caso sus efectos negativos. Sus enseñanzas pueden
literalmente destruiros,
relegaros a simples
autómatas, tomaros el pelo o hacer que os creáis cualquier
mamarrachada si esta se reviste con argumentos que el entorno entiende como
plausibles. Un actor famoso con un pitillo en una película taquillera,
o simplemente una amiga o amigo atractivo o con personalidad que secunde ese
espantoso hábito puede destruir cualquier
tipo de argumentación más o menos lógica o racional. Somos animales
sociales, al final lo que cuenta es pertenecer a un grupo, ser
aceptado, imitar a quienes tienen carisma, si con ello hemos de
autolesionarnos, degradarnos o actuar de manera estúpida o malsana algunos lo haremos con
gusto. Quizás en un futuro, salga alguna moda donde la gente le dé
por aporrearse la cabeza... Pagando claro está.
- Vaya... Menuda lección nos acabas de dar...
- Chicos, chicas, haced lo posible por adheriros siempre a causas
constructivas y no permitáis jamás que se os tome el pelo de esa manera.
Al principio quizás os sentiréis bien, más libres y maduros, pero
esa sensación fraudulenta de vencer algunas batallas sólo
sirven para obtener grandes pérdidas en el futuro.
Elegid, en la medida de lo posible, siempre modelos y hábitos
constructivos. Y si tenéis que pagar por algo que sea para
divertiros sin degradaros o para aprender cosas de provecho. Y
recordad: "Quien logre divertirse aprendiendo,
logrará tener una vida provechosa
y a la vez divertida." "Quien sólo logre divertirse degradándose
(drogas, alcohol, sexo sin control), se volverá dependiente de esos
hábitos, presa de sus efectos nocivos y nunca en realidad será
libre."
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