Egoísmo positivo (constructivo) vs egoísmo negativo (destructivo)

Creado: 22/3/2012 | Modificado: 15/5/2012 11743 visitas | Ver todas Añadir comentario



Egoísmo positivo (constructivo) vs egoísmo negativo (destructivo).

 
El problema de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes. 
Winston Churchill
El egoísta encuentra un placer malsano en turbar la alegría de los demás. 
Dangenne
El egoísmo es la muerte del amor, pero el amor es la muerte del egoísmo.
 P. Tomás Morales, S.J.

El egoísmo positivo o constructivo se define como aquél que obtiene resultados para su poseedor sin producir perjuicio a las personas o entornos que se interponen u obstaculizan su camino, es más redunda en un beneficio no sólo individual sino general, colectivo.

El egoísmo negativo o destructivo, sin embargo, debe considerarse una ambición moralmente perniciosa (aunque subsidiariamente puede contribuir al auge y desarrollo de la sociedad en otros ámbitos como la tecnología) pues parte de un rutina que conduce al éxito en la cual sólo la persona más beneficiada  es uno mismo. Supuestos alternativos son considerados accesorios e intrascendentes, es decir, cualquier circunstancia que nos desvíe del camino del éxito es enemiga de la estrategia elaborada para tal fin.

En la sociedad en la que vivimos, llamémosla materialismo o sociedad regida por valores materiales, este último tipo de egoísmo está muy extendido, aparte de desmesuradamente valorado, debido, entre otras múltiples razones, a la carencia o devaluación de los valores espirituales.

En muchos casos, se mitifica el logro sin tener en cuenta el camino trazado hasta su obtención. Mientras esté dentro del marco legal (o incluso aunque no lo esté y no sea un hecho demostrable), este quedará como reconocimiento del “saber hacer” del individuo.

A los genios se les valora por sus mayores logros.
Ganar no es importante, es lo único.


Estas son frases mitificadas que conteniendo su parte de certeza, guardan dentro de sí un oscuro planteamiento: "No importa el camino trazado mientras el objetivo alcanzado sea reconocido." "No importa el método ni el camino recorrido, sino el resultado final."

Y así surgen miles y miles de copias en forma de individuos que asimilarán estos dichos sin pestañear. De este modo, esa marca o estigma de "la victoria es lo que cuenta", dejará un rastro ciertamente destructivo en nuestra sociedad, alentando el desarrollo de individuos de habilidades y virtudes unidireccionales, es decir enfocadas en un solo objetivo, deformes como estatuas esculpidas con uno de sus miembros terriblemente desarrollados, mientras que a las demás partes de su cuerpo apenas les llega el riego sanguíneo.

No afirmamos que la mayoría de individuos debida a esta ideología necesariamente se tuerzan para adoptar caracterizaciones crueles o pérfidas, no obstante, el problema es que el fomento de la cultura del especialista regurgita individuos con estrechez de miras, con una visión del mundo muy sesgada y parcial, poco originales, ignorantes y en numerosísimas ocasiones frívolos, caprichosos, volubles, con ideas fijas y con falta de carácter.

En nuestro caso, el que propone esta filosofía, tanto el camino recorrido como el objetivo dispuesto es tan importante como el logro obtenido. El logro es el resultado final, pero las etapas hasta la consecución son los trazos de la obra exitosa que también deben ser analizados. Más importante que el triunfo  es el valor de las creencias:  "Dime en lo que crees y te diré quién eres."

Lógicamente esta filosofía se basa en el egoísmo positivo o constructivo. Debemos ser ambiciosos y nunca conformarnos con lo que tenemos, pero por otra parte no es justo que nuestros objetivos produzcan un deterioro de la naturaleza o menoscabe la confianza de nuestros semejantes. Debemos ser conscientes de que nuestra realidad viene ligada a la de un entorno donde conviven muchas otras personas, todas las cuales merecen un respeto y consideración.

Finalmente, consideraremos más importantes creencias que permitan mejorar el estado global, o de la sociedad como un todo, antes que los logros individuales.






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