De lo relativo de la felicidad. La felicidad del ignorante
De lo relativo de la felicidad. La felicidad del ignorante.
En el libro VII de “República” (514a-516d), Platón presenta el mito de la
caverna. Es, sin duda, uno de los pasajes más importantes y reconocido de este autor. Platón
dice expresamente que el mito quiere ser una metáfora “de nuestra naturaleza
respecto de su educación y de su falta de educación”, es decir, sirve para
ilustrar cuestiones relativas a la teoría del conocimiento.
Como introducción a esta sección utilizaré esta analogía del mito de la alegoría
de la caverna de Platón. Imagínese a una persona que habita en una caverna
conviviendo entre
sombras, sin conocer más luz natural que pequeños destellos que se cuelan por
diminutos orificios, circundado por frías paredes, alimentándose de brotes vegetales y restos de comida que
halla a su alrededor. Imagínese su el transcurso
de un día cualquiera sufriendo de la humedad, las incomodidades, la
incertidumbre...
Su dieta se compone de fragmentos alimenticios deteriorados, sin embargo, a
pocos metros, en la superficie, se podría nutrir de decenas de alimentos que
conformarían una dieta mucho más rica y equilibrada, además de la posibilidad de
degustar un menú de manjares exquisitos. Manjares de los cuales desconoce su
existencia.
Este rudimentario individuo dispone de un cierto bienestar, si se le puede llamar así, seguro
pero insignificante. Injustificable para alguien considerado
como un ser racional, con inteligencia y aptitudes de nivel superior en la
escala evolutiva. Su "estado de felicidad", supuestamente elegido viene
absolutamente limitado por las debilidades de su conocimiento, es decir, por su
ignorancia.
El desconocimiento de que existen otras realidades, otras formas de vida impiden
a este individuo escapar de su celda (metáfora de la ignorancia o
desconocimiento) para descubrir con acritud que el estado vital en el que vegeta
es infrahumano, una falacia sombría.
La idea de este alegoría o mito de la educación es que la cultura y el conocimiento
liberan de las cadenas de la ignorancia: amplían horizontes, las perspectivas,
la visión y la percepción del mundo. Aquellos cuya cultura es más amplia, cuyo
rango de experiencias es más rico, en definitiva aquellos con una personalidad
más rica en experiencias ("con más mundo") disponen de abanico más rico de posibilidades de procurarse un más próspero
destino, pues lógicamente aquello que se desconoce no se pretende, no se sueña,
no se elige.
La ignorancia debe entenderse como una minusvalía, ceguera o debilidad. La felicidad de
una persona se establece en función de sus deseos y sus aspiraciones. A medida que
madura su personalidad, su modo de entender la realidad se transforma,
también por tanto sus sensaciones, sus sueños, sus preferencias, también, en
resumen, su felicidad o su "tipo de felicidad".
No estoy afirmando en absoluto que las personas con estrechez de miras no puedan ser
felices. De hecho, cualquier persona puede revelarnos su propia y exclusiva
definición de felicidad y yo no me atrevería a cuestionarla. Pero debe saber que
cuanto más conocimiento y experiencias pueda albergar mayor definición podrá
darle a su salud emocional, mayor grado de comparación podrá establecer con
otros estados del ánimo. Ahora bien, inherente a esta idea es el mayor riesgo de
dolor y fracaso que conlleva, pues las grandes alegrías también se ven
estrechamente ligadas a los grandes fracasos, al igual que del amor
incondicional al odio sólo media un pequeño paso. Aquellos con mayor aspiraciones verán su
camino obstruido por diferentes obstáculos. La escalada hacia un estado de bienestar
más elevado se torna más escarpada a medida que vamos ganando altura.
Más aún, las personas con pasiones y aficiones diversas son menos
propensas a sufrir tristeza, depresión o vacío interior, pues ante la pérdida de
alguna de ellas su felicidad sólo será parcialmente menoscabada.
En otros casos, si nuestra felicidad únicamente depende de la presencia del cónyuge, de una
afición o actividad en concreto, esa pérdida se revela como catastrófica y puede sumirnos en un oscuro estado de desesperación y
relegarnos a la nada espiritual.
Quien cree intensamente, vive intensamente. Llenar los días con ilusión y alejar
el tedio, llenar las horas, los minutos, tener aspiraciones y estar ocupado en
tareas enriquecedoras debería ser un objetivo prioritario.
Algunas frases inspiradoras.
Uno de los
defectos de la educación superior moderna es conceder demasiada importancia al
entrenamiento para la adquisición de determinadas aptitudes y poca al
perfeccionamiento sentimental y cerebral, merced a una amplia visión del mundo.
Bertrand Russell
La felicidad
consiste en llenar las horas; en llenar las horas y no dejar un resquicio para
que penetre el arrepentimiento o el consentimiento.
Ralph Waldo Emerson
El secreto
de la felicidad es éste: que tus intereses sean los más amplios posibles y que
tus reacciones hacia personas y cosas interesantes sean amistosas en vez de
hostiles.
Bertrand Russell
Contacto y comentarios
Puedes comentar este texto aquí: Comentarios
También puedes contactar con el administrador en este enlace: Contacto