20 Mitos sobre nutrición (1)
20 Mitos sobre nutrición (1)
Texto:
http://www.semana.com/vida-moderna/articulo/los-10-mitos-sobre-dietas/257020-3
Tratar de bajar de peso sin la asesoría de un profesional puede afectar
seriamente la salud y en cambio de perder peso puede desencadenar su aumento
de forma más rápida. Semana.com le cuenta la verdad sobre los 10 principales
mitos sobre las dietas.
1. Hacer dieta es aguantar hambre.
Este es uno de los principales mitos. Una
dieta o un régimen alimenticio adecuado no debe causar hambre. El hambre es
un signo que muestra que el cuerpo necesita energía. Si se siente hambre es
porque no se están consumiendo suficientes calorías. Una dieta bien diseñada
debe permitir que la persona baje de peso sin sentir hambre.
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2. ¿Por qué no bajo de peso si como muy poquito?
Comer poco no garantiza
perder peso a largo plazo. Generalmente esta conducta hace que la persona
baje de peso rápidamente pero en muy poco tiempo lo recupere. Por el
contrario, la forma ideal para bajar de peso es comer frecuentemente, esto
significa comer cada tres horas, o mínimo, cinco veces al día. Esto
significa que es importante no saltarse ninguna comida. Frecuentemente se
encuentran personas que no comen a la hora del desayuno y esto, en cambio de
lo que se puede pensar, es un limitante para bajar de peso.
3. Eliminar todas las harinas permite perder peso.
Todos los grupos
alimenticios son importantes para una buena nutrición. Basar un plan de
reducción de peso en la eliminación de las harinas puede causar problemas de
salud. Y aunque sí puede ser una solución para bajar de peso inicialmente, a
largo plazo se recuperará. Adicionalmente, si se suspenden las harinas por
un tiempo, esta conducta puede causar una intolerancia a las harinas en un
futuro. Algunas dietas eliminan por completo las harinas y basan la
alimentación únicamente en alimentos altos en proteínas, aunque estas dietas
son muy comunes, deben hacerse con mucho cuidado y con la asesoría de un
especialista. El principal riesgo de las dietas basadas en proteínas es
causar daño en los riñones.
4. Existe una vacuna para adelgazar.
El término vacuna se usa para
identificar medicamentos que previenen una enfermedad. Por eso, la expresión
"vacuna para adelgazar" no es correcta. En los últimos años se ha
promocionado un producto con esta denominación, pero realmente no existe
ninguna evidencia que pueda mostrar científicamente que funcione. Se piensa
que estos mecanismos permiten bajar de peso por las dietas y los
medicamentos que se recomiendan usar cuando se pone "la vacuna", pero no por
las supuestas propiedades o efectos que tiene la inyección. Recuerde que
todo producto debe estar fabricado por un laboratorio de trayectoria
reconocida y tener un registro del Instituto Nacional de Vigilancia de
Medicamentos y Alimentos (Invima).
5. El aumento de peso se debe al mal funcionamiento de la tiroides.
La
tiroides es una glándula que puede causar aumento de peso si su función está
alterada, pero no todas las personas que tienen sobrepeso tienen
alteraciones en la tiroides. Existen tratamientos que ofrecen bajar de peso
mediante la toma de medicamentos que controlan la tiroides. Someterse a
estas dietas es un gran riesgo para la salud porque puede causar graves
consecuencias hormonales a largo plazo. Si la persona sospecha que la causa
de su sobrepeso es por el funcionamiento de la tiroides, es recomendable que
tenga una valoración de un endocrinólogo, quien es el profesional indicado
para valorar estos trastornos y decidir si es necesario tomar algún
tratamiento.
6. El agua de alcachofa y el agua de rábano adelgazan.
Estas dos sustancias
son diuréticas, lo cual significa que aumentan la cantidad de orina que se
elimina. Al eliminar líquidos se logra bajar de peso por un corto tiempo, lo
cual sucede si se forza el funcionamiento del riñón, situación que puede
causar problemas renales crónicos. Adicionalmente, el rábano cambia los
niveles de yodo, lo cual a largo plazo puede traer problemas de tiroides.
7. Al terminar una dieta el cuerpo vuelve a ganar el peso perdido.
Esta
afirmación es verdadera. Al terminar cualquier plan para bajar de peso, el
cuerpo trata de volver a su condición inicial en lo que se conoce como un
efecto rebote. Por esa razón, es importante un etapa de mantenimiento
posterior para que el cuerpo mantenga el peso perdido. Entre mas rápido se
haya perdido peso más rápido se va a recuperarlo. Un buen plan de
adelgazamiento debe ser un planeado para perder peso lentamente y en un
periodo de plazo largo.
8. Las fajas permiten bajar de peso.
El uso de fajas no cambia la cantidad
de tejido graso que tiene una persona, por lo cual no es un método de
adelgazamiento. Algunas fajas por efecto de calor pueden deshidratar a la
persona y hacer que se elimine líquido. No obstante, este macanismo no es
recomendable y no es una forma de perder peso.
9. Los productos 'light' o libres de grasa adelgazan.
Lo que pasa realmente
con estos productos es que engordan menos, pero no tienen propiedades que
permitan perder peso. Los productos bajos en grasa deben ser consumidos de
forma racional. Por ejemplo, si se comen dos dulces light, seguramente se
van a consumir más calorías que si solo se consume un golosina.
10. El té verde adelgaza.
No hay estudios definitivos que relacionen la
reducción de peso con el té verde. Se sabe que el té verde puede aumentar un
poco el metabolismo mediante el aumento de la temperatura corporal. Sin
embargo, este producto no es milagroso. Algunos tipos de té producen
diarrea, lo cual obviamente deshidrata a la persona y la hace perder peso.
Cualquier consumo elevado de estas sustancias tienen riesgos para la salud.
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¿Qué engorda y qué no? Revelan 10 mitos y verdades sobre la alimentación
saludable
Dicen que, para adelgazar, no se puede comer carbohidratos en la cena ni
fruta como postre… Una nutricionista se encarga de contar la verdad acerca
de ésta y otras creencias sobre la alimentación saludable.
La dietista-nutricionista española, Leticia Lozano, ayuda a derribar -en el
sitio laopiniondemalaga.es- una decena de mitos que muchos hemos escuchado o
leído acerca de la alimentación sana y de las dietas para bajar de peso:
1 - Los hidratos de carbono por la noche son malos
Uno de los tópicos más extendidos y con el que se enfrenta diariamente
Leticia Lozano en su consulta es el de que los hidratos de carbono (pasta,
arroz, pan, legumbres, paps...) son malos por la noche. "Es falso, lo único
que nos hace ganar peso es excedernos de nuestras necesidades energéticas
diarias". Probablemente, un plato de pasta para cenar sea demasiado, pero se
pueden utilizar como acompañamiento, explica la nutricionista, que facilita
varias recetas: combinar pescado al horno con verduras y una papita; o una
minestrone con pasta y una tortilla, o unas verduras a la plancha con una
hamburguesa de legumbre. "Además –dice–, los hidratos de carbono complejos
reducen los niveles de ansiedad, con lo que si los eliminamos, ésta
aumentaría. Así que se pueden consumir incluso cuando se pretende perder
peso, sólo hay que controlar las raciones", señala.
2 - Tomar agua durante la comida engorda
Este es otro de los grandes mitos que no tiene sustento, pues el agua no
aporta calorías, por lo tanto, no engorda, "se tome antes, durante o después
de comer", indica Leticia Lozano.
En torno a la ingesta de agua también existen muchas teorías que van sobre
si lo recomendable es beber dos litros de agua al día o si es mejor tomar un
gran vaso de agua en ayunas para limpiar el estómago. "El agua es necesaria
para vivir porque hidrata nuestro cuerpo, transporta ciertos nutrientes y es
el medio donde se realizan las reacciones químicas de nuestro metabolismo.
Ahora bien, lo de los dos litros es relativo pues, si se lleva una dieta
saludable y se consumen las cantidades adecuadas de frutas y verduras, éstas
ya aportan líquido, así que se puede beber algo menos", explica la
nutricionista.
3 - Los lácteos y la leche no son buenos en la noche
"También se habla de que si se toma un vaso de leche junto a un cítrico ésta
se corta. La verdad es que no me consta que dicha afirmación tenga
justificación", asegura la especialista. Sin embargo, podría tener alguna
lógica. "La leche hace que la absorción de Tabla de calorías por ejercicio sea más lenta, por
eso se recomienda tomar el jugo de frutas en ayunas, pero al final todo se
acabará mezclando en el estómago, así que es más importante comer de todo
que el orden en el que se haga", cuenta Lozano.
Asimismo, es habitual que la gente que no consume leche justifique que, tras
la lactancia, ningún mamífero lo hace. "No pasa nada si no bebemos leche
siempre y cuando compensemos el aporte de calcio haciendo una selección
correcta de alimentos que lo contenga. Y si se bebe leche, mejor que sea
ecológica porque las vacas que pastan producen leche con un mejor equilibrio
de ácidos grasos".
4 - La fruta: nunca como postre
Volvemos, tal y como asegura Leticia Lozano, a lo de siempre. "El aporte
energético no interfiere en el orden en que se ingieren los alimentos sino
en los alimentos que se eligen y su cantidad". Así que sí se puede consumir
una pieza de fruta como postre sin miedo a engordar. "Es verdad que por su
efecto saciante, en una dieta para perder peso las utilizamos para comer
entre horas, pero no es que nos hagan adelgazar de por sí".
También en torno a las frutas existe una creencia muy extendida y que
tampoco es cierta: la de que los plátanos no son aptos para los diabéticos.
"Todas las frutas y alimentos naturales, las legumbres, el arroz, verduras,
pan, aceite son aptos para estos pacientes. Lo que deben controlar son las
raciones". Y pone como ejemplo que un ración diabética recomendada equivale
a consumir 150 gramos de melón, sandía o fresas; 100 gramos de manzana, pera
o melón, o 50 gramos de plátano, uvas o higo.
5 - Consumir huevos no es sano y aumenta el colesterol
Cuando los especialistas recomiendan no consumir a la semana más de cuatro
huevos es, simplemente, "estaríamos evitando consumir otro alimento y no
haríamos una dieta variada". Lo que aumenta el colesterol son las grasas
saturadas, que también están en las carnes, los lácteos enteros y la
bollería. "Si tenemos un nivel de colesterol alto es porque abusamos, no
sólo de los huevos, sino de las grasas y las frituras, ingerimos poco
pescado y fibra y, además, hacemos una vida sedentaria, poco activa".
6 - Las lentejas, gran fuente de hierro
Sí, pero con matices. Los garbanzos y porotos también son una buena fuente
de hierro al igual que los alimentos proteicos de origen animal como la
carne, el pescado o los huevos. "Si hacemos la combinación perfecta
podríamos reducir nuestra ingesta de carne, que es excesiva en la sociedad
actual". El problema de las legumbres es que carecen de aminoácidos
azufrados, de ahí que sea necesario complementarlas con un cereal. Para
ello, Leticia Lozano recomienda consumir lentejas con arroz o garbanzos con
cuscús, todo en forma de potaje o salteado, y siempre combinado con
verduras.
"Lo de las lentejas con chorizo es más un tema culinario o de gustos que una
necesidad nutricional porque lo único que aporta es grasa saturada".
Recomienda además acompañar las legumbres con una ensalada aliñada con
aceite y limón y, de postre, una fruta rica en vitamina C (naranja,
mandarinas, frutillas, kiwi), ya que ayudan a absorber el hierro de origen
vegetal.
7 - Los productos integrales y lights son más saludables
Según la especialista, "pueden tener un aporte ligeramente inferior al
refinado, pero nada significativo". Lo que sí destaca Lozano es que los
integrales son más nutritivos, ya que aportan más vitaminas y minerales
porque no se les ha retirado el germen y poseen fibra pues mantienen el
salvado. "Y ésta (la fibra) tiene un poder saciante muy importante, por lo
que puede ayudarnos en la pérdida de peso".
8 - Mejor los alimentos frescos que los congelados
Otra creencia falsa. Lo ideal sería acudir todos los días al mercado y
comprar justo lo que se va a consumir ese día, pero esto es imposible por el
ritmo de vida actual. "Yo soy de las que recomienda consumir productos
congelados como la verdura o el pescado. Lo fresco y natural no es
necesariamente mejor. Entre el brócoli fresco y el ultracongelado, por
ejemplo, no hay diferencias".
9 - Los alimentos pueden ayudar a tratar enfermedades o tienen propiedades
afrodisíacas
Es cierto que hay algunos productos que influyen en nuestras hormonas. Un
ejemplo son las isoflavonas de la soja, que juegan un rol beneficioso en la
obesidad y la diabetes y son recomendables en la etapa de la menopausia de
la mujer. "Pero en la mayoría de casos no es más que un placebo". Así que ni
las ostras son afrodisiacas ni las bayas de Acai, por ejemplo, son un
perfecto antiinflamatorio. "Una dieta equilibrada es lo mejor para mantener
activo nuestro sistema inmunitario".
Sobre si es bueno o no consumir probióticos para el sistema inmune, Lozano
asegura que es un asunto controvertido: "Aunque consumir yogures sí está
dentro de una dieta equilibrada, generalmente las marcas exageran las
propiedades de sus productos. No son milagrosos".
10 - El pan engorda. Saltarse comidas.
"Cuando alguien inicia una dieta sin supervisión médica lo primero que
elimina es el pan y esto es un grave error", dice la nutricionista. Se trata
de un alimento indispensable en nuestra base alimentaria que aporta hidratos
de carbono complejos. Como siempre, lo que marca qué engorda y qué no es el
consumo excesivo.
Y algo aún más importante y básico: no saltarse ninguna comida pues "altera
nuestro metabolismo y hace que lleguemos a la siguiente comida con mucha más
hambre y ansiedad". Está científicamente demostrado, además, que los niños
que no desayunan son los que sufren un mayor sobrepeso –eso no es ningún
mito, en absoluto–. "Actualmente, la pirámide de ingesta está totalmente
invertida".