El efecto placebo. Estudios y experimentos
	
	
	 El efecto placebo. Estudios y experimentos.
 
	El efecto placebo. Estudios y experimentos.
	 
	¿Qué es el efecto placebo?
	
	Según la Wikipedia: 
	
	El efecto placebo es la capacidad curativa de un agente terapéutico que no 
	produce ningún efecto farmacológico.
	
	Se trata, por tanto, de un fenómeno psico-fisiológico en el que los síntomas 
	de un paciente pueden mejorar mediante un tratamiento con una sustancia 
	placebo, es decir, una sustancia sin efectos directamente relacionados con 
	el tratamiento de aquello que estaría causando (etiología, conocida o no) 
	los síntomas de dicho paciente.
	
	La explicación fisiológica postulada para este fenómeno sería la 
	estimulación (no por parte de la sustancia placebo, de lo contrario no 
	entraría en la definición) del núcleo accumbens situado en el cerebro que 
	daría como resultado la mejoría del cuadro sintomático del paciente que 
	afirma estar aquejado por un mal a su salud.
	
	Hay gran variabilidad en la presentación de este efecto y la aparición del 
	mismo está determinada por factores del individuo, de la sustancia (incluida 
	su forma de administración) y del medio en el que se realiza el tratamiento. 
	Sin embargo, la cuantificación de este fenómeno es muy útil en determinar la 
	utilidad y seguridad de fármacos y otras sustancias en la terapéutica.
	
	
	Estudios sobre el efecto placebo
	
		Caso 1. Vida y Muerte.
		
	En una misión en el Pacífico Occidental, un médico de la Fundación 
	Rockefeller tuvo que convivir con nativos. 
 
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	El hecho involucraba al 
		sacerdote de la misión, a su asistente, a un nativo llamado Rob y un 
		hechicero llamado Nebo. Lo que ocurrió es que el sacerdote pidió al 
		doctor que examinara a Rob, ya que él mismo había constatado que éste se 
		encontraba enfermo, pero el médico no encontró ningún índice de esto ni 
		tampoco alguna referencia de que el sujeto experimentara algún tipo de 
		dolor, pero sí quedó impresionado al constatar que el nativo estaba 
		enfermo y muy débil. Luego, el médico se enteró de que el hechicero 
		había apuntado a Rob con un hueso, y esto había convencido al nativo de 
		que moriría muy pronto. 
		
		Así, el médico y sacerdote buscaron a Nebo para 
		que se presentara ante el nativo para explicarle que nada malo podía 
		ocurrirle. Si no lo hacía su provisión de alimentos que era dada por la 
		Fundación, se terminaría. 
	
	El hechicero fue hasta donde Rob acompañado 
		por el sacerdote y el medico, Nebo se acercó a Rob y le dijo que todo 
		había sido un engaño, una broma. El médico quedó impresionado ante el 
		cambio del nativo, quien pasó de un estado casi comatoso o moribundo a 
		una fase saludable, con tal fuerza física irreconocible.
	
		 
		
		Caso 2. El señor Wright.
		
		El Sr. Wright era un sujeto que sufría de un mal generalizado y avanzado 
		que afectaba sus nódulos linfáticos, un linfosarcoma. 
		
		Él desarrolló 
		resistencia a todos los tratamientos paliativos y anemia lo cual le 
		impedía usar la quimioterapia. Para este momento el sujeto ya presentaba 
		tumores del porte de una naranja en axilas, cuello, ingle, pecho, 
		abdomen. Estaba en estado terminal, no tratable, sólo se le 
		administraban sedantes para aliviar la etapa final.
 
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		A pesar de esto él se sentía muy esperanzado y le pidió a su doctor que 
		lo incluyera en un grupo de investigación en el cual se pretendía poner 
		a prueba cierta droga, argumentando que no tenía nada que perder. La 
		droga se llamaba Kreboizen, y al Sr. Wright sólo le habían pronosticado 
		dos semanas más de vida. Entonces el médico lo incluyó en la 
		investigación. La primera dosis de la droga fue un día viernes, y el 
		médico llegó el lunes al hospital pensando que Sr. Wright ya había 
		dejado de existir, pero no fue así. Milagrosamente el sujeto se 
		encontraba mejor que nunca, no presentaba fiebre y no se le observaba 
		para nada abatido, como era su estado normal. 
	
	Los tumores habían 
		desaparecido, mostrando una regresión tan rápida que ni el mismo médico 
		podría explicar. El paciente fue dado de alta, y durante su estadía en 
		el hogar se enteró por medio del diario que el Krebiozen era una 
		sustancia inocua. Esto le provocó una recaída y volvió al hospital. Esta 
		vez, fue su propio médico quien le propuso volver a retomar las 
		inyecciones de Krebiozen, argumentando que la droga sí surtía efecto y 
		que el artículo del diario era falso por que hacían referencia a otras 
		drogas. El doctor hizo esto por que sabía que daría resultado, ya que su 
		paciente había demostrado tener gran esperanza con respecto al efecto de 
		la droga y sus efectos positivos ya se habían confirmado y, además, no 
		había otra opción. 
	
	Así, otra vez la enfermedad presentó una regresión al 
		administrarle las droga, el sujeto se recuperó y volvió a su casa, los 
		tumores esta vez se disolvieron, y el paciente volvió a caminar. Pero el 
		final de este caso no fue positivo, por que Sr. Wright falleció semanas 
		después cuando nuevamente se volvió a publicar un artículo que 
		enfatizaba que el Krebiozen no tenía ninguna función.
		
		Este último caso se calificó como un clásico para el dilema de la 
		respuesta placebo, incluso en enfermedades terminales como el cáncer.
		
		Los médicos que se encontraban a cargo de la salud del Sr.Wright 
		concluían que había sido el optimismo del paciente lo que había influido 
		en varias fases de su enfermedad, mientras que el paciente le atribuyó 
		al placebo la función salvadora, lo que lo llevó a una prolongación de 
		su vida y al mismo tiempo se presentaron muchos índices de cura. 
	
 
		
		
		Caso 3. La ilusión también cura. Moseley.
		 
|  | Moseley invitó a sus pacientes a participar en un experimento 
		excepcional e inofensivo. Quien accedía a tomar parte era conducido a la 
		sala de operaciones para la intervención quirúrgica. Sin que el enfermo 
		lo viera, allí Moseley abría un sobre lacrado con las indicaciones 
		acerca de si la operación debía ser real o simulada. En el primer caso 
		(la mitad de los participantes) se procedía del modo habitual.  | 
		Los pacientes no seleccionados para la cirugía recibían una fuerte dosis 
		de tranquilizantes y unos pequeños cortes superficiales en sus rodillas 
		para simular incisiones de una operación con bisturí. Moseley enviaba 
		después a todos los pacientes a sus casas con una prescripción de 
		calmantes contra los dolores de la herida. Ninguno sabía lo que habían 
		hecho en su rodilla. Al cabo de dos años, casi todos los pacientes 
		estaban muy satisfechos con el resultado de la operación, real o 
		ficticia. Hasta la fecha, más de 180 enfermos con dolencias en la 
		rodilla se han sometido a este experimento. 
		 
		
		Cado 4. Otros casos.
		
		En la era de la manipulación genética y de intervenciones 
		quirúrgicas por ordenador, la confianza en el tratamiento clínico que se 
		aplica influye de forma positiva en la curación del enfermo. 
|  | Así se ha demostrado con 
		innumerables estudios y pruebas con analgésicos, antidepresivos o 
		fármacos hipotensores frente a remedios que contienen sustancias 
		inertes, como harina o azúcar.  | 
 
		
		
		Caso 5. Placebo y enfermedades.
 
	Comparación entre el porcentaje de mejoría entre los grupos tratado y 
	control (placebo) según diferentes condiciones. Destaca el elevado 
	porcentaje de sujetos que mejora sin uso de un fármaco activo. Es notable 
	también el amplio espectro de enfermedades que responden al efecto del 
	placebo. Adaptado de WALACH H, MAIDHOF C. Is the placebo effect dependent on 
	time? A meta-analysis. In: Kirsch I (ed). How expectancies shape experience. 
	Washington, DC: American Psychological Association Books, 1999:321-32.
| Enfermedad | Grupo tratado Mejoría (%) | Grupo placebo Mejoría (%) | 
| Desórdenes afectivos Trastorno de pánico Trastorno de personalidad Demencia Artritis Reumatoide Dolor Cáncer | 65 49 65 32 45 68 37 | 46 23 35 10 23 21 33 | 
		
		
		Caso 6. Masaje "placébico".
|  | El efecto placebo consiste en que una parte de nuestro cerebro se activa 
		ante el mero hecho de esperar un alivio del dolor. Algunos experimentos 
		curiosos muestran como a personas que se les daba un masaje de 
		ultrasonidos con el aparato desenchufado en la mandíbula, tras una 
		operación de muelas, la hinchazón disminuía notablemente en un 35 % de 
		los casos. En otros experimentos una supuesta crema antivoltaje (simple 
		crema hidratante) disminuía los efectos de las descargas en los 
		pacientes… | 
		Es necesario señalar que en ambos casos estamos hablando de procesos 
		involuntarios: en el primer caso, los sujetos de los experimentos no 
		saben que se les está suministrando placebo (o solo placebo). En el 
		segundo caso, desconocen el tipo de experimento al que están siendo 
		sometidas (las mujeres en este caso). 
		
		 
		
		Caso 7. Alcohol y placebos.
|  | A veces basta con pensar que uno está tomando alcohol o cualquier 
		otra droga para sentirse invadido por los efectos de esa sustancia. Una 
		broma que se ha propagado en muchas universidades, por ejemplo, consiste 
		en dar a fumar una planta semejante a la marihuana que en realidad no es 
		marihuana.  | 
		
		
		El investigador Richard Wiseman realizó un experimento más exhaustivo 
		con el alcohol, también con estudiantes universitarios. Los 
		participantes debían pasar una noche en un bar, con sus amigos. El 
		alcohol era totalmente gratis (hecho que propició que muchos estudiantes 
		aceptaran someterse al estudio).
		
		Antes de que empezara la fiesta, sin embargo, los participantes tuvieron 
		que superar una serie de pruebas:
		
		Cada estudiante recibió una lista de números y tenía que recordar todos 
		los posibles, caminar por una línea marcada en el suelo, y pasar por una 
		prueba de tiempo de reacción que consistía en sostener una regla entre 
		el pulgar y el índice, para después soltarla y cogerla en cuanto la 
		viera moverse.
		
		A continuación, dividieron el grupo en dos: los rojos y los azules 
		(todos recibieron una chapita correspondiente a su color. La fiesta 
		empezó y, a medida que la gente iba a la barra a pedir más bebidas, 
		hablaban más alto, estaban más alegres y coqueteaban más entre ellos. Al 
		intentar superar las pruebas del principio de la noche, la mayoría lo 
		hizo muchísimo peor.
		
		Tanto el grupo rojo como el grupo azul tuvieron unos resultados muy 
		similares: sufrían problemas de memoria, experimentaban dificultades 
		para mantener el equilibrio sobre la línea y se les caía la regla.
		Lo que no sabían los estudiantes es que todos los integrantes del grupo 
		azul bebieron, sí, pero ni una gota de alcohol. Todas las bebidas sabían 
		y olían como si tuvieran alcohol, pero algunas no tenían ni un gramo.
		El personal de la barra tenía instrucciones estrictas de mirar el color 
		de la chapa de cada persona antes de servirla, ya que debían 
		proporcionar alcohol de verdad a los del grupo rojo e imitaciones sin 
		alcohol a los del grupo azul.
		
		Al creer que estaban borrachos, los que no habían tomado alcohol se 
		comportaban como si hubiesen bebido. El mismo tipo de efecto aparece en 
		los ensayos clínicos: las personas expuestas a falsa hiedra venenosa 
		desarrollan sarpullidos reales, los que beben cafés descafeinado están 
		más despiertos y los pacientes que pasan por una falsa operaciones de 
		rodilla afirman sentir menos dolor en los tendones “curados”.
		
		 
		
		Caso 8. Placebo y pseudociencia.
		
		Richard Monvoisin, enseña zetética: explicación racional de fenómenos 
		paranormales
		"La homeopatía y las flores de Bach son eficaces... placebos"
		 
|  | Enseña Didáctica de la Ciencia en la Universidad de Grenoble. Puede 
		verificar un milagro, pero no la fe. ""Soy escéptico en ciencia como 
		Pirrón y en política como Chomsky. Verifique sus creencias: no hace 
		falta ser un científico, sólo un ser racional"" | 
		
		Por ejemplo. 
		Hemos probado que la homeopatía no tiene efectos terapéuticos 
		clínicamente demostrables, ni tampoco las flores de Bach ni otras muchas 
		terapias alternativas... 
		
		¿Cómo lo han probado? 
		Con estudios clínicos, por supuesto. 
		
		¿O sea, que no sirven para nada? 
		Sirven, pero no más allá del efecto placebo. 
		
		¿Qué quiere decir? 
		Pues que a muchos de quienes las toman, les hacen bien, pero no por su 
		efecto clínico, sino sólo por el psicológico. 
		
		No es eso lo que dicen los homeópatas. 
		Nosotros no afirmamos nada sin probarlo. Hacemos experimentos o 
		divulgamos otros ya conocidos, pero sin juzgar a nadie, y en eso me 
		diferencio de un pionero de la zetética, el Nobel de Física Georges 
		Charpak... 
		
		Fue huésped de La Contra.
		Y gran científico, pero trataba con paternalismo a quienes creían en 
		esas terapias. 
		
		Supongo que algunos pacientes seguirán usándolas, pese a la zetética.
		
		Sí, y están encantados con su efecto placebo, pero la zetética les 
		muestra que es el único que tiene. Después, ya sabiéndolo, podrán elegir 
		entre los hechos y sus creencias. 
		
		Parece justo y necesario. 
		Es imprescindible, pero incómodo. En Francia, la homeopatía es un lobby 
		protegido por varios ministros que tienen intereses en una gran 
		multinacional de productos homeopáticos y ningún interés en difundir los 
		resultados de los ensayos clínicos. 
		
		¿Por qué la gente cree en su eficacia? 
		Porque es más cómodo creer que verificar, ergo tomamos más decisiones 
		irracionales que racionales. Muchos creen que si creen se curan y en 
		parte es cierto por el efecto placebo. Lo mismo nos pasa con otras 
		creencias, no sólo terapéuticas, sino políticas y económicas. Yo les 
		animo a que las pongan a prueba con sus propios experimentos. 
		
		Díganos cómo. 
		Para verificar cualquier creencia, empiece por deconstruirla: remóntese 
		a sus orígenes para localizar sus fuentes y aclare después su cui 
		prodest (a quién beneficia). 
		
		Si un estudio dice que el tabaco rejuvenece, comprobar si lo paga la 
		tabaquera. 
		Eso no invalidaría necesariamente sus conclusiones, pero si al final 
		resultara falso, explicaría a quién beneficia su falsedad. Si verifica, 
		por ejemplo, la eficacia clínica de la terapia de las flores de Bach, 
		verá que en sus orígenes sólo está la pura intuición de un señor inglés, 
		Edward Bach, que clasificó a los humanos en siete categorías... 
		
		Eso ya lo hacía Hipócrates. 
		... Y asoció sus bacilos intestinales con ciertas propiedades de 36 
		categorías de flores. Y hoy aún no tienen más que esa intuición para 
		fundar esa creencia terapéutica. 
		
		Pues no son terapias baratas. 
		Cuanto más pagas por un placebo, más efectivo es. El dinero, el tiempo y 
		el esfuerzo que cuesta una terapia dudosa la refuerza. 
		
		Miel sobre hojuelas para el terapeuta. Insisto en que la zetética debe 
		verificar, experimentar, mostrar y difundir resultados, pero no juzgar 
		ni condenar a nadie: las falsas creencias son como muletas irracionales 
		para muchos humanos, por eso no hay que quitárselas de golpe, sino 
		demostrarles que pueden andar sin ellas... Si quieren. 
		
		En algo hemos de creer. 
		A menudo el propio terapeuta cree sinceramente en sí mismo. En mi 
		universidad hicimos un experimento para demostrar la eficacia de un 
		terapeuta por magnetismo. 
		
		¿Curaba con las manos? 
		Él y sus pacientes juraban que sí. Y es muy difícil verificarlo con un 
		test clínico serio, porque necesitas voluntarios enfermos de la misma 
		dolencia en el mismo grado; un test doble ciego y... En fin, es muy 
		complejo. 
		
		¿Entonces...? 
		Cuando alberguemos dudas sobre creencias, podemos recurrir a 
		experimentos no tan sofisticados: "Si usted cura con el magnetismo de 
		sus manos - le dijimos al magnetista-,podrá detectar también si una 
		persona está o no en la misma habitación con usted aun sin verla: 
		sentirá su energía, aunque no vea a la persona". 
		
		¿Aceptó? 
		Le propusimos experimentarlo con cien personas y aseguró que acertaría 
		el ciento por ciento de las ocasiones. 
		
		Y... 
		El tipo era fantástico: sudaba, temblaba, se retorcía... Si hubiera 
		elegido meramente al azar, habría acertado el 50 por ciento de las 
		pruebas: esto es 48, 49 o 51, 52... Si hubiera acertado 63 veces, 
		hubiera sido paranormalmente bueno; y si sólo hubiera adivinado 37 
		ensayos, sería paranormalmente malo. 
		
		Y... 
		Acertó 52. 
		
		Paranormalmente normal. 
		Y lo publicamos. Fue pedagógico: si desafiáramos con experimentos 
		sencillos nuestras creencias económicas, políticas y personales, 
		cambiaríamos nuestras vidas. 
		
		Debe usted de tener muchos ejemplos. 
		¿Por qué compra determinadas marcas? ¿A quién vota? Teste sus creencias: 
		apunte, mida, compare y verá que muchas de sus creencias carecen de 
		razones. 
		
		 
		
		Caso 9. Placebo y analgésicos.
		
		“Solamente el necio confunde valor con precio”, Antonio Machado.
		 
|  | Nadie en su sano juicio cometería el error que denuncia la frase: todos sabemos que una cosa es el valor y otra muy diferente el precio. Y, sin embargo, inconscientemente tendemos a dejarnos llevar por el equívoco, lo que, de hecho, nos convierte en necios. Un ejemplo a colación: ¿cura más un medicamento de marca que un genérico? Parece que sí. Más aún: ¿cura más un medicamento a su precio habitual que el mismo en oferta? Parece que también. | 
		
		Esa fue la sorprendente conclusión de un experimento llevado a cabo por 
		un equipo del MIT encabezado por Dan Ariely. Un grupo de estudiantes de 
		posgrado de la famosa universidad (las cobayas habituales de este tipo 
		de estudios) probaron en sus carnes un nuevo analgésico, llamado 
		Veladona. Para comprobar su eficacia los participantes recibieron una 
		andanada de descargas eléctricas bajo los efectos del medicamento. Una 
		parte de los voluntarios fue informado de que el precio del comprimido 
		de Veladona era de 2,5 euros mientras que el segundo grupo pensaba que 
		su precio era sólo de 10 céntimos.
		
		Unos y otros declararon haber recibido un fuerte alivio del dolor tras 
		tomar la Veladona pero aquéllos que pensaban que la medicina era más 
		cara se sentían mucho más aliviados (el doble) que los que pensaban que 
		era una bicoca. Pero mucho mejor les fue a los que, además de asumir el 
		precio más caro, leyeron sobre los estudios científicos que refrendaban 
		la eficacia del Veladona. Lo más increíble del asunto es que el supuesto 
		analgésico no era más que una pastilla de vitamina C, así que todo el 
		alivio sobrevino por el efecto placebo y, lo que es más importante, de 
		las expectativas despertadas en el paciente en función del precio y la 
		fama previa del producto.
		
		Un estudio posterior realizado por el mismo equipo con medicamentos 
		reales contra el resfriado, llegó a conclusiones parecidas: los enfermos 
		que habían adquirido medicamentos rebajados aseguraron haber tardado más 
		en curarse que aquellos que los compraron a su precio habitual.
		
		El efecto placebo suele resultar un tema incómodo para los médicos, que 
		quieren ser considerados como hombres de ciencia y no como una especie 
		de brujos que dispensan remedios “psicológicos” (¡yuyu!), pero lo cierto 
		es que el acto de extender una receta tiene una connotación psicomágica 
		-en la cosmogonía de Jodorowsky- que puede ayudar a curar a ciertos 
		pacientes de sus dolencias. La explicación de este fenómeno es que ante 
		la perspectiva de la llegada del alivio al dolor el propio cuerpo genera 
		los opiáceos que a la postre nos reconfortan.
		
		En el caso del precio de los medicamentos los mecanismos del efecto 
		placebo provocan un conflicto en el estamento sanitario. Desde la 
		Seguridad Social se nos anima a utilizar medicamentos genéricos porque 
		su composición química es prácticamente igual a la de los productos de 
		marca. Sin embargo, de ser ciertas las investigaciones de Ariely, por el 
		mero hecho de ser más baratos los genéricos resultan menos eficientes 
		que sus equivalentes de postín. Como reflexiona el propio investigador, 
		“¿Hay que consentir la irracionalidad de la gente, permitiendo que con 
		ello aumenten los costes de la atención sanitaria?”. Tal vez la 
		respuesta sea la contraria y el camino a seguir para reducir la factura 
		farmacéutica sea dotar a los pacientes de las herramientas para que sean 
		sus propios cuerpos los que segreguen las medicinas que necesitan y 
		dejar para los casos más graves la figura del mago envuelto en su bata 
		blanca.
		 
		Caso 10. Precio de productos.
Un estudio realizado en el 2005 por académicos de Stanford, INSEAD y MIT 
		investigó la influencia del precio en la eficacia de los productos. 
		Para empezar los académicos fueron a un gimnasio donde reclutaron dos 
		grupos de voluntarios bajo la excusa de participar en una degustación de Twinlab Ultra Fuel (una bebida energética) que se publicita como un 
		“suplemento energético que aumenta la resistencia”.
|  | 
 | 
		
		Estos resultados son importantes porque la percepción que estas personas 
		se hayan formado de la eficacia de la bebida será la que decidirá si en 
		el futuro la volverán a comprar, aunque solo demuestran que un precio 
		menor afecta a la percepción, sin decir nada sobre el desempeño real del 
		producto.
		
		 
		Caso 11. Trabajo mental.
		
		Para testear el efecto en el desempeño real los académicos decidieron 
		realizar otro estudio. Esta vez reclutaron voluntarios para realizar un 
		trabajo mental.
|  | Con la excusa de evaluar el nivel de dificultad, los académicos le 
		pidieron a un primer grupo de voluntarios que tratara de resolver 15 
		puzzles, resolviendo tantos como pudieran en 30 minutos | 
		
		Finalmente, los académicos le pidieron a un tercer grupo de voluntarios 
		exactamente lo mismo que al anterior, pero esta vez le vendieron la 
		bebida a un precio descontado (0,89 dólares) diciendo que habían 
		conseguido un descuento por haber hecho una compra institucional.
		
		El primer grupo que no bebió ninguna bebida (el grupo de control) 
		resolvió -en promedio- 9,1 de los 15 puzzles, el segundo grupo que pagó 
		el precio habitual por la bebida resolvió en promedio casi la misma 
		cantidad que el grupo de control pero el tercer grupo que pagó por la 
		bebida un precio reducido resolvió solo 6,5 puzles.
		
		¡El solo hecho de pagar un precio reducido provocó un efecto placebo 
		negativo e hizo que se volvieran “menos inteligentes” resolviendo un 28% 
		menos puzles que si no hubieran bebido nada!
		
		 
		
		Caso 12. Efectos fisiológicos.
		 
|  | Un estudio realizado por el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan 
	explica los fuertes efectos fisiológicos que presentan algunos pacientes al 
	uso de placebos. | 
		
		Los resultados se combinaron.
	
	Al grupo de personas al completo, se les iba administrando una inyección 
	dolorosa, se registraba la actividad del dolor y luego se les administraba 
	el placebo.
	
		A los grupos de 14 y 16 personas se les advirtió que si conseguían 
		describir los efectos de dicho 'analgésico', recibirían una recompensa 
		de 5 dólares. Al grupo de 18 personas se les informó la verdad de lo que 
		se les iba a administrar.
	
		La investigación reveló que en los pacientes más receptivos al uso de 
		placebos se activaba la producción de dopamina, un tipo de endorfina 
		responsable de los sentimientos placenteros.
	
	Por el contrario, en los pacientes que se les advirtió de la verdad, no 
	había reacción e incluso alguno podía llegar a experimentar el efecto nocebo.
		
		 
		
		Caso 13. Alergias.
		
		En Japón, a unas personas alérgicas a una hiedra venenosa se les 
		frotó un brazo con la planta diciendo que era inocua y el otro brazo con 
		una hiedra inofensiva asegurando que era venenosa. 
 
|  | Los 13 pacientes tuvieron 
		sarpullidos en el brazo frotado con la planta inofensiva y sólo dos 
		presentaron reacciones a la hiedra venenosa.  | 
		La alergia y el asma son dos de las enfermedades cuya evolución estás 
		más vinculada a los factores psicológicos que afloran con el placebo. Un 
		experimento con niños asmáticos comprobó que si se les hacía oler 
		vainilla al mismo tiempo que se les administraba un bronco dilatador, al 
		retirarles el fármaco la vainilla conseguía los mismos resultados que el 
		fármaco en uno de cada tres casos. 
		
		Las alergias son un ejemplo claro de enfermedad debido a factores 
		etiológicos de distinto tipo. En la alergia, un antígeno produce una 
		reacción del sistema inmune, que también se ve alterado por las 
		emociones. Los dos factores influyen aunque no sabemos en qué medida lo 
		hace uno u otro. Lo mismo ocurre, cuando nos sale una pupa. Los virus 
		que la provocan están ahí, los tenemos todos, pero las emociones 
		negativas debilitan las defensas y posibilitan el desarrollo del virus. 
		Emociones como el estrés y la ansiedad deprimen nuestro sistema 
		inmunitario, al igual que la depresión. 
		
		Un reciente estudio de la 
		Universidad de Ohio ha revelado que las personas deprimidas están 
		expuestas a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y, 
		en el caso de los hombres, incrementa el riesgo de muerte por cualquier 
		enfermedad. Por el contrario, la confianza en el tratamiento aumenta las 
		perspectivas de curación. Un trabajo de la Universidad de Texas realizó 
		un curioso experimento con pacientes con rodillas inflamadas y 
		dolorosas. 
		
		Los médicos anestesiaban a los pacientes, les realizaban tres 
		pequeños cortes y fingían que operaban. Dos años después, aquellos que 
		habían sido sometidos a una cirugía falsa sentían el mismo alivio del 
		dolor y la hinchazón que los que realmente habían sido operados.
		
		
		 
		
		
		Caso 14. Amuletos y supersticiones.
		
		Las supersticiones y los amuletos, contrariamente a lo que se pensaba, 
		sí funcionan. Al menos, en las personas que creen en ellos. Así lo 
		demuestra un estudio elaborado por la Universidad de Colonia, en 
		Alemania, según el cual pueden hacer que las personas rindan más y sean 
		más positivas. 
|  | La investigación ha sido realizada por el psicólogo social de dicha Universidad Lyssan Damish, con la colaboración de Barbara Stoberock y Thomas Musseweiler. Al parecer, Damish sentía interés por la actitud supersticiosa de los deportistas en partidos y encuentros deportivos. En declaraciones a la revista 'Psychological Science, recogidas por 'Tendencias 21', Damish explica que en muchos deportes se observa cómo a menudo "los deportistas, incluso los más famosos, mantienen sus propias supersticiones y amuletos de la buena suerte". Y pone un pone un ejemplo: el jugador de baloncesto de la NBA, Michael Jordan, llevaba siempre los pantalones cortos de su equipo universitario debajo del uniforme de los Chicago Bulls cada vez que jugaba un partido con este equipo. Así que pensó realizar el estudio del que hablamos. | 
		
		El 'Modus Operandi'
		
		Para sacar sus conclusiones finales, los idearon cuatro experimentos. A 
		saber:
		
		Uno, en el que los voluntarios tenían que jugar al golf. Una parte de 
		ellos recibieron 'una pelota de golf de la suerte' y otros una pelota 
		corriente.
		
		En el segundo experimento, los participantes tuvieron que inclinar un 
		cubo con una red de 36 agujeros hasta conseguir introducir en ellos 36 
		bolas. Como en el anterior, una parte procedió a la tarea sin amuletos 
		ni supersticiones, mientras que a la otra mitad se les dijo una frase 
		del tipo 'cruzaré los dedos por ti'. 
		
		En el tercer y cuarto experimento, los voluntarios llevaron talismanes 
		de la buena suerte propios, de los que fueron despojados bajo la excusa 
		de que los iban a fotografiar. Sólo a la mitad de los voluntarios les 
		fueron devueltos sus talismanes, mientras que al resto se les dijo que 
		había habido problemas con la cámara, y los talismanes debían permanecer 
		en otra sala. 
		
		Antes de realizar la tarea del tercer experimento, a los participantes 
		se les realizó un cuestionario para evaluar su grado de confianza y 
		optimismo con respecto a ella. Esta tarea consistió en un ejercicio de 
		memoria en el que los voluntarios tenían que emparejar cartas colocadas 
		boca abajo. 
		
		En el cuarto experimento, de nuevo una mitad de los participantes pudo 
		tener sus talismanes, mientras que la otra mitad no. También completaron 
		un cuestionario, antes de realizar un anagrama que consistió en formar 
		todas las palabras que pudieron a partir de un grupo de ocho letras.
		
		Los resultados.
		
		Realizados los experimentos y vistos los resultados, los investigadores 
		pudieron confirmar que las supersticiones sí funcionan: quienes jugaron 
		al golf con la 'pelota de la suerte' lo hicieron mejor que que quienes 
		jugaron con la pelota normal; como los que recibieron la frase de la 
		buena suerte, que demostraron una agilidad motora mejor que la de los 
		demás.
		
		Y lo mismo con el tercer y cuarto experimento: quienes tenían los 
		talismanes autoconfiaron más y obtuvieron mejores resultados. 
		
		Con esto, se constata que las supersticiones positivas afectan de manera 
		beneficiosa al rendimiento futuro de forma positiva. Así las cosas, 
		¡viva el efecto placebo!
		
		 
		
		
		Casos 15, 16 y 17. Ámbito deportivo.
|  | Seis estudios empíricos publicados han tratado el efecto placebo 
		en el deporte.  | 
		
		La evidencia, no obstante anecdótica, sugiere que los efectos placebo 
		tienen de hecho influencia en el rendimiento durante la competición. Una 
		muestra bien documentada es la versión de Vogt (1999), de cómo él engañó 
		al ciclista francés Richard Virenque al hacerle creer que había tomado 
		un estimulante. “Se suponía que debía inyectar en la espalda de Richard 
		este disparate una hora antes del comienzo… Al momento indicado le di a 
		Virenque su inyección. Aquel día él llevó a cabo el tiempo de prueba de 
		su vida, finalizando en segundo lugar después de Ullrich. El alemán 
		comenzó 3 minutos después que Richard y lo alcanzó, luego de la cual los 
		pares tuvieron una memorable batalla por la punta hasta el final. “Dios 
		me sentí bien! Esa cosa es asombrosa” balbuceó. “Debemos conseguirlo 
		todo”. Sus resultados tuvieron algo que ver con la cápsula mágica – pero 
		hay una cosa que él no sabe, a menos que lea esto. Tuve que deshacerme 
		de la poción mágica y cambiarla por una que contiene una pequeña 
		cantidad de glucosa. No existe un sustituto para la propia creencia…”
		
		
		De manera similar, al hablar del oeste alemán que sin precedentes ganó 
		en 1954 la final de la copa mundial de fútbol, luego el doctor de la 
		Federación de Fútbol Alemán, Profesor Franz Loogen indicó: “Yo inyecté a 
		los hombres con vitamina C porque yo debía aumentar sus niveles de 
		energía…no se puede medir el efecto que tiene, pero los jugadores creen 
		en el “(Campeones mundiales ó jugadores tramposos? 
		
		Un ejemplo reciente es el uso de “parches de energía” por parte de 
		jugadores de fútbol de la NFL, quienes por ejemplo han afirmado que:“he 
		notado un incremento en mi resistencia y corrí el mejor partido que haya 
		corrido. También noté un incremento global cardio…, los parches me 
		permitieron correr más y a una mayor distancia”
		
		 
		
		
		Fuentes:
		Casos 1 y 2: 
		
		http://html.rincondelvago.com/efecto-placebo.html 
		Caso 3 y 4: 
		
		http://www.mundo-geo.es/gente-y-cultura/efecto-placebo-como-funciona
		
		Caso 5: 
		
		http://escuela.med.puc.cl/recursos/recepidem/estexper05.htm 
		Caso 6: 
		
		http://www.trebol-a.com/2006/04/13/el-efecto-placebo-el-esquema/ 
		
		Caso 7: 
		
		http://www.xatakaciencia.com/psicologia/si-no-bebes-alcohol-tambien-te?-puedes-emborrachar-basta-con-que-te-imagines-que-lo-bebes
		Caso 8: 
		http://www.lavanguardia.es/lacontra/lacontra.html  
		Caso 9: 
		www.yorokobu.es/medicamento-caro/  
		Casos 10 y 11: 
		
		http://marketisimo.blogspot.com.es/2011/10/el-efecto-placebo-cuidado-con-las.html 
		
		Caso 12: 
		http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_placebo 
		Caso 13:
		
		http://www.blogsalud.net/efecto-placebo-en-alergia-y-asma/ 
		Caso 14:
		
		http://www.elreferente.es/actualidad/viva-el-efecto-placebo-8801 
		
		Caso 15, 16 y 17:
		
		https://www.g-se.com/a/1072/efecto-placebo-en-el-deporte-competitivo-datos-cualitativos/ 
	
	
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