100 mitos sobre la alimentación. Parte I.
100 mitos sobre la alimentación. Parte I
Texto:
http://www.alimentacion-sana.com.ar/portal
nuevo/actualizaciones/mitosalimenticios.htm
http://www.elgastronomo.com.ar/los-100-mitos-de-la-alimentacion
No es fácil desmoronar un mito.
Los mitos son persistentes porque cuentan con la fuerza de la tradición y se
alimentan de la nostalgia por las voces, los olores y los sabores de la
infancia. Tampoco son del todo falsos: están elaborados con partes iguales
de fantasía, creencias y saberes.
Pero, aunque parezcan inofensivos, pueden ser peligrosos en materia de
alimentación porque se vinculan directamente con la salud.
Le cabe a la ciencia la responsabilidad de ir revisando estas creencias para
ponerlas en su lugar, porque ya desde la antigua civilización china se
equipara alimentación con remedios: “La salud y la enfermedad -decían-
entran por la boca”.
Hoy se sabe que sin sopa hubiéramos crecido igual de sanos, que es
importante en toda dieta el plato de fideos y que un vaso de jugo de pomelo
puede engordar más que comer una banana. Pero también se sabe que toda dieta
saludable dependerá de cada persona, de si es hombre o mujer, y del momento
de la vida en que se encuentre. Aquí, se revisa un centenar de mitos a la
luz de los más recientes descubrimientos de la ciencia.
100 mitos sobre la alimentación.
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1.- El apio y las nueces son afrodisíacos.
No está comprobado. Numerosas culturas de la antigüedad creyeron ver la
causa del deseo sexual en las propiedades de ciertas plantas, frutas secas y
raíces que tenían formas similares a los genitales masculinos. De todos
modos, hoy se sabe que las frutas secas contienen vitamina E -denominada
vitamina de la fecundidad- que a pesar de no ser afrodisíaca actúa como
estimulante del sistema reproductor: su falta puede producir esterilidad y
problemas para llevar adelante la gestación, tal como se comprobó en
animales de laboratorio.
2.- Un jugo de pomelo en ayunas quema las grasas.
No, pero ayuda a eliminarlas. Cualquier fruta cítrica que tenga fibras
(kiwi, frutilla, limón, pomelo o naranja) ayuda a que la vesícula funcione
mejor, y elimine las grasas a través del intestino.
3.- Las frituras producen acné.
No está comprobado, aunque algunos dermatólogos asocian la aparición del
acné con el consumo de frituras, chocolates y fiambres, todos estos
alimentos con alto contenido de grasas.
4.- El jamón crudo es más nutritivo que el cocido.
En parte sí, porque el jamón crudo es exclusivamente carne de cerdo tratada
con sal. Al jamón cocido se le agregan aditivos, como harina que al
hervirlo, absorben más agua aumentando el peso del producto.
5.- La manzana limpia los dientes.
La manzana no puede reemplazar la pasta dental, pero al contener poco azúcar
no favorece la formación de los microorganismos que provocan las caries.
6.- El aceite es más saludable que la manteca.
Sí, porque al ser de origen vegetal los aceites no tienen colesterol. La
grasa de la manteca, en cambio, es de origen animal y por tanto tiene
colesterol.
7.- Las aceitunas están prohibidas en las dietas para bajar de peso.
No. Contrariamente a lo que se piensa las aceitunas pueden usarse como
equivalentes. Por ejemplo: en lugar de usar en la ensalada una cucharada de
postre de aceite (que equivalen a 10 g y 100 calorías) pueden comerse 18
aceitunas. Incluso para quienes quieren limitar el consumo de sal, ya hay
aceitunas bajas en sodio.
8.- El helado es digestivo. |
9.- Los productos light no engordan.
No necesariamente. Light o diet significa que el producto está reducido en
alguno de sus componentes: grasas, azúcares o sales, lo cual no siempre
indica que aporten menos calorías. De cualquier forma, por más light que sea
el producto, si se consume en abundancia engorda.
10.- Comer zanahorias mejora la visión.
Si. La zanahoria, junto con las verduras de hoja, el zapallo y el durazno
son ricos en vitamina A. Y hoy se sabe que la carencia de vitamina A produce
menor visión en la penumbra (nictalopía).
11.- El zapallo engorda las piernas.
Ningún alimento puede actuar específicamente sobre alguna zona del cuerpo.
12.- No es bueno cenar lechón.
Tanto el lechón como otros tipos de carnes o frituras producen una digestión
lenta (de 3 a 4 horas), que perturba el descanso y provoca cansancio y
embotamiento por las mañanas. Lo mejor es comer frugalmente por las noches.
De allí el refrán: “Desayunar como reyes, almorzar como príncipes y cenar
como mendigos”.
13.- Después de un atracón, un día de ayuno.
No. Es mejor hacer por lo menos cuatro comidas, pero más livianas. El cuerpo
recibirá así dosis equilibradas de hidratos de carbono, proteínas, grasas,
minerales y vitaminas, y se encontrará en mejores condiciones metabólicas
para quemar el tejido adiposo. Esta es también la mejor forma de no sentir
hambre y evitar las tentaciones.
14.- La remolacha engorda porque tiene mucho azúcar.
No. El mito se basa en equipararla con la “remolacha azucarera”, que no es
la comestible. Pero la remolacha común sólo tiene 10 gramos de azúcar por
cada100 gramos, igual que la calabaza, la zanahoria y el zapallo.
15.- Una manzana por día aleja al médico. Sí, porque disminuye los niveles de colesterol sanguíneo y aporta potasio, vitaminas C y E. También, aumenta las defensas del organismo. |
16.- Para broncearse hay que comer zanahorias.
En parte sí, porque tiene betacarotenos (un pigmento que hay en las verduras
de color amarillo, rojo o anaranjado y en los vegetales de hoja verde), que
favorece el tostado más amarronado.
17.- No hay que cocinar con vino.
No es así. La cocción con vino tiene sus ventajas: permite utilizar una
menor cantidad de sal porque resalta el sabor original de las comidas sin
alterar su contenido calórico. Además, la graduación alcohólica desaparece
con la cocción. Y muchas veces tierniza el alimento cocinado.
18.- La lechuga previene el cáncer.
Sí. Las diferentes clases de lechuga y verduras de hojas verdes contribuyen
a disminuir el riesgo de cáncer, en especial el de estómago. También puede
reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, el infarto y las
cataratas por su contenido en vitaminas C, E y carotenos, especialmente alto
en las hojas más externas.
19.- La espinaca da fuerza.
Si, pero no tanto como se cree. Utilizada en Occidente desde hace 500 años,
su consumo se popularizó a partir de la década del 50 porque una mala
trascripción de un informe científico le adjudicó diez veces más hierro del
que en realidad contiene (23 mg cada 100 g) y Popeye hizo el resto.
Sin embargo, pocos saben que supera a la zanahoria en betacaroteno, y que
3/4 de taza de espinacas cocidas proveen el 100% de nuestros requerimientos
de vitamina B6, 50% de la vitamina C, 25% de ácido fólico y un sorprendente
300% de vitamina K. También provee hierro y potasio, es 100% dietética,
libre de grasa, y sólo aporta 23 calorías por taza.
20.- Hay que tomar por lo menos 2 litros de agua por día.
Si, es fundamental. Cuando aumenta la proporción de agua en el organismo
mejora el funcionamiento de los riñones y se incrementa la capacidad de
desintoxicación y de defensa.
21.- La lenteja es la carne de los pobres.
Sí, es tan nutritiva como la carne, pero sólo cuando se la combina con
arroz, cebada o trigo. De esta forma, todas las legumbres (lentejas,
garbanzos, porotos) son una buena fuente proteica y energética.
22.- El potasio es bueno para los hipertensos.
Así es, porque regula los niveles de líquido en el organismo y ayuda a
eliminar el exceso de sodio, evitando que suba la presión arterial. El
potasio está en las frutas secas, damascos, bananas y vegetales de hoja,
preferentemente crudos, y en la papa cocinada con su cáscara.
23.- La papa no tiene valor nutritivo.
No es verdad. La papa es riquísima en potasio, almidón y vitamina C.
24.- Un jugo de naranjas por día evita los resfríos.
No los evita, pero aumenta las defensas por las propiedades antiinfecciosas
que posee la vitamina C.
25.- Es bueno consumir yogur cuando se toma antibióticos.
Sí. Los antibióticos destruyen la flora intestinal y los lactobacilos del
yogur la reconstituyen. También son buenas las leches fermentadas o las
probióticas.
26.- La pimienta es mejor que la sal.
Si bien no aumenta la presión arterial, por su alta propiedad irritante no
es recomendable en personas con problemas gástricos, hemorroidales o cuando
se tienen divertículos en los intestinos.
27.- La sal engorda. La sal no engorda, porque, al igual que Tabla de calorías por ejercicio y los minerales, no aporta calorías. Pero sí favorece la retención de líquidos. |
28.- La fruta engorda más si se come como postre.
No. Como cualquier otro alimento, la fruta engorda sólo si se come en
exceso. Por tanto, puede ingerirse en cualquier momento del día. Es más, hoy
sabemos que la vitamina C que contiene la fruta permite, al ser comida como
postre, una mayor absorción del hierro que provee un plato de carne.
29.- Las galletitas de agua aportan menos calorías que el pan blanco.
No, las galletitas tienen grasa, por lo tanto, a igual cantidad, el valor
calórico es mucho mayor. El pan blanco tiene 280 calorías en 100 gramos,
contra 420 en la misma cantidad de galletitas.
30.- La mozarella engorda más que el queso por salut.
Depende de qué mozarella y de qué por salut.
El queso por salut común tiene 300 calorías cada 100 gramos, contra 250
calorías de la mozarella común.
Pero el por salut dietético tiene sólo 200 calorías por cada 100 gramos.
31.- El té y el mate son digestivos.
No está demostrado. Hay, sí, tés de hierbas (tisanas) que colaboran en la
digestión.
32.- La margarina engorda menos que la manteca.
No. La margarina y la manteca tienen prácticamente las mismas calorías.
Cuando se trate de margarinas untables o light tienen menos calorías.
33.- Las tostadas engordan menos que el pan fresco.
No. Una rebanada de pan de 50 calorías va a seguir teniendo 50 calorías
aunque se tueste. La diferencia es que va a pesar menos por la evaporación
de agua. El tostado tiene además la ventaja de hacer más digestivo el
almidón del pan.
34.- La compota de ciruelas es laxante.
Sí. Las ciruelas, ya sean en compota, frescas o desecadas, tienen una
sustancia que contribuye a la contracción del músculo intestinal y por lo
tanto alivian la constipación.
35.- El té de tilo es sedante.
Sí, al igual que la hierba llamada passiflora o valeriana, produce un efecto
relajante, aplaca y disminuye la angustia.
36.- Cuando se tiene un ataque de hígado, nada mejor que un té con limón.
Sí, pero es aún mejor cuando es un té de limón (trozos de limón cortados y
hervidos en agua) porque producen un mejor funcionamiento vesicular.
37.- El mate ayuda a mantenerse joven.
No está demostrado, pero se cree que éste sería un efecto secundario y a que
la yerba contiene vitamina C, B1 y B2. Además aporta hierro y magnesio, y es
estimulante, disminuyendo el cansancio.
38.- Tomar vitamina C de noche puede provocar insomnio.
Falso. La vitamina C es antioxidante, favorece la cicatrización de heridas y
es útil en el tratamiento de infecciones respiratorias. No presenta ningún
efecto secundario vinculado con el insomnio.
39.- Las gaseosas lima-limón ayudan a combatir la fiebre.
No es exacto. Los médicos acostumbran recetarlas para compensar la
deshidratación en lugar de bebidas colas que, por su alto contenido en
cafeínas, pueden poner más ansioso al paciente.
40.- Una copa de vino diaria disminuye el riesgo de un infarto.
Es posible, en tanto el vino tiene un pigmento (las antocianinas) que eleva
el colesterol bueno. Pero hay que tener presente que el máximo de vino
recomendable son dos copas diarias (28 gramos de etanol) para los hombres, y
una copa al día 14 gramos) para las mujeres. Pasado ese límite, el exceso de
alcohol es dañino para el hígado.
41.- La cerveza produce hinchazón pero no engorda. |
42.- La gelatina no engorda.
Depende. Si es diet prácticamente no tiene calorías, pero si es una gelatina
común, saborizada, posee 60 calorías por pote.
43.- El azúcar negro engorda menos que el blanco.
No hay diferencias significativas. El azúcar negro (no refinado) tiene
apenas un poco menos de calorías que el blanco (hidratos de carbono puros),
pero aporta algo más de vitaminas y minerales.
44.- El consumo de sacarina produce cáncer.
No. Todos los endulzantes autorizados que se venden son seguros para el ser
humano en las dosis recomendadas por el Código Alimentario Nacional. Para
que las ratitas de los experimentos pudieran desarrollar el cáncer de vejiga
que se le atribuye, ingirieron el equivalente a una palangana diaria de
edulcorante artificial, cantidad exorbitante para el consumo humano.
45.- Después de comer sandia no se debe tomar vino.
No es cierto. Su mezcla no tiene efectos adversos.
46.- El líquido debe tomarse lejos de las comidas.
Eso depende de las personas. Si se trata de un niño inapetente es mejor no
ocupar su volumen gástrico con bebidas o si se trata de una persona mayor
(que cuenta con menor cantidad de jugos digestivos) no hay que darle sopa o
caldo antes de la comida porque va a diluirle los jugos gástricos y
dificultaría su digestión. Pero en adultos sin patologías, la ingesta
simultánea de sólidos y líquidos favorece la digestión y la acción de las
fibras.
47.- Las frutas y verduras ayudan a reducir el colesterol.
Todo lo que tenga fibras va a ayudar a bajar el colesterol: panes
integrales, legumbres, cereales integrales, choclo, y frutas y verduras en
general.
48.- Los turrones y las frutas secas engordan.
Es relativo; más que engordar aportan calorías. Pueden incluirse en la dieta
en reemplazo de productos con calorías equivalentes: una cucharita de aceite
menos en la ensalada se puede cambiar por cuatro nueces.
49.- La cerveza sin alcohol no engorda.
Sí engorda, aunque tiene menos calorías que la cerveza común. Además, aunque
diga “sin alcohol” tiene graduación alcohólica (0,07%), y las calorías de la
malta.
50.- La levadura de cerveza hace crecer el pelo.
No es cierto. Hasta ahora no se pudo demostrar que algún alimento haga
crecer el pelo. Sí se comprobó, en cambio, que las personas desnutridas
pierden el color y la textura de su cabello.
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