Maximizadores y satisfacedores
Maximimizadores y satisfacedores
Texto:
http://autosuperarte.blogspot.com.es/2008_07_01_archive.html
Esto es un resumen del discurso que dio Barry Schwartz en el año 2004 a los
graduados universitarios en Swarthmore College. Pueden leer el original en
inglés
aquí.
Demasiada libertad. Tenemos demasiadas opciones
Demasiada libertad puede ser mala para el bienestar. Junto con el
crecimiento de la libertad ha aparecido una infelicidad sin precedentes –
depresión, suicidio y el uso de servicios psicológicos y antidepresivos en
cantidades alarmantes.
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¿Por qué demasiadas opciones crean un problema?
Después de todo, la gente
que no quiere la infinidad de opciones que la vida ofrece simplemente puede
ignorarlas. La respuesta es que es lógicamente cierto que la gente puede
ignorar las opciones que no quiere, pero no es psicológicamente cierto.
Una abundancia de opciones te fuerza a dedicar tiempo y esfuerzo en las
decisiones, aún sobre cosas triviales. Hace que te preocupes, si has elegido
sin haber explorado todas las posibilidades, con que quizás has cometido un
error. Te fuerza a evaluar pros y contras, a descartar una opción con una
característica atractiva para elegir otra con otra característica atractiva.
Eleva tus expectativas sobre cuán bueno será lo que finalmente elijas. Las
expectativas pueden llegar tan alto que ningún resultado las alcanzará, no
importa cuán bueno sea. Y finalmente, te induce a culparte cuando la
elección que hiciste después de tanto trabajo resulta menos que perfecta.
Enorme esfuerzo en tomar decisiones, alternativas atractivas descartadas,
resultados decepcionantes y auto-culparse. Esta no es una receta para el
bienestar. No obstante es una receta que más y más gente parece seguir
compulsivamente.
Los “maximizadores” lo hacen mejor, los “satisfacedores” se sienten
mejor.
La sobrecarga de opciones es un problema para todos, pero especialmente para
los que sienten que tienen que conseguir lo mejor cuando toman decisiones –
la mejor universidad, el mejor trabajo, la mejor pareja, el mejor auto, el
mejor stereo, la mejor inversión, y sí, los mejores jeans. Yo los llamo “maximizadores”.
Para estas personas, la sobrecarga de opciones puede ser una pesadilla, pues
la única manera de saber qué es lo mejor es examinar todas las alternativas,
haciendo una búsqueda exhaustiva y agotadora. La imposibilidad de hacer tal
búsqueda casi garantiza que lamentarás decisiones, incluso si son buenas. En
contraste, la gente que está satisfecha con una opción aceptablemente buena,
a quienes llamo “satisfacedores”, pueden parar de buscar en cuanto la
encuentran, y relajarse.
Acabo de terminar un estudio realizado a través de un año con 600 egresados
universitarios que buscaban trabajo. Algunos buscaban lo mejor, mientras que
otros buscaban un trabajo aceptable. Piensa en la agonía de buscar el mejor
empleo. Este está en una ubicación fabulosa, pero ese ofrece el trabajo más
interesante. Y ese otro ofrece el mejor salario. Otro ofrece grandes
oportunidades de avance. Otro te permitirá ayudar a la gente. Otro te
proporcionará un gran grupo de colegas. ¿Por qué no puede haber un trabajo
que combine todas esas características atractivas? Así, estás decepcionado
antes de haber tenido siquiera tu primera entrevista.
Si eres de los que buscan lo mejor, es probable que termines con un mejor
empleo que los que se satisfacen con lo medianamente bueno. Descubrimos que,
aunque los maximizadores tenían un salario mayor que los satisfacedores,
aquéllos se reportaron más pesimistas, más estresados, más cansados, más
ansiosos, más preocupados, más abrumados, más decepcionados, más
arrepentidos, más frustrados y más deprimidos. Y estaban menos satisfechos
con los trabajos que consiguieron. Los maximizadores lo hicieron mejor, pero
se sintieron peor.
La lección es simple: no sean maximizadores. Aprendan que suficiente es
suficiente. Pueden terminar con resultados levemente menos buenos, pero se
sentirán mejor con ellos. Y se ahorrarán una enorme cantidad de tiempo,
preocupación y estrés en el proceso de elección.
Sé que este no es un consejo fácil de seguir. Y no es siempre el consejo
correcto. A veces, debes buscar y pedir lo mejor. Por lo tanto, el consejo
es sé un maximizador sólo cuando importa.
Suficiente es suficiente
Mientras que puede ser posible conformarse con un auto aceptablemente bueno,
nadie quiere sólo lo suficiente para sus hijos.
Hace algunos años, cuando mi hija iba a tener un bebé, nos pidió a mí y a mi
esposa que la ayudáramos a comprar un coche. Yo no entendía por qué comprar
un coche tenía que ser una actividad de grupo. Entonces fuimos a la tienda y
encontramos docenas y docenas de opciones. Elegir tomó varias horas, y
salimos sin la certeza de haber elegido el correcto.
Cunas, alimentos para bebé, pañales, guarderías, pediatras, colegios
públicos o privados, y cuáles, actividades extra escolares, deportes (cuál)
o música (qué instrumento), cuándo permitir el piercing, etc. Al proliferar
las opciones, los padres tienen cada vez más ardua la toma de decisiones.
Pienso que los padres que se presionan para hacer las mejores elecciones
para sus hijos están cometiendo un error. Consiguen mejores coches,
profesores, pediatras y actividades recreativas que los satisfacedores. Pero
el precio que pagan, se reflejará en su interacción con sus hijos. El tiempo
que pasan buscando el mejor coche es tiempo que no pasarán jugando o
hablando con su hijo. Además de eso, le proporcionarán al niño un modelo de
perfección, que puede crear una gran cantidad de estrés, ansiedad,
indecisión y descontento en el niño cuando haga sus propias elecciones.
Puede inducir a los padres a tener demasiado control sobre las vidas de sus
hijos. Al proporcionarles actividades extra, pueden dejarlos sin tiempo para
ser ellos mismos, imaginar, crear o descubrir cómo quieren ser.
Estoy convencido de que los niños estarán bien con coches aceptables,
profesores y pediatras aceptables, y padres felices y relajados, de lo que
estarían con los mejores coches, pediatras, pero padres ansiosos e
infelices.
Elige cuándo elegir
Mi segundo consejo es elige cuándo elegir. En el mundo moderno, la única
manera de tener el tiempo que quieres para dedicarlo a lo que importa es
permitir que otros decidan por ti. ¿Quiénes? Amigos, familia, doctores,
asesores financieros. Debes confiar en expertos, gente que conoce el asunto
en cuestión, y gente que te conoce, para sacarte algo del peso sobre tus
hombros.
El amor trae felicidad – y restricciones
Si te conformas con lo suficiente y eliges cuando elegir, vas a tener
tiempo. ¿Qué debes hacer con él? Se ha investigado mucho sobre los
determinantes de la felicidad o bienestar y algunos resultados clave
aparecen una y otra vez.
El mayor contribuyente a la felicidad son las relaciones cercanas con otras
personas – familia, amigos, pareja, miembros de la comunidad.
Cuanto más ricas y profundas redes sociales tienen las personas, más
felices son.
Parte de tener relaciones cercanas es que tienes responsabilidades y
obligaciones con otras personas. No eres libre para ir y venir a tu antojo.
Tus opciones están limitadas por las necesidades y deseos de otros. Las
relaciones cercanas son restricciones a la libertad, atan en vez de liberar;
reducen las opciones en vez de expandirlas.
Al principio yo pensaba que el precio a pagar por estar cerca de otros valía
la pena. Gradualmente llegué a otra opinión. Ahora pienso que las
restricciones impuestas por las relaciones cercanas no son un costo, son
parte del beneficio. Trabajar en Boston porque tu pareja irá a la
universidad allí te ayuda a reducir el conjunto de opciones a considerar.
Tener un llamado (trabajo satisfactorio) satisface – y une
Un trabajo satisfactorio – trabajo que desafíe, que estimule, y que agregue
valor al mundo – es la siguiente fuente de bienestar . Algunos se refieren a
trabajos así como “llamados”. Para las personas con un llamado, lo que les
produce satisfacción es el producto concreto de lo que hacen, y no sólo el
avance personal o la recompensa económica. La gente con un llamado hace algo
que no perderá su valor, aún si se estancan haciéndolo, sin tener
perspectivas de avance por los próximos cuarenta años.
En alguna medida, que tu trabajo sea un llamado depende del trabajo. Pero en
gran medida, depende de ti.
Un llamado es como las relaciones cercanas, ata y restringe en lugar de
liberar. Ata a la gente a quien se sirve y a la gente con quien se trabaja.
No se es libre para irse cuando aparezca una buena oportunidad.
Ten expectativas razonables
Cuidado con las expectativas excesivamente elevadas. En tu trabajo, en tu
vida amorosa, con tus amigos, con tus hijos, no esperes la perfección.
Evaluamos cuán buenas son las cosas comparándolas con cuán buenas esperamos
que sean. Si las expectativas son demasiado altas, entonces la realidad
perderá en la comparación.
La combinación de abundancia material, libertad casi ilimitada, y opciones
abrumadoras conspiran para crear elevadas expectativas. Creo que las
expectativas exageradas ayudan a explicar la epidemia de depresión
mencionada antes. Tus abuelos tenían diferentes expectativas. Para ellos, no
todo era posible. La vida debía ser vivida con y para otros, sujeta a muchas
restricciones.
La felicidad es socialmente responsable
La felicidad no es todo, pero manteniendo todo lo demás igual, es mejor ser
feliz que no serlo. Además, hay algo bueno en la felicidad. A pesar de la
imagen que tenemos de los genios sufridos que han contribuido a nuestra
civilización, hay creciente evidencia de que la gente piensa más
efectivamente y expansivamente cuando está feliz que cuando no lo está.
Además son más energéticos y físicamente más sanos que los infelices. La
felicidad agrega unos 9 años más a la expectativa de vida. La gente feliz es
más probable que cambie el mundo de formas positivas que los infelices.
Las sugerencias que he dado contribuirán no sólo a tu bienestar, sino
también al bienestar de los demás. Si sufres menos con las decisiones que
afrontas, podrás usar ese tiempo y energía en conocer y entender a las
personas de tu vida. Lo difícil en la vida no es elegir el mejor plan para
el celular, sino saber equilibrar sinceridad con bondad, coraje con
prudencia, aliento con crítica, empatía con indiferencia, paternalismo con
respeto por la autonomía. No hay fórmulas que digan que es lo correcto a
hacer en las interacciones sociales. Tienes que descubrirlo persona por
persona. Tienes que usar tu juicio. Tienes que ser sabio. Y la única forma
de descubrirlo es conociendo bien a la otra persona, tomándote el tiempo
para escucharlos, y estando abierto a ser cambiado por ellos.
En un mundo que te fuerza a tomar decisión tras decisión, donde cada una de
ellas involucra opciones casi ilimitadas, es difícil encontrar el tiempo
necesario. Tu esfuerzo por obtener el mejor auto interferirá con tu deseo de
ser el mejor amigo. Tu esfuerzo por obtener el mejor empleo interferirá con
tu deseo de ser el mejor padre. Si el tiempo que ahorras siguiendo algunas
de mis sugerencias es redirigido, con sabiduría, hacia el bienestar de las
personas de tu vida, no sólo te harás a ti mismo más feliz, mejorarás las
vidas de los demás también.
Artículo 2
Texto:
http://www.materiabiz.com/mbz/capitalhumano/nota.vsp?nid=29670
¿Es usted un eterno insatisfecho con su trabajo? Averígüelo con este test
¿Ya pasó por varios trabajos y ninguno lo conformó? ¿No ve la hora de
cambiarse de empleo? Quizá usted tenga un tipo de personalidad que lo
predisponga a ser un insatisfecho crónico con su trabajo...
¿Las siguientes oraciones se aplican a usted?
1) "En general, tardo más de 15 minutos en el videoclub. Cuando finalmente
me decido por una película, me lamento pensando en todas las alternativas
que no elegí".
2) "Lo mismo me ocurre cuando tengo que comprar un regalo para un amigo"
3) "Cuando voy en el auto escuchando la radio, cambio continuamente de
estación para ver si encuentro algo mejor"
4) "Siempre intento ser el mejor en todo"
5) "Nunca me conformo con el 'second best'"
Mientras más de estas oraciones lo caractericen, más se acerca usted a una
personalidad "maximizadora". Y, posiblemente, también esté más cerca de ser
un eterno insatisfecho con su trabajo.
Según el artículo The pursuit of happiness de Columbia Business School,
ciertas características de la personalidad podrían tener un profundo impacto
sobre la manera en que una persona encara búsquedas laborales, la forma en
que toma decisiones de carrera y, en última instancia, el nivel de
satisfacción que finalmente será capaz de encontrar en su trabajo.
Hace medio siglo, el pensador Herbert Simon propuso explicar las distintas
maneras que tienen los individuos para tomar decisiones a través de una
distinción entre "maximicers" (maximizadores) y "satisficers" (algo así como
"conformistas", aunque sin el sesgo negativo que habitualmente acompaña al
término).
Los maximizadores jamás toman una decisión sin antes haber evaluado la mayor
cantidad posible de alternativas.
Los "conformistas", por el contrario, terminan el proceso de búsqueda cuando
encuentran una opción que les sienta bien, sin importar si habrían podido
conseguir algo mejor a través de una búsqueda más intensiva.
A través de un estudio sobre jóvenes graduados universitarios, la profesora
de Columbia, Sheena Iyengar, detectó profundas diferencias en las decisiones
de carrera entre maximizadores y "conformistas".
En general, afirma el estudio, los "satisficers" se conforman con un trabajo
que les brinde un cierto bienestar y les alcance para pagar las cuentas y
vivir tranquilos.
Los maximizadores, por el contrario, viven tras la búsqueda del empleo
ideal. El maximizador mira constantemente a su alrededor y ve gente que
parece más exitosa que él. Por eso, vive en una incesante búsqueda para
mejorar su situación.
Según los hallazgos del estudio, los maximizadores enviaron el doble de CVs
que los "conformistas". Algunos hasta llegaron a aplicar simultáneamente
para cientos de puestos.
Por un lado, la estrategia parece dar buenos resultados. A través de la
ampliación del espectro de búsqueda, los maximizadores recibieron el triple
de ofertas de trabajo que los "conformistas" y un salario base un 20 por
ciento superior.
Sin embargo, no puede decirse lo mismo de los índices de satisfacción. La
investigación de Columbia reveló que los maximizadores estaban
sistemáticamente disconformes con los distintos trabajos que iban
encontrando.
Continuamente pensaban en las miles de alternativas que habían dejado pasar.
Su rotación era mucho mayor. Entonces, si bien su recompensa material era
superior, en general parecían menos felices que los "conformistas".
En definitiva, señala el estudio de Columbia, este nuevo enfoque puede ser
un trampolín para el debate sobre el bienestar en el trabajo y la
efectividad de las políticas de retención de talento.
Así, pareciera haber un tipo de empleado para quien las políticas de
retención son ineficaces. Los trabajadores de personalidad "maximizadora",
insatisfechos crónicos con sus puestos de trabajo, viven en la búsqueda del
empleo ideal.
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