Psicología. Sesgos y prejuicios cognitivos. Prejuicios sociales
	
	
	 Psicología. Sesgos y prejuicios cognitivos cognitivos. Prejuicios sociales.
 
	Psicología. Sesgos y prejuicios cognitivos cognitivos. Prejuicios sociales. 
	 
	
	
Texto: 
	
	http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Sesgos_cognitivos   
	
	
	
	
Prejuicios sociales
	
	El prejuicio social es tener una opinión o idea acerca de un miembro de 
	un grupo sin realmente conocer al individuo. La antipatía, normalmente, se 
	basa en información pasada y en la experiencia con un individuo o cultura 
	(modo de comportamiento) en particular. Asociando unas características 
	físicas a unos comportamientos negativos, se cae en la falacia. 
	
	La convención de UNESCO establece de forma clara la igualdad entre todos los 
	seres humanos. Su tercer punto dice: "En el estado actual de los 
	conocimientos biológicos, no podemos atribuir las realizaciones culturales 
	de los pueblos a diferencias de potencial genético: éstas se explican 
	totalmente por su historia cultural. Basta invertir estos términos para 
	obtener una radiografía del racismo."
	
	 
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	La extensión de las propias experiencias negativas al caso general se puede 
	considerar como sesgo. Como en la persecución, se cree por parte del 
	prejuicioso en la maldad o bondad del otro y en la justicia del razonamiento 
	propio.
	
	El prejuicio puede aparecer independientemente de la inteligencia del 
	individuo, su nivel cultural y su capacidad para razonar. Y las falacias 
	resultantes pueden ser desastrosas pues animadas por el espíritu destructor 
	las masas no se detienen ante la fácil obtención de beneficios resultante de 
	la opresión de las minorías o del odio colectivo como forma de unión 
	comunitaria dominante.
	
	Albert Einstein expresó esto, en el contexto de la segunda guerra mundial, 
	con la siguiente cita que es aplicable a las diferentes sociedades 
	civilizadas que han sido llevadas por los prejuicios: "El crimen cometido 
	por los alemanes es el más abominable que recuerda la historia de las 
	llamadas naciones civilizadas. La conducta de los intelectuales alemanes 
	-como grupo- no fue mejor que la de la multitud. Incluso ahora no hay signo 
	alguno de arrepentimiento o de deseo real de reparar lo que se pueda después 
	de tan gigantescos asesinatos."
	
	Las personas espoleadas y ciegas por estos prejuicios evolutivos no se paran 
	a razonar críticamente lo expuesto, a igualarse en un experimento mental sin 
	prejuicio con los expuestos (empatía) o a comprobar de forma científica las 
	afirmaciones (método científico para desechar los prejuicios y aproximarse a 
	la verdad). Es más fácil dejarse llevar por los propios prejuicios internos 
	que nos dicen que estamos en lo correcto (rasgo evolutivo de los prejuicios) 
	que aceptar verificar la verdad. Para las personas sumidas en sus 
	prejuicios, la verdad es de quién la siente (véase intuición sentido 
	evolutivo) y no de quién razonadamente la argumenta.
	
	
	- Sesgo actor-observador:
 Es la tendencia a explicar los 
	comportamientos individuales de los demás enfatizando la influencia de su 
	personalidad y desestimar la influencia externa de su situación. Esto va 
	asociado a la tendencia opuesta o actor cuando se observa uno mismo en el 
	que las explicaciones a los propios comportamientos se realizan enfatizando 
	mi situación personal o agentes externos y desestimando la influencia de la 
	propia personalidad. Este sesgo suele confundirse con el sesgo de 
	correspondencia.
	
	Definición alternativa:
	Es la tendencia de los actores a atribuir sus propias acciones a factores 
	ambientales y la de los observadores a atribuir esas acciones a 
	predisposiciones estables de la personalidad de los actores. Esto se debe a 
	que el actor suele centrar su atención en el entorno y la historia pasada, 
	mientras que el observador la centra en el actor, esto hace que pueda 
	ignorar razones históricas o ambientales que expliquen la conducta 
	
	- Efecto de sobreatribución, sesgo de correspondencia o error fundamental 
	de atribución:
 Es la tendencia o disposición de la gente a 
	sobre-dimensionar los motivos personales internos a la hora de explicar un 
	comportamiento observado en otras personas, dando poco peso por el contrario 
	a motivos externos como el rol o la situación, para este mismo 
	comportamiento. La gente tiende a obviar los motivos externos y cree más e 
	incluso amplifica los motivos genéticos o de carácter internos. Cuando las 
	personas piensan en sí mismas atribuyen su éxito a una cualidad personal 
	(inteligencia, bondad, fuerza, carácter) y sus fracasos a circunstancias 
	externas (mala suerte, desventaja, manías). Por otro lado, cuando la gente 
	piensa en otros, atribuyen los aciertos de los demás a circunstancias 
	externas (tuvo suerte, tuvo ventaja) y los fallos a debilidades o 
	características internas (tiene mucho carácter, el no es suficientemente 
	fuerte, inteligente).
	
	- Efecto Forer (o efecto Barnum, en honor al circense P. T. Barnum):
	
	Es la 
	tendencia de la gente a dar una alta nota de precisión o a asentir y 
	confirmar la fidelidad de las descripciones que de su personalidad se hagan 
	cuando éstas están hechas a medida y específicamente para ellas. En 
	realidad, estas descripciones de la personalidad son vagas y suficientemente 
	generales como para ser aplicadas a un amplio espectro de la sociedad. Por 
	ejemplo, los horóscopos, cartas astrales y quiromancia, etc.
	
	El efecto Forer o Barnum es también conocido como el efecto de validación 
	subjetiva o el efecto de validación personal. (La expresión, “efecto Barnum” 
	parece haberse originado con el Psicólogo Paul Meehl, en deferencia a la 
	reputación del cirquero P.T Barnum como maestro de la manipulación 
	psicológica).
	
	El psicólogo B. R. Forer encontró que la gente tiende a aceptar 
	descripciones personales vagas y generales como excepcionalmente aplicables 
	a ellos mismos sin darse cuenta que la misma descripción podría ser aplicada 
	a cualquiera. Considera lo siguiente como si te fuera presentado como una 
	evaluación de tu personalidad.
	
	Forer dio un test de personalidad a sus estudiantes, ignoró sus respuestas, 
	y dió a cada estudiante la evaluación anterior. Les pidió que la evaluaran 
	de 0 a 5, con “5” significando que el receptor sintió la evaluación como una 
	“excelente” valoración y “4” significando que la valoración fue buena. El 
	promedio de valoración de la clase fue de 4.26. Esto sucedió en 1948. La 
	prueba ha sido repetida cientos de veces con estudiantes de psicología y el 
	promedio aún está alrededor de 4.2.
	
	En conclusión, Forer convenció a la gente de que él podía leer exitosamente 
	su carácter. Su exactitud asombró a sus sujetos, aunque sus análisis de 
	personalidad fueron tomados de la columna astrológica de un puesto de 
	periódicos sin tomar en cuenta sus signos solares. El efecto Forer parece 
	explicar, por lo menos en parte, por qué tanta gente piensa que las 
	pseudociencias “funcionan”. Astrología, astroterapia, biorritmos, 
	cartomancia, quiromancia, eneagramas, adivinación, grafología, etc., parecen 
	trabajar porque aparentemente proporcionan análisis acertados de la 
	personalidad. Los estudios científicos de esas pseudociencias demuestran que 
	no son herramientas válidas de valoración de la personalidad, sin embargo 
	cada una tiene muchos clientes satisfechos que están convencidos de que son 
	exactas. Con todo, la multitud de validaciones personales o subjetivas de 
	tales pseudociencias no son de relevancia para su exactitud.
	
	La explicación mas común dada para responder al efecto Forer es en términos 
	de esperanza, pensamiento deseoso, vanidad y la tendencia de tratar de hacer 
	la experiencia algo fuera de lo común, si bien la explicación del propio 
	Forer fue en términos de credulidad humana. La gente tiende a aceptar 
	afirmaciones acerca de ellos mismos en proporción a su deseo de que las 
	afirmaciones sean verdad más que en proporción a la exactitud empírica de 
	las afirmaciones medidas por algún patrón no subjetivo. Tendemos a aceptar 
	declaraciones cuestionables y hasta falsas acerca de nosotros mismos, si las 
	estimamos positivas o lo suficientemente halagadoras. Frecuentemente daremos 
	muchas interpretaciones liberales a afirmaciones vagas o inconsistentes 
	acerca de nosotros mismos con el propósito de hacer que tengan sentido tales 
	afirmaciones. Los sujetos que buscan asesoría de psíquicos, médiums, 
	adivinos, lectores de la mente, grafólogos, etc., con frecuencia ignorarán 
	las afirmaciones falsas o cuestionables, en muchos casos, por sus propias 
	palabras o acciones, suministrarán la mayor parte de la información que 
	erróneamente le atribuyen al consejero pseudocientífico. Muchos de tales 
	sujetos con frecuencia sienten que los consejeros les han proporcionado 
	información profunda y personal. No obstante, tal validación subjetiva es de 
	poco valor científico.
	
	El Psicólogo Barry Beyerstein cree que “la esperanza y la incertidumbre 
	evocan poderosos procesos psicológicos que mantienen a todos los lectores de 
	personalidad pseudocientíficos y ocultistas en el negocio”. Estamos tratando 
	constantemente “de darle sentido al bombardeo de información inconexa que 
	encaramos diariamente” y “llegamos a ser tan buenos llenando y haciendo un 
	escenario razonable de datos inarticulados de modo que algunas veces damos 
	sentido a lo absurdo”. Muy seguido llenamos los espacios vacíos y 
	proporcionamos un retrato coherente de lo que escuchamos y vemos aún cuando 
	un exámen cuidadoso de la evidencia nos revelaría que la información es 
	vaga, confusa, obscura, inconsistente e ininteligible. Los médium psíquicos, 
	por ejemplo, con frecuencia harán muchas preguntas ambiguas y sin conexión 
	en rápida sucesión de tal forma que da la impresión de estar accediendo a 
	información personal acerca de los sujetos. De hecho, el medium necesita 
	tener alguna comprensión de la vida personal del sujeto; así, el sujeto 
	voluntariamente y sin darse cuenta proporcionará todas las asociaciones y 
	validaciones necesarias. Los médiums se ayudan en este proceso usando 
	técnicas de lectura fría.
	David Marks y Richard Kamman argumentan que
	
	una vez que una creencia o expectación es encontrada , especialmente una que 
	resuelve una incertidumbre incómoda, predispone al observador a advertir 
	nueva información que confirma la creencia, y a desechar la evidencia en 
	contra. Este mecanismo autoperpetuante consolida el error original y 
	construye una confianza excesiva en donde los argumentos opositores son 
	vistos muy fragmentarios como para cancelar la creencia asumida.
	
	Considerando que un consejero pseudocientífico inspecciona una valoración de 
	carácter de un cliente forjada con trampas pueden facilmente dirigir al 
	error y la falsa ilusión a la gente mejor intencionada.
	
	Barry Beyerstein sugiere la siguiente prueba para determinar si la aparente 
	auntenticidad de las pseudociencias mencionadas anteriormente pueden o no 
	ser debidas al efecto Forer, a la confirmación de prejuicios, o a otros 
	factores psicológicos. (Nota: la prueba propuesta también usa validación 
	subjetiva o personal y no es con la intención de probar la veracidad de 
	alguna herramiente de valoración de personalidad, sino para contrarrestar la 
	tendencia al autoengaño acerca de tales asuntos).
	...una prueba adecuada tendría lecturas de un gran número de clientes 
	quitando luego sus nombres de identificación (codificándolos de tal forma 
	que pudieran más tarde ser reasignados a sus propietarios correctos). 
	Después de que todos hubieran leído los perfiles anónimos de todos, se le 
	pediría a cada uno que escojiera l que lo describiera mejor. Si el lector ha 
	incluído material suficiente , único y pertinente, los miembros del grupo, 
	en promedio, deben de ser capaces de ir mas allá de la casualidad al escoger 
	el que les corresponde.
	Beyerstein hace notar que “ningún método de lectura de personalidad 
	pseudocientífico u ocultista... ha superado exitosamente tal prueba”.
	
	El efecto Forer, sin embargo, sólo explica parcialmente por qué tanta gente 
	acepta como acertados los procedimientos ocultistas y pseudocientíficos de 
	valoración de la personalidad. La lectura fría, el reforzamiento comunal, y 
	el razonamiento selectivo también son base de esas falsas ilusiones. 
	También, debe admitirse que mientras que muchas de las afirmaciones 
	valorativas de una lectura pseudocientífica son vagas y generales, algunas 
	son específicas. Algunas de esas afirmaciones específicas cuando se aplican 
	a un gran número de gente, algunas, por casualidad serán una descripción 
	exacta de unos pocos. Podría esperarse cierto número de afirmaciones de 
	valoracion específica pero son de poca importancia científica en la 
	validación de la estimación global.
	Se han hecho numerosos estudios del efecto Forer. Dickson y Kelly examinaron 
	muchos de esos estudios y concluyeron que en conjunto hay un soporte 
	significativo para la aseveración general de que los perfiles Forer son 
	generalmente percibidos como correctos por los sujetos en el estudio. 
	Además, hay un aumento en la aceptación del perfil si este se etiqueta como 
	“para tí” . Valoraciones favorables son “más facilmente aceptadas como 
	descripciónes correctas de las personalidades de los sujetos que las 
	desfavorables”. Pero las aseveraciones desfavorables son “más fácilmente 
	aceptadas cuando provienen de gente con alto estatus que de gente de más 
	bajo estatus”. También se ha encontrado que los sujetos generalmente pueden 
	distinguir entre declaraciones que son atinadas (pero que podrían ser 
	aplicables a la mayoría de la gente) y aquellas que son únicas (acertadas 
	para ellos pero no para el resto de la gente). Hay también evidencia de que 
	las variables de personalidad tales como las neurosis, necesidad de 
	aprobación, y autoritarismo están absolutamente relacionadas a la creencia 
	en los perfiles tipo Forer. Desafortunadamente, la mayoría de los estudios 
	Forer se han hecho únicamente en estudiantes universitarios.
	
	Publicado originalmente en "Diccionario escéptico".
	Texto:
	
	http://lahabitacioncerrada.blogspot.com.es/2006/03/efecto-forer-efecto-barnum-y-validacin.html#!/2006/03/efecto-forer-efecto-barnum-y-validacin.html 
	
	- Desviación o sesgo egocéntrico:
 Ocurre cuando las personas se dan más 
	responsabilidad a ellas mismas, por los resultados de una acción conjunta, 
	que un observador externo. Este efecto puede darse tanto para los beneficios 
	como para los errores de una acción.
	
	- Efecto de falso consenso: 
	Es la tendencia de algunas personas a sobrestimar 
	el grado en el cual los demás coinciden o están de acuerdo con ellos. Las 
	personas cambian rápidamente sus propias opiniones, creencias y 
	predilecciones para parecer más acordes o en sintonía con el público 
	general. Como los miembros de un grupo alcanzan un consenso y raramente 
	encuentran personas que disientan, tienden a creer que todo el mundo piensa 
	del mismo modo.
	
	Frecuentemente este sesgo aparece en grupos de opinión en los que la 
	opinión colectiva es la misma que la de los individuos del grupo. Como los 
	miembros del grupo han alcanzado un consenso interno y raramente encuentran 
	a alguien que dispute ese consenso, tienden a creer que todo el mundo, 
	incluyendo las personas que están fuera del grupo, es de la misma opinión 
	que el grupo. 
	Texto:
	
	http://www.psicologia2000.com/es/enciclopedia-general-psicologia-on-line-wiki-letra-e/37128-efecto-del-falso-consenso.html 
	
	- Efecto halo:
 Es la capacidad de un individuo para modificar la 
	percepción o evaluación que los demás tienen de las demás cualidades 
	personales a través de una cualidad específica. Un individuo es capaz de 
	trasladar la percepción que tienen los demás de sus cualidades positivas o 
	negativas desde un área de la personalidad a otra a través de una única 
	capacidad que arrastra a las demás. Véase también Estereotipo de atractivo 
	físico. En breve, una persona que es buena en X es normalmente considerada, 
	con prejuicio, a ser también buena en Y incluso si los dos tópicos no están 
	relacionados, esto es el denominado efecto halo. Muchas marcas comerciales 
	usan el poder de la marca o su efecto halo para vender otros productos.
	
	Nuestro cerebro resulta muy impreciso a la hora de valorar o creer en 
	algo. Simplemente agarramos los datos disponibles, rellenamos los huecos… y 
	ancha es Castilla, como suele decirse. Por esa razón, la mayoría de gente 
	cree más fácilmente que una persona atractiva es más buena que una muy fea, 
	y viceversa. También los estudiantes consideran que el nivel docente de los 
	profesores con mejor presencia física es superior a los de peor presencia 
	física.
	
	En lo que en psicología se denomina efecto halo:
	
	Si albergamos sentimientos favorables hacia una persona determinada por una 
	única faceta suya, automáticamente tendemos a generalizar esa impresión 
	positiva para abarcar las demás facetas. Cuando obramos en sentido 
	contrario, es decir, nos basamos en una única faceta que nosotros creemos 
	negativa (aspecto físico, etnia, edad, etc.) para generalizar esa 
	negatividad en el resto de facetas, entonces estamos poniendo de manifiesto 
	el denominado efecto tridente.
	
	Estos efectos son tan poderosos y desvirtúan tanto la realidad objetiva que 
	incluso puede alcanzar cotas delirantes, como demostró un sorprendente 
	estudio muy reciente: los niños de edades comprendidas entre 3 y 5 años 
	atribuyeron una mayor valoración a alimentos como las zanahorias, la leche y 
	el zumo de manzana si venían en envoltorios de McDonald´s.
	
	Es decir, que preferimos la comida incluso si está envuelta de determinado 
	efecto halo, independientemente de sus cualidades intrínsecas.
	
	Veamos, por ejemplo, un estudio verdaderamente triste en el que a un grupo 
	de sujetos se les mostraba una foto de un niño agraciado, y a otro grupo, 
	una foto de un niño menos atractivo. A continuación, se les decía que el 
	niño en cuestión (llamémosle Junior) acababa de lanzarle a otro una bola de 
	nieve con una piedra dentro; después, se solicitaba a los sujetos del ensayo 
	que interpretasen el comportamiento de Junior. Quienes vieron la foto del 
	niño poco agraciado definieron a Junior como un matón, tal vez camino del 
	reformatorio; en cambio, quienes vieron la foto del niño más agraciado 
	emitieron juicios mucho menos severos, dando a entender, por ejemplo, que 
	Junior sencillamente “tenía un mal día”.
	
	En definitiva, la estética produce interferencias en el canal de nuestra 
	facultad de creer. Y esto no es resultado de la publicidad ni de una 
	sociedad que tiende a la frivolidad y al vicio. Es algo que ha pasado en 
	todas las épocas de la historia, porque el defecto viene de fábrica. Los 
	expertos en marketing sólo se aprovechan de él. 
	Texto:
	
	http://www.xatakaciencia.com/psicologia/el-efecto-halo-y-el-efecto-tridente-cuando-preferimos-zanahorias-del-mcdonalds-a-zanahorias-de-verdad
	
	
	- Ilusión de entendimiento asimétrico:
 Es un prejuicio que implica el 
	hecho de que la gente percibe su conocimiento de los demás como superior y 
	más preciso al conocimiento que tienen los demás sobre sí mismos. De igual 
	manera, las personas tienden a creer que se conocen mejor a sí mismas que lo 
	que sus parejas o iguales se conocen a sí mismos o a ellos.
	
	- Ilusión de transparencia:
 Es la tendencia para algunas personas a 
	sobrestimar el grado en el que su estado mental personal es conocido por 
	otros. Este sesgo es similar aunque inverso a la Ilusión de entendimiento 
	asimétrico pero la ilusión de transparencia es más prominente en las 
	personas que tienen una relación personal.
	
	- Prejuicio de pertenencia al grupo o prejuicio de socio:
 Es la 
	tendencia de las personas a tratar de manera preferente a quienes perciben 
	como miembros de su propio grupo.
	 
	
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