Psicología. Sesgos y prejuicios cognitivos. Prejuicios sociales

Creado: 23/4/2012 | Modificado: 30/1/2013 4183 visitas | Ver todas Añadir comentario



Psicología. Sesgos y prejuicios cognitivos cognitivos. Prejuicios sociales.
 
Texto: http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Sesgos_cognitivos  

Prejuicios sociales

El prejuicio social es tener una opinión o idea acerca de un miembro de un grupo sin realmente conocer al individuo. La antipatía, normalmente, se basa en información pasada y en la experiencia con un individuo o cultura (modo de comportamiento) en particular. Asociando unas características físicas a unos comportamientos negativos, se cae en la falacia.

La convención de UNESCO establece de forma clara la igualdad entre todos los seres humanos. Su tercer punto dice: "En el estado actual de los conocimientos biológicos, no podemos atribuir las realizaciones culturales de los pueblos a diferencias de potencial genético: éstas se explican totalmente por su historia cultural. Basta invertir estos términos para obtener una radiografía del racismo."

 


La extensión de las propias experiencias negativas al caso general se puede considerar como sesgo. Como en la persecución, se cree por parte del prejuicioso en la maldad o bondad del otro y en la justicia del razonamiento propio.

El prejuicio puede aparecer independientemente de la inteligencia del individuo, su nivel cultural y su capacidad para razonar. Y las falacias resultantes pueden ser desastrosas pues animadas por el espíritu destructor las masas no se detienen ante la fácil obtención de beneficios resultante de la opresión de las minorías o del odio colectivo como forma de unión comunitaria dominante.

Albert Einstein expresó esto, en el contexto de la segunda guerra mundial, con la siguiente cita que es aplicable a las diferentes sociedades civilizadas que han sido llevadas por los prejuicios: "El crimen cometido por los alemanes es el más abominable que recuerda la historia de las llamadas naciones civilizadas. La conducta de los intelectuales alemanes -como grupo- no fue mejor que la de la multitud. Incluso ahora no hay signo alguno de arrepentimiento o de deseo real de reparar lo que se pueda después de tan gigantescos asesinatos."

Las personas espoleadas y ciegas por estos prejuicios evolutivos no se paran a razonar críticamente lo expuesto, a igualarse en un experimento mental sin prejuicio con los expuestos (empatía) o a comprobar de forma científica las afirmaciones (método científico para desechar los prejuicios y aproximarse a la verdad). Es más fácil dejarse llevar por los propios prejuicios internos que nos dicen que estamos en lo correcto (rasgo evolutivo de los prejuicios) que aceptar verificar la verdad. Para las personas sumidas en sus prejuicios, la verdad es de quién la siente (véase intuición sentido evolutivo) y no de quién razonadamente la argumenta.


- Sesgo actor-observador:
Es la tendencia a explicar los comportamientos individuales de los demás enfatizando la influencia de su personalidad y desestimar la influencia externa de su situación. Esto va asociado a la tendencia opuesta o actor cuando se observa uno mismo en el que las explicaciones a los propios comportamientos se realizan enfatizando mi situación personal o agentes externos y desestimando la influencia de la propia personalidad. Este sesgo suele confundirse con el sesgo de correspondencia.

Definición alternativa:
Es la tendencia de los actores a atribuir sus propias acciones a factores ambientales y la de los observadores a atribuir esas acciones a predisposiciones estables de la personalidad de los actores. Esto se debe a que el actor suele centrar su atención en el entorno y la historia pasada, mientras que el observador la centra en el actor, esto hace que pueda ignorar razones históricas o ambientales que expliquen la conducta

- Efecto de sobreatribución, sesgo de correspondencia o error fundamental de atribución:
Es la tendencia o disposición de la gente a sobre-dimensionar los motivos personales internos a la hora de explicar un comportamiento observado en otras personas, dando poco peso por el contrario a motivos externos como el rol o la situación, para este mismo comportamiento. La gente tiende a obviar los motivos externos y cree más e incluso amplifica los motivos genéticos o de carácter internos. Cuando las personas piensan en sí mismas atribuyen su éxito a una cualidad personal (inteligencia, bondad, fuerza, carácter) y sus fracasos a circunstancias externas (mala suerte, desventaja, manías). Por otro lado, cuando la gente piensa en otros, atribuyen los aciertos de los demás a circunstancias externas (tuvo suerte, tuvo ventaja) y los fallos a debilidades o características internas (tiene mucho carácter, el no es suficientemente fuerte, inteligente).

- Efecto Forer (o efecto Barnum, en honor al circense P. T. Barnum):
Es la tendencia de la gente a dar una alta nota de precisión o a asentir y confirmar la fidelidad de las descripciones que de su personalidad se hagan cuando éstas están hechas a medida y específicamente para ellas. En realidad, estas descripciones de la personalidad son vagas y suficientemente generales como para ser aplicadas a un amplio espectro de la sociedad. Por ejemplo, los horóscopos, cartas astrales y quiromancia, etc.

El efecto Forer o Barnum es también conocido como el efecto de validación subjetiva o el efecto de validación personal. (La expresión, “efecto Barnum” parece haberse originado con el Psicólogo Paul Meehl, en deferencia a la reputación del cirquero P.T Barnum como maestro de la manipulación psicológica).

El psicólogo B. R. Forer encontró que la gente tiende a aceptar descripciones personales vagas y generales como excepcionalmente aplicables a ellos mismos sin darse cuenta que la misma descripción podría ser aplicada a cualquiera. Considera lo siguiente como si te fuera presentado como una evaluación de tu personalidad.

Forer dio un test de personalidad a sus estudiantes, ignoró sus respuestas, y dió a cada estudiante la evaluación anterior. Les pidió que la evaluaran de 0 a 5, con “5” significando que el receptor sintió la evaluación como una “excelente” valoración y “4” significando que la valoración fue buena. El promedio de valoración de la clase fue de 4.26. Esto sucedió en 1948. La prueba ha sido repetida cientos de veces con estudiantes de psicología y el promedio aún está alrededor de 4.2.

En conclusión, Forer convenció a la gente de que él podía leer exitosamente su carácter. Su exactitud asombró a sus sujetos, aunque sus análisis de personalidad fueron tomados de la columna astrológica de un puesto de periódicos sin tomar en cuenta sus signos solares. El efecto Forer parece explicar, por lo menos en parte, por qué tanta gente piensa que las pseudociencias “funcionan”. Astrología, astroterapia, biorritmos, cartomancia, quiromancia, eneagramas, adivinación, grafología, etc., parecen trabajar porque aparentemente proporcionan análisis acertados de la personalidad. Los estudios científicos de esas pseudociencias demuestran que no son herramientas válidas de valoración de la personalidad, sin embargo cada una tiene muchos clientes satisfechos que están convencidos de que son exactas. Con todo, la multitud de validaciones personales o subjetivas de tales pseudociencias no son de relevancia para su exactitud.

La explicación mas común dada para responder al efecto Forer es en términos de esperanza, pensamiento deseoso, vanidad y la tendencia de tratar de hacer la experiencia algo fuera de lo común, si bien la explicación del propio Forer fue en términos de credulidad humana. La gente tiende a aceptar afirmaciones acerca de ellos mismos en proporción a su deseo de que las afirmaciones sean verdad más que en proporción a la exactitud empírica de las afirmaciones medidas por algún patrón no subjetivo. Tendemos a aceptar declaraciones cuestionables y hasta falsas acerca de nosotros mismos, si las estimamos positivas o lo suficientemente halagadoras. Frecuentemente daremos muchas interpretaciones liberales a afirmaciones vagas o inconsistentes acerca de nosotros mismos con el propósito de hacer que tengan sentido tales afirmaciones. Los sujetos que buscan asesoría de psíquicos, médiums, adivinos, lectores de la mente, grafólogos, etc., con frecuencia ignorarán las afirmaciones falsas o cuestionables, en muchos casos, por sus propias palabras o acciones, suministrarán la mayor parte de la información que erróneamente le atribuyen al consejero pseudocientífico. Muchos de tales sujetos con frecuencia sienten que los consejeros les han proporcionado información profunda y personal. No obstante, tal validación subjetiva es de poco valor científico.

El Psicólogo Barry Beyerstein cree que “la esperanza y la incertidumbre evocan poderosos procesos psicológicos que mantienen a todos los lectores de personalidad pseudocientíficos y ocultistas en el negocio”. Estamos tratando constantemente “de darle sentido al bombardeo de información inconexa que encaramos diariamente” y “llegamos a ser tan buenos llenando y haciendo un escenario razonable de datos inarticulados de modo que algunas veces damos sentido a lo absurdo”. Muy seguido llenamos los espacios vacíos y proporcionamos un retrato coherente de lo que escuchamos y vemos aún cuando un exámen cuidadoso de la evidencia nos revelaría que la información es vaga, confusa, obscura, inconsistente e ininteligible. Los médium psíquicos, por ejemplo, con frecuencia harán muchas preguntas ambiguas y sin conexión en rápida sucesión de tal forma que da la impresión de estar accediendo a información personal acerca de los sujetos. De hecho, el medium necesita tener alguna comprensión de la vida personal del sujeto; así, el sujeto voluntariamente y sin darse cuenta proporcionará todas las asociaciones y validaciones necesarias. Los médiums se ayudan en este proceso usando técnicas de lectura fría.
David Marks y Richard Kamman argumentan que

una vez que una creencia o expectación es encontrada , especialmente una que resuelve una incertidumbre incómoda, predispone al observador a advertir nueva información que confirma la creencia, y a desechar la evidencia en contra. Este mecanismo autoperpetuante consolida el error original y construye una confianza excesiva en donde los argumentos opositores son vistos muy fragmentarios como para cancelar la creencia asumida.

Considerando que un consejero pseudocientífico inspecciona una valoración de carácter de un cliente forjada con trampas pueden facilmente dirigir al error y la falsa ilusión a la gente mejor intencionada.

Barry Beyerstein sugiere la siguiente prueba para determinar si la aparente auntenticidad de las pseudociencias mencionadas anteriormente pueden o no ser debidas al efecto Forer, a la confirmación de prejuicios, o a otros factores psicológicos. (Nota: la prueba propuesta también usa validación subjetiva o personal y no es con la intención de probar la veracidad de alguna herramiente de valoración de personalidad, sino para contrarrestar la tendencia al autoengaño acerca de tales asuntos).
...una prueba adecuada tendría lecturas de un gran número de clientes quitando luego sus nombres de identificación (codificándolos de tal forma que pudieran más tarde ser reasignados a sus propietarios correctos). Después de que todos hubieran leído los perfiles anónimos de todos, se le pediría a cada uno que escojiera l que lo describiera mejor. Si el lector ha incluído material suficiente , único y pertinente, los miembros del grupo, en promedio, deben de ser capaces de ir mas allá de la casualidad al escoger el que les corresponde.
Beyerstein hace notar que “ningún método de lectura de personalidad pseudocientífico u ocultista... ha superado exitosamente tal prueba”.

El efecto Forer, sin embargo, sólo explica parcialmente por qué tanta gente acepta como acertados los procedimientos ocultistas y pseudocientíficos de valoración de la personalidad. La lectura fría, el reforzamiento comunal, y el razonamiento selectivo también son base de esas falsas ilusiones. También, debe admitirse que mientras que muchas de las afirmaciones valorativas de una lectura pseudocientífica son vagas y generales, algunas son específicas. Algunas de esas afirmaciones específicas cuando se aplican a un gran número de gente, algunas, por casualidad serán una descripción exacta de unos pocos. Podría esperarse cierto número de afirmaciones de valoracion específica pero son de poca importancia científica en la validación de la estimación global.
Se han hecho numerosos estudios del efecto Forer. Dickson y Kelly examinaron muchos de esos estudios y concluyeron que en conjunto hay un soporte significativo para la aseveración general de que los perfiles Forer son generalmente percibidos como correctos por los sujetos en el estudio. Además, hay un aumento en la aceptación del perfil si este se etiqueta como “para tí” . Valoraciones favorables son “más facilmente aceptadas como descripciónes correctas de las personalidades de los sujetos que las desfavorables”. Pero las aseveraciones desfavorables son “más fácilmente aceptadas cuando provienen de gente con alto estatus que de gente de más bajo estatus”. También se ha encontrado que los sujetos generalmente pueden distinguir entre declaraciones que son atinadas (pero que podrían ser aplicables a la mayoría de la gente) y aquellas que son únicas (acertadas para ellos pero no para el resto de la gente). Hay también evidencia de que las variables de personalidad tales como las neurosis, necesidad de aprobación, y autoritarismo están absolutamente relacionadas a la creencia en los perfiles tipo Forer. Desafortunadamente, la mayoría de los estudios Forer se han hecho únicamente en estudiantes universitarios.

Publicado originalmente en "Diccionario escéptico".

Texto: http://lahabitacioncerrada.blogspot.com.es/2006/03/efecto-forer-efecto-barnum-y-validacin.html#!/2006/03/efecto-forer-efecto-barnum-y-validacin.html

- Desviación o sesgo egocéntrico:
Ocurre cuando las personas se dan más responsabilidad a ellas mismas, por los resultados de una acción conjunta, que un observador externo. Este efecto puede darse tanto para los beneficios como para los errores de una acción.

- Efecto de falso consenso:
Es la tendencia de algunas personas a sobrestimar el grado en el cual los demás coinciden o están de acuerdo con ellos. Las personas cambian rápidamente sus propias opiniones, creencias y predilecciones para parecer más acordes o en sintonía con el público general. Como los miembros de un grupo alcanzan un consenso y raramente encuentran personas que disientan, tienden a creer que todo el mundo piensa del mismo modo.

Frecuentemente este sesgo aparece en grupos de opinión en los que la opinión colectiva es la misma que la de los individuos del grupo. Como los miembros del grupo han alcanzado un consenso interno y raramente encuentran a alguien que dispute ese consenso, tienden a creer que todo el mundo, incluyendo las personas que están fuera del grupo, es de la misma opinión que el grupo.
Texto: http://www.psicologia2000.com/es/enciclopedia-general-psicologia-on-line-wiki-letra-e/37128-efecto-del-falso-consenso.html

- Efecto halo:
Es la capacidad de un individuo para modificar la percepción o evaluación que los demás tienen de las demás cualidades personales a través de una cualidad específica. Un individuo es capaz de trasladar la percepción que tienen los demás de sus cualidades positivas o negativas desde un área de la personalidad a otra a través de una única capacidad que arrastra a las demás. Véase también Estereotipo de atractivo físico. En breve, una persona que es buena en X es normalmente considerada, con prejuicio, a ser también buena en Y incluso si los dos tópicos no están relacionados, esto es el denominado efecto halo. Muchas marcas comerciales usan el poder de la marca o su efecto halo para vender otros productos.

Nuestro cerebro resulta muy impreciso a la hora de valorar o creer en algo. Simplemente agarramos los datos disponibles, rellenamos los huecos… y ancha es Castilla, como suele decirse. Por esa razón, la mayoría de gente cree más fácilmente que una persona atractiva es más buena que una muy fea, y viceversa. También los estudiantes consideran que el nivel docente de los profesores con mejor presencia física es superior a los de peor presencia física.

En lo que en psicología se denomina efecto halo:

Si albergamos sentimientos favorables hacia una persona determinada por una única faceta suya, automáticamente tendemos a generalizar esa impresión positiva para abarcar las demás facetas. Cuando obramos en sentido contrario, es decir, nos basamos en una única faceta que nosotros creemos negativa (aspecto físico, etnia, edad, etc.) para generalizar esa negatividad en el resto de facetas, entonces estamos poniendo de manifiesto el denominado efecto tridente.

Estos efectos son tan poderosos y desvirtúan tanto la realidad objetiva que incluso puede alcanzar cotas delirantes, como demostró un sorprendente estudio muy reciente: los niños de edades comprendidas entre 3 y 5 años atribuyeron una mayor valoración a alimentos como las zanahorias, la leche y el zumo de manzana si venían en envoltorios de McDonald´s.

Es decir, que preferimos la comida incluso si está envuelta de determinado efecto halo, independientemente de sus cualidades intrínsecas.

Veamos, por ejemplo, un estudio verdaderamente triste en el que a un grupo de sujetos se les mostraba una foto de un niño agraciado, y a otro grupo, una foto de un niño menos atractivo. A continuación, se les decía que el niño en cuestión (llamémosle Junior) acababa de lanzarle a otro una bola de nieve con una piedra dentro; después, se solicitaba a los sujetos del ensayo que interpretasen el comportamiento de Junior. Quienes vieron la foto del niño poco agraciado definieron a Junior como un matón, tal vez camino del reformatorio; en cambio, quienes vieron la foto del niño más agraciado emitieron juicios mucho menos severos, dando a entender, por ejemplo, que Junior sencillamente “tenía un mal día”.

En definitiva, la estética produce interferencias en el canal de nuestra facultad de creer. Y esto no es resultado de la publicidad ni de una sociedad que tiende a la frivolidad y al vicio. Es algo que ha pasado en todas las épocas de la historia, porque el defecto viene de fábrica. Los expertos en marketing sólo se aprovechan de él.
Texto: http://www.xatakaciencia.com/psicologia/el-efecto-halo-y-el-efecto-tridente-cuando-preferimos-zanahorias-del-mcdonalds-a-zanahorias-de-verdad


- Ilusión de entendimiento asimétrico:
Es un prejuicio que implica el hecho de que la gente percibe su conocimiento de los demás como superior y más preciso al conocimiento que tienen los demás sobre sí mismos. De igual manera, las personas tienden a creer que se conocen mejor a sí mismas que lo que sus parejas o iguales se conocen a sí mismos o a ellos.

- Ilusión de transparencia:
Es la tendencia para algunas personas a sobrestimar el grado en el que su estado mental personal es conocido por otros. Este sesgo es similar aunque inverso a la Ilusión de entendimiento asimétrico pero la ilusión de transparencia es más prominente en las personas que tienen una relación personal.

- Prejuicio de pertenencia al grupo o prejuicio de socio:
Es la tendencia de las personas a tratar de manera preferente a quienes perciben como miembros de su propio grupo.




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