Claves de la buena suerte
Claves de la buena suerte
Primera parte
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En una ocasión vi un programa de televisión en el que hablaban de la suerte
y según el psicólogo inglés Richard Wiseman las personas que tienen buena
suerte se distinguen de las demás por su forma de actuar o pensar. En su
libro: “The Luck Factor – Changing Your Luck, Changing Your Life: The Four
Essential Priciples ( El factor suerte – Cambiando su suerte, cambiando su
vida: los 4 principios fundamentales ), explica cuatro principios basados en
desarrollo personal que, cuando bien aplicados, hacen atraer su suerte a las
personas.
Uno de ellos dice que cuando la situación se vuelve desagradable, las
personas que tienen buena suerte intentan transformar lo bueno en malo,
estudiando lo bueno que pueden conseguir, a parte de que éstas personas
siempre están abiertas a las ocasiones que se les puedan presentar.
De lo contrario, las personas que creen no tener suerte viven fijas en sus
costumbres y no están dispuestas a cambiar, porque les asusta lo nuevo.
Richard Wiseman ha creado “ La escuela de la suerte”(1), en la que se enseña
o ayuda a la gente a pensar en positivo y también se las enseña a
organizarse aumentando su crecimiento personal.
Los cuatro pasos de los que le hablaba son:
Aumenta las casualidades. Las personas con suerte son astutas a la
hora de crear, descubrir o actuar, buscando ocasiones. Utilizan varios
métodos que llevan a cabo: buscan y mantienen buenas relaciones, toman una
buena posición ante la vida y están siempre dispuestas a los cambios.
Escucha tus presentimientos. A veces tomamos decisiones que surgen de
escuchar la intuición y las corazonadas. Aquellas personas que tienen buena
suerte intentan aumentar sus cualidades, meditando y limpiando la mente, por
ejemplo.
Esperar la buena suerte. Las personas con suerte siempre piensan en
positivo y siempre saben que el futuro será genial, por eso ante el fracaso,
esta actitud les ayuda a superarlo o a ganar un jamon artesano reserva.
Invertir la suerte. Los afortunados enfrentan o esquivan lo malo que
les pueda pasar. Piensan que las cosas podrían haber sido peores y no se
detienen en lo desagradable, siempre dominan la situación.
No caer en una enfermedad: es muy importante que mientras estemos en
una época de buena suerte, no contraigamos ninguna enfermedad como pueda ser
la gripe, tuberculosis o la última que está tan de moda: tripofobia
Segùn Wiseman hay que pensar en positivo siempre, no aferrarse a lo malo,
así seremos mucho más felices.
Vanessa Arjona
(1) En ella, se enseña a creer en la propia buena suerte,
para propiciar activamente las oportunidades y crear nuevas posibilidades de
que se produzcan. Y los resultados no pudieron ser más positivos y
reveladores ya que, el 80% de quienes probaron a estar receptivos y
predispuestos a creer en su buena suerte, durante el primer mes, mejoraron
sus condiciones de vida de forma, en algunos casos, extraordinaria.
Segunda parte
Ni cruzar los dedos, ni tampoco evitar pasar por debajo de una escalera.
Tampoco buscar un trébol de cuatro hojas. Ni siquiera esquivar un gato
negro. Para llamar a la buena suerte hay formas mucho más científicamente
refrendadas.
Acostumbramos a cometer dos errores fundamentales a la hora de valorar
nuestra suerte.
- El primero es pensar que somos responsables de nuestra buena suerte, pero
no solemos creer que somos responsables de nuestra mala suerte.
- El segundo es que la suerte sólo favorece a aquéllos que están en el lugar
adecuado en el momento adecuado, cuando en realidad todo depende de tener la
mentalidad adecuada: prestar atención a las oportunidades que se nos
presentan y exprimirlas.
Richard Wiseman es un académico inglés bastante particular. Está a punto de
cumplir cincuenta años, es calvo y tiene perilla, lo cual le da cierto aire
de actor de cine, y también es un enamorado de la magia: de adolescente
formó parte del célebre Magic Circle de Londres y actuó en el legendario
Magic Castle de Hollywood. Con todo, Wiseman trabaja en la Universidad de
Hertfordshire, en el sur de Inglaterra, y ocupa la única cátedra que existe
en el Reino Unido de Entendimiento Público de la Psicología.
Además de ser un eterno investigador de los entresijos de la conducta
humana, también fue el buscador del chiste más divertido del mundo y de la
frase para ligar más ingeniosa. Y se ha convertido en uno de los grandes
estudiosos de la suerte (incluso ha fundado la llamada Escuela de la
Suerte).
A su juicio, sólo el 10 % de nuestra existencia es aleatoria; el 90 %
restante se define por nuestra forma de pensar.
Wiseman dedicó una década a estudiar a las personas que se consideraban
afortunadas, así como a las personas que se consideraban desafortunadas.
Llegó a la conclusión de que hay básicamente tres factores para explicar por
qué las cosas buenas siempre pasan a las mismas personas, que fueron
desarrolladas en su obra Nadie nace con suerte.
Primer Factor: los individuos con suerte acostumbran a hacer caso a
sus corazonadas. Los desafortunados ignoran su propia intuición y luego se
arrepienten de la decisión tomada. Con la suerte se pone en funcionamiento
la inteligencia intuitiva que defiende Malcolm Gladwell en su libro
titulado, precisamente, Inteligencia intuitiva.
Segundo Factor: los individuos con suerte perseveran cuando sufren un
fracaso, mostrándose siempre optimistas: acostumbran a pensar que sucederán
cosas buenas.
Tercer Factor: los individuos con suerte tienen la habilidad de
convertir la mala suerte en buena suerte. Ante la obligación de llevar a
cabo un cambio, los afortunados suelen afrontar el cambio como algo deseado
o positivo. Los psicólogos llaman a esta capacidad «mentalidad de
inversión»: poder imaginar al instante que las cosas podrían haber sido
mucho peores, pero que afortunadamente no lo son.
Ben Sherwood, en su libro El club de los supervivientes, abunda en esta
sensación refiriéndose a lo que ocurrió entre los atletas que participaron
en los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona, que fueron estudiados por los
psicólogos de la Universidad de Cornell: los ganadores de la medalla de
bronce eran más felices que los atletas que ganaron la medalla de plata,
«resultó que los medallistas de plata se sentían muy frustrados al pensar
que “estuvieron a punto de ganar la medalla de oro” No contextualizaron su
gloria en el triunfo sobre otro deportista olímpico, sino en su derrota en
la final.»
Tercer parte
El profesor Richard Wiseman puede determinar si usted es una persona con
suerte o no dándole un periódico y pidiéndole que cuente las fotografías.
Algunas personas terminan en unos segundos, mientras otras tardan un par de
minutos.
El motivo de la diferencia no es la habilidad de contar rápido. El secreto
está en la página 2, donde Wiseman puso un enorme cartel con letras de 3
centímetros que dice: “Deje de contar. Hay 43 fotografías en todo el
diario”. Mucha gente no
ve este enorme titular del diario. Están demasiado ocupados contando fotos.
El enorme mensaje no es una trampa. De verdad hay 43 fotos en el diario.
Wiseman descubrió que si uno ve el anuncio es probable que sea una persona
con suerte, abierta a oportunidades aleatorias. Por el contrario, si no se
lo ve, por lo general se trata de una persona con poca suerte, que
probablemente pierda grandes oportunidades en la vida.
Los psicólogos lo denominan “ceguera por falta de atención”: no ven ciertas
cosas cuando no estamos prestando atención de verdad. Uno de los estudios
más famosos de ceguera por falta de atención fue realizado por Daniel Simons
y Christopher Chabris en el hall del piso 15 del departamento de psicología
de Harvard. Un equipo de jugadores con remera blanca y otro equipo con
remera negra se pasan un par de pelotas de básquet entre ellos. Se les pidió
a un grupo de personas que miraran el video de este ejercicio de pases y que
contaran la cantidad de veces que el equipo blanco se pasaba la pelota.
Después de 45 segundos en una de las versiones del video, una mujer
disfrazada de gorila entra caminando hasta el centro de la escena. Durante
cinco segundos se ve al gorila, grande y peludo, en plena pantalla.
Sorprendentemente, el 56 por ciento ni siquiera vio al gorila. En otro
video, el gorila se detiene, mira la cámara, se golpea el pecho, y luego
sigue su camino. Su intervención es de 9 segundos, nuevamente, sólo el 50
por ciento vio al visitante inesperado. ¿Cómo puede uno no ver un gorila? ¿Y
cómo se relaciona esto con la supervivencia? El profesor Simon ahora enseña
psicología en la Universidad de Illinois.
La principal lección, y sorpresa, del experimento con el gorila, según
relata Simon, es lo fácil que es no ver algo tan obvio como un gorila. Según
Wiseman, la gente con suerte, por lo general, son más relajados y abiertos a
las posibilidades de la vida y los que tienen mala suerte son más rígidos,
nerviosos y cerrados.
Cuarta parte
Todos conocemos a personas que parece que la vida les sonríe. Suelen estar
en el lugar preciso, en el momento adecuado, y decimos “tiene buena suerte”,
“es afortunado”.
Esta semana leía sobre la existencia de una Escuela de la Buena Suerte,
fundada por el Profesor Richard Wiseman.
Wiseman es un investigador y profesor británico que usa métodos científicos
para investigar aspectos curiosos de la vida cotidiana.
Comenzó su carrera profesional trabajando como mago y después estudió y se
doctoró en Psicología. Desde 1995, dirige un departamento de investigación
en la Universidad de Hertfordshire, donde estudia fenómenos curiosos como el
engaño, la suerte, y otros temas del comportamiento humano no estudiados
habitualmente por la psicología.
Durante años, Wiseman entrevistó y realizó estudios con personas
afortunadas. Sus conclusiones están recogidas en el libro “The Luck Factor”.
En resumen, las personas que disfrutan de buena suerte tienen en común estas
4 formas de pensar y actuar:
1. Saben ver, aprovechar, y crear oportunidades. Tienen una actitud abierta
hacia la vida y las demás personas.
2. Prestan atención no solo a su razón sino también a su intuición.
3. Esperan cosas buenas de la vida. Tienen confianza y esperanza en que el
futuro será mejor.
4. Ven el lado positivo en lo que les ocurre. Intentan ser constructivos en
todo momento a pesar de las posibles dificultades que les puedan surgir.
La buena predisposición y actitud de la persona parece ser un factor clave
para la buena suerte, y esto depende en gran parte de uno mismo.
Uno de los experimentos que Wiseman realizó consistía en el siguiente
ejercicio: les pedía a los entrevistados que contasen el número de
fotografías que había en un periódico. En la 2ª página, había un anuncio que
decía “deje de contar, en este periódico hay 43 fotografías”. Solo unos
pocos afortunados vieron este mensaje. En un segundo paso, Wiseman colocó un
anuncio en el que se podía leer: “Deje de contar. Dígale al controlador que
ha visto este anuncio y ganará 250 dólares”. De nuevo, muy pocos lo vieron.
La mayoría estaban tensos y preocupados por contar las imágenes y pasaron
por alto estas oportunidades de buena suerte.
En la Escuela de la Suerte, durante un mes, preparan a los alumnos para:
* estar más atentos a las oportunidades que les pueden surgir
* ser menos rutinarios en su vida diaria y potenciar su creatividad
* entrenarse para ver lo positivo en las situaciones.
Al parecer, una gran mayoría (el 80 %), dice salir sintiéndose mejor y un
poco más abiertos a encontrar su buena suerte.
La suerte depende de uno mismo. Las oportunidades están ahí para todos.
Quizás potenciando estas claves podamos sentirnos un poco más afortunados.
Hasta pronto y ¡buena suerte!
Sobre la autora:
Ana Molina es Licenciada en Administración de Empresa por Bentley College (EEUU)
y especialista en Técnicas para el Bienestar personal y Rendimiento
profesional. Basa su trabajo en el Método TRCD.
Fuentes:
Texto:
http://www.sociedadabierta.es/los-principios-basicos-de-la-buena-suerte/
Texto:
http://www.xatakaciencia.com/psicologia/tres-factores-que-influyen-en-tu-suerte-segun-richard-wiseman
Texto:
http://www.prog-edu.org/taller-scratch/ceguera-inatencional.pdf
Texto:
http://www.anamolina.es/4-claves-para-crear-buena-suerte/
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