Adaptación hedonista
Adaptación hedonista
Texto:
http://psicoencuentro.wordpress.com/2011/05/06/la-adaptacion-hedonista/
Los estoicos defienden una vida que aprecia la tranquilidad y la serenidad
de saber quién eres y qué es importante para ti. Experimentan menos
emociones negativas (ira, rabia, dolor, tristeza) y más emociones positivas.
Dice Séneca que es imposible que el hombre pueda tener todo lo que quiere,
pero sí es posible que sea feliz con lo que tiene en cualquier momento.
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Existe un concepto psicológico muy interesante, que explica por qué el consumo es tan popular hoy en día. Se debe a la adaptación hedonista, la inmensa capacidad del ser humano de acostumbrarse rápidamente a cualquier cambio, incluyendo la pérdida del interés en un logro tan pronto lo haya alcanzado, o el aburrimiento hacia un producto de consumo tan pronto ha llegado al hogar.
La adaptación hedonista tiene su aspecto positivo cuando ayuda a
enfrentarnos situaciones fuera de lo común en nuestras vidas. El problema es
que hace difícil apreciar lo que ya tenemos, porque hace que nos
acostumbramos a ello. Para sentirte realizado y felíz es necesario conseguir
un aumento de salario, comprar una casa más grande, un coche más potente,
otras tres camisetas de rebajas, etc… Cada vez pensando que ahora sí vas a
ser feliz por lo menos hasta que te hayas acostumbrado de nuevo.
Si la adaptación hedonista nos inculca dar por hecho nuestra salud, nuestros
bienes, nuestros amigos y nuestra familia, entonces la visualización
negativa es el antídoto para recordar su importancia en nuestras vidas. No
se trata de avecinar catástrofes. Imaginar lo negativo, por un lado, puede
ayudar a enfrentar una situación por si ésta llegara a materializarse. Si en
nuestra familia hay antecedentes de alguna enfermedad, vale la pena imaginar
de vez en cuando cómo sería nuestra vida si estuvieras luchando contra ese
problema; nos ayudará a sentir más empatía con aquel familiar que lo padece,
y si algún día nos pasa lo mismo, ya no será tan terrible como si nunca no
nos lo hubiéramos planteado.
Por otro lado, contemplando el hecho de que un día podríamos perder nuestros
bienes, los aprovecharíamos más; imaginar que las personas con las que
estamos no vivirán para siempre, y tampoco nosotros, nos hará disfrutar más
el tiempo que pasamos con ellos; o recordar que nuestra salud no siempre
será tan buena, nos dará la motivación de aprovechar el buen estado de
nuestro cuerpo y cuidarlo bien.
Segunda parte
Texto: http://valedeoro.es/teoria-ii
Teoría: La felicidad requiere atención constante
Tu felicidad depende de varios factores, en algunos de ellos puedes influir
y otros están predeterminados por tu genética. En términos prácticos eso
significa que tienes un nivel básico de felicidad (o bienestar objetivo) al
que siempre volverás, para bien o para mal. Con un poco de dedicación puedes
utilizar este punto de partida para aumentar tu índice personal de
felicidad.
Ya te acostumbrarás: adaptación hedonista
La adaptación hedonista es la capacidad de los seres humanos de adaptarse rápidamente a nuevas situaciones. En el caso de las noticias o los acontecimientos negativos, es un mecanismo que te ayuda a seguir con tu vida independientemente de lo que ocurra. De esta forma los supervivientes de desastres naturales al cabo de un año están recuperados del shock, a pesar de haber perdido seres queridos y pertenencias.
Lo que es una capacidad muy útil para lidiar con circunstancias negativas,
se convierte en una desventaja cuando se trata de tu felicidad. Cualquier
novedad, por positiva que sea, con el tiempo pierde su atractivo. El aumento
del salario, el nuevo ordenador, el título de la universidad, y hasta ganar
la lotería: al cabo de poco tiempo serás igual de feliz que antes. Confiando
en la inercia, siempre volverás a tu nivel básico de la felicidad. Además,
no podrás conseguir el mismo nivel de felicidad con la misma acción: esta es
la clave para entender la cultura del consumo compulsivo. Cada nuevo
producto tiene que ser más grande, más chulo y más caro que el anterior para
poder satisfacer una búsqueda de una felicidad permanente e hipotética.
La felicidad se elige: el valor de lo mundano
La adaptación hedonista no se puede evitar por completo. Es un proceso
automático de tu mente que no podrás apagar. Los estoicos griegos (mis
grandes maestros del minimalismo filosófico) encontraron una idea sencilla
para ralentizar este efecto: contemplar la pérdida de la cosa o la persona
en cuestión ayuda a valorar la relación que tienes con él.
El quid de la cuestión es detectar suficiente fuentes de felicidad para que
no te puedas adaptar. Aunque tu mente no podrá evitar la adaptación
hedonista por completo, tienes la opción de fijarte en diferentes aspectos
de lo que te hace disfrutar. El ejercicio de “Cosas que me hacen feliz” en
twitter y facebook muestra la variedad de lo que significa ser feliz. Y
permitirme estos 2 minutos para detectar las cosas que me ponen de buen
humor es un poderoso antídoto contra el vaivén del día a día.
Decídete a ser feliz. Y compártelo
Es la atención y los pequeños gestos lo que más cuenta: sonreírte a ti misma
por las mañanas. Disfrutar del sol que entra por tu ventana. Saborear un
café con cada rincón de tu boca (cuándo fue la última vez que realmente
saboreaste el café?). Dejar una flor encima de la mesa de la recepcionista.
Si tú eres más feliz, lo serán los que te rodean. Y si los que te rodean
tienen una actitud más más positiva, eso tendrá un impacto positivo en ti.
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