Optimismo inteligente
Optimismo inteligente
Texto:
http://noticiaspositivas.org/ciudadania/optimismo-inteligente-sostener-el-proyecto-humano/
Por: Andrea Méndez Brandam
¿Quién hace qué para cambiar el mundo y qué puedo hacer yo? Quien se haya
hecho alguna vez una de estas dos preguntas es un potencial agente de cambio
y tiene claro por lo menos dos cuestiones: que las cosas no están bien, y
que es necesario y posible reinventar nuestra forma de vida de manera tal de
poder sostenerla. De eso se trata la sustentabilidad: ni más ni menos que
del equilibrio del hombre con la naturaleza.
Por supuesto que esto no es nuevo: en 1987, el Informe Brundtland lo definió
como “la satisfacción de las necesidades actuales, sin el sacrificio de la
capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias
necesidades”. Lo que sí es nuevo es que el tiempo para actuar es ahora.
|
Para lograr este objetivo –que en este momento histórico, atravesado por el
cambio climático (por nombrar una variable), se relaciona directamente con
la calidad de supervivencia del hombre en la Tierra–, el optimismo
inteligente es una herramienta fundamental.
¿Quiénes son los optimistas inteligentes? Aquellos que tienen la habilidad
de identificar aspectos positivos de la coyuntura sin dejar de ser
realistas, sin negar los problemas, reaccionando con propuestas. Se trata de
una especie de estado superador al de la queja, que conduce a un camino de
acción proactiva.
Optimistas hay… pero ¿se notan?
Carmelo Vázquez, catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense
de Madrid y miembro fundador de la International Positive Psychology
Association (IPPA), aseguró a N+ que el tejido de la humanidad está
compuesto fundamentalmente por gestos positivos, pero que son prácticamente
invisibles “tal vez porque estamos más preparados para prevenir lo malo”, y
que la responsabilidad social y corporativa de los medios debe contemplar la
transformación social resaltando lo posible y las actitudes transformadoras.
En el mundo en general, y en la Argentina en particular, eso es lo que
ocurre, y la desesperanza, que paraliza, critica e impide el cambio
constructivo, es percibida con mayor fuerza que la posibilidad de una
construcción positiva. “Pero no menos cierto es que en la comunidad global
ya se siente con fuerza la voz de los ciudadanos y de los colectivos que no
se instalan en la desesperanza, sobre la cual no tenemos ninguna capacidad
de control, y que apuestan al optimismo –dice también Vázquez–. Yo creo que
con esta decisión nos estamos jugando el futuro. Los optimistas son los
únicos capaces de transformar la realidad”.
La teoría del vaso lleno
Hay dos lugares en donde pararse para analizar una situación: el del
optimista y el del pesimista. Si se trata del flagelo global de la pobreza y
el hambre, por ejemplo, hay voces que aportan palabras esperanzadoras.
Referente internacional en temas de biodiversidad y seguridad alimentaria,
con más de una década de trabajo de campo en la recuperación de cultivos
autóctonos en extinción de la región andina, la ingeniera jujeña Magda
Choque Vilca no habla de disminución de la pobreza sino de la generación de
desarrollo “de y desde las personas”, y de la imperiosa necesidad de
construir una sinergia endógena capaz de crear riqueza.
“Si te paras en el discurso de que vamos a terminar con el hambre en el
mundo, estás en un lugar desalentador; en cambio, si pensamos en crear
desarrollo a partir de lo micro, nos estamos parando frente a un mundo de
posibilidades, de oportunidades para que estos nuevos espacios sean la
plataforma del cambio. La reducción de la pobreza como objetivo se puede dar
de diferentes formas: con subsidios, con cajas de comida, pero no hace al
desarrollo de esos sectores. Prefiero hablar de crear desarrollo y de que
una sinergia endógena haga que poco a poco aquellos actores que están con
márgenes de pobreza importantes puedan ser protagonistas de su propio
desarrollo. Si no, vamos a seguir generando parches”, afirma Choque Vilca.
Ser el cambio
Hay una gran devaluación del valor de las pequeñas acciones positivas en el
día a día. En la creencia de que “igual no es suficiente”, se tiende a no
innovar. Sin embargo, los científicos de todo el mundo insisten en lo que
decía Mahatma Gandhi y que está inscripto en innumerables grafitis, remeras
y publicidades en los cinco continentes: “Sé tú mismo el cambio que quieres
ver en el mundo”.
El argentino Osvaldo Canziani es uno de los científicos integrantes del
Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que en 2007 fue
galardonado, conjuntamente con el ex vicepresidente norteamericano Al Gore,
con el Premio Nobel de la Paz. Físico, meteorólogo y filósofo, con toda una
vida dedicada a la investigación del clima, Canziani dijo a N+ que “el
esfuerzo del día a día es urgentemente necesario y suficiente en tanto se
ahorre energía; por ejemplo, hay que aprender a caminar más y a ahorrar
recursos en general. En los residuos urbanos. hay montones de riquezas que
se arrojan a la basura diariamente, cuando hay gente que se muere de hambre
en la Argentina, porque no se sabe cómo usarlos”.
Por su parte, desde Paraguay, la emprendedora social Elsa Zaldívar propuso
una solución sostenible para paliar la escasez de vivienda en su país
utilizando materiales reciclados compuestos de desechos vegetales y
plásticos, idea por la que fue distinguida con el Premio Rolex 2008 a la
Iniciativa. Su visión respecto de cómo contribuir a solucionar el grave
problema de la falta de vivienda abre otra puerta al mundo de la creatividad
y de las oportunidades desde el lugar de los hechos.
“Mi sueño es poder recuperar y mantener este planeta más allá de todos los
pronósticos; quiero encontrar formas de soluciones al gran consumo de
energía, al gran uso de todos los materiales no renovables, quiero encontrar
oportunidades y dignidad para la gente, quiero que las mujeres sean
reconocidas en su rol. Quiero mucha armonía y la recuperación total del
medioambiente. Y creo que es posible”, afirma Zaldívar entusiasta a N+.
Consultor especialista en procesos de cambio y negociación y coautor del
libro Nuevos líderes. Conductas que están transformando la realidad, Enrique
Fernández Longo asegura que “éste es un momento único porque estamos dejando
atrás la Edad Media del capitalismo y entrando en un nuevo Renacimiento, que
tenemos que construir. Los más viejos necesitamos juntarnos con los jóvenes,
contarles sobre nuestros errores y fracasos, intercambiar ideas con ellos y
ayudarlos a construir nuevos paradigmas. Hay una palabra en guaraní, que es
arandú, y que podríamos traducirla muy libremente al español como «sabio».
Pero también podemos traducirla literalmente como «el hombre que entiende su
tiempo». Y eso es lo que necesitamos: personas que entiendan el tiempo que
estamos viviendo, que estamos construyendo; ahí tenemos que centrar nuestra
actividad”.
Cada uno de nosotros puede, desde el lugar que ocupa, ser parte de un
cambio; es más, hasta puede llegar a liderarlo. Por más pequeño que nos
pueda parecer al principio, será el primer paso en esa nueva dirección, la
del tiempo que nos ha tocado vivir.
Contacto y comentarios
Puedes comentar este texto aquí: Comentarios
También puedes contactar con el administrador en este enlace: Contacto