5 motivos de infelicidad y cómo evitarlos
5 motivos de infelicidad y cómo evitarlos
Texto:
http://www.elfactorhumanoburgos.com/5-motivos-de-infelicidad-y-como-evitarlos/
Una de las formas más comunes en las que empleamos nuestro potencial
creativo es en hacernos la vida más difícil y complicada de lo que realmente
es. Por un lado buscamos calma y felicidad, y por otro, creamos condiciones
de inestabilidad e infelicidad. ¿Cómo puede ser esto?
Veamos cuáles son algunos de los motivos que nos causan infelicidad y lo que
podemos hacer al respecto:
Motivo 1:
Las expectativas que creamos sobre el futuro. Estas incluyen lo que
esperamos de nosotros, de los demás y de las situaciones. Siempre que
pensamos que algo va a salir de una manera y al final no es así, nos
decepcionamos, lo que nos lleva a la desconfianza, tanto en nosotros mismos
como en los demás, y al victimismo, pensando que no tenemos suerte y que
todo nos sale mal. En definitiva, nos lleva a la infelicidad.
Hay que aclarar que el tener expectativas en sí no es un motivo de
infelicidad, el verdadero motivo es cuando nos apegamos a que el futuro sea
como lo hemos imaginado y a la interpretación negativa que le damos cuando
no ocurre así.
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¿Qué hacer al respecto?
El primer paso es entender que nuestras expectativas no son más que una
opción entre muchas otras de cómo se pueden dar las cosas, y que el
resultado final no siempre depende únicamente de nosotros.
Por lo tanto, cuando el resultado depende únicamente de nosotros es
importante ser cauteloso a la hora de ponernos objetivos, y asegurarnos de
que éstos son asequibles y realistas considerando el tiempo que tenemos
disponible y nuestra capacidad y preparación en el tema.
Cuando el resultado no sólo depende de nosotros nos ayudará el comunicar de
la forma más clara posible lo que esperamos de la otra u otras personas,
entender que lo que es importante para nosotros no tiene porque serlo para
los demás, y por lo tanto el grado de esfuerzo e implicación puede ser
diferente al nuestro, así como tener en cuenta que las otras personas
también tienen sus expectativas y estás pueden ser diferentes a las
nuestras.
Motivo 2:
El vocabulario que usamos en nuestro día a día, sobre todo aquel que
dirigimos hacia nosotros mismos. De esta forma, cuando usamos frases que
empiezan con “Tengo que…”, o “Debo…” inconscientemente nos sentimos
obligados o forzados a hacer algo. Frases como “no puedo…”, “no soy capaz…”,
“no tengo fuerza voluntad”, etc., repercuten directamente en la opinión que
tenemos de nosotros mismos y de nuestras capacidades. En ambas ocasiones la
sensación que provocamos vuelve a ser de infelicidad.
¿Qué hacer al respecto?
Cambiar las palabras “tengo que…” o “debo…” por “quiero … porque/para”
Por ejemplo, “Tengo que ir a trabajar” se convierte en “Quiero ir a
trabajar, para que al final de mes pueda pagar el colegio de mis hijos”, o
“Tengo que ir a comer a casa de mi suegra” por “Quiero ir a comer a casa de
mi suegra, por que me gusta ver a mi mujer feliz”.
Lo importante en estos casos es que sientas que actúas desde la libertad.
Que tú lo eliges!! Y es que, si tú no lo eliges, entonces ¿quién lo hace?
Cambiar las palabras “no soy …” por “hasta ahora no he sido …”
Por ejemplo, “no soy capaz de levantarme media hora antes para hacer
ejercicio” se convierte en “hasta ahora no he sido capaz de levantarme media
hora antes para hacer ejercicio”.
Esta nueva forma de hablarnos no anula nuestra capacidad para levantarnos
pronto y además deja la puerta abierta a la posibilidad de hacerlo si es que
queremos.
Motivo 3:
Dónde ponemos nuestra atención y energía. Con demasiada frecuencia nos
empeñamos en trabajar en aquello que no se nos da bien para superarnos,
alimentando en el proceso un sentimiento de mediocridad. Nos comparamos con
otros, fijándonos en todo aquello que deseamos y que ellos tienen, o nos
pasamos el día pensando en las cosas que nos gustaría tener o ser.
¿Qué hacer al respecto?
Tanto en el trabajo como en situaciones familiares y sociales, aporta
siempre aquello que te salga de forma natural, aquello con lo que disfrutes
haciendo. Usa tus fortalezas y aprende de ellas.
En vez de compárate con otras personas, reflexiona qué es lo que admiras de
ellas y qué puedes aprender. Y por último, échale un vistazo a tu vida de
vez en cuando y aprecia todo lo que ya hay en ella. Este ejercicio nos
ayudará a sentir plenitud y abundancia.
Motivo 4:
No nos aceptamos como somos, y cuando hacemos esto, nos estamos rechazando a
nosotros mismos. De esta forma pensamos que, al igual que nosotros
rechazamos ciertas cosas de nosotros mismos, otros harán lo mismo, y así nos
pasamos el día pretendiendo ser alguien que no somos con el fin de encajar y
sentirnos aceptados.
¿Qué hacer al respecto?
Aceptarse a uno mismo tal y como es. Así sentiremos que al igual que
nosotros nos aceptamos, los demás harán lo mismo. El trabajo por tanto
empieza por conocernos a nosotros mismos, reconocer nuestras fortalezas y
debilidades y aceptarnos.
Motivo 5:
Hacemos una montaña de un grano de arena. En ocasiones creamos de una
palabra, un gesto o una situación, una historia ficticia fundada en
asunciones o interpretaciones que no se corresponden con la realidad, y que
sin embargo se convierten para nosotros precisamente en eso, afectándonos a
nosotros mismos e incluso a nuestras relaciones.
También tendemos a centrarnos tanto en un problema que perdemos la
perspectiva del mismo haciendo que éste parezca más grande de lo que es en
realidad.
¿Qué hacer al respecto?
Tan pronto como tengamos conciencia de que estamos creando una historia
basada en una asunción, es decir, en una interpretación que sólo vive en
nuestra cabeza, debemos tener la valentía de contrastarla con aquella
persona o personas a las que afecta con el fin de asegurarnos de que es
cierta.
Además, es bueno hacer un ejercicio de alejamiento, o distanciamiento
virtual, de los problemas para poder así darles la importancia real que se
merecen dentro de nuestras vidas.
En conclusión:
Gran parte de la infelicidad que sentimos está provocada por nosotros mismos
y por lo tanto se puede evitar.
Algunas formas de evitar el sentimiento de infelicidad son:
- Quiérete tal y como eres, dándote tu verdadero valor.
- No te apegues a la idea que tienes del futuro, es sólo una de muchas
opciones.
- Centra tu atención y energía en tus fortalezas y foméntalas.
- Se consciente de las historias ficticias que se crean dentro de ti y evita
las asunciones.
- Usa palabras hacia ti mismo que apoyen tu potencial y libertad de
elección.
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