La paradoja Easterlin
La paradoja Easterlin
Texto:
http://crisisplanetaria.blogspot.com.es/2012/03/la-paradoja-de-easterlin.html
La paradoja de Easterlin
La paradoja de Easterling es un postulado del economista Richard Easterling
publicado en un artículo de 1974 titulado "Does Economic Growth Improve the
Human Lot? Some Empirical Evidence”. Easterling mostraba que la gente, dentro de
un país dado, con mayores ingresos tiene una mayor tendencia a afirmar que es
más feliz, sin embargo comparando los resultados de varios paises en los que las
necesidades básicas estaban cubiertas, el nivel medio de felicidad no variaba.
Desde un un punto de vista biológico la felicidad tiene una explicación
fisiológica, no obstante podemos definirla como un estado de emoción que
experimentamos asociado a una sensación de alegría y plenitud. La felicidad es
un proceso interior personal, en tanto en cuanto lo que a mí me haga feliz no
tiene porqué hacer feliz a mi vecino. Por tanto medir la felicidad a través de
índices me resulta más que llamativo. ¿Qué tipo de variables utilizamos, datos,
metodología?
De nuevo el inefable Xavier Sala i Martín sale al ruedo de esta paradoja como un elefante en una cacharrería para llegar a la conclusión de que la paradoja de Easterlin no existe. Por tanto, según Sala, también es un error el Índice de Desarrollo Humano creado por la ONU, cargando a continuación contra el movimiento ecologista con la misma demagogia barata que nos tiene acostumbrados, sin venir a cuento. Para desprestigiar la paradoja de Easterlin utiliza los datos de una macro-encuesta tipo Gallup y analizada por Justn Wolfers y Betsey Stevenson de la Universidad de Pennsylvania. Como es obvio se le olvidó mencionar a Sala en su artículo que Easterling respondió a esas críticas, afirmando que los datos empleados no eran correctos. |
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Índice de Rendimiento Medioambiental (Enviromental Performance Index, EPI) que
analiza 25 indicadores de una decena de políticas de un país que intervienen en
la sostenibilidad, la salud y el medio ambiente. En el EPI de 2010 sorprende ver
a EE.UU en el puesto 61 de 153 países.
Para Sala no hay mejor indicador para medir el progreso que el PIB o la renta
per cápita, eso es de “economistas serios”, lo demás son tonterias. La realidad
es mucho más compleja, hay economistas mas serios que Sala i Martín. En 1992 Al
Gore, persona “seria”, (vicepresidente de Estados Unidos en la etapa Clinton),
aunque no goce de mis simpatías, publicó “La Tierra en juego” donde criticaba el
PIB como indicador de progreso, creía firmemente en la necesidad de modificarlo
debido a la habilidad de nuestros sistemas económicos, según Gore, en disimular
los efectos negativos del capitalismo, las llamadas externalidades económicas
negativas. Esa crítica al PIB es compartida por multitud de economistas “serios”
que no tienen ceguera parcial como Xavier Sala i Martín. Tras el desarrollo del
Índice de Progreso Genuino en 1995, más de cuatrocientos economistas
influyentes, incluidos premios Nobel, declararon que el PIB era engañoso e
inadecuado como medida de prosperidad real, al no considerar los costes sociales
y económicos.
Volviendo al tema de los indicadores de “felicidad” o económicos, ni mención en
el artículo de Sala i Martín a la Huella Ecológica , Índice de Progreso Genuino, Environmental Performance Index , etc. Tomemos como ejemplo el Índice de
Progreso Genuino, nos indica que a partir de un cierto nivel de ingresos no
parece existir correlación positiva entre crecimiento económico, por un lado, y
evolución del bienestar por otro.
Otro índice de desarrollo alternativo también
olvidado por Xavier Sala i Martín, es The Happy Planet Index , realizado por la
New Economics Foundation (NEF) utilizando tres indicadores: esperanza de vida,
satisfacción por la vida y huella ecológica. Es índice intenta medir la relación
entre depredación de recursos naturales y satisfacción de la gente. La
conclusión es clara, aunque en los países ricos es donde las personas afirman
presuntamente vivir de una forma “más feliz”, la otra cara de la moneda nos dice
que son las sociedades más insostenibles. Al mismo tiempo otros países menos
ricos y con una huella ecológica mucho menor tienen buenos niveles de salud y
satisfacción. Algunos de los países que mejor puntúan en la clasificación, en
los primeros puestos, son latinoamericanos, como Costa Rica, Colombia, Panamá,
etc.
Por otro lado USA está en el puesto 150, España en el 87 y Zimbabwe en el
furgón de cola. No será cierto, por ejemplo, que en Colombia el ser feliz no
tiene porqué implicar necesariamente disponer de dinero y bienes en abundancia.
Si bien medir la felicidad es prácticamente imposible, evidentemente es algo
subjetivo ¿por qué los habitantes de Colombia van a ser más infelices que los
estadounidenses? ¿Acaso en Colombia la comida, la música, sus gentes, sus
paisajes, su biodiversidad, sus montañas, sus valles y su alegre y festiva forma
de vivir es inferior a la American Way of Life?
PIB (Producto Interior Bruto) versus Progreso Genuino USA 1950-2000. Comparación
para EE.UU del producto nacional bruto (GDP) y el Indicador de Progreso genuino
(GPI). En $ del año 2000. Esta gráfica nos indica que a partir de un cierto
nivel de ingresos no parece existir correlación positiva entre crecimiento
económico, por un lado, y evolución del bienestar por otro
Hay algunos datos que el economista “estrella”de los medios neoliberales Sala i
Martín no menciona pero que aportan datos interesantes, la Organización Mundial
de la Salud publicó en 2005 una lista de países por su tasa de suicidio : Rusia
en el número 1, Japón en el 6, Bélgica en el 10, Finlandia en el 11, Suiza en el
15, Francia en el 19, Alemania en el 28, Canadá en el 35 y USA en el 45, por
otra parte y esto es lo importante Costa Rica, Colombia y Panamá en los puestos
66, 75 y 74 respectivamente, de un total de 100. Viendo estos datos, paradojas
de la felicidad, no parece que los costarricenses, colombianos o panameños sean
más infelices que los norteamericanos protegidos por el paraguas de su enorme
PIB y renta per cápita, sin olvidarnos de su extremada huella ecológica. El
estilo de vida americano no deja de ser un modo de vida insostenible, por tanto
un bien posicional no trasladable al resto de la humanidad.
Ronal Colman, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia y
director del GPI Atlantic se preguntaba en “Measuring real progress”: “¿Están
mejor los ciudadanos de Estados Unidos de Norteamérica como resultado de décadas
de crecimiento contínuo? Ciertamente muchos de ellos tienen casas más grandes y
más automóviles. ¿Son más felices? Una encuesta recientemente efectuada en USA
comprobó que el 72 % de los ciudadanos tienen más posesiones que sus padres pero
sólo el 47 % expresó que eran más felices que sus padres. Tan sólo Bill Gates
posee más riqueza que el 45 % más bajo de los hogares USA juntos ¿Es esto
progreso?.”
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