10 causas de infelicidad
10 causas de infelicidad
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La búsqueda de la felicidad ha sido una de las principales preocupaciones
del ser humano desde que tomamos conciencia de nuestra existencia. Su
estudio fue uno de los pilares de la ética en Grecia y ha sido, y sigue
siendo, una preocupación fundamental de filósofos y psicólogos. Aunque el
debate nunca se apagó del todo, la psicología recogió el testigo de la
filosofía y enfocó los estudios sobre la felicidad desde un punto negativo.
Los psicólogos se centraron en estudiar los aspectos patológicos del ser
humano y se olvidaron de los aspectos positivos, de estudiar aquello que nos
hace más felices.
La psicología positiva es una nueva corriente de pensamiento que estudia las
bases del bienestar psicológico y de la felicidad. Covadonga Chaves, miembro
de la Sociedad Española de Psicología Positiva, cree que nuestra sociedad
está equivocada sobre el concepto de felicidad. En su opinión, “la felicidad
no es algo que se pueda alcanzar, no es una meta, es un estado, una
emoción”. La psicología positiva pide un cambio de concepto: la felicidad es
algo que se debe cultivar día a día, no una meta absoluta. Para ser más
felices tendremos que reforzar los aspectos positivos de nuestra vida y
erradicar los negativos. Estas son las diez causas más comunes de la
infelicidad que deberemos combatir para ser más felices.
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1. La envidia
La envidia, y por extensión los celos, es una de las causas más comunes de
la infelicidad. Por lo general, somos envidiosos al ver como los demás
logran metas que nosotros no hemos conseguido alcanzar, lo que provoca en
nosotros una frustración. Si tu amigo tiene éxito, celebra su victoria como
propia. Si tu enemigo tiene éxito, recuerda que los celos son
contraproducentes e inútiles y se limitan a extender el poder del enemigo
sobre ti. Chaves recomienda, en cualquier caso, buscar relaciones positivas
y evitar aquellas amistades conflictivas que provocan frustración y
malestar. En definitiva: “Hay que rodearse de personas que te hagan sentir
bien”.
2. La manía persecutoria
Es la sensación de estar siendo perseguido por fuerzas incontrolables. En
ocasiones esto se convierte en una enfermedad, llegando a causar
esquizofrenia, pero en la mayoría de los casos se trata de la sensación
puntual, o transitoria, de que “todo el mundo está en contra tuyo”. Es un
clásico en los niños, generalizado en el eterno “la profe me tiene manía”,
pero muchos adultos lo padecen a diario en menor o mayor grado. La solución
de esta causa de infelicidad pasa por reconocer que la persecución es
irrelevante, ya que sólo uno mismo controla el resultado de su vida. Todas
las personas encuentran obstáculos en su camino; el éxito y el fracaso
dependen de la capacidad de cada uno para superar los obstáculos, no de las
fuerzas incontrolables que, supuestamente, nos ponen la zancadilla. Los
seres humanos tenemos una creencia básica sobre el mundo, queremos que sea
justo, también con nosotros. Cuando nos encontramos con experiencias
negativas tendemos a pensar que “el mundo está contra nosotros”, algo que no
deja de ser un pensamiento paranoico.
3. La negación de responsabilidades
La capacidad de asumir responsabilidades, según explica Chaves ,se conoce en
términos psicológicos como “el control”, y es una necesidad básica del ser
humano cuya ausencia provoca infelicidad. No podemos controlar todo lo malo
que nos sucede, pero sí controlar cómo reaccionamos a esas cosas malas.
Escurrir el bulto y “hacer como que nada ha pasado” es una decisión, además
de cobarde, poco acertada. Negar la responsabilidad sobre algo que hemos
hecho incorrectamente solo acrecienta nuestra infelicidad, así como el hecho
de no reconocer que algo malo nos ha pasado. Hay que enfrentarse a los
problemas.
4. El perfeccionismo
Aunque todos queremos hacer las cosas lo mejor posible, hay momentos en los
que nos colocamos metas demasiado altas. Por muy buenos que seamos, no todo
puede ser perfecto. Si nuestras expectativas son demasiado elevadas siempre
fracasaremos y seremos infelices. La perfección es, en la mayoría de los
casos, inalcanzable y nunca resulta necesaria.
5. El razonamiento excesivo
El razonamiento excesivo es una de las causas más comunes de la infelicidad.
“Comerse el tarro” o “rallarse” son las expresiones coloquiales más
utilizadas para expresar un problema habitual: la tendencia a
sobredimensionar determinados problemas. El hombre tiene una asombrosa
capacidad para razonar pero a veces esta habilidad se vuelve en nuestra
contra. Si llegamos a la conclusión de que un problema no puede ser
solucionado a base de lógica y razón, lo mejor es dejarlo pasar. Hay que
encontrar un equilibrio entre lo emocional y lo racional. Las personas
impulsivas tienden a no pensar antes las cosas, pero las personas demasiado
racionales necesitan actuar más y pensar menos.
6. El negativismo
El negativismo es la principal causa de una de las enfermedades más
extendidas en la sociedad moderna: la depresión. No hay vuelta de hoja: todo
lo que nos rodea puede tener una lectura en negativo. Si no buscamos una
lectura optimista de las cosas la infelicidad nos acompañará en nuestro día
a día. Chaves nos da un consejo: “Por cada cosa negativa que nos ocurre
podemos encontrar tres positivas, así podremos escorar la balanza hacia el
lado de la felicidad”.
7. La percepción negativa de las acciones ajenas
En la sociedad actual tendemos a concebir las acciones de las personas con
las que tratamos como una amenaza a priori. Si alguien llama a la puerta de
nuestra casa lo primero que pensamos es que va a intentar vendernos algo que
no queremos. Esto se puede trasladar a todas las facetas de nuestra vida y
es algo muy común en algunos lugares de trabajo, dónde se crean climas
propicios para pensar que todos nuestros compañeros quieren ponernos la
zancadilla. Hay una gran diferencia entre la ingenuidad y la desconfianza
continua y no hace falta situarse en los extremos. Siempre que sea posible,
hay que dar a la gente el beneficio de la duda.
8. La baja autoestima
Es esta una de las causas más estudiadas de la infelicidad. Si no sabemos
valorarnos a nosotros mismos como lo que realmente somos, sin prejuicios,
siempre habrá algo de que culparnos y, por lo tanto, nunca seremos felices.
Elevar la autoestima pasa por reconocer nuestros logros y cualidades
positivas.
9. La baja autoeficacia
La autoeficacia es un término psicológico de reciente creación, articulado
por el doctor Albert Bandura en 1977. Consiste en la confianza y convicción
de que es posible alcanzar los resultados esperados para cada meta
propuesta. Para superar la baja autoeficacia es necesario dominar las
habilidades necesarias para alcanzar cada objetivo propuesto. En definitiva:
todas las metas, mientras sean realistas, son alcanzables mediante la
práctica y la constatación de que es posible lograr los objetivos
propuestos.
10. La ausencia de sentido vital
La búsqueda del sentido de la vida ha sido la principal preocupación de
religiones y filosofías. La caída de las grandes ideologías y el declive de
las religiones ha provocado una ausencia de sentido vital. Chaves recomienda
plantearse cuestiones como "¿si hoy fuera el último día de mi vida haría lo
que he hecho hoy? O "¿cómo me gustaría que me recordaran?" Hay que darle un
sentido mayor a las cosas que realizamos a diario.
Fuente: El confidencial
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