11 consejos infalibles para atraer la infelicidad
11 consejos infalibles para atraer la infelicidad
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1. Mienta y/o engañe (se). Los grados y la frecuencia son casi
irrelevantes.
“El que dice siempre la verdad, no necesita recordar nada”. Como hemos
nacido en una sociedad que propicia la mentira, simplemente a medida que
crecemos, nos acostumbramos a replicar el modelo por lo que no sólo vamos a
convertirnos en unos gestores ocasionales de mentiras, sino lo que me parece
más grave, es que nos tragamos las mentiras que otros nos cuentan y que
también están replicando el modelo. No se asuste, el modelo se replica, la
mayor parte del tiempo, por ignorancia, no por maldad.
2. No se ame a sí mismo. Es un mecanismo altamente eficiente que ahoga la
luz del alma.
Si no se ama a sí mismo, no sólo aceptará las mentiras que le cuentan otros,
sino que además usted proveerá su vida de elementos poco gratificantes que
no le ayudarán a darse cuenta del bello y poderoso ser que es. Si no se ama
a sí mismo permitirá que el sistema imperante lo drogue con mecanismos que
adormecerán su conciencia y creerá que el fin más elevado de su vida es ver
ganar al “Tricolor de Buenas Peras” el campeonato de fútbol u obtener la
última “papita tecnológica” que, por cierto, al momento de salir al mercado,
ya está obsoleta.
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3. Sea agresivo y descalificador.
Con esta actitud usted se asegurará de que su ego lo controle a usted y
se transforme en esclavo de una falsa creencia de superioridad, totalmente
inexistente.
Descalificar, desacreditar y agredir, por el medio que sea, sólo creará en
usted las condiciones para que otros se permitan igual actitud con usted y
así toda la luz, el amor, la belleza y la paz que son inherentes al alma
humana -la suya también- serán pisoteadas con la total anuencia de su
voluntad. No es posible quejarse y reclamar por lo que nos ocurre si hemos
actuado del mismo modo que nos han tratado.
4. Siga al Gurú de turno.
Gaste mucho dinero para realizar todos los cursos, talleres, seminarios
y conferencias que se ofrecen o acuda a todos los movimientos, establecidos
o alternativos, que le ofrecen un lugar preferencial en el plano sublime.
Busque afuera de usted la clave para iluminarse y ser feliz.
No hay mejor maestro de su vida que usted mismo, nadie más que usted sabe lo
que le pasa. Observe a las personas que llegan a su vida y antes de querer,
en algunos casos, irse a la cama con ellas, evalúe lo que le fascina y lo
que no, pues eso es lo que está en usted y que debe aún trabajar para
despertar. El otro es un espejo que nos muestra lo que aún está pendiente
dentro de nosotros. Así como la Divinidad no puede verse a sí misma sino
sólo experimentarse, así nosotros nos experimentamos a través del espejo que
el otro es. Como es adentro, es afuera.
5. No vea ni escuche a otros, el mundo es sólo usted. Sea fiel al lema:
“Hay dos maneras de hacer las cosas, la mía y la equivocada”.
La Divinidad no excluye, no esconde ni censura. En su presencia – que es
total y permanente – hay espacio absoluto y válido para todas las opiniones,
argumentos y miradas por lo que sólo la arrogancia humana (anidada en la
ignorancia de lo que somos) hará callar a otros y nos hará creer que unos sí
y otros no; que los grises son superiores a los celestes y los Alfa mejores
que los Omega. El no ver al otro es fomentar la idea de castas por lo tanto
perpetuar el mismo sistema que nos ha “regalado” la ilusión de la
separación.
6. Nútrase del miedo.
Mire mucha televisión, es más, dependa de ella para su información y no
busque medios alternativos que relatan otra visión que complementa y amplía
la mirada de los medios tradicionales. Preste atención a los crímenes,
accidentes, desastres tanto nacionales como internacionales para así tener
la sensación de que hay que entregarle el poder de nuestra paz, serenidad y
seguridad a una fuente externa a nosotros que nos restrinja libertades con
la excusa de que es para nuestro mayor bien.
El bello y poderoso ser que somos, cada uno de nosotros, no necesita
protegerse de nada ni de nadie, sólo despertar al amor incondicional para
tomar el control de su propia y mágica existencia. Vivir en el miedo es
fomentar la mentalidad militar de la que tanto daño hemos recibido y
entregado. Cada nuevo artista es un soldado menos.
7. No lea libros, quémelos.
Hay múltiples instancias documentadas al respecto en la historia y
gracias a la Divinidad, algo de cordura ha imperado.
Si no lee ¿Cómo descubrirá e integrará las múltiples realidades que hay
fuera de usted, más alejadas de su metro cúbico? ¿Cómo aprenderá que la
realidad es un consenso atávico en el cual encarnamos y que varía de época y
cultura? Antiguamente se decía que uno de los deseos a cumplir antes de
trascender era escribir un libro. Qué maravilla dar a conocer, compartir,
aquella experiencia o conocimiento que le costó tanto aprender. ¿Por qué no
regalarla – a un módico precio – al mundo? Si usted no lee, por el “Efecto
Mariposa” ayudará a que otros en el planeta no lean, pero si lee, le puedo
asegurar que casi ya no existirán los incendios. Un libro es una forma de
legado, es el alma plasmada del poeta o la revelación del filósofo .
Escribir un libro es escribir de Dios, cómo no leerlo.
8. Haga todo con culpa.
Esto nunca falla. Le informo que funcionando de esta manera hará un camino
rápido y seguro al lado oscuro del corazón, abrazando el victimismo como su
gran estandarte. Culpe a otros de su “tragedia” y cúlpese usted por la
desgracia de otro.
Solamente uno es dueño de su propio destino, el cual es creado a cada
segundo, haciéndonos responsables por él. Las decisiones que se tomen, si
son en consciencia, no crearán culpa pues proveerán un bien mayor. Nadie es
herido por lo externo a él sino por lo que hay en si mismo. Ser víctima es
una elección, un modo de manipulación, pero no lleva a despertar la
conciencia sino tan sólo a perpetuar la tristeza.
9. Deje que otros decidan por usted.
Es decir, no se haga cargo de su vida. Otro, cualquiera, sabe mejor que
usted lo que requiere para ser feliz, por ello usted sólo consuma lo que los
medios le hacen creer que necesita, la lista es amplia y se nutre cada día.
Nadie puede vivir su vida más que usted mismo, tomar decisiones, acertar,
equivocarse, reír, llorar, caminar, amar, sentir, acariciar. ¿Quién puede
explicarle a su alma lo que es el amor sino ella misma experimentándolo a
través de su cuerpo? Usted es su propio dueño, responsable, sabio y alerta,
no crea en nadie más que en usted mismo, cuestione, experimente y decida, es
su derecho que le otorga la libertad de su ser.
10. Ignore el pasado propio y colectivo.
“Si no quieres repetir el pasado, estúdialo” decía por ahí Baruch Spinoza
(1632 -1677) filósofo holandés. Esto es tan válido para las instancias
familiares-personales como para el colectivo social.
Si ignoramos la historia es fácil repetir patrones que nos mantienen la
conciencia dormida. Si no escarbamos en las profundidades de nuestra
historia personal o familiar repetiremos, generación tras generación, los
mismos eventos con distintos escenarios y así no cortaremos el ciclo kármico
(lo que está pendiente) que nos sostiene en este plano de conciencia. Si no
estudiamos la historia Universal, le cerramos la puerta a la diversidad, al
enriquecimiento espiritual y al entendimiento de que lo que hoy somos es
producto de la creación colectiva anterior que hicimos nosotros mismos
encarnados en otros cuerpos. Si olvidamos este hecho, no entenderemos por
qué representamos este papel en esta encarnación.
11. No se ría y amárguele la vida a otros.
“Nadie es tan pobre como para no regalar una sonrisa, ni tan rico como para
no recibirla”, dicen por ahí.
Al parecer, en este planeta los únicos que reímos somos los humanos,
entonces, utilicemos este gratuito tratamiento de belleza a diario.
Cualquier momento es bueno para reír. Es tan corta la existencia que
malgastarla en amarguras sólo debilita nuestro corazón, restándole fuerzas
para aprender a amar. Vinimos a ser felices y no a cumplir las metas de
venta de “herraduras para ciempiés” que poco aportan al despertar de la
consciencia y a conectarse con los planos más sublimes. Aprenda y comparta
un chiste cada día y ríase mucho de usted mismo, ya que usted es el mejor
humorista que hay.
No me crea, experimente, obsérvese y luego conquiste su libertad. En mi caso
– que sólo me atañe a mí – cada consejo que doy, fue un aprendizaje, un
maestro riguroso que ayudó en mi despertar, un camino común que no acaba. Si
usted despierta, ayuda a que otro ser despierte en el planeta. Regálenos sus
“despertares”.
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