Fluidez y bienestar psicológico.

Creado: 31/5/2012 | Modificado: 30/1/2013 3516 visitas | Ver todas Añadir comentario



Fluidez y bienestar psicológico.

Texto: http://vcongresopsicologia.seadpsi.com.ar/trabajos/e15.6-000396-11-10-11_21-26-11.pdf

Título: Análisis de la relación entre Experiencias de Fluidez y Bienestar Psicológico  en adultos jóvenes y mayores.
Autora: Sabatini, María Belén.

Introducción:

La Psicología Positiva ha realizado valiosos aportes para la comprensión de las  emociones positivas. Entre sus desarrollos se ha distinguido el estudio de tres grupos de emociones, según su orientación:

Grupos de emociones.

1) aquellas que hacen referencia al pasado, como la gratitud, el perdón, la satisfacción, la complacencia, el orgullo y la
serenidad,
2) las que presentan una proyección a futuro, como el optimismo, la esperanza, la fe y la confianza
3) las que describen emociones positivas centradas en el presente, como la alegría, el éxtasis, la tranquilidad, el entusiasmo, la euforia, el placer y la gratificación (Seligman, 2003).
 


Dentro de este último grupo se realiza  una especial distinción entre el placer y la gratificación debido a que los placeres
tienen un claro componente sensorial y emocional, son efímeros e implican muy  poco o nulo pensamiento, mientras que las gratificaciones son descriptas como un  estado emocional duradero que se obtiene del compromiso en actividades y  situaciones en donde son puestas en marcha nuestras fortalezas y virtudes.

Siguiendo esta misma distinción, en los estudios acerca del bienestar, se ha  diferenciado entre el enfoque hedónico, en donde el bienestar es entendido como la  obtención de placer y evitación del dolor, y el enfoque eudaimónico, centrado en la  autorrealización, el desarrollo del potencial humano y el funcionamiento psicológico  pleno.

Respecto a estos grandes enfoques se ha planteado que la perspectiva  hedónica ha sido representada durante mucho tiempo por el concepto de bienestar  subjetivo, mientras que el enfoque eudaimónico estaría mejor representado por el
concepto más reciente de bienestar psicológico, entendido como la valoración que  realizan las personas sobre sus vidas.

Este constructo multidimensional incluye aspectos como: apreciación positiva de sí mismo, capacidad para manejar de forma  efectiva el medio y la propia vida, calidad de los vínculos personales, sentido de la vida, aceptación de sí mismo y autodeterminación (Ryff & Keyes, 1995; Casullo, 2002).

De esta manera, el placer puede ser identificado con el enfoque hedónico, y  la gratificación con el enfoque eudaimónico al no poder derivarse del placer corporal  y sensorial sino de la puesta en práctica de habilidades, fortalezas y virtudes.

Experiencias de flujo.

Cuando las personas se involucran en actividades que implican el uso de recursos y  alcanzan en ellas el equilibrio justo entre las habilidades percibidas y los retos que la  situación presenta, describen esta experiencia de un modo particular y diferente de  la obtención de placer.
 


Esta vivencia fue estudiada en profundidad por Csikszentmihalyi (1975, 1996, 1997, 1998 y 1999), quien la denominó Experiencias de Fluidez, en alusión al modo en que los individuos describen este especial estado psicológico. El mismo está caracterizado por la inmersión completa en la actividad, niveles de concentración elevados, ausencia de distractores, sentido distorsionado del tiempo, disminución del registro de los procesos internos y sensación de disfrute al finalizar la actividad.

Estas experiencias pueden producirse en cualquier circunstancia, siempre que las capacidades de las personas y las oportunidades de acción del medio coincidan debidamente. Esta interacción óptima es típica en condiciones donde las personas se implican voluntariamente en actividades diseñadas para ser agradables, como los  deportes, juegos, espectáculos y actuaciones artísticas o religiosas.

Pero lo que este  autor señala es que la actividad y la experiencia son independientes una de la otra.  Así el mejor entretenimiento puede resultarnos aburrido y el trabajo más rutinario  puede ser divertido. De este modo, resulta imposible explicar la calidad de la  experiencia en referencia a uno solo de estos factores -las condiciones objetivas del  entorno o la persona- , sólo la interacción de ambos producirá un tipo de vivencia  que podrá acercarse al aburrimiento, la ansiedad o la fluidez, de acuerdo al modo  en que se produzca la interacción.

Una de las contribuciones de la teoría del flujo ha sido cambiar la atención de los  investigadores, interesados por los procesos motivacionales, desde los aspectos de  causalidad a los factores implicados en las consecuencias. Para este autor, no  consiste tanto en comprender qué justifica una conducta determinada sino más bien  en saber qué recompensa psíquica aporta.

El primer antecedente en torno a las experiencias de fluidez en personas mayores  corresponde a una investigación realizada a partir de un grupo reducido -36  entrevistados- de personas mayores coreanas. En esta investigación se encontró  que, aunque todos los sujetos coincidían en la posible existencia de esta forma de  experiencia, sólo el 33% lo reconocían en su vivencia personal. El autor concluye  que el bajo porcentaje puede deberse a factores culturales, debido a la posible  interpretación literal de las citas que componen el instrumento. En esta investigación  se recogieron 15 actividades diferentes –como productoras de dicha experiencia-  que correspondían a tres grandes categorías: actividades productivas (como el trabajo y las actividades domésticas), ocio y actividades religioso-educativas. La  principal diferencia entre géneros se debía básicamente a que los hombres  mencionaban con mayor frecuencia las actividades de ocio, mientras que las  mujeres mencionaban las actividades domésticas como generadoras de dicha  experiencia.

Estos resultados son similares a los hallados en investigaciones recientes, en las que se observó que el tipo de actividad en que las personas experimentan fluidez difiere en función del género y de la edad (Sabatini & Arias, 2009a, 2010). Por último, volviendo a la investigación mencionada, se encontró una  relación significativa entre la satisfacción vital y la frecuencia de experiencias de  fluidez, sobre todo entre el grupo de mujeres. Asimismo, se señala la importancia de
incluir en el estudio acerca de estas experiencias, la ocurrencia de vivencias similares aunque menos intensas (Csikszentmihalyi, 1998).

En este sentido, en  estudios recientes se observó la presencia de este tipo de vivencia, en las que se  conservan las características fundamentales de la Fluidez aunque no se  experimentan con tanta intensidad, a éstas se las denominó como Experiencias de  Fluidez incompletas (Sabatini & Arias, 2009b).

Bienestar psicológico.

Con respecto al Bienestar Psicológico las investigaciones señalan que el crecimiento  personal y los propósitos de vida decrecen con el tiempo, mientras que el dominio  medio ambiental y la autonomía se incrementan en la adultez tardía y vejez.

Estos  hallazgos sugieren que el significado o la experiencia subjetiva de bienestar cambian  a lo largo de la vida. También encontraron, en entrevistas realizadas a adultos  medios y más viejos, que tanto los hombres como las mujeres consideraban a las  buenas relaciones con otros, como uno de los más importantes aspectos de su  bienestar psicológico (Ryff, 1989; Ryff & Keyes, 1995).

Investigaciones recientes en  las que se exploró este constructo en personas jóvenes y mayores arriban a  resultados similares. En estos estudios se observó que las personas mayores  obtenían puntajes más elevados en las dimensiones aceptación/control, autonomía y  vínculos en comparación con personas jóvenes, mientras que en la dimensión que  evalúa proyectos los puntajes disminuían en el grupo de mayor edad (Arias, & Soliverez, 2009).

A partir de los resultados hallados interesa destacar algunos aspectos en relación a  las variables estudiadas y su relación. En cuanto a los promedios observados en los  puntajes del Bienestar Psicológico y sus diferencias entre los dos grupos de edad,  estos siguen la misma tendencia observada en las investigaciones precedentes que  fueron mencionadas, en las que se indica el aumento en los promedios del  Bienestar Psicológico en el grupo de personas mayores, exceptuando la dimensión  proyectos en la que, por el contrario, se observa una disminución de su promedio en  este grupo.

Asimismo, se destaca el aumento significativo en los puntajes de ésta dimensión  para el grupo de personas que refieren tener Experiencias de Fluidez. Con lo cuál se  concluye en la importancia de este tipo de experiencias para el sostenimiento de  metas y proyectos a lo largo de la vida.

En este sentido, Csikszentmihalyi (1975) manifiesta que el producto efectivo de la  experiencia de fluidez es el disfrute y que aquellas personas que lo alcanzan  deberían sentirse mejor consigo mismas, sentir mayor control sobre su mundo y ser  menos dependientes de las recompensas extrínsecas. Esto parece confirmarse  para el grupo de las personas mayores debido, grupo de edad en el que la implicación profunda en una tarea, el desafío y fundamentalmente el placer y el  gusto por la actividad parecen adquirir valor, aumentando la confianza, la creatividad  y la autoestima.

Asimismo, la amplia variedad de actividades en que las personas mayores  experimentan este estado nos permite inferir que, si bien en la vejez, se pierden  algunos roles u obligaciones, estos pueden ser redefinidos y ampliados hacia  nuevas actividades que permiten, al igual que en otras etapas de la vida, el disfrute y  el compromiso pleno, haciendo uso de variados recursos y fortalezas. Esto da  cuenta de la flexibilidad de las personas mayores, en contra de los estereotipos y las  constricciones sociales basadas en la edad.

Como sostiene Iacub (2001), las edades, en la actualidad, aparecen en plena  transformación, buscando su expansión máxima, redescubriendo sentidos variables  del tiempo y de lo que queda por vivir. De esta manera el ocio aparece no solo como  descanso sino como ocupación que da lugar al ingenio personal, al disfrute y a la  búsqueda de nuevas y mejores experiencias.

El envejecimiento poblacional y el alargamiento de la vida nos convocan a seguir  pensando nuevas y mejores formas de envejecer y de planificar este tiempo de la  vida en donde el disfrute parece ser más la regla que la excepción.





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