Para que tus hijos lean
Para que tus hijos lean
Texto:
http://blogs.lainformacion.com/treintaymuchos/2012/03/16/quieres-que-tus-hijos-lean-lee-estos-consejos-y-evita-estos-errores/
¿Quieres que tus hijos lean? Lee estos consejos y evita estos errores
Catedrático jubilado. Cuarenta y tres años de experiencia docente le
contemplan. De él recibí el siguiente consejo antes de que mis niños
empezaran primaria: “haz que tus hijos lean, que disfruten de lo que lean y,
lo más importante, que entiendan lo que lean”.
He consultado algunas fuentes, hablado con maestros, leído algunos libros y
unos cuantos artículos. Además, he anotado cuidadosamente mi propia
experiencia personal, nutrida de algún acierto… y de bastantes errores
(espero que corregidos a tiempo, pues no habían cumplido los ocho). Por
ejemplo:
|
- Obligar a leer.
Gran error. Hay que conseguir que el niño lea por su
cuenta. Eso sólo puede lograrse si asocia la lectura a un buen rato, a una
satisfacción. Y tal cosa ocurre mejor en un entorno de libertad. Que lea,
sí, pero porque le gusta y le da la gana.
- Afligirse porque el niño empieza primaria sin leer ni papa.
Cada niño tiene
su edad, su ritmo. Que un hermano mayor haya aprendido con 5 años no
convierte en tonto al menor que con 6 apenas deletrea las palabras. Los
expertos dicen que hasta los siete años un niño no tiene por qué saberlo
todo. (Relacionado con esto, recomiendo este artículo de El País)
- Usar la lectura como castigo.
“Si no te comes la sopa te mando a tu cuarto
a leer”. La fastidiaste. Ni comerá ni leerá. Y si te empeñas en ello, el
niño identificará la lectura con el castigo.
- Insistir en que lea los cuentos que a él/ella no le gusta.
¿A ti te
gustaron cuando tenías su edad? Pues a él/ella no tienen por qué.
- Exigirle que termine un libro que ha dejado a mitad porque le aburría.
- Darle la brasa con sermones sobre la importancia de la lectura.
¿Qué
diantres le importa un niño que la lectura “sea el alimento del alma, la
gimnasia del espíritu, la base de la formación” o cursilerías semejantes?
Ahórratelas.
Consejos.
Y ahora, unos consejos que dan resultado. He tratado de llevarlos a la
práctica y, la verdad, funcionan.
- Los fines de semana, compra tebeos con él/ella. Que pueda elegir lo que le
gusta. Y cuando hablo de elegir me refiero a eso: comparar entre tebeos o
libros y decidir cuál le gusta más (seguramente le gustará más de uno).
Conviene dejarle con ganas de más: “te compro hoy este y, si te portas bien,
la próxima semana te compro otro”)
- Acércate al departamento infantil de las librerías y déjales en libertad.
Es un buen plan de paseo los días de lluvia o mucho frío. Que busquen, que
husmeen y que miren lo que les apetezca, aunque luego no compres nada. No te
sientas gorrón. Te aseguro que la librería amortizará la visita tarde o
temprano. Con tu dinero o con el suyo.
- Si en esa visita a la librería se enamora de un libro, no se lo compres de
inmediato. Ponles un reto para que se lo ganen, o diles que es muy caro y le
pagas la mitad. Que la otra la saque de su hucha.
- Para hijos un poco más creciditos: digan, lo que digan: la prensa deportiva
es un gran aliado de la lectura de niños y adolescentes (pero, eso sí, antes
tira las fotos subidas de tono y los anuncios de prostitución, que por
desgracia aún siguen existiendo).
- Si les ha gustado un libro o cuento o historia, interésate por ella; pídele
que te la cuenten, hazle preguntas. Leer no consiste en verbalizar, sino en
comprender un mensaje. Uno ha entendido algo cuando puede explicarlo con sus
propias palabras. Ejercicio imprescindible y que requiere mucha paciencia
paterna (como les emocione una historia y vean que alguien les hace caso,
hay niños que pueden estar horas hablando solos).
- En las entrevistas con su profesor, no olvides hablar de la lectura en
casa. Conviene que los maestros están informados de sus intereses; además,
siempre podrá ofrecer un buen consejo para estimular al niño.
- Si le ha gustado una película, sugiérele un libro sobre esa misma película.
He de advertir que alguna de mis fuentes no está de acuerdo con este
consejo, pero en mi caso particular la experiencia ha sido positiva; de modo
que lo dejo sólo como sugerencia.
- Revisa los contenidos. Hay cómics que a simple vista parecen inofensivos
pero su lectura resulta desaconsejable incluso para los adultos.
- Y, aunque parezca de perogrullo, revisa la vista de tus hijos: hay niños
que no leen porque, simplemente, no ven bien. Hablo por propia experiencia.
Una revisión al año no hace daño, sobre todo a estas edades.
Una última reflexión, que he escuchado más de una vez: de la misma forma que
no debemos obsesionarnos si un hijo no lee con seis años, debemos alarmarnos
mucho si no lee nada, por propia iniciativa, con nueve o con diez. Recuerda
que, al menos hasta los dieciséis, la mayor parte de la vida académica se
resume en lo mismo: leer y entender, leer y entender, leer y entender.
(Para ampliar más sobre este asunto, me ha gustado un libro práctico e
interesante: “Cómo hacer hijos lectores”, de la colección “Hacer Familia”).
Nota del autor:
Predica con el ejemplo. Los niños son esponjas si te ven
leyendo, es fácil que te imiten.
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