La sociedad requiere educación y moral
	
	 La sociedad requiere educación y moral
 
	La sociedad requiere educación y moral
	 
	Texto:
	https://escuelaconcerebro.wordpress.com/2012/06/24/la-sociedad-requiere-educacion-y-moral/ 
	
	Introducción
	
	Estamos incidiendo continuamente en que no educamos para facilitar buenos 
	resultados académicos, sino para que estos resultados se obtengan fuera del 
	entorno escolar, es decir, abogamos por una educación que nos permita 
	afrontar los problemas que nos depare la vida y así poder ser felices. 
	Evidentemente, el entorno social condiciona nuestras respuestas individuales, pero las contribuciones individuales también son capaces de 
	modificar el funcionamiento global. Somos conscientes que existe un 
	descontento generalizado sobre las actitudes y comportamientos de muchos de 
	nuestros representantes sociales, económicos o políticos. En una reciente 
	entrevista, el ex diputado Manuel Milián comentaba lo siguiente: “En 
	política actual triunfan los oportunistas y mediocres. No es una crisis 
	política sino una crisis moral.”1 O leemos al filósofo José Antonio Marina, 
	creador de un nuevo proyecto educativo2, proponiendo una educación renovada 
	que parte de los descubrimientos recientes de la neurociencia y establece un 
	auténtico proyecto moral. Como observamos, el concepto de moral aparece muy 
	a menudo. 
	 
| Y no constituye ninguna sorpresa porque somos seres sociales y la 
	moral representa todo un conjunto de valores y normas que rigen el 
	comportamiento humano, permitiendo resolver problemas de convivencia y 
	posibilitando así la vida social. Para facilitar nuestro progreso, hemos de 
	aprender a tomar las decisiones adecuadas sin temor al error, que forma 
	parte del proceso de aprendizaje. Pero, ¿están influidas estas decisiones 
	por rasgos morales que se han consolidado en nuestro inconsciente como medio 
	adaptativo? | 
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	En el siguiente video, Karen Wynn (ya apareció al hablar del sentido 
	numérico innato que tienen los bebés, en el artículo sobre matemáticas y 
	neurociencia, ver este
	
	enlace) realiza unos experimentos con niños de diecinueve meses en 
	los que se demuestra que ya son capaces de diferenciar las buenas acciones 
	de las malas prestando más atención, por ejemplo, a la marioneta que 
	devuelve la pelota.
	
	
	VIDEO
	
	
	
	
	
	Según Marc Hauser, existe una serie de principios de la acción que guían a 
	los niños en la comprensión del mundo, aportando alguno de los materiales 
	para la construcción de nuestra facultad moral. Según su opinión, los 
	estudios revelan que son rasgos distintivos de un sistema innato5.
	
	
	El clásico dilema del tranvía
	
	 
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	En una encuesta realizada en internet a miles de personas, el equipo de 
	investigación de Marc Hauser preguntó a los participantes sobre los 
	siguientes dilemas morales:
	
	Un tranvía circula sin control por una vía en la que se encuentran cinco 
	personas que morirán si el tranvía continúa su trayecto. Podemos salvar la 
	vida de estas personas pulsando un botón que desvía el tranvía por una vía 
	diferente, de forma que sólo matará a una persona. ¿Pulsaría el botón?
	
	A continuación, se les planteó a los encuestados el siguiente dilema moral:
	
	Como antes, el tranvía descontrolado amenaza con matar a cinco personas. La 
	única manera de evitarlo es empujando a la vía a un desconocido de gran 
	envergadura que tenemos al lado. ¿Empujaría al desconocido para que su 
	muerte salvara la vida de las cinco personas?
	
	La gran mayoría de los encuestados, cerca del 90 %, respondió 
	afirmativamente al primer dilema y, a la vez, se negó a aceptar la solución 
	propuesta en el segundo. No se detectaron diferencias en las respuestas de 
	personas de distintas culturas o edades y, en ambos casos, las respuestas 
	fueron rápidas. Además, la gran mayoría de los participantes era incapaz de 
	justificar razonadamente la decisión. Desde una perspectiva utilitarista, en 
	los dos casos planteados se puede salvar la vida de cinco personas a costa 
	de una, sin embargo, el segundo dilema se considera personal (se interviene 
	directamente empujando al desconocido). Los escáneres cerebrales han 
	detectado un incremento en la actividad de regiones cerebrales implicadas en 
	la emoción y cognición social en el segundo caso6, lo que está en 
	consonancia con el hecho de que personas con daños en la corteza prefrontal 
	respondan afirmativamente al segundo dilema moral planteado.
	
	Todo esto sugiere que los juicios morales intuitivos surgen de módulos 
	universales que se desarrollaron para facilitar la supervivencia y progreso 
	a través de la cooperación social.
	
	En un artículo del ingenioso Steven Pinker sobre el instinto moral, 
	publicado en el diario The New York Times7, proponía lo siguiente: “Un 
	tranvía descontrolado está a punto de matar a una profesora. Puede desviar 
	el tranvía hacia una vía lateral y derribará unas agujas que enviarán una 
	señal a una clase de niños de seis años, autorizando llamar Mahoma a un 
	osito de peluche.” Lo cierto es que, por aquella época (año 2007), una 
	profesora británica que trabajaba en un colegio privado de Sudán permitió 
	que los niños pusieran el nombre de Mahoma a un osito de peluche. Fue 
	encarcelada por blasfemia y los manifestantes congregados en el exterior de 
	la cárcel reclamaban su muerte. Pinker plantea sus dudas sobre la 
	universalidad de la gramática que guía nuestros juicios morales: “Para los 
	manifestantes, la vida de la mujer tiene menos valor que el ensalzamiento de 
	la dignidad de su religión y su juicio sobre si es correcto desviar el 
	hipotético tranvía diferiría del nuestro.”
	
	Según Michael Gazzaniga, la explicación al dilema del tranvía de Pinker hay 
	que encontrarla en la diferente valoración que hace cada cultura a los 
	módulos morales. Éstos son universales pero no ocurre lo mismo con la 
	virtudes: “Las virtudes son lo que una sociedad o una cultura específica 
	valora como conducta moralmente buena pero que se puede aprender.”8
	
	
	Reflexiones finales
	
	Los experimentos demuestran el papel trascendental que desempeñan las 
	emociones en las decisiones morales, un argumento más para considerar el 
	aprendizaje emocional. La razón y la emoción se necesitan. Además, las 
	investigaciones recientes sugieren que hay una serie de facultades morales 
	innatas que la cultura moldea para construir sistemas morales. Algo parecido 
	a lo que sucede con el lenguaje, es decir, existe una predisposición 
	genética que se ve afectada por el entorno cultural.
	
	La auténtica educación, como plantea la psicología positiva, ha de ser la 
	educación del carácter. Es imprescindible mejorar el origen de la conducta 
	en lugar de cambiarla y, para ello, los adultos hemos de ayudar a que los 
	niños adquieran hábitos estables y adecuados que no sean sólo intelectuales, 
	sino también afectivos o morales. Para tomar decisiones adecuadas hemos de 
	tener proyectos, asumir retos y llevarlos a cabo, fomentando la autonomía y 
	el autocontrol partiendo de la disciplina. Y, por supuesto, los entornos 
	educativos han de desvincularse de actitudes egoístas, falsas o meramente 
	competitivas, tan comunes en la sociedad actual, que socavan el bien común.
	
	Podemos aprender a controlar las intenciones inconscientes y cambiar así 
	nuestra conducta. Y como somos seres sociales en continua interacción, 
	nuestra conducta puede influir en la de otras personas. La cultura no puede 
	deformar el altruismo y la cooperación desinteresada que ya observamos en 
	los bebés. Y es que no hay cultura sin moral.
	
	Jesús C. Guillén
	 
	
	Notas:
	1 La entrevista se puede ver en:
	
	
	http://www.lasexta.com/lasextaon/salvados/manuel_milian_mestre___es_imprescindible_una_refundacion_de_la_politica/315603/1061
	
	2 http://www.bibliotecaup.es/ 
	3 Warneken F., Tomasello M.,”Helping and cooperation at 14 months of age”, 
	Infancy 11, 2007.
	4 Warneken F., Chen F., Tomasello M., “Cooperative activities in young 
	children and chimpanzees”, Child Development 77, 2006.
	5 Hauser, Marc, La mente moral, Paidós, 2008.
	6 Koenings M., Young L., Adolphs R., Tranel D., Cushman F., Hauser M., 
	Damasio A., “Damage to the prefrontal cortex increases utilitarian moral 
	judgements”, Nature 446, 2007.
	7 Para leer el artículo completo:
	http://www.nytimes.com/2008/01/13/magazine/13Psychology-t.html?pagewanted=all 
	8 Gazzaniga, Michael, ¿Quién manda aquí? El libre albedrío y la ciencia del 
	cerebro, Paidós, 2012.
	Para saber más:
	Marina, José Antonio, La inteligencia ejecutiva, Ariel, 2012.
	Gazzaniga, Michael, El cerebro ético, Paidós, 2005.
	
	
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