Las 7 leyes naturales mentales
El objetivo de la educación: la deseducación. Noam Chomsky
Texto:
http://rebelion.org/noticia.php?id=147147
Noam Chomsky - Transcripción realizada por Luis Rivas para Rebelión
Avram Noam Chomsky (Filadelfia, Estados Unidos, 7 de diciembre de 1928)
es un lingüista, filósofo y activista estadounidense. Es profesor emérito de
Lingüística en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y una de las
figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX, gracias a sus
trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva. Es, asimismo, reconocido
por su activismo político, caracterizado por una fuerte crítica del
capitalismo contemporáneo y de la política exterior de los Estados Unidos.
Se ha definido políticamente a sí mismo como un anarquista o socialista
libertario.6 Ha sido señalado por el New York Times como "el más importante
de los pensadores contemporáneos".
Es también conocido por su activismo político y por sus críticas a la
política exterior de EE.UU. y de otros países, como Israel. Chomsky, que
desvincula completamente su actividad científica de su activismo político,
se describe a sí mismo simpatizante del anarcosindicalismo (es miembro del
sindicato IWW). Chomsky es considerado una figura influyente en su país de
origen y el mundo.
Introducción.
Noam Chomsky critica el actual sistema de enseñanza. Frente a la idea de que
en nuestras escuelas se enseñan los valores democráticos, lo que realmente
existe es un modelo colonial de enseñanza diseñado para formar profesores
cuya dimensión intelectual quede devaluada y sea sustituida por un complejo
de procedimientos y técnicas; un modelo que impide el pensamiento crítico e
independiente, que no permite razonar sobre lo que se oculta tras las
explicaciones y que, por ello mismo, fija estas explicaciones como las
únicas posibles.
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El objetivo de la educación
Podemos preguntarnos cuál es el propósito de un Sistema Educativo y, por
supuesto, hay marcadas diferencias en este tema.
Hay la tradicional: una interpretación que proviene de la Ilustración,
que sostiene que el objetivo más alto en la vida es investigar y crear,
buscar la riqueza del pasado, tratar de interiorizar aquello que es
significativo para uno, continuar la búsqueda para comprender más, a nuestra
manera. Desde ese punto de vista, el propósito de la educación es
mostrar a la gente cómo aprender por sí mismos. Es uno mismo el aprendiz que
va a realizar logros durante la educación y, por lo tanto, depende de uno
cuánto logremos dominar, adónde lleguemos, cómo usemos ese conocimiento,
cómo logremos producir algo nuevo y excitante para nosotros mismos, y tal
vez para otros. Ese un concepto de educación.
El otro concepto es, esencialmente, Adoctrinamiento; algunas personas
tienen la idea de que, desde la infancia, los jóvenes tienen que ser
colocados dentro de un marco de referencia en el que acatarán órdenes,
aceptarán estructuras existentes sin cuestionar, etc. Y esto resulta, con
frecuencia, bastante explícito. Por ejemplo: después del activismo de los
años 60, había mucha preocupación en gran parte de la gente educada, porque
los jóvenes se estaban volviendo demasiado libres e independientes, que el
país se estaba llenando con demasiada democracia. Y de hecho hay un estudio
importante que es llamado «La crisis de la democracia», que afirma que hay
ciertas instituciones de los jóvenes -la frase es de ellos- que no están
haciendo su trabajo adecuadamente; se refieren a escuelas, universidades,
iglesias, que tienen que ser modificadas para que lleven a cabo, con más
eficiencia, esa idea, que, de hecho, proviene de liberales
internacionalistas, de gente altamente educada.
En efecto, desde esos tiempos se han tomado muchas medidas para tratar de
orientar el sistema educativo hacia uno provisto de mayor control, más
adoctrinamiento, más formación vocacional, con estudios tan costosos que
endeudan a los estudiantes y los atrapan en una vida de conformismo.
Eso es exactamente lo contrario de lo que yo describo como una tradición
proveniente de la Ilustración. Y hay una lucha constante entre estos dos
enfoques, en las universidades y escuelas.
En las escuelas ciertamente se
les entrena o para pasar exámenes o bien para la investigación creativa,
entendiendo esta ultima como dedicarse a intereses que son estimulados por
los cursos en los que se profundiza por cuenta propia o en cooperación con
otros. Esta lucha se extiende también al posgrado o a la investigación.
Son dos maneras ver el mundo. Cuando uno ve las instituciones de
investigación, como esta en la que estamos
observa que a nivel de posgrado se sigue esencialmente la idea de la
Ilustración. De hecho la Ciencia no podría progresar a menos que esté basada
en la inculcación del impulso por el desafío, por el cuestionamiento de
doctrinas o de la autoridad, a través de la búsqueda de alternativas o del
uso de la imaginación, con el trabajo cooperativo que aquí, en esta
institución, es constante. Y para verlo, solo se necesita caminar por los
pasillos.
Esto es lo que, desde mi punto de vista, debe ser un sistema educativo desde
la educación preescolar.
Pero hay estructuras poderosas en la sociedad que prefieren ver a la gente
adoctrinada y formateada sin que hagan muchas preguntas, siendo obedientes,
realizar la función que se les ha asignado y no tratar de sacudir los
sistemas de poder y autoridad. Son opciones que tenemos que elegir sin
importar nuestra posición en el Sistema Educativo, como profesores,
estudiantes, o gente externa que trata de ayudar a darle forma, en la manera
que ellos creen que debe hacerse.
El impacto de la tecnología
Ha habido ciertamente un crecimiento muy sustancial en nuevas tecnologías:
de comunicación, información (acceso e intercambio) o en la naturaleza de la
cultura de la Sociedad. Pero debemos tener en cuenta que los cambios
tecnológicos que están ocurriendo, a pesar de ser significativos, no tienen,
ni de lejos, el mismo impacto que los avances tecnológicos de hace alrededor
de un siglo.
El cambio, si hablamos sólo de comunicación, de una máquina de escribir a
una computadora o del teléfono al correo electrónico es significativo, pero
no se puede comparar con el cambio de barcos de vela al telégrafo: la
reducción en eI tiempo de comunicación, por ejemplo entre Inglaterra y los
Estados Unidos, fue extraordinaria comparada con los cambios que están
ocurriendo ahora. Lo mismo ocurre con otros tipos de tecnología: algo tan
sencillo como el agua corriente y el alcantarillado en las ciudades tuvo
enormes consecuencias para la salud; mucho más que el descubrimiento de los
antibióticos. Los cambios actuales son reales y significativos, pero debemos
reconocer otros que ocurrieron y cuyos efectos fueron mucho más drásticos.
En cuanto a la tecnología en la educación, debe decirse que la tecnología es
algo neutro. Es como un martillo: al martillo no le importa si lo usas para
construir una casa o si un torturador lo usa para aplastarle el cráneo a
alguien. El martillo puede hacer ambas cosas. Es lo mismo con la tecnología
moderna. Por ejemplo: internet es extremadamente valiosa si se sabe lo que
se está buscando; yo la uso todo el tiempo en mi investigación. Si se sabe
lo que se está buscando, si se tiene una especie de marco de referencia, que
nos dirige a temas particulares y nos permite dejar al margen muchos otros,
entonces puede ser una herramienta muy valiosa. Por supuesto, uno debe estar
siempre dispuesto a preguntarse si el marco de referencia es el correcto:
tal vez algo que encontremos cuestionará la forma en que vemos las cosas. No
se puede perseguir ningún tipo de investigación sin un marco de referencia
relativamente claro que dirija la búsqueda y que ayude a seleccionar lo que
es significativo y lo que no lo es, Io que hay de que dejar de lado, a lo
que hay que darle seguimiento, lo que merece ser cuestionado o desarrollado.
No se puede esperar que alguien llegue a ser, por así decirlo, biólogo, nada
más con darle acceso a la biblioteca de biología de la Universidad de
Harvard y diciéndole: "léela". Eso no le sirve de nada, y el acceso a
Internet es lo mismo: si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene
idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se
tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables
que no significan nada.
Entonces, detrás de cualquier uso significativo de la tecnología
contemporánea, como Internet, sistemas de comunicación, gráficos o lo que
sea, a menos que detrás de ese uso haya un aparato conceptual bien dirigido,
bien construido, es poco probable que este resulte útil, y hasta podría ser
dañino. Si se toma un hecho incierto aquí y otro allá y alguien los
refuerza, terminamos con un panorama que tiene algunas bases objetivas, pero
nada que ver con la realidad. Hay que saber cómo evaluar e interpretar para
entender.
Volviendo a la biología, la persona que gana el premio Nobel no es la que
lee más artículos y toma más notas; es la persona que sabe qué buscar.
Cultivar esa capacidad para buscar lo que es significativo y estar siempre
dispuesto a cuestionar si estamos en el camino correcto, de eso es de lo que
debe tratar la educación, ya sea usando computadores e internet o lápiz,
papel y libros.
Costo o Inversión
La Educación es discutida en términos de si es una inversión que vale la
pena, de si genera un gran capital humano que puede ser usado en el
crecimiento económico, y esa es una manera muy extraña, muy distorsionada, de
cuestionarse el tema, opino. ¿Queremos tener una sociedad de individuos
libres, creativos e independientes capaces de apreciar y aprender de los
logros culturales del pasado y contribuir a ellos? ¿Queremos eso o queremos
gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo.
Una educación como aquella de la que hablaban Bertrand Russell, John Dewey y
otros, tiene un valor por sí misma. Independientemente del impacto que tenga
en la sociedad tiene un valor, porque ayuda a crear seres humanos mejores.
Después de todo a eso es a lo que debe servir un sistema educativo.
No obstante, si se quiere ver en términos de costo y beneficio, tomemos por
ejemplo la nueva tecnología de la que hablábamos: ¿de dónde viene? Bueno,
pues mucha de ella fue desarrollada exactamente donde estamos sentados [Nota
de Transcripción: MIT]. En el piso de abajo había un gran laboratorio en los
años 50, donde fui empleado de hecho, y donde había muchos científicos,
ingenieros, gente con todo tipo de intereses, filósofos y otros, que
desarrollaron el carácter básico y aún las herramientas básicas de la
tecnología que es común hoy día. Las computadoras e internet estuvieron
exclusivamente en el sector público durante décadas, financiadas en lugares
como este, donde la gente exploraba nuevas posibilidades; muchas de ellas
eran impensables y desconocidas en ese momento, algunas funcionaron, otras
no, pero las que funcionaron fueron convertidas en herramientas que la gente
puede usar.
Esa es la manera como el progreso científico tiene lugar. Es la manera en la
que el progreso cultural tiene lugar, generalmente.
Los artistas clásicos, por ejemplo, son el producto de las habilidades
tradicionales que se desarrollaron a lo largo del tiempo con maestros
artistas, y a veces con su ayuda se crearon cosas maravillosas.
Todo eso no sale de la nada. Si no existe un sistema cultural y educativo
activo, enfocado en la estimulación de la exploracion creativa, con
independencia de pensamiento, con disposicion a cruzar fronteras para
desafiar las creencias aceptadas... si no se tiene eso, no obtendremos la
tecnología que lleva a obtener beneficios económicos. Beneficios, sin
embargo, que no creo que sean el objetivo principal del enriquecimiento
cultural y la educación.
Evaluación vs. Autonomía
Ha habido, en los últimos tiempos particularmente, una estructuración cada
vez mayor de la educación, que comienza a temprana edad y continúa luego, y
que funciona a través de exámenes.
Pasar exámenes puede ser de alguna utilidad tanto para la persona que está
pasando el examen -para comprobar cuánto sabe, lo que ha logrado, etc. como
para que los instructores se den cuenta qué es lo que hay que cambiar,
mejorar, en el desarrollo del curso. Pero más allá de eso no dicen mucho.
Lo sé por mi experiencia de años, he estado en comités de admisión a
programas de posgrado avanzado, tal vez uno de los programas más avanzados
del mundo, y sí, desde luego, ponemos atención a los resultados de exámenes,
pero realmente no mucha.
Una persona puede tener resultados magníficos en
todos los exámenes y entender muy poco. Todos los que hemos pasado por
escuelas, colegios, universidades, sabemos eso. Se puede estar inscrito en
un curso que no nos interesa para el que existe el requerimiento de pasar un
examen, y se estudia para el examen, se logra pasarlo con la mejor nota y,
dos semanas más tarde, no nos acordamos de mucho. Estoy seguro que todos
hemos tenido esa experiencia.
Los exámenes pueden ser una herramienta útil si contribuyen a los fines
constructivos de la educación, pero si sólo se tratan de una serie de
obstáculos que hay que superar pueden no tanto carecer de sentido como
distraernos de lo que queremos hacer. De hecho veo esto frecuentemente
cuando hablo con profesores: hace un par de semanas estaba yo hablando con
un grupo que incluía profesores de escuela y había una profesora de 6º
grado, es decir, con alumnos de 10 a 12 años, que vino a hablar conmigo
luego y me dijo que en su clase una niña le contó que estaba realmente
interesada en un tema: le pedía consejo para aprender más al respecto, pero
la maestra se vio obligada a decirle que no podía hacer eso, porque la niña
debía estudiar para un examen a nivel nacional que se acercaba y que eso iba
a determinar su futuro; la profesora no lo dijo, pero también iba a
determinar el de ella, es decir, eso influiría para que la contrataran de
nuevo.
Ese sistema no es sino una preparación de los niños para pasar obstáculos,
no para aprender, entender y explorar. Esa niña hubiera ganado mucho más si
se le hubiera permitido explorar lo que le interesaba y tal vez no sacar una
muy buena calificación en un examen de algo que no le interesaba.
Buenas calificaciones vienen por sí solas si el tema coincide con los
intereses y preocupaciones del alumno. No digo que los exámenes deban
eliminarse, pueden ser una herramienta educativa útil. Pero complementaria,
algo que ayude a los estudiantes a mejorar por sí mismos, o para los
instructores u otros que necesitemos saber acerca de lo que hacemos e
indicarnos lo que debemos modificar.
Pasar exámenes no se puede ni comparar con buscar, investigar, dedicarse a
temas que nos atraen y nos estimulan; esto último es mucho más práctico que
pasar exámenes. Y, de hecho, si se nos da la oportunidad de este tipo de
carrera educativa, el estudiante recordará lo que descubrió.
Un físico mundialmente famoso, aquí en el MIT daba, como muchos
catedráticos, cursos a estudiantes nuevos. Un estudiante le preguntó qué
temas se iban a cubrir durante el semestre y su respuesta fue: "No importa
lo que se cubre, sino lo que se descubre".
Y es correcto: la Enseñanza debe
inspirar a los estudiantes a descubrir por sí mismos, a cuestionar cuando no
estén de acuerdo, a buscar alternativas si creen que existen otas mejores, a
revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque les interesen.
Si la Enseñanza se hiciera así los estudiantes sacarían provecho de ello, y
no sólo recordarían lo que estudiaron sino que lo utilizarían como una base
para continuar aprendiendo por sí solos.
Una vez más: la educación debe estar dirigida a ayudar a los estudiantes a
que lleguen a un punto en que aprendan por sí mismos, porque eso es lo que
van a hacer durante la vida, no sólo absorber información dada por alguien y
repetirla.
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