Historia de la economía mundial
Historia de la economía mundial.
Texto:
http://retosinternacionales.campusqueretaro.net/2011/05/30/historia-de-la-economia-mundial/
María Alejandra Lizcano Polanco y Juan F. Michelena
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Un día me desperté y me encontré de frente con un mundo inestable, dirigido
por un gigante con poder infinito, marcado por la desigualdad entre sus
partes, por la contradicción de la opulencia de algunos y la pobreza y
miseria de la mayoría. Me desperté y me encontré con un mundo dirigido por
maquinas, por relaciones de explotación inacabables, por el desempleo y la
interdependencia, por la competitividad y la eficiencia. Pero… ¿Quién creo
este mundo?
Cuando hablamos de la economía mundial debemos entender que ésta ha ido
formándose a lo largo de mucho tiempo, desde la época de los primeros
imperios, sin embargo es hasta la carrera expansionista de Europa en el
siglo XVI cuando realmente podemos hablar de una economía mundial, debido a
que la expansión y colonización poco a poco integró a todas las regiones del
mundo dentro de la esfera de lo Europeo, creando las bases para hablar de
una economía global, es decir con una dinámica que interconectará al mundo
entero.
La Revolución Industrial, que surgió a partir de 1780 en Inglaterra, por su
parte, dio nacimiento a un sistema que se expandiría a toda Europa y por
medio de las colonias al resto del mundo, posicionándose como el modelo
económico global, y sobre el que actualmente se sostiene la economía. El
comercio internacional existía desde antes claro está, sin embargo no tenía
una dinámica tan acelerada como hoy en día ya que las economías del mundo
feudal estaban orientadas hacia el autoconsumo. El desarrollo de las
maquinas destinadas a la actividad productiva, por tanto, aumentó la
capacidad de producción de dichas naciones, teniendo la necesidad de
encontrar nuevos mercados, por ejemplo enviando sus excedentes hacia las
colonias.
La revolución a largo plazo trajo cambios significativos en la composición
demográfica, composición que se acentúa hasta nuestros días, por ejemplo;
antes de esta revolución, 9 de cada 10 habitantes vivían en el campo,
actualmente las cifras se han invertido favoreciendo una mayor concentración
en las ciudades, esto por tanto trajo efectos duraderos que explican en gran
medida lo que es el mundo hoy, el motivo por el cuál se le llama revolución
a esta etapa precisamente fue porque la vida de los individuos se transformó
de manera radical. “No sólo se modificó la economía mundial, también las
condiciones sociales, políticas, ideológicas, religiosas y culturales
existentes. Únicamente después de estos cambios fue posible que el sistema
capitalista pudiera desarrollarse de forma autónoma e independiente, como
una formación estable y a la vez dinámica.” (Lama, 2010: p.16)
Ahora bien dentro de la esfera de la acumulación de capital y generación de
riqueza numerosos elementos definen el sistema económico actual, sin embargo
uno de los elementos más evidentes es la brecha entre los países de primer y
tercer mundo, una brecha que solo puede ser explicada al retrocedernos en la
historia. |
Pese a que los movimientos de descolonización parecían una escapatoria a esa
represión y total dependencia a las potencias mundiales, dichos países ya
estaban inmersos dentro del sistema. Eran países que no se habían generado
de forma natural, por tanto eran sociedades inestables, y que a nivel
internacional iniciaban con un claro desequilibrio, pues los estados de
primer mundo habían iniciado el proceso de industrialización mucho antes y
se habían alimentado por mucho tiempo con la riqueza de dichas colonias.
La descolonización dejó en este sentido una gran brecha en cuanto a
habilidades técnicas y administrativas. Aún existe una gran dependencia y
grandes adeudos por parte de los países en vías de desarrollo, que a base de
préstamos e inversiones extranjeras siguen atados a los países
primermundistas. Por tanto es evidente que las relaciones de explotación aún
no terminan, más bien constituyen una parte esencial de la economía mundial.
Sin embargo estas relaciones productivas de explotación, después de la
descolonización han tenido numerosas dinámicas que han definido su
permanencia y han sustentado el mantenimiento de dicha brecha, dinámicas que
pueden ser explicadas con el auge de las tecnologías, la deuda externa, la
competitividad global y los nuevos procesos productivos que involucran
numerosas regiones del País.
A partir de los años 70’s todos los países de tercer mundo se habían
endeudado enormemente con las grandes potencias. En los ochentas debido a
las políticas de gasto público norteamericanas que los mantenían en un
creciente déficit fiscal y la evasión de la devaluación del dólar a través
de excedentes de dicha moneda en economías como la alemana y la Japonesa,
las tasas de interés de las deudas con los países de tercer mundo empezaron
a elevarse de manera exponencial;
Para los países deudores del tercer Mundo el efecto de esta política fue
arrasador. El aumento de las tasas de interés orquestado por Estados Unidos
elevó hasta tres o cuatro veces los volúmenes de recursos que deberían pagar
a título de interés por sus deudas internacionales (contraídas en un momento
de intereses bajos, pero con tasas fluctuantes). Imposibilitados para
cumplir con los pagos, tomaron nuevos préstamos sólo para cubrir sus
intereses, creando una bola de nieve de extracción de recursos del tercer
Mundo. (Dos Santos, T. p. 20)
Los países con mayores deudas no pudieron seguir pagando, lo que ocasionó
que los países acreedores dejaran de prestar dinero al reconocer las bajas
probabilidades de pago, lo que devaluó las deudas y dio paso a una crisis
global, que no solo se definió por esto, pero dentro de la cual este
elemento si tuvo un gran efecto. Crisis que dentro de su condición de
deudores hizo aún más difíciles las cosas para los países menos
desarrollados.
Por otro lado, uno de los elementos que mejor caracteriza al orden económico
mundial es el nuevo papel que juega el conocimiento científico en las
actividades productivas. La primera y segunda guerra mundial, especialmente
la segunda aportaron al mundo una revolución tecno-científica nunca antes
presenciada, el desarrollo de la ciencia y las tecnologías al servicio de la
guerra permitieron que una vez terminada ésta surgieran ramas de la
producción dirigidas totalmente por el conocimiento científico (ya no jugaba
un papel complementario), intensificadas a partir de los años 70’s; ejemplos
de esto son la energía nuclear, la biotecnología, la tecnología espacial, la
petroquímica, la informática y la electrónica, entre otras.
En este sentido las décadas de los 70’s y 80’s vivieron una segunda
revolución industrial bajo el predominio de la ciencia, así las nuevas
posibilidades tecnológicas van a determinar tanto los procesos productivos
como los nuevos productos.
Un resultado de este fenómeno fue la sustitución y división natural del
trabajo del hombre por la maquina, este ha sido un proceso productivo que ha
evolucionado desde la revolución industrial hasta la automatización del
trabajo (mecanización y administración científica), la cual sustituye el
trabajo del hombre y por el contrario éste se somete a su dinámica. Esta
dinámica, junto con la ampliación del tiempo libre, modificaron las
estructuras clásicas laborales, así pues ante una menor necesidad de hombres
en los procesos productivos, la concentración laboral se desplaza al área de
servicios. Este entonces es el inicio de una sociedad de servicios,
especialmente en el área del ocio y la información, lo cual se ve ayudado en
gran medida por el aumento del gasto fiscal desde finales de los 60’s, un
ejemplo claro de esto fue el auge de la educación universitaria, dado que
ahora se exigía trabajadores más capacitados, y junto con ésta, una enorme
expansión de los servicios asociados a la investigación y desarrollo, la
educación, salud y vivienda de las nuevas masas trabajadoras urbanas.
Sin embargo esta nueva división del trabajo es preeminentemente
característica de los países desarrollados que se encuentra en la punta del
sistema productivo mundial, estos se dedican a las labores nuevas generadas
a partir de la revolución tecno-científica, sin embargo, lo mismo no ocurre
con el resto de los países del mundo, de los cuales algunos escasamente han
podido superar una primera etapa de desarrollo industrial. En este sentido
los países de desarrollo medio se ven subordinado por los países de primer
mundo, ya sea por medio de la inversión de capital o por medio de la
subcontratación, a producir piezas y en general partes que aun necesita el
sistema económico global, con una mano de obra barata pero con cierta
habilidad. Los países de menor desarrollo se ven marginados en todo este
proceso productivo global, dado que aun sufren de los precios extremadamente
bajos de productos en el mercado global gracias al auge de las tecnologías,
contra los cuales no pueden competir.
Si bien el cambio en la composición tradicional del trabajo trajo consigo un
desplazamiento hacia el área de los servicios, la especialización y mayor
preparación que exigía la nueva estructura dejo con pocas posibilidades a
las poblaciones más pobres, para quienes el trabajo productivo que hacían
había sido remplazado por el de la eficiencia de las maquinas. Si bien se
perdieron empleos, estos nunca fueron exitosamente absorbidos por el área de
servicios, dando paso al empleo informal, el cual constituye una parte
básica en los países de tercer mundo.
De acá podemos ver otro elemento que caracteriza al sistema económico
mundial actual y éste se debe a que aunque la integración regional dentro de
un mismo sistema económico se dio desde la expansión europea especialmente
con la hegemonía de la Inglaterra industrial y capitalista, fue hasta
después de la segunda guerra mundial cuando los procesos productivos dejaron
de tener una base meramente local, que no pasaba más allá de la compra de
materias primas al exterior, a un sistema productivo que en sí mismo integra
numerosos puntos del globo. Así hablamos del nacimiento de la actividad
empresarial global, en la que dentro del proceso productivo se empezaban a
integrar actores de todas partes del mundo por medio de la asociación, la
subcontratación y la fusión de empresas.
Así mismo estos nuevos movimientos de capital en el ámbito internacional
generaron una expansión y mayor preponderancia de los servicios y el mercado
financiero y de capitales, el cual tenía la capacidad de unificar fácilmente
los más diversos mercados locales. Esto permitió una integración en mayor o
menor escala de carácter regional y entre regiones, con el fin, no solo de
buscar oportunidades para tener una mayor competitividad ante el mundo, sino
generando mercados relativamente protegidos a través de impuestos y
requisitos sobre los productos.
En este sentido podemos ver que “las transformaciones de las fuerzas
productivas, de las relaciones sociales de producción y de los sistemas
institucionales e ideológicos tomaron la forma de un proceso de
globalización de la economía mundial.” (Dos Santos, T. p. 37), lo que desde
luego exige una visión económica global, con instituciones, por el momento
inexistentes, capaces de coordinar dichos procesos productivos.
La globalización de la economía en términos generales podría definir lo que representa la economía mundial actual, generando un doble efecto; por un lado mayores oportunidades de negocio, expansión de los mercados posibles, fuentes de materias primas más baratas e integraciones económicas con el fin de ser más competitivos y más eficientes pero que, por el otro lado, continua sustentando un sistema de explotación hacia las economías más pobres, para las cuales estos procesos globales ponen en crisis numerosas economías locales, países que además gracias a enormes deudas externas, pobreza, miseria, analfabetismo, corrupción, poco desarrollo industrial y poco capital de inversión, tienen una desventaja clara que los hunde más dentro del tercer mundo a cada paso hacia adelante que da un país primermundista. La globalización entonces, en su visión más pesimista, podría ser considerada un neocolonialismo, haciendo uso de una estructura global que tapa las jerarquías y beneficia los intereses de los más grandes, es decir que da pocas herramientas para que los países menos desarrollados experimenten desarrollos económicos sustanciales.
Este es el mundo económico actual, un mundo definido por la expansión imperialista, la revolución industrial, la preeminencia del capitalismo, pero además por una revolución tecno-científica que modificó las relaciones productivas y el pensamiento contemporáneo, por la globalización económica que además cambio los procesos de producción a través de distintas estaciones puestas alrededor del mundo, y por la regionalización como una forma de competir ante un mundo económico hostil, pero además como una forma de restringir el libre comercio con el fin de proteger.
Bibliografía:
Dos Santos. T. (2004) Economía Mundial, La Integración Latinoamericana.
México DF, México. Plaza Janés.
Goldstein J.S., P. J. The North-South Gap. International relations (7th ed.)
(pp. 474-492) New York, USA: Pearson Longman.
Hobsawm, Eric. (1994). El derrumbamiento, Las décadas de Crisis. Historia
del siglo XX. Buenos Aires, Argentina. Crítica.
Lama, A. d. (2010). Economía mundial: de la Revolución Industrial a la
Primera Guerra Mundial. México: Casa abierta al tiempo.
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