Inteligencia emocional e inteligencia exitosa (de líder)

Creado: 18/9/2012 | Modificado: 23/1/2013 4065 visitas | Ver todas Añadir comentario



Inteligencia emocional e inteligencia exitosa (de líder)
 

Texto: http://www.taringa.net/posts/info/1015383/La-inteligencia-emocional-y-la-inteligencia-exitosa.html

La inteligencia emocional es un conjunto específico de aptitudes que se hallan implícitas dentro de las capacidades abarcadas por la inteligencia social. Las emociones aportan importantes implicaciones en las relaciones sociales, sin dejar de contribuir a otros aspectos de la vida. Cada individuo tiene la necesidad de establecer prioridades, de mirar positivamente hacia el futuro y reparar los sentimientos negativos antes de que nos hagan caer en la ansiedad y la depresión. En el ámbito de la psicología admite la consideración de inteligencia porque es cuantificable: constituye un aspecto mensurable de la capacidad individual para llevar a cabo razonamiento abstracto y adaptación al entorno; la inteligencia emocional se pone de manifiesto cuando operamos con información emocional.

 


La inteligencia emocional es, por tanto, un conjunto de talentos o capacidades organizadas en cinco dominios:

- capacidad para percibir las emociones de forma precisa (es decir, capacidad de percepción).
- capacidad de aplicar las emociones para facilitar el pensamiento y el razonamiento.
- capacidad para comprender las propias emociones y las de los demás.
- capacidad para controlar las propias emociones.
- capacidad para manejar las relaciones interpersonales.


Éstas habilidades como todas, deben ser aprendidas con el tiempo y la práctica.

Las últimas investigaciones han aportado pruebas convincentes de la inseparabilidad esencial de la emoción y el razonamiento: sin sentimientos, las decisiones que tomamos pueden no ser las que más nos convienen, aunque hayan sido tomadas por lógica. Cualquier noción que establezcamos separando el pensamiento y los sentimientos no es necesariamente más adaptativa y puede, en algunos casos, conducir a consecuencias desastrosas.

En 1983, Howard Gardner trabajaba en el proyecto Spectrum en la Universidad de Harvard. Gardner, psicólogo de la facultad de ciencias de la educación, proponía la Teoría de las inteligencias múltiples descartando que el hombre sólo tenía un tipo de inteligencia. En su libro Frames of Mind estableció ocho tipos de inteligencias: la lingüística-verbal, la lógica-matemática, la corporal-cinestética, la visual-espacial, la músical, la emocional (que se dividiría en la intrapersonal y la interpersonal), la naturalista y la existencial. Posteriormente, sus colegas investigadores llegaron a describir hasta 20.

El concepto de inteligencia emocional tiene un precursor en el concepto de Inteligencia Social, del psicólogo Edward Thorndike quien en 1920 la definió como "la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas".

La expresión "inteligencia emocional" la introdujeron por primera vez en el campo de la psicología en 1990 los investigadores Peter Salowey y John D. Mayer definiéndola como "la capacidad de percibir los sentimientos propios y los de los demás, distinguir entre ellos y servirse de esa información para guiar el pensamiento y la conducta de uno mismo".

Este concepto sería presentado mediáticamente por Daniel Goleman en 1995 con un libro de gran éxito. En su libro "La inteligencia emocional en la empresa" (1998), se refiere a la "inteligencia emocional" como "la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones". Considera cinco aptitudes emocionales, clasificadas a su vez en dos grandes grupos: Aptitud Personal (Auto-conocimiento, Auto-regulación y Motivación) y Aptitud Social (Empatía y Habilidades Sociales).

Ahora se irá analizando cada concepto, para así, llegar a comprender mejor las definiciones recién expuestas.


Los dos hemisferios cerebrales
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Se define a la inteligencia como la capacidad de poder leer entre líneas, es decir, ser capaz de entender qué hay debajo de lo que se está explicando.

La fundamentación se encuentra en los importantísimos avances en las investigaciones sobre los mecanismos, los circuitos, las estructuras cerebrales, que se relacionan con el funcionamiento del cerebro, efectuados en la década del ’90, llamada la “década del cerebro”.

Tenemos dos hemisferios cerebrales y cada uno de ellos tiene funciones específicas. El hemisferio izquierdo es el que se encarga del pensamiento lógico, analítico, racional; el hemisferio derecho, de lo emocional. Hay conexiones entre ambos hemisferios, que tienen dos estilos cognitivos diferentes.
 

En el hemisferio izquierdo se asientan los centros de nuestro lenguaje. De ahí que cuando hay una lesión (por ejemplo, una hemiplejia) que afecta el hemisferio izquierdo, la persona tiene el problema de no poder expresarse y muchas veces no puede entender. Esto se llama afasia, y ocurre porque en ese hemisferio se encuentran los centros del conocimiento verbal.

Este hemisferio izquierdo que se basa en un conocimiento secuencial a través del tiempo, es analítico y racional; tiene que ver con lo intelectual propiamente dicho, con lo explícito y con lo objetivo.

En cambio, el hemisferio derecho está más desarrollado en las personas con tendencia estética, artística, musical; tiene que ver con las habilidades no verbales y la comprensión de conjuntos, con lo simultáneo, lo espacial y lo musical. La codificación es analógica; se basa en pensamiento por analogías. El hemisferio derecho tiene cualidades de síntesis, se relaciona con la intuición, la imaginación, con lo subjetivo y lo emocional. De ahí surgen los conceptos de inteligencia y aprendizaje emocional.


Se ha comprobado que, en las personas que sufren depresión, hay alteraciones sobre todo en la parte frontal y temporal del hemisferio derecho.

Ambos hemisferios están conectados; hay dos cerebros y dos estilos cognitivos.

A lo largo de la evolución, el cerebro humano de tres partes principales. Una de esas partes tiene que ver con las funciones básicas, vegetativas, y que sería igual al cerebro de los reptiles. Hay otro sistema que aparece con los mamíferos superiores y es la parte central. Pero la parte más importante para entender qué es lo emocional, es el sistema límbico o cerebro emocional.

El cerebro emocional

En éste se asientan los circuitos que tienen que ver con las emociones básicas: con la alegría, la tristeza, etc. A medida que ha ido progresando la escala evolutiva y se ha llegado al ser humano, se fueron agrandando los hemisferios cerebrales, la corteza y la neocorteza.

Hay una estructura que se llama cuerpo calloso, que es como un puente que une los dos hemisferios cerebrales. Es una banda ancha de axones, que permite una conexión amplísima entre el cerebro intelectual y el emocional.

En condiciones normales, resulta difícil distinguir lo que es y no es emocional, ya que prácticamente a todos los hechos de la vida le damos un tinte emocional. No podemos aislarlos de las emociones. Siempre hay algo que nos mueve y nos conmueve. Es decir, que las células cerebrales están ampliamente conectadas en los dos hemisferios.

¿Cómo se procesa la información que nos llega, desde el punto de vista esquemático?

Por ejemplo, ante un estímulo amenazante hay dos vías: una sería la racional que utiliza el sistema hipocámpico, y que se relaciona con la parte central del cerebro; es decir, con los pensamientos, con la evaluación de los detalles, del contexto, etc. La otra forma de procesar es la que moviliza la memoria emocional. Estos dos aspectos se complementan y constituyen un todo.

La parte emocional está mediada por una estructura pequeña que se llama amígdala del cerebro. Se encuentra en el centro del cerebro, y donde nos llega lo emocional, por medio del oído, de la vista, y de los otros sentidos. Es el lugar donde se procesan las emociones.

Por otra parte, esta estructura está ligada al lóbulo temporal del cerebro que es donde están implicadas las emociones desde el punto de vista más elaborado.

En cuanto al sistema hipocámpico, últimamente se ha descubierto que tiene una importancia fundamental pues allí es donde registramos todo lo que nos llega a la memoria; todos los recuerdos se registran allí. Esta es la estructura que se atrofia con el envejecimiento, con la enfermedad de Alsehimer, o en las personas muy estresadas, que no pueden registrar o recordar lo que van viviendo. Si a una persona anciana que tiene afectado este sistema, se le pregunta qué hizo ayer, no lo puede recordar, pero sí puede evocar lo que le pasó hace 30 o 40 años.

Los centros emocionales, con el hipocampo, el sistema límbico y la amígdala, tienen una serie de circuitos que se conectan con la corteza cerebral. Por eso, una vez que se vivencia una emoción, hay un registro o un aprendizaje más sutil que se da en la corteza cerebral.

Las emociones inconscientes, se hacen conscientes cuando llegan a la corteza. Por otra parte, se conectan los dos hemisferios cerebrales y pasa la información de un lado a otro. Ésta sería la información objetiva, pero también la información emocional a través de estas estructuras, pasan de un hemisferio a otro.

Además, si llegan informaciones o señales que entran por los sentidos, van al tálamo. De aquí, esta información emocional tiene dos vías: una que va rápidamente a la amígdala para procesarla y decirnos: “estás en peligro, hay que alejarse”. Y hay otra vía que es más lenta, que pasa por la corteza y que implica pensar.

Al llegar los estímulos emocionales, van de la amígdala a la corteza frontal, donde son elaborados y donde pensamos; a partir de allí, decidimos qué es lo que vamos a hacer; es decir, damos la orden motora.

La parte anterior del cerebro o corteza frontal, es donde está nuestro pensamiento superior. La capacidad que tiene el hombre de anticiparse, de postergar una gratificación inmediata sabiendo que más adelante va a tener otra cosa, y de proyectarse al futuro, reside en esta parte del cerebro que es la corteza frontal.

Por otra parte, este procesamiento emocional también va a otro lugar que se llama hipotálamo. A partir de ahí se produce una serie de transformaciones, muchas de ellas inmediatas que hacen que las emociones se manifiesten de alguna manera más física, como transpirar, acelerar el pulso o la respiración, etc. De manera que una serie de cambios hormonales nos permite una respuesta de defensa que puede ser, en algunos casos, prepararnos para luchar; en otros casos, huir, escapar, y en otros, quedarnos paralizados sin saber que hacer. Todas éstas, son respuestas automáticas que tienen que ver con el procesamiento emocional.

Son distintas áreas del cerebro las que se activan cuando hablamos, nos movemos o analizamos algo. En la parte posterior tenemos el procesamiento visual, donde existe todo un archivo de imágenes. Esto permite cotejar nuestros recuerdos de imágenes pasadas como las caras conocidas, con las que nos toca ver en el momento. Por otra parte, el pensamiento superior se relaciona con la parte frontal del cerebro.


Cómo aprendemos


Pasando ahora al concepto de aprendizaje y asimilación de nueva información, diremos que los seres humanos tenemos diferentes formas de aprender. Una teoría que lo explica, sería la del condicionamiento clásico. Ejemplo clásico es el de Pavlov, que se puede observar en los animales.

En el ser humano es más elaborado y se trata del condicionamiento operante, descripto por un autor llamado Skinner. Sería el aprendizaje basado en un refuerzo, ya sea positivo o negativo. Reforzar positivamente a una persona es gratificarlo de alguna manera cada vez que efectúa una conducta deseada. Ejemplo: a un chico le prometo comprarle un helado si se porta bien.

Otra forma de aprendizaje es por el ensayo y el error. Uno prueba una serie de veces una acción hasta que le sale bien.

Otra forma fundamental de aprendizaje es el aprendizaje social por imitación, que se da en todos los chicos. ¿En qué consiste el modelado?. Consiste en la transmisión de padres a hijos formas de comportamiento, que muchas veces son no verbales. Éste sería un método indirecto de socialización, con el que vamos asimilando reglas sociales y determinados valores que nos transmiten los mayores. También en los animales superiores como los primates, se da el aprendizaje por identificación.

Otra forma sería el referenciamiento social. Éste consiste en guiar las propias emociones sobre la base de los sentimientos de los demás. En todo esto interviene lo emocional. Son formas de aprendizaje emocional.



Segunda parte: inteligencia emociona, exitosa y genial.

La inteligencia emocional.


En este tema hay cinco aspectos principales:

1 - Conocer las propias emociones y sentimientos en el momento que están ocurriendo.

2 -Manejar las emociones; tener capacidad para serenarnos, librarnos de la ansiedad o la irritabilidad. Esto muchas veces no es posible, y por eso existe toda una serie de trastornos que tienen muchas personas producidos por el estrés y la ansiedad. Pero se puede aprender o reaprender la manera de intentar manejar este tipo de cosas aparentemente ingobernables.

3 - Autodominio emocional que consiste en postergar la gratificación, contener la impulsividad. Esto nos diferencia de los seres irracionales, y nos permite desarrollar la espontaneidad, la creatividad, la capacidad de imaginar, de innovar.

4 - Reconocer las emociones de los demás, nos permite establecer una empatía con otras personas. Esto también tiene que ver con la inteligencia emocional, porque es la capacidad de establecer una empatía con otras personas, una corriente afectiva, una corriente de mutuo entendimiento, que muchas veces va más allá de las palabras.

5 - La habilidad para manejar las relaciones interpersonales, que es muy importante para todo profesional. Esta habilidad se relaciona con la capacidad de competencia social y de liderazgo.


La inteligencia exitosa

Este es un concepto que explica muy bien Robert J. Sternbergen su libro "La inteligencia exitosa" (2000).

Stemberg parte de una fórmula más amplia que incluye la inteligencia. Este autor hace un trabajo muy importante para revisionar lo que se refiere al cociente intelectual y a los famosos tests de inteligencia.

El foco ha sido apuntarles a esas formas de medición que se usan no sólo en recursos humanos, sino también en las escuelas para la admisión, y que se centran todavía en el cociente intelectual.

Stemberg empieza diciendo que la inteligencia que nos conduce al triunfo es distinta, tanto del cociente intelectual como de la inteligencia emocional. Este autor nos dice que hay tres aspectos: el creador, el práctico y el analítico. Es decir, hay tres tipos de pensamientos.

Y agrega que, quienes poseen estos tres tipos de pensamientos, son personas motivadas, autocontroladas (pero no por imposición), perseverantes e independientes, pues disponen del saber práctico necesario para encontrar la manera de superar sus limitaciones. Son personas que hacen un análisis de sus fortalezas y sus debilidades; lo tienen claro, porque su seguridad y autoestima les permite hacerlo. Poseen, además, una inteligencia que se puede medir y desarrollar.

Explica Stemberg, que tener una inteligencia exitosa es pensar bien de tres maneras diferentes:

1) La inteligencia analítica la define como la que se usa para resolver problemas; implica la dirección consciente de nuestros procesos mentales para encontrar una solución a un problema.

2) La inteligencia creativa es la que estaría implicando al hemisferio cerebral derecho, y se usa para decidir cuál es el problema a resolver.

3) La inteligencia práctica se usa para llevar a la práctica las soluciones. Es salir de la inteligencia emocional. Es como una cuestión más integradora. Edward de Bono la venía trabajando desde otro lugar, como aparece en su libro “Seis sombreros para pensar”.

Stemberg dice que las personas con inteligencia exitosa no establecen fórmulas ni determinan nada; simplemente incuban. Esto significa que, enfrentados a un problema lo analizan detenidamente y luego usan estrategias creativas para encontrar la solución.

La resolución de conflictos es creatividad; en vez de reaccionar frente a una ofensa o agresión de otros, responder implica creatividad. Resolución de conflictos implica creatividad.

Este autor dice que la gente tiene un cociente intelectual pero que éste no cuenta. Ante esto reflexionamos: ¡cuánto tiempo hemos estado basándonos en el cociente intelectual, en los famosos tests de medición de la inteligencia!.

El peligro de esto reside en que pasamos por alto mucha gente talentosa en distintos campos de estudio, simplemente por la manera en que medimos la inteligencia. En las escuelas hay un cierto nivel de chicos que cae en una franja donde se los considera como menos hábiles, cuando en realidad, tienen habilidades diferentes; y que en vez de integrarlos, los separamos.

Por otra parte, están los que se exceden; son los hiperquinésicos, los que se aburren. A éstos tampoco los podemos integrar, porque estamos haciendo las cosas dentro de una franja muy limitada.


La inteligencia genial

Ésta fue, sin duda, la de Leonardo Da Vinci. En ella interviene la curiosidad; esa avidez hasta casi la voracidad, por buscar, investigar, de ir por más, de no conformarse. Después se trabaja en la demostración; en comprobar cosas. Aquí es donde funciona la intuición y cuando la idea se va acercando.
Puede asegurarse que Da Vinci es el ejemplo de la integración perfecta de lo artístico y lo científico. Ninguno tiene preponderancia sobre el otro; es como un equilibrio de la lógica y la imaginación. Por otra parte, se tiene el reconocimiento de la interconexión de todas las cosas y de todos los fenómenos que ubica el pensar en términos de sistema. Por todo esto, Leonardo es intemporal, porque los genios son intemporales.

 



Notas:


Bibliografía:
"La inteligencia emocional en la empresa"; Daniel Goleman (1998).
"La inteligencia exitosa"; Robert J. Sternberg (2000).



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