Inteligencia emocional e inteligencia exitosa (de líder)
Inteligencia emocional e inteligencia exitosa (de líder)
Texto:
http://www.taringa.net/posts/info/1015383/La-inteligencia-emocional-y-la-inteligencia-exitosa.html
La inteligencia emocional es un conjunto específico de aptitudes que se
hallan implícitas dentro de las capacidades abarcadas por la inteligencia
social. Las emociones aportan importantes implicaciones en las relaciones
sociales, sin dejar de contribuir a otros aspectos de la vida. Cada
individuo tiene la necesidad de establecer prioridades, de mirar
positivamente hacia el futuro y reparar los sentimientos negativos antes de
que nos hagan caer en la ansiedad y la depresión. En el ámbito de la
psicología admite la consideración de inteligencia porque es cuantificable:
constituye un aspecto mensurable de la capacidad individual para llevar a
cabo razonamiento abstracto y adaptación al entorno; la inteligencia
emocional se pone de manifiesto cuando operamos con información emocional.
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La inteligencia emocional es, por tanto, un conjunto de talentos o
capacidades organizadas en cinco dominios:
- capacidad para percibir las emociones de forma precisa (es decir,
capacidad de percepción).
- capacidad de aplicar las emociones para facilitar el pensamiento y el
razonamiento.
- capacidad para comprender las propias emociones y las de los demás.
- capacidad para controlar las propias emociones.
- capacidad para manejar las relaciones interpersonales.
Éstas habilidades como todas, deben ser aprendidas con el tiempo y la
práctica.
Las últimas investigaciones han aportado pruebas convincentes de la
inseparabilidad esencial de la emoción y el razonamiento: sin sentimientos,
las decisiones que tomamos pueden no ser las que más nos convienen, aunque
hayan sido tomadas por lógica. Cualquier noción que establezcamos separando
el pensamiento y los sentimientos no es necesariamente más adaptativa y
puede, en algunos casos, conducir a consecuencias desastrosas.
En 1983, Howard Gardner trabajaba en el proyecto Spectrum en la Universidad
de Harvard. Gardner, psicólogo de la facultad de ciencias de la educación,
proponía la Teoría de las inteligencias múltiples descartando que el hombre
sólo tenía un tipo de inteligencia. En su libro Frames of Mind estableció
ocho tipos de inteligencias: la lingüística-verbal, la lógica-matemática, la
corporal-cinestética, la visual-espacial, la músical, la emocional (que se
dividiría en la intrapersonal y la interpersonal), la naturalista y la
existencial. Posteriormente, sus colegas investigadores llegaron a describir
hasta 20.
El concepto de inteligencia emocional tiene un precursor en el concepto de
Inteligencia Social, del psicólogo Edward Thorndike quien en 1920 la definió
como "la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres,
muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas".
La expresión "inteligencia emocional" la introdujeron por primera vez en el
campo de la psicología en 1990 los investigadores Peter Salowey y John D.
Mayer definiéndola como "la capacidad de percibir los sentimientos propios y
los de los demás, distinguir entre ellos y servirse de esa información para
guiar el pensamiento y la conducta de uno mismo".
Este concepto sería presentado mediáticamente por Daniel Goleman en 1995 con
un libro de gran éxito. En su libro "La inteligencia emocional en la
empresa" (1998), se refiere a la "inteligencia emocional" como "la capacidad
de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de
manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones".
Considera cinco aptitudes emocionales, clasificadas a su vez en dos grandes
grupos: Aptitud Personal (Auto-conocimiento, Auto-regulación y Motivación) y
Aptitud Social (Empatía y Habilidades Sociales).
Ahora se irá analizando cada concepto, para así, llegar a comprender mejor
las definiciones recién expuestas.
Los dos hemisferios cerebrales.
Se define a la inteligencia como la capacidad de poder leer entre líneas, es
decir, ser capaz de entender qué hay debajo de lo que se está explicando.
La fundamentación se encuentra en los importantísimos avances en las
investigaciones sobre los mecanismos, los circuitos, las estructuras
cerebrales, que se relacionan con el funcionamiento del cerebro, efectuados
en la década del ’90, llamada la “década del cerebro”.
Tenemos dos hemisferios cerebrales y cada uno de ellos tiene funciones
específicas. El hemisferio izquierdo es el que se encarga del pensamiento
lógico, analítico, racional; el hemisferio derecho, de lo emocional. Hay
conexiones entre ambos hemisferios, que tienen dos estilos cognitivos
diferentes.
En el hemisferio izquierdo se asientan los centros de nuestro lenguaje. De
ahí que cuando hay una lesión (por ejemplo, una hemiplejia) que afecta el
hemisferio izquierdo, la persona tiene el problema de no poder expresarse y
muchas veces no puede entender. Esto se llama afasia, y ocurre porque en ese
hemisferio se encuentran los centros del conocimiento verbal. |
Se ha comprobado que, en las personas que sufren depresión, hay alteraciones
sobre todo en la parte frontal y temporal del hemisferio derecho.
Ambos hemisferios están conectados; hay dos cerebros y dos estilos
cognitivos.
A lo largo de la evolución, el cerebro humano de tres partes principales.
Una de esas partes tiene que ver con las funciones básicas, vegetativas, y
que sería igual al cerebro de los reptiles. Hay otro sistema que aparece con
los mamíferos superiores y es la parte central. Pero la parte más importante
para entender qué es lo emocional, es el sistema límbico o cerebro
emocional.
El cerebro emocional
En éste se asientan los circuitos que tienen que ver con las emociones
básicas: con la alegría, la tristeza, etc. A medida que ha ido progresando
la escala evolutiva y se ha llegado al ser humano, se fueron agrandando los
hemisferios cerebrales, la corteza y la neocorteza.
Hay una estructura que se llama cuerpo calloso, que es como un puente que
une los dos hemisferios cerebrales. Es una banda ancha de axones, que
permite una conexión amplísima entre el cerebro intelectual y el emocional.
En condiciones normales, resulta difícil distinguir lo que es y no es
emocional, ya que prácticamente a todos los hechos de la vida le damos un
tinte emocional. No podemos aislarlos de las emociones. Siempre hay algo que
nos mueve y nos conmueve. Es decir, que las células cerebrales están
ampliamente conectadas en los dos hemisferios.
¿Cómo se procesa la información que nos llega, desde el punto de vista
esquemático?
Por ejemplo, ante un estímulo amenazante hay dos vías: una sería la racional
que utiliza el sistema hipocámpico, y que se relaciona con la parte central
del cerebro; es decir, con los pensamientos, con la evaluación de los
detalles, del contexto, etc. La otra forma de procesar es la que moviliza la
memoria emocional. Estos dos aspectos se complementan y constituyen un todo.
La parte emocional está mediada por una estructura pequeña que se llama
amígdala del cerebro. Se encuentra en el centro del cerebro, y donde nos
llega lo emocional, por medio del oído, de la vista, y de los otros
sentidos. Es el lugar donde se procesan las emociones.
Por otra parte, esta estructura está ligada al lóbulo temporal del cerebro
que es donde están implicadas las emociones desde el punto de vista más
elaborado.
En cuanto al sistema hipocámpico, últimamente se ha descubierto que tiene
una importancia fundamental pues allí es donde registramos todo lo que nos
llega a la memoria; todos los recuerdos se registran allí. Esta es la
estructura que se atrofia con el envejecimiento, con la enfermedad de
Alsehimer, o en las personas muy estresadas, que no pueden registrar o
recordar lo que van viviendo. Si a una persona anciana que tiene afectado
este sistema, se le pregunta qué hizo ayer, no lo puede recordar, pero sí
puede evocar lo que le pasó hace 30 o 40 años.
Los centros emocionales, con el hipocampo, el sistema límbico y la amígdala,
tienen una serie de circuitos que se conectan con la corteza cerebral. Por
eso, una vez que se vivencia una emoción, hay un registro o un aprendizaje
más sutil que se da en la corteza cerebral.
Las emociones inconscientes, se hacen conscientes cuando llegan a la
corteza. Por otra parte, se conectan los dos hemisferios cerebrales y pasa
la información de un lado a otro. Ésta sería la información objetiva, pero
también la información emocional a través de estas estructuras, pasan de un
hemisferio a otro.
Además, si llegan informaciones o señales que entran por los sentidos, van
al tálamo. De aquí, esta información emocional tiene dos vías: una que va
rápidamente a la amígdala para procesarla y decirnos: “estás en peligro, hay
que alejarse”. Y hay otra vía que es más lenta, que pasa por la corteza y
que implica pensar.
Al llegar los estímulos emocionales, van de la amígdala a la corteza
frontal, donde son elaborados y donde pensamos; a partir de allí, decidimos
qué es lo que vamos a hacer; es decir, damos la orden motora.
La parte anterior del cerebro o corteza frontal, es donde está nuestro
pensamiento superior. La capacidad que tiene el hombre de anticiparse, de
postergar una gratificación inmediata sabiendo que más adelante va a tener
otra cosa, y de proyectarse al futuro, reside en esta parte del cerebro que
es la corteza frontal.
Por otra parte, este procesamiento emocional también va a otro lugar que se
llama hipotálamo. A partir de ahí se produce una serie de transformaciones,
muchas de ellas inmediatas que hacen que las emociones se manifiesten de
alguna manera más física, como transpirar, acelerar el pulso o la
respiración, etc. De manera que una serie de cambios hormonales nos permite
una respuesta de defensa que puede ser, en algunos casos, prepararnos para
luchar; en otros casos, huir, escapar, y en otros, quedarnos paralizados sin
saber que hacer. Todas éstas, son respuestas automáticas que tienen que ver
con el procesamiento emocional.
Son distintas áreas del cerebro las que se activan cuando hablamos, nos
movemos o analizamos algo. En la parte posterior tenemos el procesamiento
visual, donde existe todo un archivo de imágenes. Esto permite cotejar
nuestros recuerdos de imágenes pasadas como las caras conocidas, con las que
nos toca ver en el momento. Por otra parte, el pensamiento superior se
relaciona con la parte frontal del cerebro.
Cómo aprendemos
Pasando ahora al concepto de aprendizaje y asimilación de nueva información,
diremos que los seres humanos tenemos diferentes formas de aprender. Una
teoría que lo explica, sería la del condicionamiento clásico. Ejemplo
clásico es el de Pavlov, que se puede observar en los animales.
En el ser humano es más elaborado y se trata del condicionamiento operante,
descripto por un autor llamado Skinner. Sería el aprendizaje basado en un
refuerzo, ya sea positivo o negativo. Reforzar positivamente a una persona
es gratificarlo de alguna manera cada vez que efectúa una conducta deseada.
Ejemplo: a un chico le prometo comprarle un helado si se porta bien.
Otra forma de aprendizaje es por el ensayo y el error. Uno prueba una serie
de veces una acción hasta que le sale bien.
Otra forma fundamental de aprendizaje es el aprendizaje social por
imitación, que se da en todos los chicos. ¿En qué consiste el modelado?.
Consiste en la transmisión de padres a hijos formas de comportamiento, que
muchas veces son no verbales. Éste sería un método indirecto de
socialización, con el que vamos asimilando reglas sociales y determinados
valores que nos transmiten los mayores. También en los animales superiores
como los primates, se da el aprendizaje por identificación.
Otra forma sería el referenciamiento social. Éste consiste en guiar las
propias emociones sobre la base de los sentimientos de los demás. En todo
esto interviene lo emocional. Son formas de aprendizaje emocional.
Segunda parte: inteligencia emociona, exitosa y genial.
La inteligencia emocional.
En este tema hay cinco aspectos principales:
1 - Conocer las propias emociones y sentimientos en el momento que están
ocurriendo.
2 -Manejar las emociones; tener capacidad para serenarnos, librarnos de la
ansiedad o la irritabilidad. Esto muchas veces no es posible, y por eso
existe toda una serie de trastornos que tienen muchas personas producidos
por el estrés y la ansiedad. Pero se puede aprender o reaprender la manera
de intentar manejar este tipo de cosas aparentemente ingobernables.
3 - Autodominio emocional que consiste en postergar la gratificación,
contener la impulsividad. Esto nos diferencia de los seres irracionales, y
nos permite desarrollar la espontaneidad, la creatividad, la capacidad de
imaginar, de innovar.
4 - Reconocer las emociones de los demás, nos permite establecer una empatía
con otras personas. Esto también tiene que ver con la inteligencia
emocional, porque es la capacidad de establecer una empatía con otras
personas, una corriente afectiva, una corriente de mutuo entendimiento, que
muchas veces va más allá de las palabras.
5 - La habilidad para manejar las relaciones interpersonales, que es muy
importante para todo profesional. Esta habilidad se relaciona con la
capacidad de competencia social y de liderazgo.
La inteligencia exitosa
Este es un concepto que explica muy bien Robert J. Sternbergen su libro "La
inteligencia exitosa" (2000).
Stemberg parte de una fórmula más amplia que incluye la inteligencia. Este
autor hace un trabajo muy importante para revisionar lo que se refiere al
cociente intelectual y a los famosos tests de inteligencia.
El foco ha sido apuntarles a esas formas de medición que se usan no sólo en
recursos humanos, sino también en las escuelas para la admisión, y que se
centran todavía en el cociente intelectual.
Stemberg empieza diciendo que la inteligencia que nos conduce al triunfo es
distinta, tanto del cociente intelectual como de la inteligencia emocional.
Este autor nos dice que hay tres aspectos: el creador, el práctico y el
analítico. Es decir, hay tres tipos de pensamientos.
Y agrega que, quienes poseen estos tres tipos de pensamientos, son personas
motivadas, autocontroladas (pero no por imposición), perseverantes e
independientes, pues disponen del saber práctico necesario para encontrar la
manera de superar sus limitaciones. Son personas que hacen un análisis de
sus fortalezas y sus debilidades; lo tienen claro, porque su seguridad y
autoestima les permite hacerlo. Poseen, además, una inteligencia que se
puede medir y desarrollar.
Explica Stemberg, que tener una inteligencia exitosa es pensar bien de tres
maneras diferentes:
1) La inteligencia analítica la define como la que se usa para resolver
problemas; implica la dirección consciente de nuestros procesos mentales
para encontrar una solución a un problema.
2) La inteligencia creativa es la que estaría implicando al hemisferio
cerebral derecho, y se usa para decidir cuál es el problema a resolver.
3) La inteligencia práctica se usa para llevar a la práctica las soluciones.
Es salir de la inteligencia emocional. Es como una cuestión más integradora.
Edward de Bono la venía trabajando desde otro lugar, como aparece en su
libro “Seis sombreros para pensar”.
Stemberg dice que las personas con inteligencia exitosa no establecen
fórmulas ni determinan nada; simplemente incuban. Esto significa que,
enfrentados a un problema lo analizan detenidamente y luego usan estrategias
creativas para encontrar la solución.
La resolución de conflictos es creatividad; en vez de reaccionar frente a
una ofensa o agresión de otros, responder implica creatividad. Resolución de
conflictos implica creatividad.
Este autor dice que la gente tiene un cociente intelectual pero que éste no
cuenta. Ante esto reflexionamos: ¡cuánto tiempo hemos estado basándonos en
el cociente intelectual, en los famosos tests de medición de la
inteligencia!.
El peligro de esto reside en que pasamos por alto mucha gente talentosa en
distintos campos de estudio, simplemente por la manera en que medimos la
inteligencia. En las escuelas hay un cierto nivel de chicos que cae en una
franja donde se los considera como menos hábiles, cuando en realidad, tienen
habilidades diferentes; y que en vez de integrarlos, los separamos.
Por otra parte, están los que se exceden; son los hiperquinésicos, los que
se aburren. A éstos tampoco los podemos integrar, porque estamos haciendo
las cosas dentro de una franja muy limitada.
La inteligencia genial
Ésta fue, sin duda, la de Leonardo Da Vinci. En ella interviene la
curiosidad; esa avidez hasta casi la voracidad, por buscar, investigar, de
ir por más, de no conformarse. Después se trabaja en la demostración; en
comprobar cosas. Aquí es donde funciona la intuición y cuando la idea se va
acercando.
Puede asegurarse que Da Vinci es el ejemplo de la integración perfecta de lo
artístico y lo científico. Ninguno tiene preponderancia sobre el otro; es
como un equilibrio de la lógica y la imaginación. Por otra parte, se tiene
el reconocimiento de la interconexión de todas las cosas y de todos los
fenómenos que ubica el pensar en términos de sistema. Por todo esto,
Leonardo es intemporal, porque los genios son intemporales.
Notas:
Bibliografía:
"La inteligencia emocional en la empresa"; Daniel Goleman (1998).
"La inteligencia exitosa"; Robert J. Sternberg (2000).
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