10 claves para ser un buen líder
10 claves para ser un buen líder.
Autor: Abel Núñez / Actualidad Económica
Los líderes empresariales son capaces de marcar diferencias competitivas y
arrastrar a su gente en la consecución de objetivos. ¿Qué es lo que hace
distinto a un Bill Gates, Richard Branson, Amancio Ortega...?
Amancio Ortega, Magda Salarich, Richard Branson, Bill Gates, Michel Dell…
"Son personas ejemplares, exigentes con quienes tienen a su alrededor, pero
también consigo mismas; curiosas, constantes, humildes, capaces de
entusiasmar a los demás", dice Santiago Álvarez de Mon, profesor del IESE y
autor del libro El mito del líder.
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Como tales, su impacto en la empresa suele ir mucho más allá de lo
inicialmente previsto en las funciones que se les encomienda. Es lo que José
Medina, presidente de Ray & Berndtson llama el "impacto en forma de donuts".
Es decir, es habitual que terminen abarcando funciones y labores más allá de
las propias del puesto, más allá de agujero central del bollo, para ocuparse
también de los bordes.
De la dirección de un buen líder depende la marcha de toda iniciativa. Bien
desde el más profundo anonimato o en primera línea, su misión es entusiasmar
a sus colaboradores y obtener de cada uno lo mejor.
Se distinguen también en que su influencia "se nota incluso cuando no
están", señala Ceferí Soler, director del Departamento de Dirección de
Recursos Humanos de Esade. Un caso destaca: el del fundador del El Corte
Inglés, Ramón Areces, cuyo espíritu y filosofía impregna la compañía.
Hasta tal punto son imprescindibles y necesarios para la buena marcha de la
organización que atraer, retener desarrollar y aprovechar al máximo el
liderazgo de las personas se ha convertido en un reto para las empresas.
Estas son las 10 cualidades más buscadas en un líder:
Integridad
Hay que ser coherentes con lo que se dice y lo que se hace. Así, en
tiempos de crisis y recortes pocos se atreverán a subirse el salario como
recientemente ha hecho el presidente argentino, Eduardo Duhalde. En Hewlett
Packard (HP), directivos y empleados decidieron predicar con el ejemplo y
pactaron una reducción de sus sueldos del 10% aproximadamente.
Tampoco es bien recibida la ostentación. El banco de inversiones británico
Barclays Capital ha puesto en la calle a cinco directivos que celebraron por
todo lo alto - se gastaron en vinos más de 72.000 euros ó doce millones de
pesetas- un contrato durante una cena, aunque lo pagaran de su bolsillo.
¿Carisma?
Amancio Ortega o Isidoro Álvarez presumen de su discreción. No dan
conferencias y huyen de la popularidad. Su imagen reservada contrasta con la
de personas como Bill Gates, con grandes dotes de comunicación y magnetismo
personal. El liderazgo sin carisma es posible. De hecho, existen muchos
líderes anónimos, sin ese poder de fascinación, pero cuyos resultados son
tan buenos como aquéllos más carismáticos.
Autoconfianza
Es en las situaciones difíciles cuando el liderazgo es puesto a prueba.
Pedro Astals llegó en 1993 a Central Lechera Asturiana con la misión de
sacar a la empresa láctea de los números rojos. "Era un reto personal". La
compañía, con el sector en plena reconversión, vivía una auténtica
convulsión que superó con una nueva estrategia y confiando en el talento de
la gente de la organización. "Nuestro mayor esfuerzo, precisamente, fue
recuperar la autoestima de cada individuo y del grupo", dice Astals,
entonces director general de la láctea.
Superar una situación crítica exige mucha autoconfianza, grandes dosis de
resistencia al estrés e ilusión. Generar tranquilidad y conseguir
transformar las amenazas en oportunidades son dos de las cualidades que
distinguen a los auténticos líderes.
Carácter innovador
El éxito de Richard Branson al frente del conglomerado de multiproductos
Virgin -desde el que apostó por los vuelos de bajo coste, por ejemplo- tiene
mucho que ver con la innovación y anticipación. La creatividad es la base de
nuevos productos y servicios. Gracias a las nuevas fórmulas de
comercialización, con políticas de descuentos permanentes y originales
campañas de publicidad, la directora general de Citroën España, Magda
Salarich, ha situado uno de sus modelos como el más vendido en España.
Una actitud detectivesca y la posibilidad de reinventarse cada día cada vez
a mayor velocidad son cualidades imprescindibles.
Flexibilidad
La flexibilidad es una de las cualidades de Amancio Ortega, presidente de
Inditex, que un día decidió reinvertar la industria textil. Su organización
es capaz de responder a los gustos del mercado en el mundo de la moda en
menos de cinco semanas.
Un líder tiene que ser capaz de cambiar su estilo cuatro veces en diez
minutos según esté hablando con una persona leal motivada o con el rebelde
que nunca está satisfecho con lo que hace o deja de hacer. "El arte del
liderazgo ya no consiste en adaptar simplemente decisiones a los cambios,
sino en adecuar el estilo", asegura Adolfo García, presidente de Krauthammer
International.
Capacidad de reacción
Asumir errores es la base del aprendizaje. Incluso hay quien afirma que sólo
se aprende de los fracasos "de los que no hay que enorgullecerse, pero
tampoco es necesario esconderlos", señala Ceferí Soler.
Transmitir y escuchar
La capacidad de comunicarse y trabajar con otros dan como resultado un buen
equipo. No es necesario ser el más inteligente o el mejor experto. Basta con
ser capaz de transmitir optimismo, una visión y de escuchar a los demás.
Sólo así se podrá generar entusiasmo y despertar las competencias
emocionales de las personas. El presidente de HP en España, Juan Soto,
mantiene una reunión semanal con sus empleados. Una manera de conocer de
primera mano la marcha de los negocios y los problemas.
Delegar
El fallo más común entre los directivos españoles se produce a la hora de
delegar. Según José María Cardona, socio-director de Cardona Labarga, "quien
no delega, frena el desarrollo natural de las personas que están a su
alrededor". El reparto de responsabilidades permite, además, reducir los
niveles y contar con una estructura jerárquica más horizontal.
Dirigir, no mandar
El ordeno y mando hace mucho que no se lleva. Cardona habla del concepto
caravana: "Antes eran los que tiraban de los demás; ahora, el verdadero
líder hace posible que los que trabajan con él lleguen por sí mismos a sus
propias conclusiones o metas".
Visión a largo plazo
Fijar una estrategia es imprescindible. A un directivo no se le paga para
que trabaje bien, sino para que obtenga resultados. La diferencia entre un
gestor y un líder está en que éste ve y actúa con la vista puesta en el
futuro. "En muchas empresas los gestores han decidido irse a Latinoamérica,
que era lo más fácil a corto plazo, pero no a largo, como están demostrando
los acontecimientos", afirma Ceferí Soler. Sin embargo, mercados menos
accesibles a primera vista como el asiático son fácilmente abordables con la
estrategia adecuada, como han demostrado las incursiones en China de
empresas como Chupa Chups o Alsa.
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